martes, 1 de agosto de 2017

L.c.d.l.s.d.t. Capítulo ~15~

-No acabar con el chico titán.-


El camino de vuelta había sido bastante agotador, escuchando los lloriqueos de Hanji ante el asesinato de los dos titanes y los intentos de Moblit de animar a la teniente que solo lograba producirle jaqueca.

Rivaille subió directamente a su habitación, el día siguiente sería duro y aunque deseaba ver a Eren sabía que no era correcto, a esas horas de la noche ya todos se encontraban durmiendo profundamente siendo así que no le fuera extraño el no haber tenido ningún tipo de recibimiento al llegar a la fortaleza por parte de los miembros de su equipo.

Lo que restaba de noche pasó rápido para el sargento, aún se sentía muy agotado debido al largo camino que implicaban de ir de Trost a ese viejo castillo y aunque no solía acostumbrar a sentirse perezoso, esa mañana deseaba completamente quedarse en su lecho para seguir descansando, así que no dudó en chasquear su lengua como un simple gesto de incomodidad antes de ir a darse una ducha, vestirse y bajar al comedor donde la escena de paz se destruía con una estridente risa de parte de la teniente.

Sentados a la mesa, se encontraba el equipo de Levi al completo con Hanji y Moblit a un lado, hablando animadamente acerca de lo que parecía ser planes de estudios para realizar a Eren, era obvio que el dramatismo causado por la pérdida de los titanes con los que experimentaba había sido dejado de lado por la teniente para centrarse en Jaeger, algo que de alguna manera molestaba a Rivaille debido a que era consciente que Zoe no iba a separar del adolescente en lo que estuviera allí.

– ¡Levi!. – Llamó con su voz entusiasta Hanji al percatarse de la presencia del sargento. – Hoy comenzaremos con los estudios de Eren, quiero saber todo acerca de él.

Levi ignoró a la mujer hasta sentarse en su lugar, sirviéndose él mismo una taza de té mientras la mujer volvía a concentrar su mirada en Jaeger que parecía haberse puesto nervioso y las pocas veces que dirigía una mirada hacia el sargento rápidamente la apartaba, un hecho que no pasó desapercibido para Rivaille, el cual se preguntaba si había ocurrido algo en su ausencia.

– Y te transformarás en titán para mí. – Dijo Hanji con un sonrojo en las mejillas y ojos brillantes de gozo que observaban al quinceañero de una forma hambrienta como si fuera un lobo que estaba degustando a su presa antes de atreverse a devorarla completamente.

– No puede transformarse en titán o ya no habrá más sujetos disponibles como el mocoso. – Habló Levi provocando que la atención de la teniente ahora estuviese sobre él.

– ¿A qué te refieres, Rivaille?. – Preguntó Zoe cambiando su voz entusiasta por una seria y el brillo de sus ojos transformarse en confusión.

– Si el mocoso se transforma en titán tendremos que matarlo ya que existe la probabilidad de que no pueda controlarlo. – Comentó con simpleza antes de tomar otro sorbo de té. – Ocurrió en Trost, instantes antes de que pudiera llevar a cabo la tarea de obstruir el pórtico destruido por el titán colosal. – Recordó de forma cruel antes de mirar a Eren que parecía avergonzado por ese hecho.

– ¿¡Eh…!?. – Gritó la teniente antes de llevarse las manos a la cabeza con un movimiento exagerado y comenzar a lloriquear mientras se debatía con voz angustiada entre arriesgarse a perder a Eren al pedirle que hiciera aparecer el titán que había sellado la puerta de Trost o intentar estudiar al muchacho como humano mientras hacía hipótesis que probablemente no le darían ninguna información valiosa ya que no estaría en su forma de titán.

– He pensado algo. – Anunció Rivaille levantándose del lugar y acallando a Hanji que lo miró sorprendida ante las palabras del sargento.

Todos los presentes en el comedor siguieron a Levi en absoluto silencio aunque en sus cabezas no dejaba de dar vuelta que era eso que tenía en mente Rivaille hasta una de las habitaciones que parecía un aula, ya que contaba con una pizarra, pupitres, sillas y estanterías con libros.

Sin embargo, Levi se percató en todo momento que Eren se había quedado atrás y las veces que le había observado por el rabillo del ojo, el adolescente los seguía con la cabeza agachada, no sabía bien que había pasado o por qué se encontraba así pero sin lugar a dudas, la actitud de Jaeger le molestaba.

Con irritabilidad, Rivaille cogió una de las tizas para dibujar en la pizarra algo que tuviese una apariencia humana para comenzar a explicar la única forma que había ideado su mente de soldado para que Eren, a pesar en estar su modo titán, poder extraer su cuerpo humano del ser que lograba crear de la nada y así no perder a Jaeger.

Los ojos de Rivaille no dejaron de mirar al adolescente, cuyo rostro no solo parecía sorprendido por lo arriesgado que se presentaba esa estratagema para detenerlo donde la última opción, en caso de lograr sacarlo del cuerpo de titán aún y fuese con la carencia de alguna de sus extremidades era el matarlo.

La explicación de Levi había sido clara y concisa en la que las pocas preguntas junto el hacer entender al quinceañero de que no era el único que corría peligro al ser un titán, había causado diferentes reacciones a cada una de las personas que lo habían acompañado hasta ese lugar pero a diferencia de cómo habían entrado en esa habitación, se habían retirado comentando acerca de lo que implicaba el detener a Jaeger si no sabía controlar a su gigante junto a los comentarios mordaces de Aurou donde afirmaba como imposible el que Eren pudiera crear un titán de la nada.

– ¡Eren!. – Llamó Levi cuando alcanzó al adolescente en el pasillo. – ¡Ven!. – Ordenó mientras le cogía la mano al muchacho y así llevarlo hasta una de las tantas habitaciones que habían por allí.

Rivaille y Eren había entrado a uno de los grandes despacho con los que contaban en el lugar y tras entrar, Levi se ocupó de asegurar la puerta para que nadie los molestase, especialmente Hanji.

Jaeger apenas había reaccionado de lo que había hecho el sargento, quien lo había arrastrado prácticamente hasta el interior de aquel despacho, solo pareció darse cuenta de lo ocurrido cuando sintió los labios del mayor besar los suyos y en ese momento, no pudo evitar el reaccionar empujando a Levi para separarlo de él.

– Lo siento… – Musitó al darse cuenta lo que había hecho. – Pero… no puedo, yo no puedo.

– ¿Qué es lo que te ocurre?. – Fue directo al grano omitiendo sus sentimientos al haber sido rechazado de esa manera.

– Yo… – Titubeó aún recordando lo ocurrido en el almacén de armamento y con el dolor de haberle fallado a Rivaille.

– ¡Habla de una vez, mocoso!. – Ordenó con enfado, no entendía por qué parecía costarle tanto decir lo que le pasaba después de todo lo que había ocurrido en esos días entre ellos debía de contarle con total libertad lo que fuera que tuviese. – No tenemos todo el día. – Añadió observando cómo Eren se mordía el labio inferior.

– ¡YO LE HE SIDO INFIEL!. – Gritó Jaeger al sentirse tan presionado mientras miraba a otro lado.

– ¿¡Qué!?. – Preguntó tan sorprendido como desorientado Rivaille que llevó una mano a su frente mientras absorbía aquellas palabras.

– Lo siento… yo no quería que pasara pero estaba oscureciendo y vi la luz en el almacén de armamento cuando entré, vi a Erd y Günter haciendo eso y yo no pude evitar que mi cuerpo reaccionara de esa manera. – Habló atropelladamente Jaeger.

Rivaille miraba al chico mientras lo escuchaba sin comprender demasiado lo que sea que pasó, así que sería mejor ir por partes y antes de proceder tomó una gran bocanada de aire para sacarlo con lentitud.

– No he entendido nada. – Afirmó Levi. – Explícate mejor. – Exigió mientras se fue a sentar a un pequeño sofá donde no dudó en cruzar sus piernas como solía hacer, una vez tomó asiento.

– Al regresar aquí me quedé cepillando a mi caballo antes de ir a mi habitación o ayudar en la cocina pero mientras cruzaba el patio vi que en el almacén de armamento había una luz, así que me dirigí al almacén para saber por qué había luz del interior pero al entrar descubrí que esa luz se debía a Erd y Günter… – Eren se detuvo al llegar a ese punto mientras sus mejillas adquirían un tono rosa intenso. – ¡Juro que no lo hice a propósito!. – Se apresuró a decir mientras apretaba sus puños.

– ¿Y…?. – Animó a Jaeger para que continuara con lo que estaba contando.

– Vi a Erd Gin y Günter teniendo sexo, sargento. – Contestó con la cara completamente roja. – No fue mi intención hacer eso, lo siento mucho, sargento. – Se disculpaba.

– Viste a dos hombres follando, entonces, ¿por qué dices que eres infiel?. – Cuestionó Rivaille. – ¿Es qué te uniste a ellos?. –  Preguntó mientras apretaba sus puños con fuerza al pensar que Eren fuese capaz de aceptar acostarse con otros hombres.

– ¡No!. No me acosté con ellos pero… me quedé viendo. – Respondió avergonzado. – No quise hacerlo pero lo hice y mientras miraba mi cuerpo… – Chasqueó la lengua con frustración.

– Eso no te hace infiel, mocoso. – Aclaró Levi antes de levantarse de su lugar para acercarse al adolescente. – Solo viste como follaban dos hombres y te exististe pero… ¿acaso fue con ellos con los que saciaste tu necesidad?. – Preguntó deliberadamente mientras llevaba una de sus manos al mentón de Jaeger para obligar a que lo viera a los ojos.

– Con… con usted. – Indicó Eren con vergüenza.

– Entonces, no podemos llamar a eso infidelidad. – Le dijo mirándolo a los ojos. – Siempre y cuando pienses en mí no puede llamarse infidelidad. – Terminó de decir logrando hacer que el quinceañero pareciera conforme con la respuesta y dejarse besar tan hambrientamente a como Levi necesitaba.

Los gritos de Hanji llamando por ambos alertó a Eren y Levi que había llevado el momento a algo más candente.

– Ni se te ocurra detenerte… – Amenazó Rivaille sintiendo que pronto llegaría al clímax, aún desconociendo como era  posible que Eren lograba hacerle sentir aquello sin necesidad de estimular su pene.

Jaeger no dijo nada para continuar embistiendo hasta, finalmente, lograr ambos el preciado orgasmo para después de unos segundos, salir del interior de Levi y comenzar a acomodar sus ropas aún con la respiración agitada.

Rivaille también se había acomodado sus ropas pero antes de dirigirse a la puerta para salir del despacho no dudó en abrir la ventana y disipar el olor a sexo que envolvía la habitación.

Eren fue el primero en salir del despacho seguido de Levi quien no dudó en inmiscuirse cuando Hanji intentaba llevarse al joven sin siquiera dejarlo hacer sus tareas pero la llegada del sargento y sus mordaces palabras impidieron que la teniente se saliera con la suya, logrando que Eren hiciera sus quehaceres primero antes de ser estudiado por Zoe.

Durante las dos primeras semana en que había comenzado los estudios a Eren, Zoe se vio obligada, debido al poco tiempo que Rivaille le dejaba libre para su investigación, a analizar la anatomía de Jaeger aunque esta no variaba en absoluto a la de cualquier humano, así que Hanji no dejaba de lloriquear por no poder ni atreverse a llevar aún sus estudios más allá que de un simple reconocimiento médico, sin la posibilidad de poder ver la capacidad de regeneración de Eren debido al riesgo de perderlo o que se hubiera extinguido esa capacidad, provocando que la teniente se sintiera frustrada al respecto.

En esas semanas, las noches seguían siendo su momento intimo para Levi y Eren aunque Rivaille era quien bajaba al sótano muy entrada la noche para estar con Eren y en la madrugada, justo antes de cualquiera de sus miembros de equipo o la propia teniente con sus dos subordinados que la acompañaban en todo momento se despertarse, el sargento era lo suficientemente rápido para despertar antes de que alguien más lo hiciera.

– ¡Por fin!. – Gritó Hanji. – ¡Por fin es el día en que Eren me mostrará su fantástico titán!. – Aullaba de emoción la teniente con las mejillas sonrojadas.

– Hoy es el discurso para que se incorporen nuevos soldados al escuadrón. – Interrumpió Levi y no pudo evitar el disfrutar como la teniente cambiaba su rostro de ensueño por uno de frustración. – Él quiere que Eren esté allí. – Le recordó con malicia para acto seguido, escuchar un grito de Hanji continuado de un lloriqueó al ver que debía de esperar más para presenciar como Eren formaba un titán de la nada.

– ¡Esto es imperdonable… cómo pueden hacerme esto…! – Protestó Hanji su disgusto para salir del comedor rezongando y a grandes zancadas.

– ¡Espéreme, señora!. – Llamó Moblit que junto al otro soldado que la acompañaba salieron corriendo detrás de la teniente al verla marcharse de la habitación.

Petra se levantó de su lugar para comenzar a recoger los platos, vasos y cubiertos de la mesa, provocando que Aurou también se levantara para ayudarla mientras que Erd y Günter se retiraron del lugar sin decir nada.

– Prepárate, Eren, debemos ir hasta Trost para conocer quiénes de tus compañeros formaran parte de la legión de reconocimiento. – Dijo Levi antes de levantarse pero al hacerlo, se vio nuevamente sentado sobre su silla, debido a que sintió como si su cabeza quisiera volar y salir de su cuerpo. – ¡Mierda!. – Exclamó, ya le había pasado lo mismo esa mañana al levantarse y también cuando estaba en su alcoba antes de bajar al comedor, incluso se había desmayado, por ello el que hubiera tardado en bajar a desayunar.

– ¿Se encuentra bien, sargento Rivaille?. – Preguntó Eren al ver como el hombre que quedaba allí no solo había tenido la intención de ponerse en pie sino que repentinamente el rostro del hombre se había puesto blanco.

La voz de Eren había llegado como un rumor que no alcanzó a descifrar las palabras que decía, así que se limitó a gruñir antes de mirar al joven.

– ¿Sargento…? – Preguntó un poco angustiado Eren, sin entender que era lo que ocurría al mayor.

– ¡Vamos, hay que preparar a los caballos para partir!. – Ordenó cuando se sintió un poco mejor para levantarse y caminar hasta el adolescente al que obligó de ponerse en pie para poder cogerlo del brazo, por si le volvía a ocurrir lo mismo que cualquier otra cosa.

Eren asintió con la cabeza aunque no pudo evitar mostrar en su rostro el estar algo preocupado por el aspecto enfermizo que aparentaba tener Levi en ese instante, solo fue unos segundos que el aspecto del sargento cambiara.

Ambos salieron del edificio y Eren sintió como Levi lo soltaba y caminaron hasta el establo en absoluto silencio donde se escuchaba las quejas de Hanji de no poder aún observar el titán que era capaz de crear el adolescente.

Sin embargo, en el resto de tiempo y horas, Rivaille no volvió a sentirse mal y finalmente, llegaron al lugar donde Irvin saldría a dar su discurso pero antes de ello, no dudó en devolverle a Eren su llave mientras él aparecía en el estado con una réplica exacta de la llave de Jaeger que utilizó para su discurso para atraer a los cadetes de unirse a las tropas de exploración y reconocimiento.

Eren observó, al igual al resto del equipo de Levi, como solo unos pocos se habían quedado para formar parte de ese sector de la legión y pudo reconocer a algunos rostros como los de sus dos amigos. No obstante, no le fue permitido hablar con ellos ya que debían de marcharse nuevamente al cuartel en el que había estado confinado junto al equipo de Rivaille.

Sin embargo, en esta ocasión, Levi volvió a quedarse para reunirse con el comandante Smith y darle su informe sobre Eren pero antes de regresar, Levi se encaminó a un médico, no es que se sintiera mal pero aquellos mareos se habían repetido en todo el día, aunque había tenido que camuflarlos como buenamente podía para que los demás no se percataran por lo que no deseaba parecer enfermo.

– Creo que le haré una simple prueba. – Dijo el doctor al que había asistido mientras sacaba un pequeño recipiente de cristal. – Necesito que orine aquí. – Aclaró al ver el rostro inmutable del sargento mirando con desdén el pequeño recipiente. – Pero antes, permítame su brazo, voy a hacerle un análisis de sangre también.

Rivaille accedió gruñendo un poco por tales pruebas aunque una vez realizadas, se le comunicó que no estarían listas hasta el día siguiente, siendo de esa manera que Levi se marchó del lugar hasta el cuartel donde tenían resguardado al único ser que albergaba una esperanza a la humanidad.

La noche pasó rápido y a la mañana siguiente, Levi fue despertado por los gritos de emoción de Hanji, provocando que el sargento suspirase con molestia en más de una ocasión en medio del desayuno, donde él solo pudo tomar té ya que por alguna razón le producía nauseas toda la comida frente a él.

– ¡Este es el lugar!. – Aulló la teniente llegando a una casa abandonada que tenía un pozo seco. – Es una lástima que tengamos que usar ese pozo y no poder ver a tu titán en tierra firme, Eren. – Se lamentó Hanji ya que por el camino, Levi le había explicado de forma muy escueta donde y en qué lugar se produciría el que Jaeger creara a su titán.

Eren sonrió un poco al escuchar a la mujer mientras descendía de su caballo y esperaba a que el sargento terminara de asegurar la escala por la que descendería al fondo seco del pozo.

– Este pozo tiene alrededor de 15 metros, Eren, cuando veas la señal transfórmate, ¿de acuerdo?. – Habló entusiasta Hanji.

– Sí. – Respondió el quinceañero.

Hanji y Rivaille se alejaron lo suficiente con ayuda de sus caballos y lanzaron la véngala de humo para esperar. No obstante, después de unos minutos no había ocurrido nada, así que regresarán preocupados para saber el por qué no se transformaba, Jaeger.

– Lo siento… yo no puedo… – Dijo Eren al percatarse de la presencia de los dos oficiales que se acercaron a donde se encontraban para percatarse como las manos de Jaeger estaban llenas de mordidas y cubiertas de sangre.

– Sube, mocoso.– Ordenó Levi y Eren asintió antes de comenzar a subir por la escala con alguna mueca de dolor al ir agarrando la cuerda mientras ascendía hasta, finalmente, salir del pozo donde rápidamente Rivaille se ocupó de lavar, curar y vendar las manos de Eren.

– ¡No…! ¿¡por qué…!? – Lloriqueaba Hanji al ver que no pudo llevarse a cabo la creación del titán de Eren.

– Regresemos, la comida ha de estar lista. – Dijo Levi cuando terminó de vendar las manos del joven e ignorando los sollozos de Zoe.

Sin embargo, lo que Levi no esperaba es que al llegar y ver la comida, le ocurriera igual que al desayuno, por lo que prefirió comer algo de fruta antes de tomar el té.

– La próxima vez no falles. – Le dijo Rivaille antes de alejarse de la mesa donde Eren estaba junto al resto del equipo.

El muchacho no pudo evitar sentirse decepcionado con él mismo ya que sabía que todos esperaban el que lograra crear el titán con el que selló la apertura en Trost cuando la pequeña cucharilla cayó al suelo e iba a recogerla provocando que sorpresivamente su brazo explotara provocando que se creara el brazo procedente de un titán al querer coger la cucharilla.

– ¿¡Qué…!?. – Gritó el adolescente al ver lo ocurrido.


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