-Sentimientos y entrega.-
Rivaille
estaba guardando su botiquín en el armario después de terminar de vendar la
mano de Eren cuando escuchó los ligeros pero seguros golpecitos en la puerta de
uno de sus subordinados.
–
Sargento Rivaille, la cena pronto estará lista. – Anunció Günter desde detrás
de la puerta el encomendado que le había pedido Petra.
–
Bien. – Fue la simple respuesta de Rivaille para que Schulz se marchara
mientras que Levi volvía acercarse al adolescente y mientras tomaba asiento a
un lado de Jaeger no pudo evitar acariciar la cabeza del chico que lo miraba
atentamente. – ¿Te sientes mejor?.
– Sí,
gracias por asistir mis manos. – Agradeció el chico desviando sus ojos verdes
de la mirada de Rivaille para observar sus manos vendadas perfectamente y no
era algo raro, la posibilidad de que Rivaille saliera herido en una misión o
alguno de sus compañeros le había brindado la experiencia necesaria para saber
hacer un buen vendaje.
Rivaille
cogió una de las manos de Eren para que el volviera a mirarlo, acto que logró
al instante, recibiendo la primera sonrisa dirigida a él por parte de Jaeger y
sin que el quinceañero fuera consciente de que tal pequeño gesto, involuntario,
consiguió cortar la respiración de Levi por unos segundos.
–
Sargento… creo que debería bajar a cenar o se… – Intentó sugerir Eren al ver
que los segundos pasaban y Rivaille no hablaba solo lo miraba con tanta
intensidad que estaba comenzando a inquietarlo mientras que su rostro poco a
poco se enrojecía más por tener toda la atención de Levi sobre él.
Rivaille
había callado al muchacho al tocar con su dedo índice el mentón de Eren.
–
Quiero saber qué es lo que piensas, ¿se trata del hecho de qué no soy una
mujer?. – Inquirió Levi, sin importarle la sugerencia que le aportaba el
adolescente, intentando profundizar en Eren porque podía estar seguro de que el
chico no se encontraba del todo cómodo y, a pesar de que le había dado la
oportunidad de frenar esa relación o deshacerla, siendo que él mismo se
esforzarse por no amar a Jaeger si no le correspondía, en esas ocasiones el
quinceañero debería estar más seguro de sus sentimientos con las simples
palabras que Eren había dejado salir de su boca. Era por ello, que podía
apreciar el nerviosismo y auto-cuestionamiento que se estaba realizando
constantemente Eren, aunque en ese momento parecía más seguro y confiado, aún
podía apreciar un pequeño rastros de dudas y Rivaille quería conocerlos, quería
hacerlos desaparecer para que Eren le mostrara quien era en realidad Eren
Jaeger y, también, él poder mostrarse al completo quien era él.
–
¡No!. – Exclamó en un pequeño grito Eren asustado por la insinuación del hombre
ante él. – No, no me importa el hecho que sea mujer u hombre. – Contestó con
más tranquilidad y en cierta forma, le había molestado a Eren escuchar la
pregunta porque aún y cuando Jaeger sabía que no era algo común ver a personas
del mismo sexo en actitudes amorosas pero esto, no le había preocupado jamás ya
que en todo lo que llevaba de vida solo deseaba una cosa, poder pertenecer al
escuadrón de reconocimiento para poder liberar a la humanidad de su jaula
aniquilando a los titanes. – Solo… que esto es nuevo para mí, usted es la
primera persona con la que he aceptado estar así y, también, es la primera
persona por la que siento esto. – El adolescente cerró sus manos sobre su
pantalón mientras que el tono rojizo seguía marcando su rostro como una leve
sombra. – Lo siento. – Se disculpó en un susurró pero no fue porque realmente
sintiera necesidad de disculparse sino, que por algún motivo, esas palabras
brotaron de entre sus labios como si de un suspiro se tratase.
–
Bien. – Respondió Levi antes de apegar más, si es que era posible, su cuerpo al
de Eren. – No estaría bien que te sintieses molesto por el hecho de si soy
hombre. – Indicó Rivaille con voz calma. – Entonces… ¿qué es lo que te está
molestando?. – Preguntó directamente causando que el chico diera un leve
saltito en el lugar que estaba sentado.
– Solo
me preocupa todo, usted, yo, el cómo debo comportarme, si está bien el que…
esto está pasando tan rápido. – Se auto-interrumpió Eren al percatarse de que
probablemente iba a decir algo que no debía.
– ¿El
qué?. – Se apresuró Rivaille al ver como el muchacho, por algún motivo, no
continuó esa oración.
– Yo
no quiero molestarlo, no quisiera hacer algo que le causara problemas, sargento
Rivaille. – Contestó Eren con cierto recelo en su voz mientras sus ojos miraban
algún punto en el suelo.
–
Eren, mírame. – Ordenó Levi pero al ver que el adolescente no parecía tener
intención de obedecerlo, se levantó del lugar se puso frente al joven para
coger la cara de Jaeger con sus manos y sin darle tiempo a que respondiera,
besarlo con tanta fuerza que pudo escuchar el sonido de sus bocas al chocar. –
No quiero que tengas secretos para mí. – Le pidió Rivaille con voz estrangulada
después de terminar el agresivo beso y que sonó más demándate a causa de su
agitada respiración.
Contrario,
a las pocas opciones que Rivaille había barajado acerca del comportamiento del
chico después de haberlo besado y dicho lo que pensaba, Eren había apresado su
cintura con fuerza para acercarlo de un empujón que obligó a Levi a erguir su
espalda para, instantáneamente, sentir sobre su duro vientre como apoyaba el rostro Jaeger.
Rivaille
suspiró, no por inconformidad o por extrema ternura sino porque podía sentir
que Eren le estaba pidiendo consuelo, igual a un pequeño niño que buscaba los
protectores brazos de alguno de sus padres para sentirse querido, y Rivaille no
se contuvo a propiciarle múltiples caricias a la cabeza, despeinando el castaño
cabello de Jaeger con el único propósito de hacerlo sentir mejor.
– Me
gusta, me gusta mucho, sargento. – Farfulló tortuosamente Eren separando su
cara de Rivaille y destensando el abrazo. – Yo no sé si esto está bien pero
usted me gusta.
–
Eren, deja de preocuparte. Lo importante es lo que nosotros decidamos y nadie
puede inmiscuirse en esto. – Le afirmó con convicción Rivaille antes de
separarse un poco para inclinar su cuerpo aún sintiendo las manos sujetando su
cintura mientras sus labios se unían en un beso porque Rivaille besó al chico
en un intento de trasmitirle seguridad y calma, de que no debía de temer nada
ante el hecho de que se estuviese enamorando de otro hombre, un hombre que era
su superior y custodio pero, sobre todo, quería que Jaeger sintiera su amor.
Sin
embargo, el dulce y candente beso de la pareja fue interrumpido por el estómago
de Eren que rugió con fuerza ya que no había comido nada en ese largo día y el
agua que había estado bebiendo el muchacho solo había controlado su sed y
contenido su barriga de gruñir como león hambriento.
– Lo siento. – Se excusó Eren avergonzado por
lo ocurrido sin atreverse a mirar a Rivaille, cuya cara del sargento se debatía
entre la inconformidad, la diversión y la ternura que le estaba provocando Eren
con su rostro abochornado.
– Será
mejor que vayamos al comedor. – Sugirió Levi separándose y deshaciendo el
abrazo de Eren.
– Sí.
– Respondió Jaeger aún azorado por lo ocurrido antes de caminar hasta la puerta
de la habitación junto al sargento para salir y dirigirse hacia el comedor,
donde podrían presuponer que la cena estaba siendo servida.
Eren
fue el primero en entrar al comedor donde sus compañeros del equipo de Rivaille
al verlo, le observaron con enfado mientras servían la mesa.
–
Mocoso, en este lugar se debe de cumplir las reglas si quieres comer. – Comenzó
a regañar Brossard dejando lo que estaba haciendo para dar unos pasos hacia
Jaeger. – En estos últimos días ya no ayudas a preparar la cena junto a Petra,
como te asignó el sargento Rivaille y hoy hasta te permites despertar a la hora
que te vino en gana. Solo eres un vago y el quedarte sin desayuno es un castigo
insignificante para alguien cómo tú. Si yo fuera el sargento… – Pero Aurou fue
interrumpido en su discurso por una voz que reconoció provenir de la espalda de
Eren.
– Por
fortuna, no eres yo. – Dijo Levi apareciendo en el comedor y poniéndose a un
lado de Eren. – Y no es de vuestro interés saber el por qué ahora Eren no está
ayudando en la cocina a preparar la cena. – Recordó mirando a todos los
componentes de su equipo y percatándose de que Erd Gin aún no había regresado
de la ciudad algo inusual teniendo en cuenta que la vez anterior cuando ordenó
ir a por provisiones no habían demorado demasiado tiempo. – Así que ahorra tu
saliva Aurou, no queremos que vuelvas a morder tu lengua cuando estamos a punto
de cenar porque sería repugnante que ensuciaras el suelo con tu sangre o
llegara a salpicar los alimentos. – Indicó caminando hacia la silla que lo marcaba
con la persona que regía la mesa.
– Sí,
sargento Rivaille. – Se apresuró a decir Aurou para ocupar su puesto pero antes
no evitó el dedicarle una mirada molesta a Eren.
Cuando
Petra trajo el pan recién horneado, todos empezaron a degustar su cena en un
completo silencio donde se respiraba cierta tención debido a lo sucedido hacía
escasos minutos atrás.
– Eren
ve a descansar, no es necesario que te quedes a ayudar a recoger los enceres. –
Indicó Rivaille cuando ya todos habían terminado de comer.
–
Pero… – Quiso protestar Eren.
– Tus
manos no están en condiciones para estar trabajando y mañana seguirás con la
limpieza del jardín. – Agregó viendo como el chico resignado asintió con la
cabeza mientras formaba en puños sus manos vendadas que pareció ser, en ese
preciso instante, el centro de atención de todos los presentes y por el rostro
absorto de Petra, Aurou y Günter era posible el leer que no se habían dado
cuenta de que el chico tenía las manos dañadas.
– No
pongas objeciones a las órdenes del sargento Rivaille, debes de agradecerle a
él que estés aquí. – Refunfuñó Aurou con molestia en voz baja para que solo
Jaeger pudiera oír.
–
Bien, parece que Erd no volverá hasta mañana. – Dio por finalizado Levi esa
corta charla mientras se levantaba de su lugar en la mesa provocando que todos
los demás lo imitasen y, rápidamente, fuesen a hacer su encomiendo siendo que
los únicos que abandonaban el comedor eran Rivaille y Eren.
Sin
embargo, nadie podría imaginar que el sargento no fuera a su alcoba sino que
siguió a Eren hasta su cuarto en el sótano y hasta que ambos no estuvieron
dentro de la habitación no se dirigieron la palabra.
Eren
fue directo a donde había dejado su ropa sucia para remendar el desgarro que
había en su camisa, antes de lavarla, sacando del pequeño armario su caja con
enseres prioritarios donde había hilo y aguja para poder cocer su ropa sin
prestarle la más mínima atención a Levi que lo observaba.
– No
tiene que enfadarte, sabes que tus manos no están en estos momentos para estar
haciendo trabajos simples cuando mañana te espera otro día de trabajo duro en
el jardín. Debes de cuidarte si quieres continuar aportando tu servicio. –
Aseguró arrebatándole la aguja con el hilo y prenda sucia mientras Rivaille
hacia una mueca de asco buscando el roto para comenzar a cocer.
– No
pasará nada si ayudo un poco, así ellos no me verán como… – Intentó hablar
Jaeger.
–
Ellos no tienen que verte de ninguna de las maneras. – Objetó Rivaille
mostrando reproche en su voz hacia el adolescente dejando caer al suelo la tela
sucia con el primer punto de costura hecho para cerrar el rasgado. – No puedes
confiarte y yo no te puedo asegurar que vayas a permanecer aquí, en mi equipo o
ser parte de las tropas de expedición. Te recuerdo que estas a prueba porque
dependiendo de cómo sea el resultado de la próxima salida al exterior tú ya no
podrías ser parte de este escuadrón y yo no tenerte bajo mi cuidado, también…
cabe la posibilidad de que en esta expedición nos convirtamos en comida de
titán y regresemos solo uno o nadie de los que estamos aquí. Entonces… ¿qué ha
de importarte lo que pienses los demás?.
Ante
las palabras de Rivaille, Eren apartó su mirada de los ojos de su superior
porque tenía razón y no podía objetar nada al respecto porque él mismo sabía
que su futuro era incierto, desde el momento que estuvo consciente de su poder,
Jaeger había dejado de ser un humano normal que podía elegir su camino a tener
que soportar a que altos mandos de la sociedad dirigieran su vida de la forma
que se considerara más beneficiosa para el bien de la humanidad quedando Eren
nulo de poder objetar en contra de lo decidido por las autoridades que
gobernaban a la humanidad.
Levi
se acercó a Eren para abrazarlo por la cintura ya que el sargento no podía
evitar sentirse mal por la crueldad que
había destilado en sus palabras aunque fueran ciertas, no dejaban de ser
hirientes y para un chico que solo contaba con quince años debía de asfixiarle
el no poder tener un poco de libertad como el resto de jóvenes de su edad y eso,
le hacía recordar a Rivaille a sí mismo cuando contaba con la misma edad de
Eren e Irvin, prácticamente, lo había obligado a unirse al cuerpo de las tropas
de reconocimiento juntos a sus dos difuntos amigos de la infancia, Isabel y
Farlan*.
– No
tenía que haberte dicho eso. – Intentó disculparse Levi con el adolescente.
– No,
es verdad. Sé que, incluso, yo mismo soy un peligro si es que llego a utilizar
mi poder, aún y cuando si llego a transformarme en titán. Vengo de Shingasina y
también presencié como muchos de mis amigos y compañeros perecieron ante la
invasión de los titanes en Trost pero aún así, me gustaría conocer a mis nuevos
compañeros y no pensar en que en algún momento no los volveré a ver más o en
ser yo el causante de algún incidente. Yo no deseo lastimar a nadie. – Explicó
soltándose de los brazos de Rivaille para encaminarse hasta la cama donde tomó
asiento.
– Aún
eres un mocoso. – Murmuró Rivaille cuando estuvo frente a Eren antes de besar
al quinceañero para que sus sentimientos de empatía hacia Jaeger no le hiciera
suspirar con demasiada comprensión y hastío.
Eren
no pareció querer participar del beso en un inicio, en el que Levi insistía
para poder colar su lengua dentro de la boca del chico mientras sus manos
sujetaban la cara de Jaeger con fuerza, casi pareciera que quería aplastar la
cabeza del muchacho pero lo cierto, era que no hacía apenas presión en el
contacto que ejercía con sus manos.
Rivaille
sintió como Eren ponía sus manos sobre las suyas y fue entonces, que el chico
abrió la boca dejando que su lengua entrara pero no esperar que en medio de la
intromisión se encontrara con la lengua de Jaeger que le hizo desunir sus
labios y no solo sintió como sus lenguas se acariciaron sino que pudo ver los
ojos verdes entreabiertos y brillantes por el placer.
–
Eren… – Susurró cortando todo contacto con el chico al darse cuenta que el beso
se había tornado algo más fogoso de lo que había deseado.
Sin
embargo, Levi se vio sorprendido por Eren, el cual se había levantado
persiguiendo la boca del sargento y antes de darse cuenta sentía como el beso
se reanudaba, acelerando su corazón, mientras las manos de Jaeger movidas por
el impulso del deseo se habían afianzado en su cintura para no permitirle que
cortara el contacto.
Una
parte de la consciencia de Rivaille ante lo que sucedía lo alegraba e, incluso,
deseaba esfumarse, parecía que el chico había empezado a diferenciar los
momentos en que dejaba de ser un oficial para el quinceañero y convertirse en
su pareja pero por otra parte, no podía dejar de estar recriminándose el haber
comenzado a besar a Eren, el muchacho parecía estar demasiado activo en ese
momento, un momento que no estaba seguro como iba a repercutir en el
comportamiento de Eren hacia él debido a las inseguridades que le había dado a
conocer Jaeger.
– Eren… – Volvió a insistir Rivaille cortando
el beso con brusquedad y pronunciando con dureza el nombre del chico, haciendo
que este pareciera despertar de un sueño causando que se separara de Levi de un
salto para caer sentado sobre el colchón de su cama.
– Lo
siento, lo siento, lo siento… – Repetía Eren dolido porque había actuado sin
pensar y seguramente había irritado a Levi.
Rivaille
suspiró antes de sentarse a un lado del chico.
– No
ha estado mal. – Comentó Levi de manera casual acallando a Eren que lo miró
absorto por lo dicho del hombre a su lado mientras su boca no hacía más que
abrirse y cerrarse como si quisiera decirle algo pero las palabras no fluían. –
Pero… si aún estas dudando sobre esta relación, no quiero que lleguemos a algo
más. – Indicó Rivaille mirando a Eren con severidad. – Cuando estés seguro de
ti mismo y de mí, no tendré inconveniente en fortificar esta relación. –
Aseguró antes de volver su mirada al frente. – Será mejor que descanses bien
esta noche, mañana te espera un duro día. – Recordó Rivaille antes de
levantarse del mueble y salir de la habitación para dirigirse a la suya dejando
a un pensativo Eren.
La
mañana llegó tan sosegada como era de esperarse que fuera cualquier despertar
en aquel cuartel solitario, carente de vecinos o civilización, más que los
propios soldados que habitaban ahí.
Cuando
Rivaille llegó al comedor, se percató de que ya todos estaban haciendo sus
labores aunque era de esperar, Eren aún no se encontraba por allí aunque no
tuvo que esperar mucho tiempo para que el adolescente apareciera en el lugar.
Como
había estado pasando en los últimos días a la hora de la comida, el desayuno
transcurrió en silencio más que una u otra palabra estrictamente necesaria o
algún comentario volátil que pasó, prácticamente, inadvertido por los presentes
en la mesa antes de que cada uno se fuera a hacer sus deberes encomendados.
Rivaille
se encontraba en mitad de la limpieza del ala norte cuando Erd Gin llegó al
cuartel y fue en su busca para entregarle una carta al sargento que le había
sido indicado entregar de inmediato a Levi, causa por la cual, Erd no pudo
regresar el día anterior debido a un pequeño interrogatorio del capitán de las
tropas de reconocimientos para saber sobre Eren antes de darle la carta al
subordinado de Rivaille.
No
obstante, Rivaille no se dignó a abrir la carta hasta que no estuvo a solas
para percatarse que estaba escrita por el propio Irvin Smith, como era de
esperar, recordándole que Zoe Hanji llegaría en dos días para estudiar la
característica de Eren de convertirse en titán.
Con
enfado, Rivaille hizo que la carta en sus manos se convirtiera en una bola de
papel que introdujo en su bolsillo con brusquedad mientras refunfuñaba
maldiciones y blasfemia porque pronto tendría que soportar a la teniente obsesa
de los titanes pero, a la vez, preocupado por Eren, el chico sería capaz de
extralimitar sus posibilidades solo para contentar a Hanji, algo que él no
permitiría y tampoco, en los estudios a realizar, dejaría a solas a Hanji junto
a Eren porque eso podría ser demasiado peligroso.
Cuando
Rivaille terminó de limpiar todo el ala ya era la tarde y como había hecho en
esos días fue en busca de Jaeger para decirle que lo estaría esperando en su
habitación mientras se cercioraba del trabajo de Eren realizado en el jardín,
que ahora, parecía más un posible huerto en espera de ser cultivado que un
jardín o una parte del bosque invadiendo un lugar que no le pertenecía.
Después,
Rivaille se dirigió hasta donde se encontraba Petra para indicarle a la mujer
que esa noche no estaría a la hora de la cena para acto seguido, escuchar la
voz de la mujer preocupada por su estado de salud para que no quisiera comer,
preguntas y preocupaciones que no hizo caso Levi para entrar en la cocina y él
mismo preparar algo rápido y sencillo como unos huevos escalfados que comería
con un poco de tocino ahumado y pan que había sobrado del desayuno pero, antes
de subir a su alcoba con la comida que había preparado, se ocupó de dejar los
enceres limpios.
Rivaille
había terminado de bañarse cuando escuchó los golpecitos que daba Eren en su
puerta, así que Rivaille se apresuró a secarse con la toalla y vestirse sin
llegar a ponerse los molesto cinturones obligatorios que necesitaba para
utilizar el equipo de maniobras tridimensional.
– Entra.
– Ordenó Rivaille aún con una toalla en la cabeza con la que estaba terminando
de secarse el cabello pero Eren no pareció prestarle atención a Levi sino que
el olor a comida despertó su apetito provocando que su estómago gruñera
levemente pero para fortuna del joven, el ocupante de la alcoba no se percató
del gruñido que hizo su estómago.
Rivaille
volvió al baño para terminar de secar su cabeza antes de peinarse y aún con el
pelo húmedo por el aseo, Levi salió directo a donde se encontraba Eren para mirar
las manos del chico preocupado de que las tuviera más dañadas que el día
anterior.
–
Parece que tus manos se están acostumbrando al trabajo. – Señaló Levi mientras
acariciaba con la yemas de sus dedos las palmas de las manos de Eren,
percatándose de que no estaban tan malogradas como el día anterior aunque
habían nuevas heridas pero algunos lugares de las manos de Jaeger se estaban
formando callos debido al trabajo duro. – ¿Te duele?.
– No,
estoy bien. – Respondió un poco confundido Eren ya que le pareció extraña la
pregunta formulada por el sargento.
– Eren,
pronto no podré pedirte esto, el que tengamos este tiempo para nosotros y
conocernos un poco más. – Informó Rivaille observando al quinceañero que lo
miraba con demasiada confusión debido a que no comprendía a que se refería. –
Irvin me ha escrito para confirmarme que pronto vendrá una persona para saber
de ti y evaluar tu capacidad de transformarte en titán. – Añadió.
– ¿Una
persona?. – Repitió temeroso Eren recordando que en el juicio se barajó la posibilidad
de que fuese diseccionado y esperaba que no se tratara de alguien que quisiera
torturarlo o abrirle la carne para ver sus entrañas como si se tratara de un
animal al que preparan antes de ser cocinado.
– Ya
conociste a esa persona cuando se hizo el juicio sobre ti. – Intentó calmarlo
Levi al comprobar que Eren se había exaltado ante sus palabras. – Yo estaré
presente mientras te evalúan y para que nadie salga dañado. – Añadió logrando
reconfortar un poco al quinceañero.
– ¿Tendré
qué transforme en titán?. – Inquirió el muchacho.
– Es
lo más probable. – Respondió con sinceridad el sargento.
–
Pero… yo podría perder el control y… – Eren no quiso continuar hablando
mientras apartaba sus manos de Levi y las cerraba en puños para apretarlas con
fuerzas sobre sus piernas. – Si ataco a alguien o no logro controlar al titán,
usted me matará. – Susurró casi como si le faltara el aliento.
– No
tiene por qué suceder eso y no quiero matarte, buscaré una manera de que si eso
llega a suceder no haya necesidad de ello. – Aclaró Rivaille, pues él menos que
nadie deseaba que el chico pereciera.
–
¿Cómo puede decir eso si ni siquiera está seguro?. No hay forma de que alguien
me detenga sin que me mate en el proceso en el caso de que no pueda controlar
al titán y todo se salga de control, me convertiré en una amenaza y la única
forma sería el acabar conmigo. – Le recordó Eren comenzado a derramar lágrimas
de impotencia e ira ante la posibilidad de tener que transformarse y perder el
control del titán como se le había comunicado que había sucedido en Trost,
donde atacó a Mikasa y él ni siquiera podía recordarlo.
–
Eren, no estás solo. – Dijo Rivaille antes de besarlo con ternura en los labios
mientras abrazaba al quinceañero para demostrarle que se preocupaba por su bienestar,
quería consolarlo, demostrarle que podía confiar en él en todos los sentidos
con ese beso. – No te dejaré solo y estaré ahí para detenerte si pierdes el
control sin la necesidad de que mueras. Pensaré algo para pararte sin que
ocurra nada. – Le susurró antes de volver a besar al chico sintiendo que poco a
poco las lágrimas dejaban de brotar de los ojos de Jaeger y se concentraba en
el beso, en el placer que le estaba ofreciendo Levi y en el disfrute de
participar en ese contacto.
Las
manos de Eren se movieron tímidamente a la cintura para atraer a Rivaille hacia
él. Ante la atracción de Jaeger, el sargento no dudó en sentarse a horcajadas
mientras el beso se volvía más vicioso, deseoso e hilarante haciendo que poco a
poco ambos perdieran la noción del tiempo, del lugar en el que se encontraba y
todo se centrara en el contrario en disfrutar e indagar con timidez movimientos
que solo aumentara el gozo.
Eren
deslizó su mano derecha por la espalda de Rivaille en una caricia lenta,
sintiendo sobre la tela los músculos duros que, seguramente, había adquirido
ante un ejercicio constante y que las ropas que usaba Levi, escondía
grácilmente ante su delgada anatomía.
Una de
las manos de Rivaille se había afianzado al cuello del chico y no dudo, al
sentir las leves caricias en su espalda, el llevar su mano izquierda sobre el
torso de Jeager donde logró encontrar uno de los pezones del chico que pellizcó
al notarlo erecto por la excitación, haciendo que el quinceañero gimiera en
medio del lujurioso beso que le estaba llevando a la inconsciencia. No
obstante, Rivaille no se quedó ahí y rápidamente dejó el pezón de Eren para
seguir con su mano el viaje hasta el borde de la camisa del adolescente donde
pudo introducir su mano bajo de la tela y palpar la piel del chico bajo la
prenda.
Eren
no cabía de placer y el contacto que estaba teniendo Rivaille se estaba
haciendo escaso, en algún momento, Jaeger había llevado su mano izquierda a la
nalga del sargento, la cual masajeaba y estrujaba sobre el pantalón pero eso no
le propiciaba cercanía, carecía de sentir la textura de la piel de Rivaille
aunque cuando la mano de Levi se internó bajo su ropa no pudo procesar el agudo
pinchazo en su entrepierna que lo obligó a acercar más el cuerpo de Rivaille al
suyo, deslizando sobre sus piernas el peso del sargento intentando sentir a
Levi cerca de su entrepierna.
Sin
previo aviso, Rivaille se vio despojado de su camisa, casi al mismo tiempo que
él se deshacía de la camisa de Eren y ambos terminaron en el suelo, donde el
adolescente había decidido cambiar sus labios por su cuello donde lo sentía
lamer, besar y succionar provocándole algunos gemidos que intentó silenciar
mordiendo su labio interior pero todo se complicó para Levi cuando Jaeger
comenzó a mover su cadera, frotando descaradamente su entrepierna cubierta por
los pantalones y ropa interior con la contraria pero que aún así, la fricción
era enloquecedora no pudiendo soportar mucho tiempo aquel contacto que logró
arrancar un gemido que lo obligó a curvar su espalda al sentir el clímax.
Rivaille,
escuchó perfectamente el gruñido de Eren antes de que callera sobre él,
sudoroso, sonrojado, complacido y aún extasiados en los restos del orgasmo.
Aún
con la consciencia perdida en algún punto de su cerebro, Eren buscó la pequeña
curvatura que formaba el cuello y hombro de Rivaille pero no fue para esconder
su rostro o para apoyar su frente mientras se recuperaba de lo que había
acabado de ocurrir sino donde mordió a Rivaille con fuerza sacando un quejido
del sargento al sentir como apretaban los dientes hasta hacerlo sangrar.
–
¡Eren…! – Exclamó Levi sorprendido por lo que había acabado de hacer su amante
pero al percatarse que no iba a responder mientras la mordedura se hacía más
dolorosa optó por apartar al chico bruscamente.
Rivaille
agarró el pelo castaño de Eren para apartarlo de su cuello lo suficiente y
entonces, se percató que los ojos verdes del muchacho aún presentaba un brillo
diferente, como si aún estuviera disfrutando pleno orgasmo pero eso no era
posible.
–
Sargento… – La voz compungida de Jaeger hizo que Rivaille liberara el cabello
muchacho y este acto hizo que Eren volviera a buscar el lugar donde había
mordido a Levi para comenzar a lamer la herida como hacían los animales para
intentar curar las heridas que se producían.
Lentamente,
la lengua de Eren fue dejando la zona donde sus dientes se encargaron de abrir
la piel de Levi y bajo por el pecho de Rivaille, pues Eren aún curioso y
deseoso de sentir más placer del que ya había sentido, quería descubrir el
sabor de la piel de Levi, ya hacía rato que se había confiado y su consciencia
había desaparecido como para preocuparse en si estaba haciendo bien o no.
Levi
observó a Eren sin poderse levantar o quedar sentado ya que el chico le impedía
elevarse pero no pudo evitar observar de forma erótica como Jaeger parecía no
querer dejar un rincón de su piel si lamer y fue entonces, que un jadeo escapó
de sus labios al sentir como la lengua del quinceañero se deslizó por uno de
sus pezones provocando que Eren no solo repitiera el movimiento sino que
llegara a succionarlo causándole un estremecimiento a Rivaille que lo llevó a
ocultar su boca con una de sus manos mientras que intentaba con su otra mano
separar a Eren de su pezón.
Rivaille
sentía como poco a poco no solo volvía a excitarse sino que todo aquello estaba
llevándolos a los dos a un punto aún más íntimo y debía hacer algo sino deseaba
que aquello sucediera aún aunque no era porque el propio Levi no quisiera ese
encuentro sino por Jaeger.
–
Eren… detente. – Pidió sintiendo como su otro pezón estaba recibiendo el mismo
trato que su compañero. – Re… recuerda lo que te dije ayer. – Y esta simple
frase hizo detener todo movimiento del chico.
– Yo…
no tengo dudas. – Aseguró Jaeger antes de mirar a Rivaille con la mirada
decidida que el sargento apreció en aquella ocasión en el calabozo y que le
había llegado excitar. – Yo quiero estar con usted, sargento. – Habló con la
voz aún ahogada por el deseo.
Rivaille
no dudó ni por un momento, después de oír las palabras de Eren, de llevar sus
manos a los hombros de Jaeger para obligarlo a descender y a besarlo porque ya
no importaba si iban a intimar más, con la respuesta que Eren le había dado era
suficiente para permitir que sucediera.
El
beso terminó antes de lo esperado y Levi, usó su fuerza para rotar en el suelo
y cambiar las posiciones, quedando de esa manera Rivaille sobre Eren y sin
ningún tipo de vergüenza retirar las únicas prendas que aún vestía Jaeger,
dejándolo completamente desnudo para él proceder a quedar de la misma forma.
Eren,
observaba atentamente todo lo que hacía Levi pero no pudo evitar avergonzarse
al verse sin telas que cubrieran su cuerpo y el hecho de que Rivaille observara
su pene semi-erecto a causa de lo estimulado que aún se encontraba.
–
Vamos. – Dijo Levi después de ayudar a levantar del suelo a Eren y besarlo
fugazmente en los labios.
–
¿¡Eh..!?
– ¿No
querrás seguir en el suelo?, en la cama estaremos más cómodos. – Señaló
Rivaille el mueble y vio como el chico asentía pero al mismo tiempo, el
ambiente cálido había cambiado un poco y eso, no le gustaba a Rivaille porque
en ese momento no debía de cambiar el ambiente que habían creado para lo que
iba a proceder.
Al
llegar a la cama, Levi no dudó en empujar a Eren sobre el mueble y él no tardó
ni un segundo en colocarse sobre su cuerpo para besarlo mientras, velozmente,
cogía el pene de Eren que unió con el suyo y en su desesperado intento de que
el ambiente volviese a como estaba junto a que sus erecciones no
desaparecieran, comenzó a frotar ambos penes a la vez.
–
Sargento Rivaille… – Logró decir Eren en un jadeo mientras cortaba el beso para
llevar una de sus manos al mismo lugar en el que Levi le estaba proporcionando
placer.
– ¿No
se siente bien?. – Preguntó mirando los ojos vidriosos de Eren.
– Sar…
gento… – Gimió antes de eyacular el manchando con su semen a ambos ante el
placer y Levi liberó ambos penes, aún y cuando el suyo punzaba debido a la
erección. – Lo siento… – Se disculpó Eren con las mejillas arreboladas.
– Deja
de disculparte tanto. – Indicó Levi antes de capturar los labios de Eren y
siendo apresado por los brazos del quinceañero que inesperadamente cambio las
posiciones, volviendo a quedar Jaeger sobre el sargento.
Sin
embargo, copiando lo hecho por Rivaille, Eren llevó su mano al pene de Levi y
comenzó a masturbarlo mientras seguían besándose hasta que, finalmente,
Rivaille también alcanzó el orgasmo, gimiendo dentro del beso.
Eren
se separó de Levi y después de unos segundo en los que miraba las pupilas
dilatadas por el placer del sargento el chico volvió a buscar el lugar que
había mordido pero en esta ocasión solo apoyo su cabeza y Rivaille se dedicó a
abrazar a Eren mientras su respiración se calmaba.
Rivaille
suspiró cuando sintió como Eren se apartaba de él para sentarse en la cama y
recordó que Jaeger no parecía tener experiencia en el sexo, aún con lo poco que
habían hecho había estado bien aunque algo rudo, indicándole que solo se dejaba
llevar por sus instintos, pero Levi sabía que aún no estaba todo hecho y sobre
todo, él mismo tendría que tomar la iniciativa y prepararse si quería mostrarle
a Eren lo bien que se sentía el hacer esa intima unión.
Rivaille
sin hacerse esperar volvió a besar a Eren para despertar la pasión del
adolescente y sorprendiendo al chico, el sargento introdujo al juego de sus
lenguas sus dedos que se empaparon con la saliva generada por sus bocas,
rápidamente.
Eren
sintió como Levi lo obligaba a quedar tumbado sobre la cama mientras
continuaban besándose con rudeza mientras sacaba los dedos del lujurioso juego
que tenían sus lenguas y sin que Jaeger pudiera apreciarlo, los dedos empapados
de saliva de Rivaille fueron guiados hasta el propio ano del sargento que
comenzó dilatar el pequeño y apretado hueco.
Rivaille
emitió algún quejido de dolor debido a que hacía demasiado tiempo que no
practicaba sexo con otro hombre pero que Eren confundió con jadeos de placer
sin dejar de besar la boca del sargento.
Levi
ya podía sentir la erección de Eren, al igual, que la suya propia y sin querer
esperar más el contacto, cortó el beso y se puso a horcajadas sobre Eren que lo
miraba confundido por la extraña posición que había adquirido.
–
¿Qué…? – Pero Eren no pudo terminar de formulas la pregunta cuando sintió como
Rivaille volvía a coger su erección que de un solo movimiento, después de que
Levi calculara el lugar exacto donde se encontraba su orificio, se penetró con
el sexo de Eren.
Eren
exclamó un jadeo al sentir la placentera presión a la que estaba siendo
sometido por primera vez en su vida.
Cuando
Rivaille terminó de descender por todo el pene de Eren se quedó unos instantes
en aquella posición, incluso, algunas lágrimas amenazaron por salir de sus
rasgados ojos debido al dolor que le indicó a Levi en ese momento que no estaba
tan bien dilatado como había creído.
Ante
la inmovilización del sargento en espera de que su cuerpo se acostumbrara a la
invasión, Eren decidió inclinarse quedando sentado y sin pensarlo se abrazó a
Rivaille.
–
Eren… – Murmuró Rivaille abrazándose al chico y en ese momento sintió como
Jaeger se movía para dejarlo una vez más bajo su cuerpo, quizás fuera el
instinto de Eren o solo casualidad pero pudo sentir como Jaeger se había movido
y embestido suavemente. – Espera un poco… – Pidió con la voz estrangulada Levi.
Sin
embargo, Eren no parecía tener demasiada paciencia cuando al terminar de hablar
Rivaille sintió como el chico seguía moviéndose aunque con suavidad, Levi no
sentía el placer deseado y se maldijo por no haberse preparado como era debido.
Los
jadeos de Eren no tardaron en aparecer y poco a poco Rivaille comenzaba a disfrutar
del movimiento y justo cuando comenzaba el sargento a sentir el placer del acto,
una certera estocada le hizo sujetarse de los hombros de Eren pero aquella
envestida había marcado también la cúspide del clímax de Eren que no pudo
retener el placer y terminó eyaculando en el interior de Levi mientras él se
dejaba caer.
Rivaille
hizo una mueca, él aún no había alcanzado el orgasmo y sentía como poco a poco
se reblandecía el pene de Eren dentro de él y para colmo de males, sentía el
viscoso y cálido líquido en su interior.
– Lo…
siento… – Habló un exhausto Eren porque no sabía bien, si Rivaille se había
molestado por no poder contenerse y haber terminado en su interior o estaba
molesto porque él había sido el único en alcanzar el orgasmo.
– Es
tu primera vez. – Afirmó Levi, no queriendo arruinar la confianza que parecía
haber ganado el chico con él y les había llevado a tener ese contacto, en
especial, si deseaba volver a tener ese tipo de contacto con él. – Es normal
que ocurra en la primera vez. – Le murmuró sintiendo que Eren parecía desear
marcharse de allí. – Pero aún no hemos terminado. – Aportó Rivaille ganando
como respuesta una mueca de confusión por parte del adolescente pero como una
respuesta Eren sintió un fogoso beso de su amante en el que intentaba volver a
despertar la pasión del chico.
Aclaración de los términos:
*
Isabel y Farlan: Estos dos personajes aparecen en el Spin off de Rivaille como
los amigos de Levi.
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