-Frustración de la añoranza.-
Habían pasado tres días en que el Uzumaki había sido traído
a la villa y continuaba inconsciente en estado febril. Tsunade decidió ocuparse
del estado de Naruto y acogiendo en su estudio médico como prioritario aquel
extraño sello que el rubio poseía y el cual, era el causante de ese estado de inconsciencia y fiebre en el contenedor del kyubi pero lo más alarmante fue el
descubrir que ese sello se estaba extendiendo por el cuerpo del chico
devorándolo poco a poco su masivo chakra, dando como resultado que el portador
del sello muriese.
La ex hokage no podía dejar de preguntarse él por qué Sasuke
le pondría ese sello a Naruto mientras lo retenía a su lado, ¿es qué Sasuke se
trataba de un cínico que pretendía disfrutar no sólo de mantener engañado al
Uzumaki sino también de saborear como estaba muriendo lentamente frente a sus
ojos? ¿Es qué no había ni siquiera un poco de compasión en el último Uchiha
para hacerle eso a la única persona que creía en él y en poder devolverlo al
camino de la luz?. Esa y muchas preguntas más se formaban en la cabeza de la Senju , mientras se
desesperaba buscando una información para poder eliminar ese sello y teniendo
la vaga esperanza de lograr que Naruto recuperase la memoria, ya que Sai le
había informado sobre la amnesia que padecía el Uzumaki.
Tsunade e Ino se encontraba en la habitación en la que se estaba
Naruto, el cual aun permanecía desnudo para facilitar sus revisiones y
exploraciones médicas. También, tenía suero inyectado en vena, así como
controles para conocer su pulso, tención arterial, etc.
Ino estaba terminando de pasar los últimos datos al
expediente de Naruto mientras que Tsunade aplicaba un poco de chakra en los
sellos del rubio y Naruto arrugó la frente y apretó sus parpados antes de abrir
sus ojos repentinamente.
El Uzumaki al encontrarse en un lugar desconocido en
compañía de aquellas personas que no conocía y sin ninguna delicadeza apartó
las manos de la mujer que lo estaba tocando, sintiendo repulsión al tacto,
mientras se incorporaba en el colchón descubriendo que se encontraba desnudo y
tan sólo lo cubría una fina sábana que se perdió en el bruco movimiento.
– Naruto… – Susurró con alegría Tsunade al ver por fin
conciente al rubio.
El contenedor del kyubi registró la habitación con sus orbes
azules en busca del Uchiha pero Sasuke no se encontraba allí, tampoco sus hijos,
sólo estaban aquellas dos personas que lo miraban con los ojos cristalizados en
alegría y sorpresa.
– ¿Dónde estoy?. – Preguntó en voz baja el de ojos azules.
– Estas en casa, Naruto. – Habló la Senju. – ¿Cómo te sientes,
Naruto? ¿Quieres algo de comer o un poco de agua?. – Preguntó intentando tocar
al de marquitas pero este se apartó evitando el contacto. –Ino trae algo de
comer. – Ordenó a la otra rubia que se fue velozmente a cumplir el mandado con
una gran sonrisa en su rostro por ver que el paciente había despertado.
Naruto arrugó el ceño por las libertades que tenía aquella
desconocida mujer con él, cuando no la conocía o por lo menos, ahora, que no
era más que una persona anónima para él.
– ¿Dónde están?.– Exigió con voz demandante al mismo tiempo
que se levantaba de la cama sin ninguna vergüenza mostrando su maduro cuerpo a
los ojos de la ex hokage que no pudo evitar enrojecerse ante el atlético cuerpo
bien proporcionado del Uzumaki.
– Naruto, tranquilízate y vuelve a la cama. Acabas de
despertar de una fuerte fiebre y tus músculos están demasiado débiles para
estar forzándolos de esa manera. – Pidió Tsunade recordando el estado tan
delicado que poseía el rubio en la actualidad.
Naruto estaba preparado para atacar a Tsunade a medida que
la de ojos caramelos se acercaba a él, cuando una sombra se lanzó sobre el
rubio al percatarse de la intenciones del de ojos azules y lo inmovilizó
dándole un fuerte golpe en el cuello que lo dejó inconsciente. Después se
apartó del cuerpo bajo él y cogió al contenedor del kyubi en sus brazos para
volver a dejarlo sobre la cama, en la que hasta hace poco sufría una elevada
fiebre.
– Kakashi…– Murmuró la ex hokage.
–Tsunade-sama, recuerde que Naruto no es el mismo y por lo
que nos ha contado Sai no sabe quién es. ¿Es qué no se percató que la miraba
como a una enemiga? Estuvo a punto de atacarla sino llego a aparecer en este
momento pudo haber sido herida o algo peor y estoy seguro que cuando llegase a
recordar, Naruto no se perdonaría haber hecho eso. – Le recordó el Hatake a la
voluptuosa mujer que comenzó a derramar lágrimas de tristeza por haberse dejado
llevar por sus emociones y el cariño que le tenía al rubio.
– Esto no debe ser así… ese maldito Uchiha…– Tsunade apretó
los puños con fuerza ante la mirada afligida que también tenía el actual hokage.
Después de ese suceso, Tsunade mantenía sedado a Naruto para
imposibilitar un ataque a su persona o cualquiera del personal que estaba
ayudando a restablecer al de ojos azules mientras continuaba haciéndole pruebas
y buscando algún jutsú para poder destruir el sello que tenía el Uzumaki sin que
afectara al sello del kyubi creado por el cuarto hokage.
……
Miki observaba a aquellos niños que desde hacía un mes sus
padres habían traído a casa aunque al principio se sintió muy tímida y re
huyente a causa de que no los conocía pero, rápidamente, consiguió la amistad
de Amaya, la única niña de entre todos los rubitos. Incluso, les había pedido a
sus padres que durmiera en su habitación, algo que no le fue permitido pero que
no dejaba de insistir para que su amiguita fuera también su compañera de
habitación.
Sin embargo, no fue lo mismo con Akira y Shinji. Ambos niños
casi ni hablaban y siempre estaban juntos, era muy pocas las veces que jugaban
con las niñas.
Shinji y Akira estaban llevando muy mal el estar separados
de sus padres después de vivir el violento suceso antes de llegar a ese lugar,
no podían dejar de añorarlos y desear el volver a estar juntos a sus
progenitores como antaño. No obstante, de los dos rubitos, el que peor estaba
llevando la situación en especial era Shinji, por las noches se despertaba
llorando por las pesadillas que sufría a consecuencia de las bruscas escenas de
cómo fueron arrancados de su hogar y regazo de sus padres, creando que el
pequeño rubito se convirtiera en un chico taciturno y que sólo buscara apoyo en
su hermano mayor porque sentía que era en el único en que podía confiar y
llorar sus miedos. Era por ello, que en más de una ocasión iba hasta donde se
encontraba su hermano mayor y le pedía dormir junto a él, en un intento de que
las pesadillas dejaran de atormentarlo, y llorara mientras llamaba a sus padres
en un vano intento de que lo escuchara y lo consolara.
Sakura había comenzado a encariñarse, en demasía, de los
menores, hasta les había encontrado un parecido, no sólo de actitud sino
también físico, del Uzumaki y del Uchiha e incluso, aún sabiendo que era
imposible que los niños fueran hijos biológicos de Sasuke y Naruto, por la
sencilla razón que los hombre no podían albergar hijos en sus cuerpos, muchos
menos se capaz dos hombres el procrear, sin mencionar que cada vez que pensaba
en que ellos dos pudieran mantener intimidad de esa forma le daban arcadas de
lo repulsivo que le parecia.
Sakura, se comportaba muy amable con los niños, aunque los
dos mayores eran distantes, y estaba demasiado encantada con el pequeño Kenta,
que era un amor de bebé, que se la pasaba sonriendo y hasta había comenzado a
llamarla oka-san, algo que la enternecía, agrandándole su instinto maternal,
logrando que ocupara toda su atención el pequeño infante y achucharlo con amor
para ver la gran sonrisa que mostraba.
Al contrario que su esposa, Sai miraba a aquellos niños que
no parecían tener ningún tipo de jutsu en sus cuerpos y como se relacionaban
con su hija, haciendo enfurecer al moreno porque pensaba que aquellos niños
podían haber sido manipulados por el Uchiha con algún fin, pero al parecer eran
pequeños inocentes que ahora se encontraban a salvo de aquel traidor e
intentando no imaginar lo que podría haber cometido Sasuke con aquellos niños.
Incluso, pensaba que el comportamiento de Akira y Shinji se debía al mal trato
recibido por parte del poseedor del sharingan y no por haber sido arrancados
tan violentamente de su entorno.
Aún Sai se irritaba al recordad lo que vio aquella noche en
aquel lugar y como el Uchiha estaba utilizando al Uzumaki en su propio
beneficio, haciendo algo bello y placentero en aquel acto en una imagen
grotesca. Sin duda para Sai, Sasuke se había encargado de ir en contra de la
naturaleza, volviendo en un acto violento y asqueroso el practicar el coito con
otro hombre, engañándolo y aprovechándose de su ausencia de recuerdos para
recrear sus perversiones con un fin que desconocía.
Tanto Sakura como Sai, llevaban su informe diario sobre los
menores al hokage y por las estadísticas obtenidas, pronto deberían dejar su
casa para buscar alguien que quisiera hacerse cargo y adoptara a los rubitos o,
sencillamente, ingresarían a la Academia
Ninja y se le ofrecería un pequeño lugar para dormir como a
todo huérfano que permanecía en Konoha y estaba educándose para ser un shinobi
más de la villa aunque la mujer de cabello color rosa deseaba quedarse, al menos,
con el más pequeño de los rubitos y con el cual se había encariñado.
Ese día Sakura se acercó a su esposo y le pidió hablar a
solas, a lo que no pudo negarse Sai, al ver como su hija jugaba y reía en
compañía de aquellos niños para seguir a la de ojos verdes hasta su habitación.
– Sai, en este mes… –
Sakura se mordió el labio inferior antes de comunicarle a su esposo lo que
pensaba. – Sai, dentro de poco nuestra misión va a terminar y…
– Quieres que los adoptemos. – Agregó Sai sabiendo a donde
quería llegar la de cabello color rosa.
– Sí. – Aceptó la de ojos verdes viendo como su marido se
llevó su mano a la barbilla.
– Está bien pero, entonces, eso quiere decir que no deseas
tener otro hijo conmigo.– Aceptó el moreno ya que siempre que hablaron de
familia e hijos, ambos habían acordado que lo mejor sería tener dos hijos.
– ¡No seas baka! Si tú quieres podemos intentarlo y darle
algún hermano a Miki.– Comentó coqueta Sakura acercándose a Sai para abrazarlo
y besar sus labios con ternura. – Además, yo sé que no podemos hacernos cargos
de todos pero al menos podríamos quedarnos con Kenta. – Argumento la de cabello
color rosa apegando su cuerpo al del mayor.
– ¿Al bebé?. – Pregunto curioso el de ojos negros.
– Si, me he encariñado mucho con él, incluso me llama oka-san.
– Afirmó Sakura. – Es cierto que Miki se lleva muy bien con la niña pero… creo
que es mejor que nos quedemos con Kenta, es más pequeño y no va a recordar su
pasado o los traumas que ha podido vivir.
–Tienes razón. Además de razonable pero Miki llorará mucho
cuando se entere que se tendrá que separa de Amaya. – Recordó el más pálido.
– Ella comprenderá con el tiempo, Sai. – Murmuró la Haruno
antes de envolver el cuello de su esposo para besar los finos y fríos labios de
este.
……
La puerta de la celda se abrió para arrojar al chico de pelo
negro con violencia al interior. El moreno trastabilló y cayó al suelo
sintiendo su adolorido cuerpo golpearse contra la piedra del piso y sus lastimadas
articulaciones crujieron en el impacto, por no haber conseguido retener el
golpe.
Sasuke se levantó como pudo del suelo descubriendo que
estaba cubriendo su estómago, después de haberse dado de bruces contra el suelo,
a lo que no le prestó atención ya que había sido un movimiento de autoreflejo.
Miró sus muñecas marcadas y heridas de los grilletes que los sujetaban mientras
lo torturaban en las secciones de interrogatorio que lo extenuaban.
El Uchiha suspiró antes de dirigirse hacia la dura cama de
su celda y, como siempre hacía, comenzó a recordar a sus pequeños y a Naruto.
El poseedor del sharingan no dejaba de preguntarse cómo se encontraban y si lo
recordaban o lo añoraban para acabar derramando alguna traicionera lágrima
debido al dolor que sentía por no estar junto a las personas que amaba y el
terror que lo invadía al pensar de que sus hijos los olvidaran o que Naruto no
quisiera saber nada más de él era su tortura personal.
– Aquí tienes, traidor. – Dijo el ambu que pasó la bandeja
sin cubiertos que contenía la porquería que le daban como comida.
El fuerte olor que desprendió la grasienta comida provocó
que tuviese ganas de vomitar por lo que corrió hasta el váter y echó lo poco
que contenía su estómago, quedándole el sabor de su propia bilis en el paladar
y tuviese que sentarse en el suelo frente al escusado para descansar un poco.
Unos minutos más tarde se levantó y fue hasta el pequeño
lavabo que tenía, para poder beber agua y asear su cuerpo, donde enjuagó su
boca para deshacerse de aquel horrible sabor y lavarse el rostro sintiendo lo
helado que estaba el agua.
Luego, el poseedor del sharingan miró aquella bandeja con la
repugnante comida que más parecía una masa pringosa, de algo que debía suponer
que se trataba de alimento, aunque estaba seguro que los únicos seres vivos que
podrían degustar aquello con gula eran los insectos y las ratas.
Sasuke sujeto su nariz para que el desagradable olor no
entrara nuevamente en sus pulmones y volvieran a provocarle vomitar. De esa
manera, el Uchiha comenzó a comer con su mano libre aquella masilla que se
adhería en su piel, como si contuviese algún tipo de pegamento, llevándolo a su
boca y engullirlo con rapidez para no captar el aceitoso sabor.
El Uchiha dejó de tragar aquella bazofia cuando una voz
conocida rompió el silencio.
– Nunca pensé que acabaras de esta forma, Sasuke. – Dijo
arrastrando el nombre del moreno. – Ni siquiera, el mismo día que me heriste
sin que te importara lo que sucediera, tan sólo para alcanzar tus objetivos.
– ¡Karin!. – Pronunció mirando a aquella mujer de pelo rojo
que hacía muerta desde hacía mucho y aunque el poseedor del sharingan estaba
sorprendido, su rostro no lo mostró su reacción.
– Todo este tiempo, desde el mismo día que me dejaste a mi
suerte, me he estado preguntando el por qué. Después de todo, había hecho todo
lo que me habías pedido y me abandonaste como algo sin importancia. Entonces lo
comprendí, eres un egoísta. Jamás te preocupaste por ninguno de nosotros,
Sasuke. Incluso, creí que era como debía ser, pues en teoría un ninja tan sólo
es una herramienta que espera ser utilizada pero la realidad es otra porque
antes de ser shinobi, somos humanos y por mucho que se intente o desee no se
puede eliminar las emociones y sentimientos. – La pelirroja se acercó a los
barrotes sin apartar la mirada del moreno. – Al menos, yo ya page mis pecados
pero tú no vas a tener vida suficiente para poder sufragarlos. – Habló con
dureza Karin.
Sasuke se había puesto en pie mostrando sus ropas rasgadas y
sucias, mostrándole a la mujer que la estaba escuchando.
– Sabía que no me responderías pero, aun así, después de
pensarlo mucho decidí venir para decirte cuanto quiero que esta villa que me ha
dado mucho y estoy muy en deuda con ella. Así que no me inmutaré ante lo que te
decidan hacer. – Dijo la pelirroja dejando clara su postura.
– Se que no tengo derecho a recibir el perdón de tu parte
pero, al menos, podrías decirme cómo se encuentra Naruto y los niños. – Pidió
Sasuke tragándose su orgullo para tener algo de información de sus personas
queridas.
– ¿Estas suplicando?. – Se mofó la mujer de gafas sin ver
los ojos del moreno. – ¿Y por qué debería decirte?. – Preguntó cruzándose de
brazos.
Sasuke no respondió pero apretó sus puños y giró su rostro a
un lado.
– Está bien, se cómo eres y tan sólo te diré que se
encuentran mejor que tú y todo lo que hayas hecho bueno o malo se borrará de
sus memorias, al fin y al cabo, tan sólo eres un criminal que fue capaz de
asesinar a su propio hermano. – Escupió con rencor la de ojos escarlata.
Sasuke se llevó sus brazos al vientre para envolverlo porque
las crueles palabras de Karin golpearon en él agrandando su temor a ser
rechazado por las personas que amaba.
– Pero no sólo vine a este lugar para encararte todas tus
faltas porque créeme que no hubiese aparecido por aquí para verte, después de
todo, eso debes de saberlo. – La mujer suspiró y cerró los ojos con fuerza para
abrirlos con lentitud y ver al hombre que en alguna ocasión creyó que se
trataba de un ser perfecto para, ahora, ser la misma imagen de la debilidad. –
Estoy en el equipo compuesto por Tsunade-sama para encontrar una cura que
elimine el doble sello que le has puesto ya que el tercero que había, ha
terminado de desaparecer cuando aplicamos un jutsu de ralentización celular.
– Yo no le puse ese sello. Al menos, el enorme que crece por
el cuerpo de Naruto, solo intenté ayudar a que el sello dejara de expandirse en
él. – Aclaró Sasuke con la voz compungida por las duras palabras de la chica. –
Fue Madara quien se lo puso.
– ¿Y pretendes qué me crea eso? Ese rubio ha estado contigo todo este tiempo. –
Exigió Karin.
– Es la verdad, ya les he contado todo a los ninjas que me
torturan cada día preguntándome lo mismo. – Insistió el dueño del sharingan. –
Antes de que Madara cayera muerto, después de un duro combate, hizo su técnica
final, en un intento de deshacerse de mí pero entonces, Naruto se interpuso
recibiendo el jutsu en mi lugar. Luego, Madara cayó muerto al suelo y Naruto
también se desplomó.
– Si suponemos que eso es cierto, ¿por qué te lo llevaste?.
– Preguntó la pelirroja sin creerle ni una sola palabra al moreno. – Debería de
haberlo traído a Konoha para que Tsunade-sama se hiciese cargo desde el
principio.
– No había tiempo, Naruto estaba herido y no había tiempo
que perder. El sello se estaba propagando con rapidez por todo su cuerpo, no tuve
otra opción que aplicar un sello temporal pero eso no lo detuvo y necesitaba un
lugar lejos de allí para poder aplicarle un sello más fuerte que lo contuviera.
Así que decidí llevarlo conmigo antes de que fuese demasiado tarde ya que
Konoha estaba demasiado lejos para llegar a tiempo y todo este tiempo he estado
buscando un jutsu que detenga el sello que le puso Madara a Naruto.
– ¿Pretendes que me creas qué tuviste un resquicio de piedad
cuando fuiste capaz de abandonar a tu propio equipo a su suerte, Sasuke?. –
Ironizó la de ojos rojos.
– Comprendo que no me creas pero es la verdad. – Sasuke
suspiró.
– ¡Vaya! Parece que comprendes pero no quieres colaborar y
como veo que no me dirás la verdad, me voy. – La pelirroja se marchó dejando a
Sasuke solo en el interior de su celda que fue hasta la dura cama donde se
recostó y lloró. Lloró como no hacía desde hace mucho tiempo.
……
Naruto estaba demasiado sedado como venían haciéndolo desde
hacía un mes, aquellas mujeres que veía entrar y salir de la habitación en la
que se encontraba, mientras que hablaban de algo que no entendía, al mismo
tiempo que le tomaban muestras o lo auscultaban. El Uzumaki a duras penas,
podía hablar y le era imposible moverse por sí mismo, ya le era un gran
esfuerzo abrir sus parpados para saber lo que ocurría a su alrededor y todo era
por la fuerte dosis que le administraban de calmantes para evitar que las
atacara mientras le hacía de cobaya humana.
El Uzumaki quería saber donde se encontraba Sasuke y sus
hijos. El rubio quería saber cómo se encontraban pero ninguna de aquellas
desconocidas parecía querer revelarle nada acerca de ellos y esto le frustraba.
– Eres patético, mocoso. – Se burló el kyubi viendo el
cuerpo de Naruto flotando en las aguas de su celda.
Naruto cerró con fuerza sus ojos azules, intentando que las
palabras del zorro no le afectaran.
– Pronto llegará nuestro fin y a ti sólo te preocupa ese
maldito Uchiha. – Kyubi vio como su contenedor volvió a abrir sus ojos mientras
en su rostro mostraba una adolorida mirada. – Deshaz el sello y déjame ser
libre.
– Deja de insistir, kyubi. No voy a dejarte libre, tú y yo
seguimos el mismo camino desde el día que te sellaron en mi cuerpo. – Afirmó
Naruto dejándose mecer por las ondas del agua.
– ¡Maldito, no me condenes al igual que a ti!. – Rugió el
zorro con furia provocando que las suaves ondas se convirtieran en olas que
chocaban con fuerzas en las paredes y agitaban el cuerpo del Uzumaki.
La puerta abriéndose atrajo a la realidad al rubio para
ver a un hombre de rostro oculto y pelo
plateado. Aquel hombre le provocó un extraño sentimiento y su mente tiró de su cuerpo,
desvaneciéndose mientras su consciencia era llevada a lo más oculto de su
mente.
+_+_+_Flash back
+_+_+_
Naruto de doce años corría hacia su lugar dejando un borrador
trabado en la puerta del aula en la que se encontraba con dos personas más.
– Yo me desentiendo de lo que estás haciendo, Naruto. –
Regañó la chica de cabello color rosa.
– ¿Crees que un jounin va a caer en una estúpida trampa?. –
Inquirió Sasuke mirando al sonriente rubio, feliz por su jugarreta.
La puerta se abrió y el borrador de la pizarra cayó sobre la
cabeza de aquel jounin de cabello plateado que sólo mostraba uno de sus ojos.
8–8–8–8–8–Interrupción–8–8–8–8–8
Ahora se encontraban en lo que parecía ser una terraza y
frente a Naruto estaba aquel extraño hombre de cabello plateado y a su lado
estaba sentado Sasuke y, al lado del moreno, la chica de cabello color rosa.
– ¿Mmm…? Mi nombre es Kakashi Hatake y no voy a contaros mis
gustos porque no es de vuestro interés y sobre los sueños para el futuro, pues…
tengo muchas aficiones. – Se presentó el Hatake.
Naruto miró a sus compañeros tan aturdidos como el por la
presentación.
– Sólo nos dijo su nombre. – Susurró Sakura.
– Bien, ahora os toca a ustedes. – Interrumpió Kakashi. –
Empecemos por ti, rubito.
– Me llamo Naruto Uzumaki y adoro el ramen. Me encanta
cuando Iruka-sansei me invita al ichiraku y odio el tener que esperar durante
tres minutos para poder comerlo. – Hablaba muy eufórico Naruto. – Mi sueño de
futuro es sobrepasar a los hokages y, entonces, me ganaré el reconocimiento de
toda la gente de la villa.
– ¿Y tú?. – Preguntó esta vez el hombre de cabello plateado
a Sasuke.
– Soy Sasuke Uchiha. Existen muchas cosas que no me gustan y
muy pocas que me agraden. No voy a referirme con la palabra sueño porque sé que
lo cumpliré y es resurgir a mi clan y matar a cierta persona. – Fueron las
palabras del Uchiha.
– Vale. –Kakashi miró a la de ojos verdes. – Sólo quedas tú.
– Mi nombre es Sakura Haruno y lo que más me gusta… la
persona que me gustas… – Decía mientras observaba a Sasuke completamente
sonrojada. – Mi sueño para el futuro es… ¡AY…!. – Gritó mientras se removía en
su lugar. – Y lo que odio es Naruto…
8–8–8–8–8–Interrupción–8–8–8–8–8
Naruto se encontraba en un campo con Sasuke y Sakura y podía
sentir su estómago removerse inquieto por el hambre. Cuando apareció Kakashi.
–¡Buenos días!. – Saludó el de cabello plateado.
– ¡LLEGAS TARDE!. – Gritaron Naruto y Sakura mientras que el
Hatake dejaba un reloj sobre un tocón como única prueba de que allí había
crecido un árbol.
– Esto tocará al mediodía y hasta ese tiempo deberéis
intentar quitarme estos cascabeles, si es que queréis convertiros en verdaderos
genins, ¿de acuerdo?. – Indicó el mayor.
8–8–8–8–8–Interrupción–8–8–8–8–8
Naruto junto a Sakura, Sasuke y Kakashi, también iba un
anciano que estaba bebiendo directamente de una botella mientras replicaba con
Naruto que jamás llegaría a ser un Hokage.
De improviso dos figuras deformes y que el rubio estimó que
se trataban de shinobis atacaron por la espalda a Kakashi dejándolo inmóvil al
enrollarlo con una cadena.
Una de aquellas figuras emitió un ruido antes de que ambas
tiraran de la cadena despedazando el cuerpo del Hatake.
– ¡KAKASHI-SENSEI!. – Gritó Naruto.
– Dos menos. – Escuchó claramente aquel susurro el Uzumaki a
su espada.
Sin embargo, Sasuke se abalanzó lanzando kunais para
desarmar a sus agresores y de paso salvar el pellejo de Naruto.
Sasuke cayó sobre la espalda de los dos shinobis que ahora
podía ver Naruto y los cuales utilizaban mascaras de oxigeno. El Uchiha
aprovechó su lugar para golpear a ambos enemigos.
Los ninjas enemigos soltaron la cadena que los inmovilizaban
y uno se dirigió a atacar a Naruto que aun estaba en estado catatónico ante lo
valiente que había sido su compañero de equipo por lo que su única reacción fue
gritar ante el inminente ataque a su persona. Mientras que el otro fue directo
a donde se encontraba el viejo pero Sakura se interpuso para que no dañaran al
anciano.
– ¡Atrás señor!. – Ordenó la de cabello color rosa al
anciano para protegerlo.
Sasuke también reaccionó ante el grito de Sakura y se
posicionó frente a la de cabello color rosa para enfrentar al ninja enemigo
pero de la nada apareció Kakashi derrotando con un simple golpe a los dos
enemigos. Entonces, todos se dieron cuenta que el Hatake había utilizado la
técnica de sustitución y lo que aquellos shinobis habían derrotado había sido
un simple tronco de madera.
– Siento el retraso para ayudarte, Naruto pero no pensé que
te quedaras paralizado. – Habló el de cabello plateado para girarse a hacia
Sasuke y Sakura. – Buen trabajo, Sasuke.
El Uchiha miró a Naruto con prepotencia.
– ¿Estás bien, gatito asustadizo?. – Se burló con soberbia.
8–8–8–8–8–Interrupción–8–8–8–8–8
Naruto escuchó un grito de un niño y cuando llegó al lugar
de donde provenía se encontró con un chico mayor que él y la cara pintada de
morado a su lado había una chica, también mayor que él con cuatro coletas y
pelo rubio.
– ¡Suéltalo y déjalo tranquilo o sino te vas a enterar!. –
Amenazó Naruto al de la cara maquillada que tenía agarrada a una figura
distorsionada.
Pero detrás de aquellas palabras, Naruto no contó con ser
estrangulado por la de cabello color rosa que le gritaba que se callara.
– Me pone enfermo los debiluchos como vosotros y cuando se
ponen en plan heroico no sabes las ganas que me dan de patearle el trasero como
en este momento, tengo ganas de hacer contigo. – Declaró el chico maquillado.
– A mí no me metas en esto, imbécil. – Advirtió en un
suspiro la chica de las coletas.
– ¡DESGRACIADO, TE MACHACARÉ!. – Gritó Naruto.
– No me hagas reír y espera tu turno porque primero,
aplastaré a este insecto.
Sin esperar a escuchar más insultos, Naruto se lanzó para
atacar a aquel chico fanfarrón pero, antes de que Naruto llegase al encuentro
del mayor, una piedra fue lanzada al brazo del matón que a causa del dolor dejó
caer a aquel ser distorsionado.
– ¿Quien te crees qué eres para comportarte así en una villa
que no es la tuya?. – Preguntó Sasuke desde lo alto de la rama de un árbol en
la que estaba sentado con otra piedra en la mano.
– ¡SASUKE!. – Chilló eufórica Sakura.
– Parece que hay otro criajo para convertirlo en papilla. –
Se burló el mayor mientras que el ser que tenía retenido había escapado y
estaba emitiendo sonidos agudos a Naruto.
– No digas eso, a los tontos como ese no me llega ni a la
suela de los talones. – Le decía Naruto a aquella pequeña figura distorsionada
– Idiota. – Respondió el Uchiha al chico maquillado.
– ¡ASÍ SE HACE, SASUKE-KUN!. – Aulló Sakura con corazones
por ojos.
– Pues, ven aquí y demuéstrame lo fuerte que eres. – Provocó
el chico maquillado. – No puedo ver a mocosos como tú. –
– No vayas a usar eso. – Habló la rubia viendo como su
compañero dejaba en el suelo lo que llevaba cargando en su espalda.
– Ya basta, Kankuro. – Ordenó un pelirrojo con el kanji de
amor tatuado en la frente y sus ojos delineados de negro que portaba una enorme
calabaza. – Estas machando el nombre de nuestra villa con tus actos.
El misterioso chico apareció sin que nadie se percatara de
su presencia hasta que habló.
– Ga...Gaara… no es lo que parece. – Intentaba excusarse el
del rostro maquillado sorprendiendo a todos.
–Estoy harto de tu comportamiento. ¿Es qué se olvidó el por
qué estamos aquí?. – Le recordó el pelirrojo.
El pelirrojo se giró para ver a Sasuke que estaba a su lado.
– Siento lo ocurrido. – Dijo antes de convertirse en arena y
aparecer junto a los otros dos.
+_+_+_End flash back
+_+_+_
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