martes, 1 de agosto de 2017

L.c.d.l.s.d.t. Capítulo ~9~

-No es gustar, es amor.-


A pesar de que ese día, Rivaille, se había levantado con un humor de perros y su cara era el vivo reflejo de no haber dormido en toda la noche, en ese momento, se sentía bien, no podía decirse que estuviera feliz ya que la euforia que había experimentado al escuchar la respuesta de Eren había ido desapareciendo poco a poco a lo largo de ese día junto a su obsesiva concentración en la limpieza y el orden.

Sin embargo, Levi ya había acabado de limpiar todo los rincones de la torre en la que se encontraba y estaba en ese ala e iba en busca de Eren, que debía de estar terminando de fregar los pasillos, pero de camino a su objetivo, Rivaille, no dudó en comprobar si estaba bien limpio los pasillos mientras caminaba con cuidado para no dejar las huellas de sus pisadas en el húmedo suelo y teniendo el máximo cuidado para no resbalar, hasta que llegó a donde se encontraba Jaeger.

– ¡Eren!. – Llamó Levi causando un sobresalto en el joven que estaba fregando antes de mirar al sargento con el rostro enrojecido. – Cuando termines de fregar el pasillo te espero frente en mi habitación. – Ordenó Rivaille.

– ¡Sí, sargento!. – Contestó el quinceañero para ver como Rivaille asentía con la cabeza antes de marcharse por el pasillo que aún estaba siendo fregado por Eren.

Rivaille se quitó los pañuelos que usaba cada vez que limpiaba, para no aspirar el aire polvoriento o ensuciar su cabello, de camino al exterior del edificio y caminó hasta donde estaban Erd, Günter y Aurou para comprobar el trabajo que estaban realizando al arreglar la fachada.

– ¡Sargento Rivaille!. – Llamó Erd siendo el primero en percatarse de la presencia de Levi que caminaba hacia donde ellos se encontraban ataviados y utilizando el equipo tridimensional.

Sin embargo, fue Günter quien descendió por la pared del cuartel con ayuda de su equipo tridimensional para recibir a Rivaille que miraba escrutadoramente el laborioso trabajo que estaban haciendo sus hombres al tapar grietas y rellenar agujeros con la mezcla de cemento y la utilización de ladrillos en algunos casos.

– También tenéis que reparar el tejado, podría aparecer goteras en esas condiciones si llueve. – Apuntó Rivaille sin molestarse en saludar a su subordinado mirando aquella parte del tejado que carecía de tejas y la cual, era visible desde el suelo.

– Sí, sargento. – Respondió Günter haciendo el saludo militar mientras también dirigía su mirada al tejado del edificio viendo el destrozo que había provocado el pasar del tiempo y la inhabilitación que había sufrido el cuartel por parte de los miembros de la legión de exploración en todo ese tiempo.

– Cuando terminéis con la fachada, os ocupareis del tejado. Luego, está los establos y el almacén de armamento. También, la muralla y las torres de vigilancias. – Indicó Rivaille  con apatía recordando todas las zonas dañadas que tenía ese cuartel mientras Schulz asentía con la cabeza. – Este lugar es más desagradable de lo que esperaba. – Murmuró pensando en todo el daño que tenía el edificio a causa del paso del tiempo y el desuso.

– Sargento, necesitaremos ir a la ciudad para buscar materiales, ya casi nos hemos quedado si suministros para continuar con el trabajo de reconstrucción. – Advirtió Günter y Rivaille chasqueó la lengua ante las palabras del hombre frente a él porque suponía un retraso en acondicionar como se debía el lugar.

– Entonces, preparara la carreta y a tu caballo para ir a buscar lo necesario para seguir con los arreglos mientras tanto Aurou y Erd se quedaran para seguir con el trabajo. Comunícaselos. – Ordenó Rivaille con disgusto por tener que contar con esos contratiempos. – Mañana, antes de que partas a la ciudad, te daré una carta para que le entregues a Irvin o al oficial encargado y comprenda de tu llegada a Trost para que te facilite los materiales que necesitas. – Añadió Levi pasándose una mano  por el pelo como si sus dedos se tratasen de un peine.

– Sí, sargento Rivaille. – Respondió Günter antes de accionar las palancas del equipo tridimensional  para que las poleas recogieran los cables y lo elevasen hasta donde estaba sus dos compañeros para notificarles las órdenes de Rivaille.

Rivaille, ahora, se dirigía hacia donde se encontraba Petra y por el camino examinaba todos los rincones que aún estaban sin ser acondicionados.

El jardín parecía parte del bosque, debido a que la maleza silvestre se había mezclado con los setos, flores y arbustos florales que poseía y estaba seguro de que la madreselva silvestre había erradicado mucha de las plantas del jardín, así, que podía afirmar, que no sería un trabajo fácil el convertirlo nuevamente en un jardín decente.

El patio era un problema aún mayor, algunos adoquines se había resquebrajado y otros, simplemente, habían desaparecido a causa de la hierba que había crecido, sin hacer mención de que algunos arbustos que se las habían ingeniado para crecer en medio del patio de piedra causando estragos y con ayuda de sus raíces había levantado los adoquines, haciendo que la superficie que debía de ser plana parecía un terreno ondeante y dificultoso para caminar.

La pequeña muralla que rodeaba el cuartel y descansaba en torres de vigías, tampoco tenían buenas condiciones y habría que repararla. Además, de eliminar la enredadera que también crecía a sus anchas, cruzando de un extremo a otro la muralla e incluso, alcanzaba el techo de las torres, las cuales era inaccesibles ya que las escaleras de madera se había podrido y faltaba muchos escalones, sin decir, que sería peligroso el intentar subir a alguna de ellas, posiblemente la estructura estaba dañada.

No era que Rivaille no se hubiera percatado al llegar al lugar de lo lamentable que estaban estas zonas del cuartel, solo que lo primordial había sido el edificio principal, en el que tendrían que convivir y dejando para más tarde el tenerse que preocupar por el exterior del cuartel en el que iba a pasar mucho tiempo por la peligrosa capacidad que tenía Eren.

Rivaille llegó al lugar en el que se encontraba Petra haciendo la colada y logró diferenciar que la tela que frotaba la mujer entre sus manos en el recipiente con agua y jabón se trataba de un pantalón del uniforme militar aunque no sabría decir a quien pertenecía aquel pantalón.

– ¡Sargento Rivaille!. – Exclamó Petra cuando Levi llegó junto a ella, la mujer estaba muy concentrada en su trabajo que no se había percatado de que el sargento se acercaba hacia donde estaba lavando.

– Cuando termines de recoger esta colada ve a la cocina para hacer la cena y avísale a los demás. – Indicó Rivaille sintiendo la suave brisa golpeando su rostro en el lugar del cuartel que disponían para lavar las ropas y demás telas.

– Claro. – Respondió Petra con una sonrisa dulce. – Sargento… ¿desea que prepare algún plato especial?. – Se atrevió a preguntar la mujer con un leve sonrojo enmarcando sus mejillas.

– Estará bien cualquier comida. – Contestó Rivaille frunciendo un poco su entrecejo ante la pregunta de Ral, pues ella mejor que nadie sabía que no eran tiempos de ser caprichoso con la comida ya que esta era valiosa.

Rivaille recordaba que los padres de Petra trabajaban de jornaleros en los campos de cosecha, a las afueras de Caranés, y la mujer conocía lo difícil que era cuidar de las plantas ya que podían ser afectadas por sequías o plagas que posteriormente se vería perjudicados la gran mayoría de las personas porque no podrían contar con alimento, por ello, a Rivaille no le había agradado en demasía que le preguntara a si quería comer algún platillo en especial porque sus gustos ante los alimentos no era algo prioritario.

– Solo pensé que estaría bien preparar alguna comida que le gustara para animarlo, sargento Rivaille. Hoy no se ve muy bien. – Comentó Petra un poco cohibida por la respuesta que Levi le había dado.

Rivaille no dijo nada, solo se limitó a girar y volver a dirigir sus pasos hacia el interior del edificio dejando a Petra que continuaba con su tarea encomendada de hacer la colada.

Rivaille terminó de subir las escaleras que llevaba al pasillo donde se encontraba su habitación y ahí vio a Eren.

Tal y como él le había pedido, Eren se encontraba esperando recargando su espalda en la pared del pasillo frente a la puerta de su alcoba y una sonrisa imperceptible brotó en los labios del sargento mientras se acercaba a donde estaba el chico.

Levi aceleró su andar hasta llegar a donde estaba Eren que había dejado de apoyar su espalda en la pared al percatarse de que el sargento había aparecido en el pasillo y cuando Rivaille estuvo lo suficientemente cerca del adolescente, no dudó en llevar sus manos a la cara del Jaeger y obligarlo a inclinarse para poder besarlo.

Un beso en el que solo Rivaille participó porque Eren había vuelto a paralizarse ante la inesperada acción del sargento pero Eren no le privó a Rivaille de que saboreara su boca ya que por instinto, Eren abrió su boca para emitir un quejido de asombro que fue callado por la boca del sargento y la lengua de Levi entró ávidamente y sin reparo ante la invitación inconsciente que Eren le proporcionaba cada vez que lo besaba de esa manera.

Cuando Rivaille decidió terminar el beso, no se contuvo en mirar el rostro de Jaeger aún aturdido pero mostrando un sonrojo que de alguna forma le gustaba ver ya que hacía que los grandes ojos verdes de Eren parecieran brillar con más intensidad de lo que lo hacían habitualmente.

– Entremos. – Propuso, después de unos minutos, Rivaille y Eren asintió con la cabeza creyéndose incapaz de poder hablar en ese momento.

Como habría de esperar, la alcoba del sargento Rivaille estaba pulcramente ordenada.

La ventana estaba abierta, haciendo que la brisa pudiera bailar con las cortinas, a pesar, de que estas estuviesen corridas hacia los lados para poder dejar entrar la luz solar en el cuarto.

Entonces, Eren recordó la primera vez que había entrado en esa habitación donde había un desorden impropio y, en esos momento, se preguntaba si lo habría imaginado.

– Siéntate ahí. – Señaló Rivaille con su mano el único sofá que había en el cuarto, no era muy grande pero si lo bastante cómodo, que se encontraba a un lado del escritorio y frente a una pequeña mesa.

Eren solo se limitó a sentarse en el sofá mientras Rivaille cerraba la puerta de su alcoba y se dirigía al escritorio donde tomó un papel, abrió un pequeño bote de tinta negra para coger una de las plumas de ganso que tenía para comenzar a escribir la carta que debería darle a Günter antes de que partiera a Trost en busca de materiales que necesitaban para seguir reparando ese viejo cuartel.

El silencio había inundado la habitación en la que solo se escuchaba el rasgar de la pluma al escribir en el papel aunque en medio del silencio, Rivaille no dejaba de mirar a cada segundo a Eren que se removía en su asiento cada vez que sus miradas colisionaban fortuitamente.

Rivaille terminó la carta y limpió la pluma antes de dejarla en su lugar correspondiente para, luego, cerrar el pequeño bote de tinta y, acto seguido, levantarse de la silla frente al escritorio e irse a sentar en el sofá, justo al lado de Eren.

Rivaille no dudó en cruzar sus piernas antes de buscar sin ninguna vergüenza la mano del chico y entrelazar sus dedos con los suyos.

– ¿Te sientes incómodo?. – Preguntó Rivaille con su mirada fija en el rostro del quinceañero después de dejar transcurrir algunos segundos en silencio.


– No. – Respondió Jaeger sonrojado mientras miraba su mano en el regazo de Rivaille con sus dedos entrelazados. – Solo es extraño. – Murmuró en un hilo de voz que Levi logró escuchar.

– Ahora no estamos en condición de oficial y subordinado, Eren. Este momento estamos como dos personas que siente algo especial hacia el otro. – Aseguró Rivaille presionando un poco la mano de Eren que se había puesto más colorado. – Recuerda que aceptaste el tener una relación conmigo. – Objetó un poco molesto por tener que recordárselo ya que era obvio que tendrían ese tipo de contactos tan superficiales pero a la vez significativos.

– Lo sé, es que no… yo no he estado así con nadie. – Confesó Eren con vergüenza.

– Te acostumbrarás. – Se limitó a decir Rivaille y Jaeger asintió con la cabeza no muy seguro de las palabras del sargento. – ¿Te atraigo?. – Preguntó repentinamente Rivaille después de unos minutos de silencio y Eren se sobresaltó en su lugar antes de mirar al sargento. – ¿Te atraigo, Eren?. – Repitió sin apartar sus ojos del adolescente que volvió enrojecer su rostro. – Tú a mí sí. – Murmuró deshaciendo sus manos para acercar su rostro a Eren que se reclinó en busca de mantener un espacio prudencial con Rivaille.

– Sí… – Titubeó el quinceañero mientras giraba la cabeza. – Pero…

– Eren deja de hablar y acércate. – Ordenó Rivaille frustrado por la indecisión del chico y ansioso de poder volver a probar los labios que ya le pertenecían.

Sin embargo, y contrario a lo que podía pensarse, Eren hizo caso a las palabras de Rivaille, pues el tono que el sargento había utilizado había hecho que Jaeger se sintiera hechizado por la voz serena que era capaz de intimidar al mismísimo demonio.

El adolescente se sintió envuelto en sus impulsos primarios ante el tono que había utilizado Levi para hablarle y dejándose llevar por sus instinto se apegó más a Rivaille, con timidez abrazó la cintura del sargento mientras que el rostro sonrojado del adolescente se inclinó para comenzar un beso cohibido.

Rivaille se agarró de los hombros de Jaeger mientras sus lenguas jugaban en un intento que pedía ser más anhelante pero, no obstante, era lento, dulce y temeroso.

Tan exhorto y concentrado estaba Rivaille en el beso que no se percató como Eren se dejaba llevar cada vez más y más por sus instintos, comenzando a imponerse el adolescente sobre Rivaille, pues Jaeger se reclinaba cada vez más, recargándose sobre el cuerpo del sargento. Obligando a Levi a ir recostándose sobre el sofá y las manos de Jaeger comenzaron a moverse en suaves caricias por el costado del cuerpo de Rivaille al sentirlo a su merced.

Rivaille había dejado que sus manos volaran en agasajos hacia el cuello y cabeza de Eren que no dejaba de tocarlo a un ritmo pausado como si Levi pudiese con sus manos encontrar  la forma de fusionarse con el cuerpo del joven que hacía más presión en el beso del que habría supuesto en un comienzo y haciéndole sentir a Rivaille que Eren, también pretendía buscar la manera de sentirlo más allá de lo que estaba permitido.

Varios gemidos fueron insonorizados en la boca contraria y la excitación comenzaba a germinar en sus cuerpos como un torrente de agua porque ambos habían dejado de lado la conciencia, solo dejándose llevar por sus instintos, aquello que le gritaban el querer percibir el calor del contrario, saborear el aliento de su compañero y sentir la piel oculta bajo las ropas del otro.

Eren con osadía y sin separarse de aquella boca que besaba, tiró de la camisa del sargento, logrando que la prenda subiera lo suficiente para dejar al descubierto un abdomen tonificado por los duros entrenamientos y sin prestarle la más mínima atención dejó que sus manos rodasen por la piel sin vello, siendo las manos de Eren las únicas que estuviese conociendo esa piel normalmente escondida por prendas.

Rivaille no pudo evitar presionar más a Eren al sentir como las manos del adolescente habían tomado la confianza suficiente para tocarlo sin pudor, sintiendo como cada caricia comenzaba a quemarle en la piel como fuego y fue, en ese momento, que Rivaille se dio cuenta que deseaba algo más profundo e intimo con Eren. Rivaille quería algo prácticamente prohibido a ser exigido y solo conseguido con paciencia porque Rivaille se percató de que quería a Eren para siempre como antes no había ocurrido con nadie y aquel sentimiento, hizo que Rivaille se creyera aplastado como un insignificante insecto, aturdiéndolo más de lo que hubiese previsto cuando le había pedido tener una relación a Eren que solo concebía como algo fugaz pero que en ahora ese pensamiento se veía abolido por la palabra eternidad.

Sin embargo, el momento de entrega entre la pareja fue interrumpido por unos golpecitos en la puerta que hizo que Eren pareciera despertar del influjo en el que había caído y se separó bruscamente de Rivaille cayendo al suelo y golpeándose la cabeza con la pequeña mesa de café que había frente al sofá mientras que Rivaille emitió un pequeño gruñido inconforme ante la interrupción.

– Sargento Rivaille, la cena ya está. – La voz de Petra se escuchó desde fuera de la habitación.

– ¡Bien!. – Vociferó Levi para que pudiera escuchar la mujer y se marchara mientras se incorporaba alisando su camisa. – ¿Estás bien?. – Preguntó Rivaille a Eren que se había llevado las manos a la zona adolorida de su cabeza.

– Sí. – Contestó Jaeger limpiándose los ojos que se habían humedecido ante el dolor sufrido al golpearse en la coronilla.

– Deja ver. – Pidió Rivaille apartando las manos del adolescente y ver el chichón que pugnaba con crecer en la cabeza de Eren debido el fuerte golpe.

– No es nada. – Insistió Eren pero Rivaille no le hizo caso y fue hasta uno de los muebles de la habitación donde abrió una gaveta para sacar un pequeño tarro que abrió.

– Esto ayudará a que desaparezca la inflamación. – Explicó el sargento haciendo caso omiso al quinceañero que había obligado a arrodillarse y comenzó a aplicar con delicadeza el frío ungüento.

– G-gracias. – Agradeció Eren un poco desconcertado por la amabilidad de Rivaille mientras se volvía a poner de pie después de que Levi terminase de aplicar la crema.

– Eren. – Llamó Rivaille al adolescente que lo miró. – Si no deseas esto, es el momento de decirlo. No tienes que seguir con una relación conmigo y, mucho menos, si te sientes obligado.

– No, yo no me siento así. Yo ahora… – Eren calló rápidamente mientras se sonrojaba mientras intentaba descifrar lo que sintió o buscar una respuesta a lo que había pasado cuando había comenzado a besar a su superior pero sintiéndose bloqueado miró a Rivaille y suspiró para poder ser lo más franco, no solo con él mismo sino, también, con Rivaille. – Yo no acepté solo porque sintiera curiosidad o me sintiese forzado. Yo quería saber… – Eren se detuvo apretando los puños mientras sus ojos descendieron al suelo antes de levantar su rostro para enfrentar la mirada del sargento mostrando determinación y seguridad en sus ojos verdes. – ¡Quería saber el por qué me siento así desde aquella vez que me besó!. – Exclamó con una voz que hizo que los pelillos de la nuca de Rivaille se erizaran y el estómago se le retorciera tan grotescamente que podía sentir como un calor emergía desde el centro de su pecho para extenderse por todo su cuerpo. – No puedo explicarlo pero aquel día, me sentí extraño y, ahora, cuando… bueno, se sentía bien aunque tenía muchas sensaciones desconocidas pero eso me gustó. Yo creo que todo eso que estoy sintiendo hacia usted… – Eren se detuvo un instante mordiéndose el labio antes de cerrar los ojos. – ¡Sargento Rivaille, usted me gusta!. – Gritó enrojecido Eren al confesar sus sentimientos.

Levi tan solo se acercó al adolescente y sin decir nada se abrazó a él, en ese momento las palabras de Jaeger le hicieron sentir el humano más feliz sobre la tierra, era por ello, que necesitaba estar seguro que se trataba de Eren de quien había escuchado aquellas palabras. Rivaille necesitaba abrazarlo para sentir su calor y saber que no estaba soñando pero cuando hundió su rostro en el pecho de Jaeger, el corazón frenético del muchacho le dio una prueba más de que no se encontraba en medio de una fantasía del subconsciente.

– Realmente… realmente esta vez… este mocoso ha logrado que yo… me haya enamorado. – Pensó Rivaille sonrojándose porque, por primera vez, aceptaba que aquel “me gustas” se trataba de un “te amo” y apretó, con algo más de fuerza en el abrazo, al joven porque Rivaille estaba sintiendo el nuevo sentimiento que no podía negarse más y deseando quedarse de esa forma para siempre pero, al mismo tiempo, Rivaille se sentía vulnerable a lo que pudiese pasar a partir de ese instante porque solo podía ser consciente de una cosa, del miedo y la necesidad que había engendrado sin darse cuenta de todo lo que relacionaba a Eren. – Ma cœur est à toi désormais, Eren*. – Susurró aquella corta oración que recordaba de una lengua extinta y que siempre le había gustado pero que jamás le había dicho a nadie.

 – ¿Sargento Rivaille…? – Preguntó Eren sin entender bien lo que había dicho y dejándose abrazar por el hombre que en ese momento se veía tan diferente a como de costumbre.

Lentamente, Rivaille se fue separando del cuerpo que no deseaba dejar de abrazar mientras secretamente se prometía el cuidar de Eren y aún si tendría que dar su vida a cambio. También, prometiéndose de que haría todo lo que estaba en su mano para que Jaeger lo amara tanto como él se había percatado en ese momento de que lo ama.

– Eren… – Llamó al joven que lo observaba atentamente pero no dejó que hablara solo tomó la cara del adolescente para besarlo y sellar la promesa que se había hecho a sí mismo Rivaille. – Será mejor que vayas al comedor, yo iré de inmediato. – Le indicó a regañadientes, no quería dejarlo salir de su habitación pero era consciente de que no solo de aire y arrumacos podía vivir una persona.

Eren asintió con la cabeza antes de marcharse de la alcoba de Rivaille para dirigirse al comedor pero no pudo evitar girar la cabeza para ver al sargento que lo observaba desde el lugar en el que estaba antes de abrir la puerta y desaparecer detrás de esta.

Rivaille caminó hacia el sofá y se dejó caer sobre el asiento para llevarse las manos a la cara, cubriendo su rostro como si hubiese alguien que pudiese verlo.


– No te permitiré que te alejen de mí. – Murmuró Rivaille en el silencio de la habitación con voz amenazadora, como si alguien lo hubiera retado y él tuviese la necesidad de responder de esa forma tan demandante.



Aclaración de  los términos:


* Ma cœur est à toi désormais, Eren: Esta corta oración en francés dice literalmente “Mi corazón es tuyo, Eren”. Bueno, esto es lo que quería escribir no sé si está bien escrito, pues mi francés deja mucho que desear. Si esto lo he escrito mal, podéis decirme y rápidamente lo corregiré para escribirlo como se debe ^^. También, os diré que no aparecerán más palabras, frases u oraciones de Rivaille hablando en francés y, ya os aclaro, que no acostumbro a hacer este tipo de cosas, esto fue solo un pequeño regalito para que os imagines a Rivaille hablando francés (al menos, se que una persona estará encantada con este pequeño aporte).

No hay comentarios:

Publicar un comentario