jueves, 2 de febrero de 2017

¡Cuídame! -Cap.13-


-Un triunfo sin recompensa.-

Karin abandonó aquel antiguo puesto de vigía para seguir a Naruto y Sasuke porque, -a pesar de que no quería verse en medio de un enfrentamiento que ocasionaría el perder la confianza de esa villa e incluso, el que su esposo se comportara hostil con ella debido a que lo clasificaría como un acto de deshonra y deslealtad no le importaba-, tenía que ayudar a esos dos hombres.

Sin embargo, Karin dejó de correr cuando escuchó como la llamaban una voz que conocía de sobra y se giró para afrontar a aquella persona, en un movimiento  que parecía mecánico, mientras sentía como su respiración se congelaba y su cuerpo desprendía un sudor frío.

Sin lugar a dudas, el que estuviese esa persona allí, solo haría más difíciles las cosas y no pudo evitar que algunas lágrimas se amontonaran en sus ojos carmín mientras sus piernas cedían a su peso, cayendo caer sobre sus rodillas como una muñeca de trapo.

– Shi…Shino…– Pronunció en un murmullo apenas audible.

El alto hombre de pelo rizado y negro que ocultaba sus ojos detrás de aquellas pequeñas gafas de sol, se acercó a gran velocidad a la pelirroja al verla caer al suelo igual a una hoja que caía de un árbol.

El moreno levantó a la chica en sus brazos para acercarse a un banco de piedra y fue ahí, donde se dio cuenta de la presencia de dos personas más que acompañaban a Shino, se trataban de Lee y Kurenai.

– ¿Te encuentras bien?. – Preguntó la entusiasta voz de Lee, en la que se podía apreciar un atisbo de preocupación.

Karin asistió con la cabeza ante la pregunta del chico de espesas cejas con un tenue sonrojo por la bochornosa situación.

– Me alegro mucho, Karin-san. Pensé que se encontraba enferma. – Expresó con una enorme sonrisa el chico de mallas verdes.

Kurenai miró con picardía a la pareja, presintiendo que necesitaban estar a solas ante el fortuito reencuentro tras semanas de no verse.

– Creo que será mejor dejaros solos. – Comentó  Kurenai. – Lee, adelantémonos a la torre hokage. Shino nos alcanzará más tarde.

– ¿Y qué hay del reporte de la misión?. – Preguntó Lee confundido.

– No te preocupes y descansemos un poco antes de ir con el hokage. Estoy segura que ansias por llegar a casa y relajarte un poco. – Afirmó Kurenai para recibir un asentimiento del chico de peinado redondo para luego ambos desaparecer y dejar a la pareja sola.

Durante un buen rato, el matrimonio permaneció en silencio escuchando el cantar de los pájaros y el bullicio lejano  procedente de los aldeanos y niños.

– Shino, ¿tú confías en mí?. – Rompió el silencio la pelirroja, sintiendo como el moreno la miraba fijamente sin comprender a que venía esa extraña pregunta. – Si te contara algo que parece inverosímil pero que es real. ¿Me creerías?.

– Confío en ti, Karin. Eres mi esposa pero si no me dices jamás entenderé a que te refieres. – Explicó con calma el hombre escuchando el pesado suspiró de la pelirroja.

– Resulta que conozco a alguien que tiene varios hijos y estaba viviendo en un lugar en perfecta armonía hasta hace poco porque fueron arrancados de su hogar, separado de su familia y, por si las cosas no fuera bastante mal, está en una situación delicada porque… está esperando un bebé. – Reveló Karin agachando la cabeza para ver sus manos con las que apretó su pantalón corto.

– ¿Piensas qué podemos ayudar a esa persona?. – Inquirió el Aburame escuchando otro pesado suspiro de parte de su mujer.

– No sé si podemos ayudarles pero podemos intentarlos. Cuando te pregunté de si podrías creerme es porque esas personas de las que hablo, las conoces. Ellos son Naruto y Sasuke. – La pelirroja miró el rostro serio de su esposo. – Se que es increíble de creer pero Sasuke es capaz de embarazarse y está esperando un bebé. Admito que yo al principio no lo creí, pero al parecer Orochimaru experimento con su cuerpo y ahora puede procrear. – La pelirroja se soltó del agarra de su esposo y se puso de pie frente a él. – Se que no es impensable porque el hablar de un hombre capaz de gestar suena a chiste pero esos niños que estaban con ellos… los niños son sus hijos biológicos y tengo prueba para demostrarlo. Yo misma hice los análisis donde comparé y comprobé sus ADN. Todos dieron favorables en los niños. – La pelirroja sacó del bolsillo trasero de su pantalón unos papeles doblado que el moreno no dudó en mirar, al percibir como su mujer estaba demasiada alterada intentando hacerle creer ese relato y el cual, deseaba creer esas palabras porque él, en realidad, no tenía nada en contra de Naruto o Sasuke. El rubio lo consideraba su amigo y si este había decidido emparejarse con Sasuke, tendría sus propias razones para elegirlo como compañero de vida.

Además, de que el Aburame recordó de cómo él mismo estuvo atraído por un hombre pero jamás fue correspondido hasta que comenzó a relacionarse con Karin y esta le hizo olvidar aquel amor no correspondido que derivó en sentimientos hacia ella. La mujer que lo había salvado de su dolor y de quien no solo estaba agradecido sino también profundamente enamorado de ella.

……

Los niños se encontraban en un rincón de la habitación a la que habían sido llevados y a su lado, estaba aquel ninja con el enorme perro que los había encontrado pero en aquel lugar, también se encontraba Sai, con su rostro inexpresivo, que tenía sus puños fuertemente apretados dejando que sus nudillos estuvieran extremadamente blancos. Aunque, el conocer o haber visto a alguna de aquellas personas no impedía que los cuatro pequeños  estuviesen asustados y abrazados, en busca de repeler su miedo y tener un ancla de seguridad, mientras Kenta lloraba asustado por el ambiente tenso que había en el despacho del hokage.

Kakashi miraba aquellos niños que tenían apariencia indefensa pero que habían conseguido escapar de un recinto cerrado, donde había cientos de personas y la mitad se trataban de estudiantes de academia shinobi, chunnins o jounin. Incluso, esos críos pudieron burlar a los guardias y salir sin ser vistos. Realmente, esos niños tenían formación ninjas y estaban bien entrenados para elegir y esperar por el oportuno momento de actuar.

Tsunade a su lado miraba a aquellos niños inquisidoramente, aun sin poder creerse que su mejor alumna (Sakura), no fuese capaz de advertirlos y eso la hacía suponer que había relación al darse todos esos acontecimientos vez. Quizás, uno de los planes del Uchiha era en parte ese, al ponerle el sello a Naruto o el que esos niños tenían un papel aún más importante en los planes de Sasuke.

– Kakashi, ¿no te resulta extraño que estos críos pudiesen huir sin ser inadvertidos al mismo tiempo que el Uchiha escapó de la prisión aprovechando el momento en que Naruto fue poseído por el kyubi y, sobre todo, que haya desaparecido al igual que ese maldito traidor?. – Escupió Tsunade mirando al Hatake.

– ¿Insinúas que todo ha sido premeditado?. – Preguntó  el de cabello plateado. – Si fuese así, hay algo que no encaja y eso es Naruto, así como estos niños.

– Bueno, ten en cuenta que en todo este tiempo Sasuke lo ha tenido secuestrado con ese sello, el cual, causó que todo se accionara. – Afirmó la rubia. – Sasuke estaba esperando el momento oportuno para escapar y lo obtuvo cuando el sello que le colocó a Naruto liberó el chakra del kyubi. Se aseguró de esperar y tomar la oportunidad, al implantarle ese sello a Naruto. Es probable que los niños también tengan un sello que se detonara en ese momento y puede que el encontrarlos tan cerca de la zona, tenga algo que ver con que el kyubi tomara tan rápido el control del cuerpo de Naruto. Nos mantuvo el tiempo suficientemente ocupado para saber que estaba marchándose de la prisión. Aunque dudo que este fuera su plan original, si que podría ser uno de sus recursos en caso de que se fuera sorprendido o capturado antes de poder llevar su propósito principal a cabo. – Explicó su hipótesis la escultural mujer.

– Sigue quedando cabos sueltos, Tsunade-sama y eso es la desaparición de Naruto. – Objetó el Hatake.

– Tienes razón pero por si las dudas creo que debería analizar a estos niños. Temo que Uchiha esté siguiendo los pasos de Orochimaru y haya experimentado con sus cuerpos o implantados sellos. – Habló la de ojos castaños señalando a los críos.

– Me parece lógico, puede que sí tenga razón. Es probable que posean algún tipo de jutsu en el interior de su cuerpo. – Confesó Kakashi mientras asentía. – Y es obvio que los informes del comportamiento de estos niños que me han sido entregado no puedo darle credibilidad ante lo ocurrido recientemente.

Tsunade caminó para acercarse a los niños y Akira se posicionó delante de sus hermanos, en una señal de protegerlos, sintiendo como Shinji y Amaya se sujetaban del pijama que vestía y escuchando a Kenta llorando.

– No voy a dejar que nos hagas nada. – Siseó Akira para mostrar, ante la sorpresa de todos los presentes, el sharingan con una sola aspa en sus ojos, anteriormente negros pero que ahora se habían vuelto rojos.

– Pero… ¿qué demonios…? – Farfulló Tsunade.

– ¡El sharingan…! – Habló impresionado el de cabello plateado porque no creyó que ese niño fuera poseedor del sharingan siendo rubio ya que esa característica no correspondía a los Uchihas.

Pero antes de que nadie le diese tiempo para reaccionar, la puerta del despacho fue abierta abruptamente y para mayor asombro de los que se encontraban en aquel despacho se hallaron de frente con un rubio de rostro serio y molesto.

– Naruto… – Pronunció Sai mirando al Uzumaki para después ver como detrás de él aparecía el Uchiha.

– ¡OTO-SAN, KA-SAN!. – Gritó Shinji, que intentó correr hasta sus padres, pero fue detenido por el enorme perro que le impidió el acercarse a sus progenitores.

Naruto frunció el entrecejo, al igual que Sasuke, al ver como sus hijos estaban llorando, con sus ropas y sus rostros sucios y no les permitían acercarse a ellos.

– Naruto, ¿estás bien…? – Prácticamente las palabras se le atoraron en la garganta a la Senju para ver como el rubio la miró de manera fiera y fría.

– He venido a buscar a mis hijos. – Aclaró el Uzumaki con lentitud mientras apretaba sus puños.

– Ot…oto-san…– Pronunció entrecortadamente Akira porque nunca había visto a su padre de esa manera y percibiendo el aura aterradora que se estaba comenzando a formar a su alrededor.

– ¿Tus hijos?. – Preguntó Sai mirando al de ojos azules para después mirar al Uchiha con el ceño fruncido. – ¡Despierta de una vez, Naruto!. No te das cuenta que el Uchiha te está manipulando porque no recuerdas. – Acusó con furia para después mirar, nuevamente, a aquellos niños que retrocedieron un paso ante la iracunda mirada de Sai y, que por supuesto, logró molestar más a los padres de los niños.

– ¡Cállate! No vuelvas a decir eso de Sasuke sino entiendes. La próxima vez que te refieras de esa manera a él y mires de así a mis hijos, no responderé de mis actos. – Aseguró con furia el Uzumaki.

Todos los presentes abrieron los ojos al máximo mientras que Tsunade se cubría la boca por lo dicho, sintiendo una enorme punzada en su corazón que gritaba por extenderse dolorosamente y sintiendo ganas de llorar por lo que acababa de decir el chico que consideraba como un hijo o un nieto.

– Hablas de él como tu pareja pero aún si lo fuera… ¿cómo es posible que ellos sean tus hijos, Naruto? Hasta donde yo sé, la procreación sólo resulta cuando un hombre y una mujer se unen y no cuando son dos hombres son los que están unidos. – Irrumpió el Hatake en un intento de hacer comprender al Uzumaki de que Sasuke le había estado mintiendo.

– Los milagros también existen. – Pronunció Naruto sonriendo con soberbia.

– ¿¡Es que no puedes ver la realidad!?, te está engañando. Él te ha hecho mucho daño e incluso, ahora… ¡está jugando con tus sentimientos!. – Exclamó desesperada Tsunade.

– Naruto, entra en razón. Amigo. Te estamos diciendo la verdad y si continuas así, sólo conseguirás sufrir. – Habló por primera vez Kiba, señalando a ambos, Naruto y Sasuke.

Sasuke bajó la cabeza y abrazó el fuerte brazo del Uzumaki, sintiendo una pequeña punzada de dolor en su bajo vientre y al instante colocó su mano para transferirse un poco de chakra y menguar el dolor. Aquellas palabras lo estaban afectando más de lo que había previsto y el haberse excedido estaba pasando factura en su cuerpo, a su bebé.

– Puedo comprender que no me crean cuando digo que yo amo a Naruto. Si os afirmo que ellos son nuestros hijos o que yo estoy arrepentido de todos mis errores del pasado. – Comenzó a hablar Sasuke. – Pero no me importa volver a prisión y que me hagáis lo que queraís pero solo pido que dejen a los niños con su padre, con Naruto. Él es quien debe hacerse cargo de ellos. – Sasuke levantó la mirada mostrando como algunas lágrimas escaparon de sus ojos. – No me importa si queréis abrirme en canal, yo estoy dispuesto a aceptar mi destino pero no separéis a los niños de Naruto. – Suplicó sintiendo como cada palabra cortaba su garganta como una cuchilla demasiado fina y afilada.

– Ka-san… – Dijo Akira al ver a Sasuke tan frágil y débil. Incluso, estaba llorando provocando un revoltijo de sentimientos en el niño al ver a su progenitor así ya que él no lo había visto ni concebido el que llorara, ni siquiera cuando se cortaba con el cuchillo al pelarle una fruta o preparar la comida.

Todos miraron al Uchiha y, a pesar de persibir la fragilidad que se exteriorizaba Sasuke, no se dejaron amilana. Aseveraron sus rostros porque para ellos era una táctica de manipulación que estaba utilizando el Uchiha, pues no podía ser todo tan sencillo o al menos, al tratarse de Sasuke.

– Sasuke, no digas eso. Yo no os dejaré atrás, no sería capaz de vivir teniendo eso en mi conciencia. No os cambiare cuando sé que no puedo teneros a todos a mi lado. – Susurró el Uzumaki cogiendo de la mano que Sasuke tenía abrazando su brazo para entrelazar sus dedos.

– No creas que vamos a caer en tu estrategia Uchiha. – Escupió Sai tomando pose de defensa.

– ¡SASUKE, NARUTO!. – Gritaron desde su espalda para ver como en el despacho entraban Karin y Shino.

– Hokage-sama, Tsunade-sama… ellos dicen la verdad. Los niños son sus auténticos hijos. – Reveló escuetamente Karin mientras Shino asentía. – Aquí está la prueba de que el ADN de los niños son compatibles con los de ellos. – Señaló la pelirroja a la pareja mientras extendía unos papeles con los resultados de los análisis. – Entiendo que es difícil de creer pero es la verdad.

Tsunade se acercó con rapidez y arrebató bruscamente esos papeles para comenzar a leerlos.

– ¿Esto debe de ser un error? ¿No puede ser verdad?. – Se negaba creer aquellos resultados la rubia mientras le entregaba los papeles a Kakashi.

– No, Tsunade-sama, los resultados y lo que dicen es real. Sasuke puede engendrar vida en su cuerpo como una mujer, yo misma hice esos análisis unas cinco veces cada uno y todos dieron el mismo resultado. – Afirmaba la pelirroja mientras veía como Sai cogía aquellos papeles con desconfianza.

– ¿¡Y UNA MIERDA…!? – Gritó Sai para hacer trizas aquellos papeles con sus manos ante los ojos de los presentes. – Tú has inventado esos resultados, después de todo fuiste parte de su equipo hasta que te dejó y ahora vuelves a caer en sus encantos. – Acusó Sai a la de ojos rojos.

– ¿Qué…qué estas insinuando?. – Preguntó Karin mirando con molestia al paliducho.

– Ten cuidado con lo que dices. – Advirtió Shino poniéndose delante de su esposa y dejando salir a alguno de sus insectos a su alrededor. – Mi esposa no está mintiendo.

– ¡YA BASTA!. – Gritó Tsunade mientras rompía el escritorio asustando a los menores y provocando que los dos más pequeños lloraran con intensidad.

Sasuke miró a sus hijos y el enorme deseo de ir a consolarlo lo atormentaba pero era consciente de que podría empeorar todo si intentaba, tan siquiera dar un paso hacia delante para acercarse a los menores. Cuando sintió como Naruto le apretaba su mano haciendo que lo mirara para verlo con aquel rostro demasiado serio y alerta que lo hacía ver como un gran ninja, capaz de hacer lo imposible, y trasmitiéndole seguridad en silencio.

– No creo que un hombre sea capaz de embarazarse pero tampoco creo que esos análisis sean manipulados. – Habló Tsunade para mirar a la de ojos rojos.

– Por supuesto que no he manipulado los análisis. Aún conservo las muestras o podemos tomar nuevas para que pueda comprobarlo. – Aseguró Karin para luego mirar a Sasuke. – Cuando yo estuve con Orochimaru vi como hacía muchos experimentos y entre ellos, buscaba la forma de crear más cuerpos para no tener que ir mejorando a los shinobis que pronto iban a ser su nuevo cuerpo. – Karin se colocó sus gafas antes de proseguir su explicación. – Entre todos sus ocurrencias aparición el poder obtener más cuerpo a través de embarazos, incluyendo la manipulación del cuerpo masculino, para que se diera dicho acontecimiento, pero muchos de sus intentos, de que un hombre pudiera mantener a otro ser, fracasaron. Sin embargo, parece que Orochimaru no se dio por vencido con la experimentación y utilizó a Sasuke, también, aunque su cuerpo si acogió el procedimiento. Su anatomía está modificada para poder llevar un embarazo con eficiencia como cualquier mujer fértil lo hace. – Explicó la pelirroja.

– Eso es imposible. Por muy mal de la cabeza que estuviese Orochimaru, es imposible que consiguiese algo como embarazos masculinos y que el cuerpo de ese, sea ahora capaz de engendrar. No hay pruebas evidentes para demostrarlo, solo un resultado que de seguro has inventado como tu historia. – Intervino Sai viendo la cara de dudas de Tsunade, Kiba y Kakashi.

Karin miró a Sasuke sabiendo que si existía dicha prueba pero ella no era la persona adecuada para revelar acerca de ese ser que estaba incubando el Uchiha en su interior.

– Si que hay una prueba. – Habló Sasuke captando toda la atención.

– Sasuke, no… – Pero Naruto no terminó, al sentir un dedo del moreno sobre sus labios.

– Es lo mejor. – Susurró el Uchiha sólo para obtener un gruñido en respuesta del contenedor del kyubi. – Yo estoy esperando un bebé, estoy embarazado. – Declaró el moreno mirando los rostros desencajados de Kiba, Kakashi, Tsunade y Sai. – Sino me creen puede comprobarlo, Tsunade-sama. – Dijo con voz trémula a causa de la desconfianza que sentía a que intentaran algo en contra de ese inofensivo ser que estaba creciendo poco a poco en su vientre.

La rubia no espero, y casí corrió a ver si era cierto, mientras Sasuke sintió otro apretón en su mano de parte del Uzumaki, indicándole que él no dejaría que le hiciera nada ni a él ni a ese bebé no nato.

La Senju aplicó un poco de chakra sobre la ropa del Uchiha percibiendo como el chico se encontraba tenso pero, entonces, pudo percibirlo. Era un chakra muy suave y débil en su cuerpo que fluía en el interior del Uchiha. La de ojos castaño era consciente que no se trataba de una farsa, así que se giró ante el resto.

– Es cierto, he podido sentir el chakra que emite la presencia de una vida en su vientre. Una vida humana. – Confirmó la de coletas para volver a mirar al moreno, aún sorprendida por el acontecimiento.

– Ahora, devolvednos a nuestros hijos. – Habló Naruto. – Ya sabéis que no mentimos, dadnos a nuestros hijos.

– ¿Y qué pensáis hacer?. – Preguntó el Hatake haciendo un gestó con la mano para que Kiba apartara a Akamaru y dejara que los niños fueran hacia sus padres. – Sabes que no podré dejaros ir así sin más, Naruto. Tú aun no has recuperado la memoria, por lo que necesitas cuidados y Sasuke debe pagar por todos sus crímenes.

Akira, al ver como aquel perro se movía cogió como pudo a su hermano Kenta y corrió hacia sus padres seguido de Shinji, que tironeaba de su hermana, para ir al regazo de sus padres.

Sasuke se acuclilló para abrazar a todos sus hijos y consolar a los dos menores mientras repartía besos a cada uno de sus pequeños, al mismo tiempo, que sollozaba de felicidad tener a sus pequeños entre sus brazos.

– Os he echado de menos. – Murmuró Sasuke sintiendo las manitas de sus hijos apresando sus ropas.

– Se que Konoha quiere que Sasuke cumpla una condena pero yo no lo puedo permitir, Kakashi-sensei. – Pronunció el rubio, haciendo que todos los presentes abrieran los ojos enormemente al comprender que Naruto si había recuperado la memoria. – Nos iremos de la villa, sé que mi familia no es bien recibida en Konoha, debido a los errores que cometió Sasuke en el pasado y por lo ocurrido en la noche, conmigo de seguro vuelve a verme como una amenaza. Por eso, soy consciente de que cuando los ciudadanos se enteren que mis hijos es el resultado de la unión de dos hombres serán rechazados por provenir de Sasuke y de mí, como padre, no me pudo permitirlo. No permitiré que mis hijos pasen una infancia como la pasé yo, en la que tan sólo recibía miradas de odio y repugnancia. Volveremos al lugar que ha sido nuestro hogar durante los últimos años, nuestra casa. Donde podremos vivir en tranquilidad y si intenta impedirlo, le advierto que estoy dispuesto a enfrentarme a cualquier cosa por el bienestar de mi familia hasta lograr mi objetivo de poder vivir en tranquilidad.

El Hatake sonrió reconociendo a su alumno rubio.

– ¿Pero qué hay del Uchiha?. ¿Naruto, quien lo atenderá cuando sea el momento de que venga esa criatura al mundo?. – Preguntó la Senju preocupada.

– He ayudado a Sasuke a traer a mis hijos al mundo y este no será diferente. – Habló mientras hacía cuatro kagebushin y cargaba a sus hijos mayores mientras que Sasuke era cargado por el autentico Naruto. – Adiós. – Pronunció antes de comenzar a dar pasos hacia la salida.

– ¿Lo dejará ir así, sin más?. – Preguntó Sai viendo como se marchaban.

– Es lo mejor para ellos Sai. Tal y como Naruto ha dicho, aquí no serán felices. – Dijo Tsunade.

– Naruto ha crecido mucho. – Murmuró el Hatake viendo al cuarto hokage alejándose y no a Naruto. – “Sensei estarás orgullos de Naruto, él se ha convertido en un hombre extraordinario.” – Pensó Kakashi.

– Escuchadme todos, no podéis divulgar esto, es una orden. – Ordenó Tsunade. – Ahora, salid y no dejéis que nadie le impida el paso a Naruto y su familia. – Indicó la anciana sintiendo como Kakashi apoyaba lo dicho.

Naruto corría por las calles de Konoha hacia la salida junto a sus clones para observar cómo, rápidamente, se posicionaban a su lado Sai, Kiba junto a su perro, Karin y Shino.

– Os haremos de escolta hasta la salida de la villa. – Le Informó Karin con una sonrisa.

– Gracias. – Agradeció Naruto.

– No tienes que darlas Naruto, es una orden de Tsunade-sama y el hokage. – Habló Kiba para mirar la cara de duda del Uzumaki. – Ahora Kakashi-san es el hokage de Konoha.

Ante la noticia el de ojos azules sonrió para continuar hacia el exterior.

– Naruto. – Llamó Sai. – Quiero que sepas que el Uchiha sigue sin caerme bien y no me agrada que ambos seáis pareja e incluso, aun me cuesta aceptar que los críos sean vuestros hijos pero lo siento. Fue por mi causa que hayáis pasado por todo eso.

– Sai… – Pronunció el contenedor del kyubi.

– Naruto, ni siquiera le des las gracias que al final fue quien se casó con Sakura hasta tienen una hija. – Le comentó divertido el Inuzuka. – Aunque tú tampoco tienes nada que envidiar te quedaste con el chico más cotizado de nuestra generación, estoy seguro que muchas chicas lo darían todo por estar en tu lugar, una lástima para ellas que resultase que el chico de sus sueños es gay. – Se mofó Kiba sacando una sonrisa al Uchiha.

– ¿¡Te casaste con Sakura-chan!?. – Se escandalizó el Uzumaki para sentir como el moreno molesto apretó su agarre en los hombros haciéndole daño.

Sai sonrió mientras asentía.

– Ella lo pasó muy mal después de ir en tu busca y sólo encontrar el cuerpo de aquel maldito de Madara. – Confesó Sai. – Sakura cayó en una depresión y la iba a visitar con frecuencia, la animaba hasta que ambos nos dimos cuentas que nos gustamos y decidimos casarnos pero no fue hasta que nació Miki que Sakura consiguió recuperarse.

– No sabía que había ocurrido todo eso pero aun así me alegro porque ambos estéis bien. – Pronunció Naruto llegando, finalmente, al enorme pórtico por el que saldrían de Konoha.

– Adiós a todos. – Se despidió antes de dar un enorme salto seguido de los clones y perderse en la maleza de los árboles.

– Ojalá no tuvieran que marcharse de Konoha para ser felices. – Habló Kiba acariciando la cabeza de Akamaru que ladró en respuesta a su amo para volver todos al interior de la villa de la Hoja.

Naruto ya podía ver el barranco por donde se encontraba la casa en la que Sasuke se había ocupado de él todo ese tiempo en que sufría amnesia. El rubio bajó sin dificultada, usando su chakra, y se encontró con que las gallinas habían sido liberadas de su corralillo y el cultivo les había servido de alimento a las aves.

El contenedor del Kyubi dejó a sus pequeños en el suelo y a Sasuke. La pareja vio como los niños salieron corriendo hacia una de las gallinas que tenía varios pollitos a su alrededor para poderlos tocar.

– Por fin, estamos en casa. – Habló Naruto poniendo sus manos en su cadera.

– Sí pero, ahora, todo será diferente. – Comentó divertido Sasuke mirando al rubio que lo miraba sin comprender. – Ahora, serás tú quien me tendrá que cuidar a mí y voy a aprovecharme de ello. – Declaró Sasuke con voz de superioridad.

Naruto se acercó al moreno para cogerlo de la cintura y pegarlo a su cuerpo.

– Y estoy encantado de cuidarte a ti y esa pequeña. – Susurró Naruto sobre los labios del moreno que cerró sus parpados al sentir el cálido aliento chocar contra sus labios para luego abrirlos lentamente.
– ¿Cómo estás seguro que será una niña?. – Preguntó sonriendo el de ojos negros enredando sus brazos en el cuello del de ojos azules.

– Simplemente lo sé, soy su padre. – Contestó antes de besar aquellos labios que le eran irresistible.

El beso fue dulce y lento pero que desgraciadamente terminó para que ambos se mirasen a sus ojos.

– Naruto, creo que vas tener que comenzar tu trabajo de enfermero. – Sonrió Sasuke sintiendo como tenía una erección después de aquel beso y como el rubio andaba en las mismas condiciones. – Estoy deseoso de recibir tus cuidados.

– Tan sólo pídemelo y te atenderé complacientemente. – Murmuró el contenedor del kyubi.

– Cuídame ahora, Naruto. ¡Cuídame!. – Exclamó lo último Sasuke al sentir como el Uzumaki lo levantaba en sus brazos para llevarlo al interior de la casa para atenderlo mientras los niños se divertían corriendo detrás de la gallina y los pollitos.



Fin.



No hay comentarios:

Publicar un comentario