jueves, 2 de febrero de 2017

¡Cuídame! -Cap.3-


-Síntomas.-

Había pasado un mes desde que ambos chicos se habían aceptado mutuamente y mostrado sus sentimientos, entregándose ambos sin reserva alguna al otro aunque Naruto caía preso de la fiebre debido al sobreesfuerzo en su cuerpo que implicaba el hacer el amor.

Ambos chicos mostraban su amor siempre y cuando Naruto no parecía encontrarse débil o con señales de que pronto padecería una de las fuertes fiebres que lo abordaban por culpa del sello. A pesar de que eso supusiese que el rubio acabara pagara las consecuencias de esforzarse demasiado con la elevada fiebre que le producía delirios y llegase hasta vomitar sangre, les era imposible el no tener ese tipo de contacto en el que intentaban demostrase cuanto se amaban.

En ese mes Sasuke había comenzado a sentirse mal.

El moreno padecía constantes mareos y vómitos desde el momento que se despertaba hasta el que se iba a la cama a dormir.

El poseedor del sharingan se sentía cansado desde el mismo momento que se levantaba de la cama, por lo que se había acostumbrado a tomar la siesta para retomar energías que le permitían continuar activo lo que le quedaba de día. Además, de que lo poco que comía lo acababa  devolviendo casi al mismo tiempo de meterlo a su boca.

El Uchiha achacó todos estos síntomas a un estado de estrés a causa de su infructuosa búsqueda de algún jutsu que ayudase a Naruto y borrase el sello de Madara.

Habían transcurrido tres meses más y el poseedor del sharingan ya no se mareaba tanto aunque aún continuaba vomitando pero sólo por la mañana o después de ingerir algunos alimentos.

También, Sasuke se percató de que habían olores que le molestaban o comidas con aromas demasiados fuertes y aunque soliese comerlas, ahora no podía ni verlas porque le causaban nauseas. Sin embargo, había ocasiones que le asaltaban unos enormes deseos de comer ciertos alimentos que incluso, nunca le habían agradado, como los dulces, y evitaba comer, pero debido a esas ansias lo acababa devorando con apetito.

Otro punto que había descubierto Sasuke en su organismo, era su figura. Actualmente, su barriga se notaba abultada a lo que indudablemente atribuyó a la falta de ejercicio y estaba comenzando a engordar por no cuidarse tanto como estaba acostumbrado a hacer desde que era pequeño pero no le dio mucha importancia porque a Uzumaki no parecía importarle que estuviese gordo.

Otra parte de su cuerpo que también cambió fue su pectoral, se había endurecido y sus pezones estaban demasiado sensibles a roces o cambios de temperatura, era algo que le incomodaba y comenzó a vendarse el pecho.

Pasaron dos meses más en los que Sasuke ahora lucía una enorme tripa pero eso no le fue relevante para el Uchiha, aun y cuando Naruto comenzó a llamarlo “bombón” como mote cariñoso.

Tampoco le molestaba cuando se despertaba y encontraba al rubio acariciándole la panza o tenía su cabeza apoyada en su abultado vientre tarareando alguna canción o melodía que podía ser algún residuo de memoria o inventada por él.

Sasuke no entendía porque le agradaba tanto encontrarse al rubio haciéndole ese tipo de actos o lo delicado que últimamente lo trataba cuando hacían el amor pero lo hacía sentir especial. Aunque era consciente que el de ojos azules tampoco entendía ese extraño comportamiento que últimamente mantenía hacia él.

Si había algo que le preocupaba al moreno, era que comenzó a sentir movimiento en el interior de su estómago y era, perfectamente, consciente de que no se trataba de que fuese por hambre porque aquellos movimientos que sentía en distintas ocasiones a lo largo del día, eran muy diferentes e incluso dolorosos algunas veces.

Así, que el poseedor del sharingan decidió dejar su búsqueda de una posible técnica para eliminar el sello que Madara puso en el hombro de Naruto para comenzar a estudiar y analizar su cuerpo.

Sasuke comenzó a realizarse todo tipos de pruebas, algunas  de ellas de lo más innecesarias pero aun así las hacía.

El Uchiha no pudo evitar asustarse cuando una de las analíticas que se había hecho a sí mismo dio positivo.

Cuando el poseedor del sharingan descubrió de qué tipo de prueba se trataba, se le heló la sangre. Incluso, sintió repugnancia hacia sí mismo porque la prueba que había dado favorable y hasta repitió cinco veces más para saber que no se trataba de un sueño o alguna broma del destino, fue la de embarazos y era obvio que las otras pruebas que se realizó por si poseía otro tipo de enfermedad daban negativo.

Sasuke había pasado una semana entera como autómata hasta que consiguió recuperarse sin dejar de preguntarse el por qué era eso posible en él. Entonces el recuerdo de cómo Orochimaru y Kabuto le daban drogas que no dudaba en ingerir o inyectarse aquellos des confiables líquidos de colores, sin asegurarse o preguntar de los efectos secundarios de estas podían producirle, porque en esa época la mente del Uchiha simplemente estaba nublada por la sed de venganza, de la cual, tanto se había arrepentido de conseguir y siendo la única explicación que encontró Sasuke para justificar su estado.

Al pensar de que el sannin de las serpiente como su ayudante eran los posibles causante de que estuviese engendrando algo en su interior, le hizo entrar en pánico, asco a su ser y hasta, pensó en el aborto de esa criatura que estaba creciendo dentro de él.

Sin embargo, cada día que pasaba veía a su compañero que mimaba sin ser consiente su enorme tripa donde estaba desarrollándose esa vida y el recuerdo de todas las veces que habían mantenido relaciones sexuales y que aquel ser podía ser fruto de sus encuentros, hasta que esa criatura era una pequeña parte que había formado con el rubio. Fue entonces cuando el de ojos negros consiguió cambiar de opinión del ser que procreaba en su panza.

Ahora, Sasuke observaba su enorme abdomen como un pedacito que había creado con la persona que amaba.

Sasuke comenzó a desear a ese bebé, a querer conocerlo, a verlo crecer y él mismo formar parte de esa vida. Por ese motivo, el dueño del sharingan se vio forzado a contárselo a Uzumaki porque sería el único que lo podría atender en el momento de la llegada del bebé y aunque no lo pareciese Sasuke sintió miedo y hasta terror cuando le reveló su estado.

Para sorpresa del Uchiha, el rubio acepto encantado su confesión, de tal forma que parecía que Naruto no recordaba que no era natural el que los hombres quedasen embarazados lo que le resultó ser, algo bueno porque así sólo tendría que dedicarse a enseñarle como debía de atenderlo en el momento del parto sin darle explicaciones de… “¿cómo es que podía engendrar vida al igual que una mujer?”.

Sasuke se ayudó de su mangekyu sharingan* para enseñar al rubio las técnicas médicas necesarias y cuando ya había cumplido los nueve meses de una incubación normal para los humanos, Naruto conocía todo lo necesario de cómo debía hacer una cirugía en perfecto estado para el día de que Sasuke tuviese que dar a luz. Día que cada vez estaba más cerca.

El día que el Uchiha había comenzado a sentir las molestias de la llegada del bebé no había sido el mejor día en que aquella criatura inocente había decidido querer salir al mundo.

Naruto llevaba días sufriendo de fiebre producidas por el sello y que parecía no querer dejarlo, el Uchiha entendía que se trataba de la lucha interna que mantenía Naruto contra ese maldito jutsu que Madara le había impuesto cuando se interpuso para combatirlo.

Sasuke mordiéndose el labio por las repentinas punzadas en su vientre se recostó a un lado de la gran cama donde Naruto estaba tumbado y sudando a borbotones por culpa de la fiebre mientras emitía pequeños quejidos de malestar.

– Por favor… este no es el mejor…momento para venir al mundo… – Decía Sasuke en un intento de hacer entender a aquella criatura que se estaba removiendo en su interior en busca de un lugar por el que salir.

El Uchiha acarició su vientre intentando calmarse para que el bebé también lo hiciera pero no podía evitar gruñir al sentir las dolorosas contracciones e instintivamente agarró la mano del Uzumaki.

– Naru…to por favor… – Llamó el moreno al ojiazul. – Naru… el bebé… – Pedía Sasuke con temor de lo que le estaba ocurriendo a pesar de que era consciente de que el ojiazul no estaba en condiciones para atenderlo o escucharlo pero era el único a su lado en quien podía confiar su temor para recibir apoyo.

– No… tienes que esperar… – Pedía comenzando a llorar el moreno al sentir otra fuerte contracción. – ¡Mierda…! – Casi gritó al sentir como estaba desgarrándose su interior y el no nato no dejaba de moverse en su vientre cada vez con más violencia.

Naruto abrió con esfuerzo sus azules ojos y aun podía sentir su respiración demasiada pesada hasta su cabeza demasiado nublada para comprender lo que sucedía a su alrededor. Su cuerpo aún estaba acalorado y sudando por la fiebre que todavía estaba padeciendo.

– El bebé… – Pronunció como pudo Sasuke en un intento de que el rubio estuviese lúcido sin poder dejar de llorar al sentir como su carne se estaba rasgando en su interior.

Naruto cerró nuevamente los ojos sintiendo como el moreno lo llamaba y apretaba la mano de la que lo tenía cogido. El Uzumaki presentía que tenía algo que hacer pero su embotada mente no le dejaba conocer él qué era esa necesidad de actuar que lo envolvía.

El rubio nuevamente abrió sus ojos pero esta vez se encontraba frente a una enorme jaula en la que se vislumbraba unos enormes ojos rojos y que se curvaron al mismo tiempo que emanaba una carcajada para dejar ver que se trataba de un gigantesco zorro de nueve colas.

El Uzumaki ignoró al grotesco animal para prestar atención a un enorme globo que flotaba sobre él, un globo tan brillante y rojo que lo estaba llamando a ser tocado.

El de ojos azules iba a estirar la mano para intentar alcanzar aquella enorme esfera flotante de energía roja cuando la enorme bestia habló.

– Estas muriendo. – Zorro y humano se miraron a la cara pero Naruto no respondió, ocasionando que el kyubi rugiera. – Nuestro tiempo se termina, Naruto.

– ¿Qué?. – Preguntó entrecerrando sus ojos sin entender demasiado a lo que se refería el zorro.

– ¡DÉJAME LIBRE MOCOSO! ¡DÉJAME SALIR DE TU MORIBUNDO CUERPO!. – Gritó el zorro con enfado.

– ¿Por qué estoy aquí, zorro?. – Preguntó el rubio al binju pero como respuesta obtuvo un rugido.

– Naruto… – Escuchó una voz desde la lejanía en aquel lugar algo que hizo que olvidara al enorme animal.

El silenció volvió a envolver ese lugar donde el Uzumaki miraba al Kyubi que, en esta ocasión, comenzó a reírse.

– ¡Aah…! – Las carcajadas de la enorme bestia fue apagada por ese grito.

Naruto miró a su alrededor buscando al dueño de esa voz cuando nuevamente volvió a escuchar su nombre y, entonces, un nombre apareció en sus labios.

– Sasuke… – Murmuró el de ojos azules

Una fuerte punzada de dolor se produjo en la cabeza del rubio en ese mismo instante y recuerdos junto a nombres, aparecieron en la cabeza de Naruto.

+_+_+_Flash back +_+_+_

Naruto caminaba detrás de un anciano con larga cabellera blanca atada en una coleta. De los ojos negros del hombre mayor podía ver como descendía dos marcas rojas que se perdían en la mandíbula del hombre.

– ¿Y por qué tenemos que ir a buscar a esa mujer nosotros, ero-sennin?. – Preguntó con enfado Naruto.

– ¡Deja de llamarme ero-sennin! ¡Mi nombre es Jiraiya y soy uno de los legendarios sannin de Konoha!. – Le gritó el anciano al muchacho cansado de que lo llamase por ese mote.

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Naruto se encontraba en un gran despacho y frente a él estaba una persona que no podía reconocer porque estaba demasiada distorsionada como para poder identificar algún rasgo aunque también podía ver muchas más imágenes de lo que suponía eran otras personas igualmente distorsionadas en diferentes lugares dentro de aquel cuarto.

Sin embargo, la única voz que él escuchó se trataba de un viejo sapo a un lado del enorme escritorio. Al que reconoció como una de sus invocaciones de alguna forma.

– Jiraiya ha muerto. – Pronunció el anfibio con sequedad.

– ¿¡Qué…!? – Fue lo único que salió de la boca de Naruto ante la verdad mientras su cuerpo experimentaba un fuerte dolor por la pérdida de esa persona que era alguien importante para él.

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Un hombre rubio con ojos azules apareció frente a él con una capa blanca con llamas rojas y en la que estaba escrita la palabra cuarto en su espalda.

– ¿¡Yondaime hokage!? – Consiguió pronunciar dentro de su asombro.

– ¡Grrr…!. – Rugió Kyubi. – ¡Ven aquí, yondaime para destruirte! ¡Grrr…!

– No conseguirás nada diciéndome eso, ¿cierto Naruto?.

– ¿Cómo sabes mi nombre?. – Preguntó demasiado impresionado y confundido el Uzumaki.

– Como haría cualquier padre yo elegí tú nombre. – Respondió con tranquilidad el yondaime hokage.

– ¿Quieres decir que…?. – Preguntó el menor de los rubios aun demasiado atónito ante la presencia del mayor.

– Eres mi hijo, Naruto. – Reveló el yondaime con una sonrisa.

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Una mujer de larguísimo cabello color rojo y ojos azules, estaba frente a un rubio demasiado confundido por la presencia de la mujer.

– ¡Kushina!. – Rugió el Kyubi furioso desde el suelo en el que estaba preso.

– Naruto. – Pronunció con afecto la pelirroja.

– ¿Quién demonios eres y cómo sabes mi nombre?. – Preguntó un desconfiado Naruto. –¡Es que tú eres la autentica imagen de Kyubi que está intentando engañarme!. – Exclamó con desconfianza.

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Ahora Naruto estaba abrazando a la mujer pelirroja con lágrimas en los ojos debido a una enorme felicidad que lo abarcaba.

– Siempre quise conocerte. – Habló el rubio. – Eres como imaginé.

– Sí, realmente tú eres mi hijo… – Aseguró la mujer apretando más en el abrazo al chico.

+_+_+_End Flash back +_+_+_

Naruto dejó de ver imágenes para aparecer en medio de la oscuridad y silencio que lo atemorizaba continuamente y no en su interior, frente a la jaula en la que estaba encerrado el binju donde había estado antes de que todas esas imágenes que recreaban diferentes escenas lo apresaran y de las que intuyó, formaban parte de su memoria olvidada.

– El bebé…

Naruto abrió los ojos asustado ante las palabras y se encontró con un sudoroso, aterrado y lloroso Sasuke a su lado que gritaba presa de un enorme dolor que lo hacía apretar las sábanas y su mano con demasiada fuerza.

El rubio se incorporó con gran velocidad en la cama para observar mejor al moreno pero cuando sus azules orbes llegaron al ancho pantalón de lana que usaba para estar más cómodo el Uchiha, percibió la enorme mancha roja que tenía al igual que las telas bajo el moreno.

Sin hacerse esperar más, el Uzumaki se levantó como un rayo deshaciendo el agarre que tenía el de ojos negros para quitarle el pantalón y la ropa interior manchadas de sangre a Sasuke y encontrarse como su ano estaba abierto a más no poder mientras se estaba desgarrando por sí mismo dejando espacio para que saliera algo bastante grande del interior del moreno.

El contenedor del kyubi se dio cuenta que eso que iba a salir del interior de Sasuke no iba a ser nada más y nada menos que el bebé y por ello, su cuerpo estaba abriendo el paso por donde se había creado para que también saliera.

– Naruto… – Llamó el Uchiha que ahora sólo apretaba las sábanas bajo él sin poder evitar el soltar lágrimas frente al terrible dolor. – El… bebé…

– Tranquilo Sasuke, yo estoy aquí. – Pronunció el rubio tan asustado por la situación en la que se encontraba como el mismo parturiento. – Haré todo lo posible. – Dijo en un intento de tranquilizar a Sasuke y darse ánimos para afrontar la situación.

Sasuke no dejaba de llamarlo mientras que el Uzumaki tomó las medidas necesarias como el lavarse las manos y el rostro para no llegar agravar la situación, infectando la herida por desgarro que tenía su compañero.

Luego, utilizó un jutsu que el mismo Sasuke le había enseñado para conocer la posición de la criatura que luchaba por nacer y se sorprendió cuando notó que el bebé tenía medio cuerpo dentro del conducto anal del Uchiha, por el que pretendía salir. Naruto se dio cuenta que era imposible retirar al bebé e imposible la idea principal con la que había pensado Sasuke su extracción, era muy tarde para realizar una cesárea porque aquel pequeño nacería de forma “natural”.

Rápidamente, el rubio sin importarle el que aún estaba padeciendo fiebre realizó unos sellos y creó dos clones para ayudarlo.

Uno de los clones del Uzumaki se sentó en el colchón y al que el moreno no dudó en coger de las manos mientras este comenzaba decirle palabras tranquilizadoras y cariñosas escuchando los gruñidos y quejidos de Sasuke.

El otro clon fue en busca de toallas, un recipiente con agua tibia y una pequeña caja con los enceres necesarios para hacer una operación sencilla.

Naruto aplicó chakra sobre el vientre de Sasuke para relajar los músculos del abdomen y menguar el dolor de las contracciones. Después, cogió una de las toallas y la empapó en el agua que utilizó para limpiar la sangre con delicadeza para no causarle más dolor del que ya sentía.

– Trae agua limpia. – Le ordenó Naruto a su clon el cual obedeció inmediatamente. – Sasuke, no voy a poder hacerte la cesárea porque el bebé ya se ha abierto camino en ti y está saliendo. – Le comunicó al chico parturiento que hundió su cabeza en la almohada debido a una fuerte contracción.

– Naru…to, sácalo… de una vez… – Pidió  clavando sus uñas en el clon que estaba a su lado. – ¡SÁCALO!

– Tranquilízate, está saliendo por sí mismo de tu interior. – Le reveló el de ojos azules, un poco temeroso. – Estoy cerrando un poco las enormes heridas que te ha hecho al buscar un lugar por donde salir, lo suficiente para que no acabes desangrado.

Sasuke  solo pudo responder con un gemido de dolor.

Pasó alrededor de medía hora en la que Naruto estaba pasando su chakra para anestesiar las musculatura del vientre del moreno y percatándose de cómo las caderas del Uchiha se habían abierto quedando más anchas para facilitar la salida de la criatura.

El rubio notó como los huesos se acomodaban dejándole pasó al bebé, el propio cuerpo del dueño del sharingan era el que estaba modificándose por sí solo.

El Uzumaki estaba demasiado asombrado percibiendo con su chakra todos los cambios en el interior de su compañero. Cuando se percató de que algo ovalado empezaba a verse desde la salida de aquel hueco de un tamaño desmesurado a lo que presentaba en la normalidad.

– ¡Sasuke, el bebé ya está aquí!. – Le comunicó demasiado alegre, comenzando a sujetar la pequeña cabecita para ayudarlo a salir del interior del moreno.

El Uchiha emitió un gruñido al mismo tiempo que apretaba su mandíbula mientras empujaba e hinchando sus venas del cuello por el tremendo esfuerzo y sufrimiento que estaba padeciendo.

– ¡Vamos, ya está casi fuera!. – Animó a que continuara empujado el parturiento.

Con unos cuantos empujones más el Uzumaki pudo extraer a la criatura y cortar el cordón umbilical sin siquiera cerciorarse del sexo del bebé.

El contenedor del Kyubi envolvió al recién nacido en una de las toallas limpias que le entregó el clon que estaba a su lado con una enorme sonrisa y una felicidad que no cabía en su corazón. Luego de ver el rostro de ese pedazo de ser que habían formado ambos se lo dio al clon que hacía de enfermero.

El autentico Naruto se quedó cerrando las heridas del cuerpo de Sasuke que se habían creado para dar a luz al recién nacido y mientras expulsaba toda la placenta del interior del Uchiha.

– Sasuke, mira. – Le susurró el clon que estaba sujetando la mano del moreno para que pudiese ver al otro clon que sostenía aquel ser que estuvo  9 meses en su interior.

Sasuke abrió los ojos con cansancio y sonrió al ver un bulto sobre los brazos de aquel kagebushin de Naruto.

– Déjamelo. – Ordenó soltando el agarre de aquel clon para extender los brazos al que sostenía el bulto.

El clon sonrió y le entregó el bultito que el moreno no dudó en aceptar, encontrándose con una pequeña personita, aún con restos de sangre y placenta pero que no ocasionó que su sonrisa se borrara. Sasuke se sentía demasiado feliz de conocer al bebé que había creado con ayuda del hombre al que ama.

– Eres el ser más bello que he visto en mi vida. – Murmuró el moreno desenredando la toalla en la que estaba envuelto para descubrir el sexo del recién nacido y descubriendo que se trataba de un varoncito.

El de ojos negros volvió a abrigar al bebé que mantenía sus ojos cerrados pero que no dejaba de mover sus manitas y hacer muecas con su rostro haciendo comprender al Uchiha el porqué Naruto no necesito darle la conocida nalgada para que llorase. Su pequeño ya  decía que estaba vivo con todo su diminuto cuerpo.

Naruto terminó de cura a Sasuke y de limpiarlo para después crear otro kagebushin antes de acercarse a su compañero.

– Naruto, es nuestro hijo. – Afirmó  mirando fascinado a su pequeño  en sus brazos.

– Sí, lo es pero tú debes descansar y el bebé también. – Dijo acariciando la sudorosa cabeza de hebras oscuras después de traer a su hijo al mundo.

El clon nuevo traía una enorme cesta con cuatro patas, que el mismo Sasuke había modificado y convertido en cuna para su pequeño.

El Uchiha le dio el bebé al clon que anteriormente le estaba sujetando la mano mientras que el Naruto real y el otro kagebushin lo cargaron para cambiar las ropas manchadas y después volver a depositarlo sobre la cama y ser tapado por las mantas.

Sin embargo, Sasuke no pudo sucumbir a su cansancio hasta que el rubio no dejó el enorme cesto a su lado y depositó al recién nacido en el interior de la improvisada cuna. También, fue el instante que los clones de sombra desaparecieron y el autentico Uzumaki tuvo que volver a tumbarse a la cama para igualmente descansar. Ambos chicos durmieron con una sonrisa en su rostro de pura felicidad con sus manos unidas y dedos entrelazados.



Aclaración de  los términos:

* Mangekyu sharingan: Aquí me refiero al tsukiyomi la técnica que utiliza Itachi para hacer que pareciese que el tiempo pudiera transcurrir más rápido, lento o congelarse. Ya que puede alterar la percepción de la persona sobre la que se utiliza este genjutsu

* Es cierto que Naruto no recordó a Sasuke pero si a sus padres y Jiraiya, por la simple razón de que fueron los acontecimientos que se dieron en las situaciones menos esperada para el rubio y que le causaron un fuerte shock. Siendo este el motivo de que debían ser las primeras personas en recordar.


2 comentarios:

  1. Sabes hoy me acordé de esta hermosa historia, Lomelí en amor yaoi a eso de cuando tenía como 16 años y siempre que recuerdo la busco y la leo, solo quisiera pedirte algo puedes hacer las letras un poco más grandes, para gente ciega como yo

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    1. Me alegra que te guste la historia y aún recuerdes de leerla en Amor Yaoi pero ya sabes que publico aquí mis fic ahora como puedes ver. Acerca del tamaño de la letra, el tamaño viene por defecto, no puedo cambiar su tamaño aunque la aumente una vez se publica la plataforma luego me publica de este tamaño las letras de los texto. Lamento que te sea un problema . ¡Un saludo!

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