-Síntomas.-
Había
pasado un mes desde que ambos chicos se habían aceptado mutuamente y mostrado
sus sentimientos, entregándose ambos sin reserva alguna al otro aunque Naruto caía
preso de la fiebre debido al sobreesfuerzo en su cuerpo que implicaba el hacer
el amor.
Ambos
chicos mostraban su amor siempre y cuando Naruto no parecía encontrarse débil o con
señales de que pronto padecería una de las fuertes fiebres que lo abordaban por
culpa del sello. A pesar de que eso supusiese que el rubio acabara pagara las
consecuencias de esforzarse demasiado con la elevada fiebre que le producía delirios
y llegase hasta vomitar sangre, les era imposible el no tener ese tipo de
contacto en el que intentaban demostrase cuanto se amaban.
En ese
mes Sasuke había comenzado a sentirse mal.
El
moreno padecía constantes mareos y vómitos desde el momento que se despertaba
hasta el que se iba a la cama a dormir.
El
poseedor del sharingan se sentía cansado desde el mismo momento que se
levantaba de la cama, por lo que se había acostumbrado a tomar la siesta para
retomar energías que le permitían continuar activo lo que le quedaba de día.
Además, de que lo poco que comía lo acababa
devolviendo casi al mismo tiempo de meterlo a su boca.
El
Uchiha achacó todos estos síntomas a un estado de estrés a causa de su
infructuosa búsqueda de algún jutsu que ayudase a Naruto y borrase el sello de
Madara.
Habían
transcurrido tres meses más y el poseedor del sharingan ya no se mareaba tanto
aunque aún continuaba vomitando pero sólo por la mañana o después de ingerir
algunos alimentos.
También,
Sasuke se percató de que habían olores que le molestaban o comidas con aromas
demasiados fuertes y aunque soliese comerlas, ahora no podía ni verlas porque
le causaban nauseas. Sin
embargo, había ocasiones que le asaltaban unos enormes deseos de comer ciertos
alimentos que incluso, nunca le habían agradado, como los dulces, y evitaba
comer, pero debido a esas ansias lo acababa devorando con apetito.
Otro
punto que había descubierto Sasuke en su organismo, era su figura. Actualmente,
su barriga se notaba abultada a lo que indudablemente atribuyó a la falta de
ejercicio y estaba comenzando a engordar por no cuidarse tanto como estaba
acostumbrado a hacer desde que era pequeño pero no le dio mucha importancia
porque a Uzumaki no parecía importarle que estuviese gordo.
Otra
parte de su cuerpo que también cambió fue su pectoral, se había endurecido y
sus pezones estaban demasiado sensibles a roces o cambios de temperatura, era
algo que le incomodaba y comenzó a vendarse el pecho.
Pasaron
dos meses más en los que Sasuke ahora lucía una enorme tripa pero eso no le fue
relevante para el Uchiha, aun y cuando Naruto comenzó a llamarlo “bombón” como
mote cariñoso.
Tampoco
le molestaba cuando se despertaba y encontraba al rubio acariciándole la panza
o tenía su cabeza apoyada en su abultado vientre tarareando alguna canción o melodía
que podía ser algún residuo de memoria o inventada por él.
Sasuke
no entendía porque le agradaba tanto encontrarse al rubio haciéndole ese tipo
de actos o lo delicado que últimamente lo trataba cuando hacían el amor pero lo
hacía sentir especial. Aunque era consciente que el de ojos azules tampoco
entendía ese extraño comportamiento que últimamente mantenía hacia él.
Si
había algo que le preocupaba al moreno, era que comenzó a sentir movimiento en
el interior de su estómago y era, perfectamente, consciente de que no se
trataba de que fuese por hambre porque aquellos movimientos que sentía en
distintas ocasiones a lo largo del día, eran muy diferentes e incluso dolorosos
algunas veces.
Así,
que el poseedor del sharingan decidió dejar su búsqueda de una posible técnica
para eliminar el sello que Madara puso en el hombro de Naruto para comenzar a
estudiar y analizar su cuerpo.
Sasuke
comenzó a realizarse todo tipos de pruebas, algunas de ellas de lo más innecesarias pero aun así
las hacía.
El
Uchiha no pudo evitar asustarse cuando una de las analíticas que se había hecho
a sí mismo dio positivo.
Cuando
el poseedor del sharingan descubrió de qué tipo de prueba se trataba, se le
heló la sangre. Incluso, sintió repugnancia hacia sí mismo porque la prueba que
había dado favorable y hasta repitió cinco veces más para saber que no se
trataba de un sueño o alguna broma del destino, fue la de embarazos y era obvio
que las otras pruebas que se realizó por si poseía otro tipo de enfermedad
daban negativo.
Sasuke
había pasado una semana entera como autómata hasta que consiguió recuperarse
sin dejar de preguntarse el por qué era eso posible en él. Entonces el recuerdo
de cómo Orochimaru y Kabuto le daban drogas que no dudaba en ingerir o
inyectarse aquellos des confiables líquidos de colores, sin asegurarse o
preguntar de los efectos secundarios de estas podían producirle, porque en esa
época la mente del Uchiha simplemente estaba nublada por la sed de venganza, de
la cual, tanto se había arrepentido de conseguir y siendo la única explicación
que encontró Sasuke para justificar su estado.
Al
pensar de que el sannin de las serpiente como su ayudante eran los posibles
causante de que estuviese engendrando algo en su interior, le hizo entrar en pánico,
asco a su ser y hasta, pensó en el aborto de esa criatura que estaba creciendo
dentro de él.
Sin
embargo, cada día que pasaba veía a su compañero que mimaba sin ser consiente
su enorme tripa donde estaba desarrollándose esa vida y el recuerdo de todas las
veces que habían mantenido relaciones sexuales y que aquel ser podía ser fruto
de sus encuentros, hasta que esa criatura era una pequeña parte que había
formado con el rubio. Fue entonces cuando el de ojos negros consiguió cambiar
de opinión del ser que procreaba en su panza.
Ahora,
Sasuke observaba su enorme abdomen como un pedacito que había creado con la
persona que amaba.
Sasuke
comenzó a desear a ese bebé, a querer conocerlo, a verlo crecer y él mismo
formar parte de esa vida. Por ese motivo, el dueño del sharingan se vio forzado
a contárselo a Uzumaki porque sería el único que lo podría atender en el
momento de la llegada del bebé y aunque no lo pareciese Sasuke sintió miedo y
hasta terror cuando le reveló su estado.
Para
sorpresa del Uchiha, el rubio acepto encantado su confesión, de tal forma que parecía
que Naruto no recordaba que no era natural el que los hombres quedasen
embarazados lo que le resultó ser, algo bueno porque así sólo tendría que
dedicarse a enseñarle como debía de atenderlo en el momento del parto sin darle
explicaciones de… “¿cómo es que podía engendrar vida al igual que una mujer?”.
Sasuke
se ayudó de su mangekyu sharingan* para enseñar al rubio las técnicas médicas
necesarias y cuando ya había cumplido los nueve meses de una incubación normal
para los humanos, Naruto conocía todo lo necesario de cómo debía hacer una
cirugía en perfecto estado para el día de que Sasuke tuviese que dar a luz. Día
que cada vez estaba más cerca.
El día
que el Uchiha había comenzado a sentir las molestias de la llegada del bebé no
había sido el mejor día en que aquella criatura inocente había decidido querer
salir al mundo.
Naruto
llevaba días sufriendo de fiebre producidas por el sello y que parecía no
querer dejarlo, el Uchiha entendía que se trataba de la lucha interna que
mantenía Naruto contra ese maldito jutsu que Madara le había impuesto cuando se
interpuso para combatirlo.
Sasuke
mordiéndose el labio por las repentinas punzadas en su vientre se recostó a un
lado de la gran cama donde Naruto estaba tumbado y sudando a borbotones por
culpa de la fiebre mientras emitía pequeños quejidos de malestar.
– Por
favor… este no es el mejor…momento para venir al mundo… – Decía Sasuke en un
intento de hacer entender a aquella criatura que se estaba removiendo en su
interior en busca de un lugar por el que salir.
El
Uchiha acarició su vientre intentando calmarse para que el bebé también lo
hiciera pero no podía evitar gruñir al sentir las dolorosas contracciones e
instintivamente agarró la mano del Uzumaki.
–
Naru…to por favor… – Llamó el moreno al ojiazul. – Naru… el bebé… – Pedía
Sasuke con temor de lo que le estaba ocurriendo a pesar de que era consciente
de que el ojiazul no estaba en condiciones para atenderlo o escucharlo pero era
el único a su lado en quien podía confiar su temor para recibir apoyo.
– No…
tienes que esperar… – Pedía comenzando a llorar el moreno al sentir otra fuerte
contracción. – ¡Mierda…! – Casi gritó al sentir como estaba desgarrándose su
interior y el no nato no dejaba de moverse en su vientre cada vez con más
violencia.
Naruto
abrió con esfuerzo sus azules ojos y aun podía sentir su respiración demasiada
pesada hasta su cabeza demasiado nublada para comprender lo que sucedía a su
alrededor. Su cuerpo aún estaba acalorado y sudando por la fiebre que todavía
estaba padeciendo.
– El
bebé… – Pronunció como pudo Sasuke en un intento de que el rubio estuviese lúcido
sin poder dejar de llorar al sentir como su carne se estaba rasgando en su
interior.
Naruto
cerró nuevamente los ojos sintiendo como el moreno lo llamaba y apretaba la
mano de la que lo tenía cogido. El Uzumaki presentía que tenía algo que hacer
pero su embotada mente no le dejaba conocer él qué era esa necesidad de actuar
que lo envolvía.
El
rubio nuevamente abrió sus ojos pero esta vez se encontraba frente a una enorme
jaula en la que se vislumbraba unos enormes ojos rojos y que se curvaron al
mismo tiempo que emanaba una carcajada para dejar ver que se trataba de un
gigantesco zorro de nueve colas.
El
Uzumaki ignoró al grotesco animal para prestar atención a un enorme globo que
flotaba sobre él, un globo tan brillante y rojo que lo estaba llamando a ser
tocado.
El de
ojos azules iba a estirar la mano para intentar alcanzar aquella enorme esfera
flotante de energía roja cuando la enorme bestia habló.
– Estas
muriendo. – Zorro y humano se miraron a la cara pero Naruto no respondió, ocasionando que el kyubi rugiera. –
Nuestro tiempo se termina, Naruto.
– ¿Qué?.
– Preguntó entrecerrando sus ojos sin entender demasiado a lo que se refería el
zorro.
– ¡DÉJAME
LIBRE MOCOSO! ¡DÉJAME SALIR DE TU MORIBUNDO CUERPO!. – Gritó el zorro con
enfado.
– ¿Por
qué estoy aquí, zorro?. – Preguntó el rubio al binju pero como respuesta obtuvo
un rugido.
–
Naruto… – Escuchó una voz desde la lejanía en aquel lugar algo que hizo que
olvidara al enorme animal.
El
silenció volvió a envolver ese lugar donde el Uzumaki miraba al Kyubi que, en
esta ocasión, comenzó a reírse.
–
¡Aah…! – Las carcajadas de la enorme bestia fue apagada por ese grito.
Naruto
miró a su alrededor buscando al dueño de esa voz cuando nuevamente volvió a
escuchar su nombre y, entonces, un nombre apareció en sus labios.
–
Sasuke… – Murmuró el de ojos azules
Una
fuerte punzada de dolor se produjo en la cabeza del rubio en ese mismo instante
y recuerdos junto a nombres, aparecieron en la cabeza de Naruto.
+_+_+_Flash back +_+_+_
Naruto
caminaba detrás de un anciano con larga cabellera blanca atada en una coleta.
De los ojos negros del hombre mayor podía ver como descendía dos marcas rojas
que se perdían en la mandíbula del hombre.
– ¿Y
por qué tenemos que ir a buscar a esa mujer nosotros, ero-sennin?. – Preguntó
con enfado Naruto.
–
¡Deja de llamarme ero-sennin! ¡Mi nombre es Jiraiya y soy uno de los
legendarios sannin de Konoha!. – Le gritó el anciano al muchacho cansado de que
lo llamase por ese mote.
8-8-8-8-8-Interrupción-8-8-8-8-8
Naruto
se encontraba en un gran despacho y frente a él estaba una persona que no podía
reconocer porque estaba demasiada distorsionada como para poder identificar
algún rasgo aunque también podía ver muchas más imágenes de lo que suponía eran
otras personas igualmente distorsionadas en diferentes lugares dentro de aquel
cuarto.
Sin
embargo, la única voz que él escuchó se trataba de un viejo sapo a un lado del
enorme escritorio. Al que reconoció como una de sus invocaciones de alguna
forma.
–
Jiraiya ha muerto. – Pronunció el anfibio con sequedad.
–
¿¡Qué…!? – Fue lo único que salió de la boca de Naruto ante la verdad mientras
su cuerpo experimentaba un fuerte dolor por la pérdida de esa persona que era
alguien importante para él.
8-8-8-8-8-Interrupción-8-8-8-8-8
Un
hombre rubio con ojos azules apareció frente a él con una capa blanca con
llamas rojas y en la que estaba escrita la palabra cuarto en su espalda.
–
¿¡Yondaime hokage!? – Consiguió pronunciar dentro de su asombro.
–
¡Grrr…!. – Rugió Kyubi. – ¡Ven aquí, yondaime para destruirte! ¡Grrr…!
– No
conseguirás nada diciéndome eso, ¿cierto Naruto?.
–
¿Cómo sabes mi nombre?. – Preguntó demasiado impresionado y confundido el Uzumaki.
– Como
haría cualquier padre yo elegí tú nombre. – Respondió con tranquilidad el yondaime
hokage.
– ¿Quieres
decir que…?. – Preguntó el menor de los rubios aun demasiado atónito ante la presencia
del mayor.
– Eres
mi hijo, Naruto. – Reveló el yondaime con una sonrisa.
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Una
mujer de larguísimo cabello color rojo y ojos azules, estaba frente a un rubio
demasiado confundido por la presencia de la mujer.
– ¡Kushina!.
– Rugió el Kyubi furioso desde el suelo en el que estaba preso.
–
Naruto. – Pronunció con afecto la pelirroja.
–
¿Quién demonios eres y cómo sabes mi nombre?. – Preguntó un desconfiado Naruto.
–¡Es que tú eres la autentica imagen de Kyubi que está intentando engañarme!. –
Exclamó con desconfianza.
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Ahora
Naruto estaba abrazando a la mujer pelirroja con lágrimas en los ojos debido a
una enorme felicidad que lo abarcaba.
– Siempre
quise conocerte. – Habló el rubio. – Eres como imaginé.
– Sí,
realmente tú eres mi hijo… – Aseguró la mujer apretando más en el abrazo al
chico.
+_+_+_End Flash back +_+_+_
Naruto
dejó de ver imágenes para aparecer en medio de la oscuridad y silencio que lo
atemorizaba continuamente y no en su interior, frente a la jaula en la que
estaba encerrado el binju donde había estado antes de que todas esas imágenes
que recreaban diferentes escenas lo apresaran y de las que intuyó, formaban
parte de su memoria olvidada.
– El
bebé…
Naruto
abrió los ojos asustado ante las palabras y se encontró con un sudoroso, aterrado
y lloroso Sasuke a su lado que gritaba presa de un enorme dolor que lo hacía
apretar las sábanas y su mano con demasiada fuerza.
El
rubio se incorporó con gran velocidad en la cama para observar mejor al moreno
pero cuando sus azules orbes llegaron al ancho pantalón de lana que usaba para
estar más cómodo el Uchiha, percibió la enorme mancha roja que tenía al igual
que las telas bajo el moreno.
Sin
hacerse esperar más, el Uzumaki se levantó como un rayo deshaciendo el agarre
que tenía el de ojos negros para quitarle el pantalón y la ropa interior
manchadas de sangre a Sasuke y encontrarse como su ano estaba abierto a más no
poder mientras se estaba desgarrando por sí mismo dejando espacio para que
saliera algo bastante grande del interior del moreno.
El
contenedor del kyubi se dio cuenta que eso que iba a salir del interior de
Sasuke no iba a ser nada más y nada menos que el bebé y por ello, su cuerpo
estaba abriendo el paso por donde se había creado para que también saliera.
–
Naruto… – Llamó el Uchiha que ahora sólo apretaba las sábanas bajo él sin poder
evitar el soltar lágrimas frente al terrible dolor. – El… bebé…
–
Tranquilo Sasuke, yo estoy aquí. – Pronunció el rubio tan asustado por la
situación en la que se encontraba como el mismo parturiento. – Haré todo lo
posible. – Dijo en un intento de tranquilizar a Sasuke y darse ánimos para
afrontar la situación.
Sasuke
no dejaba de llamarlo mientras que el Uzumaki tomó las medidas necesarias como
el lavarse las manos y el rostro para no llegar agravar la situación,
infectando la herida por desgarro que tenía su compañero.
Luego,
utilizó un jutsu que el mismo Sasuke le había enseñado para conocer la posición
de la criatura que luchaba por nacer y se sorprendió cuando notó que el bebé
tenía medio cuerpo dentro del conducto anal del Uchiha, por el que pretendía
salir. Naruto se dio cuenta que era imposible retirar al bebé e imposible la
idea principal con la que había pensado Sasuke su extracción, era muy tarde
para realizar una cesárea porque aquel pequeño nacería de forma “natural”.
Rápidamente,
el rubio sin importarle el que aún estaba padeciendo fiebre realizó unos sellos
y creó dos clones para ayudarlo.
Uno de
los clones del Uzumaki se sentó en el colchón y al que el moreno no dudó en
coger de las manos mientras este comenzaba decirle palabras tranquilizadoras y
cariñosas escuchando los gruñidos y quejidos de Sasuke.
El
otro clon fue en busca de toallas, un recipiente con agua tibia y una pequeña
caja con los enceres necesarios para hacer una operación sencilla.
Naruto
aplicó chakra sobre el vientre de Sasuke para relajar los músculos del abdomen
y menguar el dolor de las contracciones. Después, cogió una de las toallas y la
empapó en el agua que utilizó para limpiar la sangre con delicadeza para no
causarle más dolor del que ya sentía.
– Trae
agua limpia. – Le ordenó Naruto a su clon el cual obedeció inmediatamente. –
Sasuke, no voy a poder hacerte la cesárea porque el bebé ya se ha abierto
camino en ti y está saliendo. – Le comunicó al chico parturiento que hundió su
cabeza en la almohada debido a una fuerte contracción.
–
Naru…to, sácalo… de una vez… – Pidió
clavando sus uñas en el clon que estaba a su lado. – ¡SÁCALO!
–
Tranquilízate, está saliendo por sí mismo de tu interior. – Le reveló el de
ojos azules, un poco temeroso. – Estoy cerrando un poco las enormes heridas que
te ha hecho al buscar un lugar por donde salir, lo suficiente para que no
acabes desangrado.
Sasuke solo pudo responder con un gemido de dolor.
Pasó
alrededor de medía hora en la que Naruto estaba pasando su chakra para
anestesiar las musculatura del vientre del moreno y percatándose de cómo las
caderas del Uchiha se habían abierto quedando más anchas para facilitar la
salida de la criatura.
El
rubio notó como los huesos se acomodaban dejándole pasó al bebé, el propio
cuerpo del dueño del sharingan era el que estaba modificándose por sí solo.
El
Uzumaki estaba demasiado asombrado percibiendo con su chakra todos los cambios
en el interior de su compañero. Cuando se percató de que algo ovalado empezaba
a verse desde la salida de aquel hueco de un tamaño desmesurado a lo que
presentaba en la normalidad.
– ¡Sasuke,
el bebé ya está aquí!. – Le comunicó demasiado alegre, comenzando a sujetar la
pequeña cabecita para ayudarlo a salir del interior del moreno.
El
Uchiha emitió un gruñido al mismo tiempo que apretaba su mandíbula mientras
empujaba e hinchando sus venas del cuello por el tremendo esfuerzo y
sufrimiento que estaba padeciendo.
–
¡Vamos, ya está casi fuera!. – Animó a que continuara empujado el parturiento.
Con
unos cuantos empujones más el Uzumaki pudo extraer a la criatura y cortar el
cordón umbilical sin siquiera cerciorarse del sexo del bebé.
El
contenedor del Kyubi envolvió al recién nacido en una de las toallas limpias
que le entregó el clon que estaba a su lado con una enorme sonrisa y una
felicidad que no cabía en su corazón. Luego de ver el rostro de ese pedazo de
ser que habían formado ambos se lo dio al clon que hacía de enfermero.
El
autentico Naruto se quedó cerrando las heridas del cuerpo de Sasuke que se
habían creado para dar a luz al recién nacido y mientras expulsaba toda la
placenta del interior del Uchiha.
–
Sasuke, mira. – Le susurró el clon que estaba sujetando la mano del moreno para
que pudiese ver al otro clon que sostenía aquel ser que estuvo 9 meses en su interior.
Sasuke
abrió los ojos con cansancio y sonrió al ver un bulto sobre los brazos de aquel
kagebushin de Naruto.
–
Déjamelo. – Ordenó soltando el agarre de aquel clon para extender los brazos al
que sostenía el bulto.
El
clon sonrió y le entregó el bultito que el moreno no dudó en aceptar,
encontrándose con una pequeña personita, aún con restos de sangre y placenta
pero que no ocasionó que su sonrisa se borrara. Sasuke se sentía demasiado
feliz de conocer al bebé que había creado con ayuda del hombre al que ama.
– Eres
el ser más bello que he visto en mi vida. – Murmuró el moreno desenredando la
toalla en la que estaba envuelto para descubrir el sexo del recién nacido y
descubriendo que se trataba de un varoncito.
El de
ojos negros volvió a abrigar al bebé que mantenía sus ojos cerrados pero que no
dejaba de mover sus manitas y hacer muecas con su rostro haciendo comprender al
Uchiha el porqué Naruto no necesito darle la conocida nalgada para que llorase.
Su pequeño ya decía que estaba vivo con
todo su diminuto cuerpo.
Naruto
terminó de cura a Sasuke y de limpiarlo para después crear otro kagebushin
antes de acercarse a su compañero.
–
Naruto, es nuestro hijo. – Afirmó
mirando fascinado a su pequeño en
sus brazos.
– Sí,
lo es pero tú debes descansar y el bebé también. – Dijo acariciando la sudorosa
cabeza de hebras oscuras después de traer a su hijo al mundo.
El
clon nuevo traía una enorme cesta con cuatro patas, que el mismo Sasuke había
modificado y convertido en cuna para su pequeño.
El Uchiha
le dio el bebé al clon que anteriormente le estaba sujetando la mano mientras
que el Naruto real y el otro kagebushin lo cargaron para cambiar las ropas
manchadas y después volver a depositarlo sobre la cama y ser tapado por las
mantas.
Sin
embargo, Sasuke no pudo sucumbir a su cansancio hasta que el rubio no dejó el
enorme cesto a su lado y depositó al recién nacido en el interior de la
improvisada cuna. También, fue el instante que los clones de sombra desaparecieron
y el autentico Uzumaki tuvo que volver a tumbarse a la cama para igualmente
descansar. Ambos chicos durmieron con una sonrisa en su rostro de pura
felicidad con sus manos unidas y dedos entrelazados.
Aclaración de los términos:
*
Mangekyu sharingan: Aquí me refiero al tsukiyomi la técnica que utiliza Itachi
para hacer que pareciese que el tiempo pudiera transcurrir más rápido, lento o
congelarse. Ya que puede alterar la percepción de la persona sobre la que se
utiliza este genjutsu
* Es
cierto que Naruto no recordó a Sasuke pero si a sus padres y Jiraiya, por la
simple razón de que fueron los acontecimientos que se dieron en las situaciones
menos esperada para el rubio y que le causaron un fuerte shock. Siendo este el
motivo de que debían ser las primeras personas en recordar.
Sabes hoy me acordé de esta hermosa historia, Lomelí en amor yaoi a eso de cuando tenía como 16 años y siempre que recuerdo la busco y la leo, solo quisiera pedirte algo puedes hacer las letras un poco más grandes, para gente ciega como yo
ResponderEliminarMe alegra que te guste la historia y aún recuerdes de leerla en Amor Yaoi pero ya sabes que publico aquí mis fic ahora como puedes ver. Acerca del tamaño de la letra, el tamaño viene por defecto, no puedo cambiar su tamaño aunque la aumente una vez se publica la plataforma luego me publica de este tamaño las letras de los texto. Lamento que te sea un problema . ¡Un saludo!
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