- El pronóstico de Bean y Swaney.-
Antes
de poder evitar el abrazo de la mujer, Rivaille ya era apretujado por Hanji y
había tenido la suficiente destreza, fuerza y equilibrio para no terminar en el
suelo aunque el hecho de poder continuar de pie aguantando, no solo su peso
sino también el de la teniente, no evitó que una gran punzada de dolor
recorriera su cuerpo como un rayo que surcó toda su espina dorsal y terminara
emitiendo un ahogado quejido imposible de retener.
–
Aparta. – Ordenó Levi a la teniente en cuanto su aliento volvió para permitirle
hablar mientras la apartaba con el fin de que la mujer deshiciera el abrazo con
el que lo aprisionaba.
– ¿Y
dónde tienes escondido al precioso Eren?. – Preguntó Hanji ignorando al
sargento y llevándose una mano a la frente en forma de visera mientras giraba
bruscamente de un lado a otro su cabeza en espera de divisar a Jaeger. – Espero
no lo hayas asesinado aún, tengo mucho que saber de él y ver como hace que su
cuerpo se vuelva en un maravilloso titán. – Dijo efusivamente mientras sus
mejillas se sonrojaban al recordar la proeza que era capaz de hacer el joven.
Rivaille
suspiró y pasó a un lado de la mujer, ignorando su dolor y que debido a Zoe
pareciera que ahora le quemaba más el interior de su vientre por la brusquedad
del acto afectivo.
–
¡Ri…vai…lle…! – Canturreó cada sílaba del nombre del sargento
melodramáticamente la teniente al percatarse que Levi continuaba con aquella
actitud desatendida hacia ella.
–
Preocúpate de tu caballo y acomodar tus cosas en alguna de las habitaciones,
bien alejada de la mía, antes de que decida tirarte al pozo. – Contestó
desdeñosamente Levi al sentir que Zoe lo estaba siguiendo como un animalillo en
busca de comida mientras se dirigía a donde se encontraba Petra.
– ¿Y
cómo voy a saber cuál es tu habitación?. Además, que importa si me instalo
cerca de donde te encuentras tú pero preferiría una alcoba cerca de la de Eren
y comprobar que no se transforma en titán en medio de la noche o para saber si
mientras duerme tiene alguna anomalía muy distinta a los humanos normales. –
Inquirió la mujer con emoción.
–
Nadie quiere oír tus ronquidos en la noche. – Acotó sin dejar de caminar.
– Eres
horrible, Levi, ¿cómo puedes decir que ronco?. – Inquirió con disgusto siguiendo
al sargento hasta el lugar en el que se encontraba Petra haciendo su tarea
encomendada.
–
Petra llévala a alguna habitación y déjala encerrada ahí, yo termino esto. –
Ordenó Rivaille a Ral ya que estaba más que molesto no solo por lo que estaba
padeciendo sino porque sentía que la voz de Hanji le estaba taladrando la
cabeza a cada palabra que pronunciaba la teniente con sus desvaríos.
– Sí,
sargento Rivaille. Teniente Hanji, por favor acompáñame.– Obedeció Petra
dejando de hacer la colada y acercándose a Zoe para acomodarla en alguna de las
tantas habitaciones que estaban desocupadas en el cuartel.
Levi
escuchó como Hanji se iba junto con Petra discutiendo su “mezquina” actitud mientras
él terminaba de recoger la ropa de la colada soportando el dolor que sentía y,
a pesar, de que Zoe lo había incrementado pero no iba a quejarse como si fuera
una de esas mujeres mimadas de la alta sociedad. Antes de entrar de nuevo al
edificio, apareció Ral, ocupándose de llevar las ropas limpias dentro del
cuartel aunque el sargento no perdió la oportunidad de ordenarle a Ral el que
le llevara la comida a la teniente a la habitación, lo menos que deseaba era
estar escuchando a Zoe hablar sobre lo apasionante que era su estudios con los
titanes y las nuevas teorías que había logrado adquirir gracias a sus
experimentos. Luego, Rivaille se dirigió a donde estaban el resto de sus
hombres indicándole el final del día laborable y percatándose del buen trabajo
que habían hecho, siendo el último Eren, a quien le aconsejó darse una ducha ante
lo sucio que se encontraba.
Sin
embargo, después de duchase el propio sargento y haber cenado todos como ya
acostumbraban, Rivaille decidió comunicarle al resto de su equipo la llegada de
la teniente después de que Petra preparara algo de té y estuvieran esperando la
llegada de Hanji, ya que sabía que la mujer se presentaría ante ellos, para
poderse marchar, Rivaille no dejaba de mirar a Eren con preocupación, sabía que
Zoe podía ser realmente cruel al hacer sus estudios e investigaciones aunque,
anteriormente, le había importado muy poco a Levi el cómo Hanji realizaba sus
pruebas para adquirir conocimiento acerca de los titanes para beneficio de la
humanidad pero en esta ocasión, Rivaille no podía dejar de estar preocupado, si
era cierto que Eren tenía la capacidad de hacer aparecer y dirigir a voluntad
un titán no dejaba de ser un muchacho, un muchacho al que había convertido en
su amante.
No
obstante, en ese rato de espera los componentes del equipo de Levi habían
comenzado a charlar sobre la próxima expedición y la ingresión de los nuevos
cadetes al escuadrón ya que sabían que pronto ambos sucesos se darían lugar.
– Han
pasado muchos días desde que estamos aquí, ¿cierto?.– Habló Günter después de
escuchar lo dicho por el sargento de la llegada de Hanji al cuartel. – Y el
comandante Irvin hablaba de una gran expedición. Además, de la opción de la
pronta incorporación de los cadetes que quieran formar parte del escuadrón de
expedición, ¿será verdad?.
– No
es algo tan fácil de saber aunque los cadetes de este año han sabido
arreglárselas bastante bien ante la invasión de los titanes, así que tienen
algo de experiencia sobre cómo han de enfrentarse a un titán en la vida real. –
Le respondió Erd Gin.
– Con la
invasión, tuvieron bastante para mancharse los pantalones esos novatos. – Se
burló Aurou imaginándose las caras aterradas de los cadetes durante la invasión
antes de tomar un poco de té de su taza.
– ¿Es
posible eso, sargento Rivaille?. – Preguntó Petra, ignorando el comentario poco
oportuno de Brossard, sacando de sus divagaciones a Levi.
– Yo
no me encargo de esas cosas. – Contestó con simpleza el sargento. – El único
que puede saberlo es ese… él debe de pensar y saber mucho más sobre ello que
cualquiera de nosotros. – Añadió recordando que el encargado del escuadrón de
expedición era Irvin, por ello era la cabeza al mando.
– Aún
así es sorprendente lo que está ocurriendo y que hayamos recuperado la
esperanza con la posibilidad de poder bloquear el agujero de la muralla María.
– Aclaró Günter mirando a Eren ya que de alguna manera, el adolescente se había
convertido en la esperanza de la humanidad. – Pero… ¿cómo es posible que te
conviertas en titán, Eren?.
– No
lo sé exactamente, solo sé que cuando muerdo mi mano hasta hacerla sangrar es
cuando ocurre… – Respondía Jaeger mientras llevaba su mano cerca de su boca
para indicarles como hacía para hacer aparecer su cuerpo de titán. – ¿Cómo es
que sé esto?. – Pensó mientras se miraba la mano con sorpresa sin percatarse en
ese momento que era el centro de atención de todos los presentes.
–Bueno,
no creo que se quede quieto en cuanto te vea y comience a tocarte hasta que
mueras, Eren. – Interrumpió Levi recordando a la recién llegada después de
escuchar las palabras de Jaeger de cómo hacía para formar al titán mientras
apretaba la mandíbula al imaginarse como toqueteaba sin ningún desparpajo a
Jaeger solo porque podía transformarse en titán y él no podría decir nada ni
hacer nada debido a que conocía perfectamente la condición a la que estaba
expuesta Eren por orden de la corte, el generalísimo Dalliz y el propio
escuadrón de reconocimiento.
– ¿Quién…?
– Preguntó casi con temor Eren al no saber bien a qué se refería el sargento y
recordando la sugerencia que propusieron en su juicio por parte de la policía
militar de diseccionarlo como si se tratase de un animal antes de ser disecado
para el disfrute de las personas por ser una excentricidad.
Sin
embargo, antes de que Rivaille pudiese responder, la puerta del comedor se
abrió estrepitosamente dejando ver a la teniente que ingresaba a la habitación
sonriendo.
– ¡Disculpen
señores y… buenas noches! pero este castillo se siente tan hogareño. – Saludó
Hanji acercándose a la mesa que ocupaban todos los presentes.
– Esa…
– Murmuró el sargento viendo como Zoe se dirigía a donde estaba Eren
desestimando al resto de las personas que allí se encontraban.
–
¡Hola Eren! Nos conocimos en la corte, soy una de las líderes del destacamento
pero ahora soy la que está a cargo del estudio de los titanes, en este momento
con ayuda de dos muestras vivas que logramos capturar en la ciudad. –Saludó
rápidamente la teniente a Jaeger mientras le daba a conocer alegremente cual
era su posición y ocupación dentro de la legión que tenía como emblema las alas
de la libertad. – Mañana haremos unas pruebas y quisiera contar con tu completa
ayuda.
– Pero
yo… – Intentó hablar el adolescente mientras era acorralado por la verborrea de
Hanji.
– ¿Qué
pasa?, ¿por qué pones esa cara?. – Inquirió Hanji al ver la cara de duda de
Eren y su intento de cuestionarla.
– Yo
no tengo el permiso para poder ir a esas pruebas. – Murmuró Eren antes de girar
sus ojos hacia donde se encontraba Rivaille.
–
Levi, ¿qué tiene que hacer mañana Eren?. – Preguntó la teniente con impaciencia
al comprender a que se refería el muchacho.
–
Mañana tiene que limpiar el patio. – Aclaró con un pequeño ápice de esperanza
de que la mujer desistiera de hacer esas pruebas.
– ¿¡Solo
eso!?. Entonces, ya si tienes permiso Eren. Mañana podremos comenzar con las
pruebas y así podré desarrollar más mis hipótesis acerca de las teorías de los
titanes.– Habló enérgicamente la teniente.
–
¿Teorías…? – Pregunto sin comprender Jaeger de que estaba hablando la mujer con
tanto entusiasmo.
– Sí,
teorías, sabía que a alguien como tú le gustaría escuchar acerca de mis
conocimientos sobre los titanes, ¿a qué sí?. – Preguntó con felicidad Zoe y en
ese momento tanto Rivaille como el resto de su equipo se levantaron para dejar
a solas a la teniente con el adolescente en el comedor ya que sabía que sin
proponerlo, Eren había abierto la caja de Pandora que custodiaba Hanji y
ninguno de los allí presente estaba dispuesto a escuchar todas las
explicaciones, cuestiones, descubrimientos e hipótesis acerca de los titanes.
Cuando
Levi llegó a su habitación no pudo evitar dar un portazo al entrar en su
alcoba, como había previsto la llegada de Hanji había sido más molesta que la
de Irvin y para colmo, sentía que en cierta forma le había arrebatado esa noche
a Eren para compartir argumentos que solo a Zoe le eran interesante, según la
opinión de Levi.
Se fue
a acostar a su cama sin siquiera cambiarse la ropa o al menos, quitarse las
botas, no le apetecía nada más que intentar conciliar el sueño, algo que logró
sin apenas percatarse de ello mientras no dejaba de injuriar a la teniente por
su aparición y privarle de poder dormir con Jaeger a su lado o, al menos, haber
compartido con el quinceañero algún arrumaco antes de ir a dormir.
Despertó
a causa de un estornudo involuntario y sintió un leve dolor de cabeza por lo
que Rivaille no pudo impedir soltar una maldición, había dormido olvidando
cerrar la ventana haciendo que el frío nocturno lo abrigara en la noche y solo
esperaba que un resfriado se le hiciera inminente porque eso sería algo
demasiado inapropiado para esos días en que tendría que estar presente y
cuidando de Eren ante los estudios que Hanji le realizaría pero,
afortunadamente, el ardor que había estado sintiendo desapareció como si fuera
por arte de magia aunque el dolor latente y más leve en su retaguardia aún
continuaba.
Levi
cerró refunfuñando la ventana de su habitación antes de darse una ducha,
reprobándose a sí mismo el haber dormido vestido y cuando volvió a estar
presentable, luciendo su uniforme bien planchado, bajó al comedor cuando
escuchó como la puerta principal estaba siendo aporreada por lo que se dirigió
a abrirla dejando entrar a un soldado del escuadrón de reconocimiento.
–
¡Sargento!, ¡traigo un mensaje urgente para la teniente Hanji!. – Se apresuró
a decir el soldado atropelladamente. –
¿Puede indicarme donde se encuentra?.
Sin
embargo, antes de que Levi pudiera decir algo, un grito de euforia de Zoe hizo
eco por el lugar y el soldado se disculpó antes de correr hacia el sitio del
que provenía el gritos para que a los segundos se escuchara a Hanji gritando
desgarradoramente y saliera corriendo del comedor angustiada seguido de un
ojeroso Eren y el soldado que había acudido al lugar como mensajero.
–
¡Bean…! ¡Swaney…! – Lloriqueó la mujer entre gritos acercándose a Levi ya que
el sargento no había tenido tiempo de moverse de allí. – ¡Rivaille… los
asesinaron…! – Gritó Zoe al percatarse de la presencia del sargento en la
puerta antes de coger por los hombres a Rivaille y zarandearlo con fuerza.
Levi
no dijo nada, solo se ocupó de soltarse del agarre de la teniente que sin
esperar corrió a por su caballo para junto al mensajero salir a galope hacia la
ciudad.
–
¡Eren!. – Llamó el sargento al adolescente que se había paralizado al verlo
allí. – ¡Ve a llamar a los demás y ponte la caperuza, nos vamos a Trost para
ver lo que ha ocurrido!. – Ordenó Rivaille antes de dirigirse a las
caballerizas para preparar a su caballo.
– ¡Sí,
señor!. – Acató la orden Eren antes de correr escaleras arriba para llamar al
resto de los componentes del equipo de Levi.
Rivaille
no solo había preparado su caballo sino también había acondicionado el de Eren
en los pocos minutos que el quinceañero tardó en volver a aparecer.
–
Eren. – Llamó al chico que no dudó en acercarse y antes de que Jaeger pudiera
abrir la boca fue derribado y besado. – Mocoso, ¿cómo te atreviste a hacerle
caso a esa loca?. – Le susurró mientras desabrochaba el pantalón de Eren y sin
más buscar la semierección del adolescente que había causado.
– ¡Se…
señor! –Tartamudeó Jaeger al ver lo que pretendía hacer el mayor.
–
Tenemos tiempo antes de que venga los demás, ya tú caballo, como él mío, están
preparados. – Indicó mientras comenzaba a hacerle una felación al adolescente.
–
¡Ah…! ¡Sarge…nto…! – Gimoteó Eren ante el inesperado acto.
Levi
no se contuvo en desabrochar su pantalón mostrar su sexo excitado, el cual
comenzó a estimular más, por los jadeos del menor, el lugar en el que lo había
incitado, la posibilidad de ser descubiertos o el escuchar a los caballos
relinchar cerca suyo, animales que podrían golpearlos con una coz haciendo
aquel momento en algo más peligroso de lo podía ser.
–
¡Sarge…! – Llamaba Eren sintiendo cerca el final pero antes de que pudiera
alcanzar el clímax, Rivaille se levanto, terminó de bajar sus pantalones y sin
ninguna preparación se auto penetró con el pene del adolescente pero el dolor
que punzaba agudo ante la brusca intromisión en su cuerpo se desvaneció al
sentir nuevamente la caricia en un punto de su interior que parecía solo
alcanzar y conocer en su cuerpo, Eren.
Levi
escuchó como Jaeger gruñía de puro placer mientras terminaba en su interior,
ardiente como lava, provocando que Rivaille también alcanzara el orgasmo
manchando la paja esparcida por el suelo del establo y haciéndolo desear más del
placer que le proporcionaba el menor, a pesar de las consecuencias, Rivaille
sabía que podía soportar el dolor, podía aguantar la molestia proporcionadas al
ser ultrajado con el simple hecho de poder sentir elevarse con cada envestida que
Eren pudiese otorgarle, aún había sido una, fue lo suficiente para hacerle
saborear el éxtasis en los labios mientras intentaba ahogar su gemido.
Rivaille
se levantó aún sin haber regulado su respiración agitada y acomodó sus ropas
antes de mirar al adolescente que aún permanecía sentado en el suelo.
– Apresúrate
antes de que lleguen los demás. – Le ordenó caminando hacia su caballo como si
no hubiera ocurrido nada, como si el dolor punzante por la brusquedad que había
sido abierto su ano no existiera o el ardor, ahora leve, que sentía nuevamente
en su vientre fuera algo a lo que no se
debía de tener en cuenta.
Eren
ya se había acomodado sus ropas cuando el resto del equipo de Rivaille llegó
para preparar a sus caballos para la montura y al salir vio al sargento en
espera de ir hacia la ciudad, por lo que Eren no pudo evitar sonrojarse antes
de montar sobre la silla puesta en el lomo de su caballo y esperar por el resto
del equipo de Rivaille, los cuales tardaron unos 20 minutos en preparar a sus corceles
para salir al patio donde Levi y Eren los esperaban.
Rivaille
a la cabeza del grupo guió a su equipo hacia Trost, donde sabía estaba Hanji
experimentando con dos titanes capturados pero al llegar, se encontraron con
gente amontonada alrededor de algo o alguien que de donde procedían gritos
angustiosos que Levi pudo identificar como la voz de la teniente.
Entre
el tumulto de personas, Rivaille pudo
ver a Irvin que miraba uno de los montones de cenizas que había sido un titán
escasas horas atrás y no dudó en acercarse para informarse sobre lo sucedido.
–
Rivaille. – Fue el saludó del capitán del escuadrón de exploración. – ¿Qué
crees sobre esto?. – Preguntó volviendo a mirar el cómo desaparecía lo restos
de los titanes.
Levi
no dudó en mirar hacia el lugar que parecía tenía hipnotizados a todos los que
estaban allí, ya fueran civiles o soldados.
– Que
tuvo que ser un idiota o alguien que se cree demasiado listo para hacer algo
así. – Contestó el sargento antes de volver su vista al capitán Smith.
– Te
estaré esperando, Levi. – Le dijo Irvin dando por finalizada la charla en la
que los gritos de Hanji junto a los cuchicheos de los espectadores era lo único
que se escuchaba.
–
¡Vamos!, la policía militar se ocupará de este incidente. – Ordenó a Eren, Levi
agotado de ver el show que estaba ejerciendo la teniente ante algo que,
seguramente, ella terminaría haciendo solo que le habían cortado la posibilidad
de hacerlo.
–
¡Eren!. – Llamó volviendo la vista a Jaeger que se había puesto a un lado del
sargento en algún momento mientras observaba dicho espectáculo.
–
¡Señor!. – Respondió instantáneamente al llamado de Irvin. – ¿Qué es lo que
ocurre?. – Se atrevió a preguntar algo confundido por la escena.
– ¿Qué
es lo que ves, Eren?, ¿quién crees tú sobre quién es el enemigo?. – Le preguntó
el capitán a Eren en voz baja, solo para que el quinceañero lo escuchara
mientras apoyaba sus manos sobre los hombros de Eren.
–
¿¡Eh…!?– Fue lo único que Eren pudo emitir ante la confusión que había
engendrado en él las preguntas repentinas que Irvin le había formulado.
–
Disculpa, Eren. Te he preguntado algo absurdo.– Se disculpó Smith antes de
retirarse del lugar seguido de algunos soldados del escuadrón de
reconocimiento.
–
¡Eren!. – Llamó Rivaille para que no se quedara allí paralizado por lo que
fuera que Irvin le había dicho.
– ¡Sí,
sargento Rivaille!. – Se apresuró a decir antes de seguir a Levi para ir con el
resto del equipo a donde habían dejado los caballos.
Cuando
se habían alejado lo suficiente de donde se encontraba la aglomeración y el
bullicio que generaban los gritos y susurros de las personas, Rivaille detuvo a
su caballo, provocando que el resto de su equipo lo imitase.
–
Volved al cuartel y terminar de acondicionar el lugar. Yo tengo que reunirme
con el capitán. – Habló escuetamente. – Proteged a Eren, ya sabéis que es
valioso para el escuadrón de reconocimiento. – Les recordó antes de encaminar a
su caballo hacia el cuartel del escuadrón de exploración que había en Trost.
– ¡Sí,
sargento!. – Gritaron al unísono Petra, Günter, Aurou, Erd y Eren antes de
encaminarse al lugar en el que habían pasado esos días.
Levi
llegó al cuartel que la legión de reconocimiento tenía en Trost para
encaminarse al despacho de Irvin, al que entró sin llamar, sabía que aún el
capitán Smith no había llegado, seguramente, porque estaba intentando informarse
con más detalles de lo acontecido con los titanes que torturaba Hanji e
incluso, era posible que fuese a hablar con el capitán de la policía militar.
El
sargento suspiró con hastió antes de llevar una de sus manos al lugar donde aún
sentía un leve calor por lo que había hecho antes de llegar a Trost y leve
gruñido quiso escapar de sus labios, pues le hubiera gustado sentir más la
extraña pero agradable sensación a pesar de terminar con esas consecuencias.
La
puerta del despacho fue abierta repentinamente y haciendo que Levi retirara su
mano de su plana barriga mientras giraba su cabeza para ver como Irvin,
acompañado de Mike entraban a la habitación.
–
Rivaille, ya estás aquí. – Habló Irvin dirigiéndose a su asiento detrás del
escritorio mientras Mike solo olfateaba el ambiente antes de sonreír divertido
mirando al sargento, justo al mismo tiempo que cerraba la puerta para que nadie
interfiriera en el lugar.
–
Fuiste tú el que me dijo que viniera. – Le recordó Levi percatándose de la
sonrisa divertida de Mike, estaba seguro que el teniente Zackarius ya sabría
acerca de lo que había estado haciendo con Eren antes de llegar a Trost, si
algo caracterizaba a Mike era su capacidad de poder diferenciar olores, en
especial de los titanes, esa características del teniente había sido lo que
hasta el momento lo había beneficiado para continuar vivo y fuera una de las
manos derechas de Irvin.
–
¿Algún extraño se ha presentado por el lugar donde tenemos oculto a Eren?. – Le
preguntó seriamente mientras Mike apoyaba su espalda en una de las paredes que
había detrás de la mesa de Irvin.
– No.
– Fue escueto en su respuesta, hubiera sido bastante fácil percatarse en el
lugar de que algún sujeto se acercase allí, siendo que el cuartel estaba en una
zona bastante recóndita. – ¿Sospechas de que la persona que acabó con los
titanes quiera capturar o asesinar a Eren?. – Preguntó, sintiendo como cierto
miedo se instalaba en él al pensar que Eren terminara muerto por un enemigo que
parecía ser invisible.
– No
lo sospecho, estoy seguro de ello. – Afirmó Irvin entrelazando los dedos de sus
manos. – Eren debe de estar siendo visto como un obstáculo o quizás se trate de
que pueda mostrarnos algo que no se desea que descubramos. – Agregó con
convicción.
–
Exactamente, ¿a qué te refiere, Irvin?. – Prácticamente, masticó cada una de
las palabras que pronunció, aunque el subconsciente de Levi le gritaba lo que
estaba diciéndole el capitán Smith, tenía la necesidad de escucharlo de forma
directa ya que se negaba a hacerle caso a sus pensamientos.
– Las
cosas han cambiado, Rivaille. Eren resulta ser más valioso de lo que a priori
pensamos que sería, es posible que su existencia sea más importante que las
nuestras. – Aclaró Irvin con seriedad.
– ¿Y
qué pasará con la expedición al exterior que solicitaste?. – Inquirió con
molestia porque el rostro de su superior le indicaba que todo estaba
complicándose.
– La
expedición se llevará a cabo, no podemos desperdiciar esta oportunidad y es
posible que encontremos algún indicio de lo ocurrido hoy. – Dijo desenlazando
sus dedos. – Rivaille, ve a buscar a Hanji y volved al cuartel donde está Eren,
si es posible que comiencen con los estudios sobre el chico y si tienen algún
avance, ven a comunicármelo de inmediato. Además, espero estés aquí para el
recibimiento de los nuevos reclutas, creo que la presencia de Eren ante sus
antiguos compañeros puede beneficiarnos.
– ¿Eso
es todo?. – Preguntó Levi con parquedad por lo comunicado.
–
Solo… que no hables con nadie de lo que te he contado, esto es información confidencial,
Levi. – Apuntillo Irvin severamente mientras se ponía de pie. – ¡Cuida de
Eren!.
– No
tienes que recordármelo. – Respondió con tono de voz irritado Rivaille antes de
salir del despacho de Irvin para ir en busca de Hanji y volver al cuartel que
estaba aislado de la civilización para continuar con su trabajo de niñero pero,
también, para proteger con más ahincó a Jaeger de lo que estaba haciéndolo.
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