- ¿Ardor y dolor de estómago?.-
Unos
agiles golpecitos en la puerta despertaron a Rivaille, quien al abrir los ojos
pudo sentir una respiración acompasada cerca de su nuca para al girarse
encontrar el rostro de Eren durmiendo a su lado profundamente.
Sin
embargo, Levi no tenía tiempo para quedarse mirando a Eren como si estuviese hechizado
por la imagen que le aportaba el adolescente durmiendo en su cama, junto a él,
sino que debía levantarse para que la persona que estaba golpeando la puerta de
su habitación se marchara lo antes posible para que no despertara a Jaeger y
tragando un quejido de dolor, debido al trato tan poco amable que había
recibido, se puso de pie después de ponerse una bata de levantar, no tenía
tiempo ni ganas de buscar sus prendas esparcidas por el suelo de la alcoba.
Rivaille
abrió la puerta encontrándose a Petra con la mano en alza y preparada para
volver a llamar.
– ¿Qué
ocurre?. – Preguntó con voz pastosa Levi al instante de abrir la puerta para
enfrentarla mientras miraba a la mujer con molestia y ocasionando que la chica
rápidamente girará la cabeza a un lado para evadirlo, al percatarse de que el
sargento aún dormía.
– El
desayuno ya está listo… – Pero Petra no pudo seguir hablando al ser acallada
por la voz del sargento.
– Hoy
no bajaré a desayunar y ya sabéis cual es vuestro trabajo en cuanto terminéis
de comer. – Declaró Rivaille mientras se masajeaba un poco la cabeza mientras
maldecía, -el estar ahí, de pie-, solo
para decir algo que sus subordinados debían de saber. Además, que el dolor, soportable
pero punzante, que sentía proveniente de su retaguardia no ayudaba a que su
humor mejorase para hablar con algo más de calma.
– Sí,
sargento Rivaille pero debería de comer algo no estaría bien que se enfermase
por no alimentarse bien y si por algún motivo tendríamos que enfrentarnos a
Eren convertido en titán o el capitán Irvin nos llame para alguna expedición. –
Aconsejó Petra preocupada por Levi ya que el sargento tampoco había querido
cenar y sin ser consciente, estaba fastidiando a Rivaille ante la posibilidad
del problema que presentaba Eren y del cual, le había prometido al chico buscar
una solución sin tener que terminar con su vida para detenerlo si llegase a
ocurrir la transformación y Jaeger no pudiese controlar al titán que es capaz
de crear misteriosamente.
Rivaille
no respondió a la chica después de escuchar la sugerencia de Petra sino que se
limitó a cerrar la puerta de su alcoba frente a la cara de la mujer que
permanecía frente a la entrada de su habitación sin importarle demasiado la
interpretación de Ral ante su actuación porque solo deseaba descansar un poco
más en su cama aunque su mente le gritaba que necesitaba un baño, después de lo
ocurrido, el cuerpo de Levi estaba completamente sucio.
Sin
embargo, cuando Rivaille llegó a la cama donde se despojó de la prenda que lo
cubría para volver a esconder su cuerpo bajo las sábanas y mantas de su lecho,
se encontró con la mirada somnolienta de Jaeger.
–
Eren, durmamos un poco más. – Le susurró antes de acercarse a la boca del
quinceañero para besarlo fugazmente mientras escuchaba un leve gruñido de
Jaeger que parecía no estar demasiado consciente de lo que pasaba.
Rivaille
abrazó al chico protectoramente, el cual no puso ninguna resistencia y
rápidamente volvió a sumergirse en el mundo de los sueños sacando una leve
sonrisa a Levi por el comportamiento acometido de Eren.
– Te
amo, mocoso. – Murmuró Levi antes de cerrar los ojos y, también, viajar al
mundo de Morfeo.
Rivaille
se despertó cuando sintió como la cama se movía para percatarse que Eren era el
que estaba provocando el movimiento en el mueble debido a que tenía que pasarlo
a él para poder salir del lecho, puesto que la cama estaba pegada a la pared,
aún y cuando, se trataba de una cama demasiado grande para que durmiera una
sola persona.
– ¿A
dónde vas?. – Preguntó Levi provocando que Eren se detuviese.
– Y-Yo…
– Tartamudeó el adolescente sorprendido al ser descubierto sin enfrentar el
rostro del sargento pero se calló inmediatamente al sentir como su estómago
gruñía con fuerza provocándole bochorno.
Levi
se levantó, inconforme por el dolor que sentía aún en su trasero, antes de
levantarse sin ninguna vergüenza mostrando su desnudez hasta la mesa donde
había dejado la bandeja con la comida que había preparado el día anterior para
acercarse a la cama.
– No
está caliente pero se puede comer. – Indicó Rivaille ofreciéndole un tenedor al
muchacho e invitándole a que tomara asiento.
En la
bandeja solo había un único plato con comida y un pan duro que Levi se encargó
de partir a la mitad, ofreciéndole uno de los pedazos a Eren que no desestimó
el pan, Jaeger había conocido el hambre mientras permanecía en las calles junto
a Mikasa y Armin cuando estaban en calidad de refugiados y supervivientes de la
invasión de los titanes en Shingasina pero si valoraba la comida no era por el
haber sufrido hambre sino porque se había prometido no desfallecer, tenía que
ser fuerte para lograr su objetivo, acabar con los titanes.
Levi
observó como Eren comía un poco de lo que había cocinado con timidez debido a
que ambos estaban comiendo la comida puesta en un único plato, un alimento que
él había preparado.
– ¿Te
gusta?. – Preguntó Levi en un intento de aligerar el ambiente.
– Sí,
está bueno, sargento Rivaille. – Contestó Eren después de tragar la comida.
– No
tienes que llamarme sargento cuando estamos solos, no debes hacerlo cuando no
estoy oficiando el cargo de sargento, Eren. – Dijo Levi después de sonreír por
lo dicho del chico que sin saberlo le habían contentado a Rivaille el alago
sobre la comida y de la cual, Eren desconocía que Levi había cocinado. – Puedes
llamarme Levi. – Propuso Rivaille en un intento de demostrarle a Eren que no
debía de inquietarse a su lado y se relajara cuando estuvieran solos, en
calidad de pareja.
– No
es tan fácil. – Murmuró Eren un poco sonrojado debido a lo que había pasado y
que en ese momento estuvieran comiendo del mismo plato aunado a que ambos
estaban desnudos. – No es como si usted fuera un amigo o un familiar que
conociera de hace años.
– Por
supuesto que no soy un amigo pero sí que podríamos a llegar a ser familia,
ahora somos pareja, hemos aceptado tener una relación y hemos fortificado eso
con lo ocurrido a noche. – Aclaró Levi apartando la bandeja con comida a un
lado junto a su tenedor y el pedazo de pan que aún no había probado para
acercarse a Eren. – No creas que voy por ahí acostándome con cualquiera o que
esté utilizándote para saciar mis necesidades porque no es así. Si tuviese
necesidad de ello, ten por seguro que no buscaría a un mocoso para que me
follara. – Dijo con voz molesta mientras no dejaba de observar las expresiones
que mostraba el rostro de Jaeger. – No es difícil encontrar y contratar los
servicios de una prostitutas… – Estaba añadiendo con enfado debido a las
palabras que había dicho Eren.
–
¡No!, ¡no puede!. – Había gritado Eren interrumpiendo a Rivaille en su perorata
y cogiéndole impulsivamente del brazo porque a Jaeger le dolía en pensar que
Levi pudiera ir a buscar los servicios de una profesional. – Yo… yo sé que aún
soy un mocoso como usted me llama pero no quiero que esté con alguien así, no
quiero… – El gimoteo que había estado agudizando la voz del adolescente
mientras hablaba se había roto en un silencio donde Jaeger hacía todo lo
posible por no llorar ya que el nudo en su garganta cada vez lo oprimía un poco
más al escuchar Levi hablar sobre lo sencillo que podría ser el estar con
cualquier otra persona que no fuese él.
Rivaille
que se había sorprendido ante el agarre y el grito demándate de Eren cuando lo
interrumpió, ahora solo podía sentirse mal por lo que le había dicho al
quinceañero porque sabía que Eren era inexperto, el mismo chico le había
confesado que no había llegado a tener algún pequeño o esporádico noviazgo, y
sabía de la confusión que se generaba ante los nuevos y desconocidos
sentimientos que afloraban dentro de Jaeger. Por lo que en ese momento,
Rivaille sabía que había cometido un error al decirle aquello movido por un
enfado de unas palabras, un enfado generado por pensar en que Eren no quería
estar con él y solo estaba siendo una especie de juguete después de lo ocurrido
en la noche, que ahora se percataba, no tendría por qué haberse molestado tanto
ya que todo fue una mala interpretación de las palabras del adolescente. Eren
le había demostrando nuevamente que lo ama, aunque no fuera del todo
consciente, Rivaille podía apreciarlo en ese instante con total seguridad y
solo estaba haciéndolo sentir como un canalla.
–
Eren. – Llamó recibiendo la mirada desesperada y desolada de los ojos del adolescente,
luchando por ser fuerte. – No voy a estar con nadie más que tú. – Le aseguró
aún sabiendo que el chico aún se sentía dolido.
–
Sargento… – Titubeó Eren dudoso de las palabras de Rivaille porque era cierto
que aún era un crío y todo aquello aún era nuevo para él pero eso no
significaba que no comprendiera que posiblemente él fuese un entretenimiento
pasajero para Levi, ya lo había visto en más de una ocasión aunque había pasado
como situaciones sin importancias ante sus ojos en otros momentos, no significaba
que no se percatara de lo que llegaba a ocurrir entre algunas parejas.
–Tú no
eres ningún capricho, mocoso. – Afirmó sin poder contener el llamarlo de esa
forma.
–
Sargento… – Eren intentó decir algo pero no pudo decir más que el cargo de
Rivaille ya que Levi se soltó del agarre que Jaeger mantenía en su brazo para
bruscamente, llevar sus manos al cuello del adolescente y atraerlo a él, pudiendo
de esta forma besarlo.
Fue un
beso agresivo, necesitado, asfixiante, ninguno de los dos recordó durante el
contacto lo necesario que era respirar siendo este el principal motivo de que
el beso llegara al final.
Eren
miró a Levi con su respiración agitada para volver a llenar de oxigeno sus
pulmones, percatándose de que Rivaille estaba en el mismo estado y un sonrojo
adornaba su rostro severo.
–
Eren… no vuelvas a pensar… que estoy jugando contigo… porque no es así. –
Insistió Levi a dejar en claro al muchacho sus intensiones con la esperanza de
borrar cualquier atisbo de duda o temor de Jaeger sobre lo que significaba para
él la relación que le había pedido tener. – Y… no me hagas repetirlo. – Ordenó
soltando el cuello de Eren para levantarse de la cama. – Será mejor que me dé
un baño. – Rivaille se encaminó a su armario de dónde sacó ropas limpias y una
toalla pero al girar, se percató del rostro indeciso que presentaba Eren. –
¿Quieres bañarte conmigo?.
–
¿¡Eh…!?. – Fue el único sonido que emitió Eren al escuchar lo dicho por su
superior.
– No
querrás salir así o ponerte la ropa después de todo lo que hicimos. – Le
recordó mientras se giraba para coger otra toalla del armario y lanzársela al
adolescente. – Vamos. – Ordenó mientras se encaminaba a la puerta donde estaba
el baño.
Eren
se sonrojó antes de seguir a Rivaille, un poco inseguro, hasta el baño privado
con el que contaba el sargento en su alcoba.
Levi
dejó la tela en el toallero cerca de la bañera y la ropa la puso en una
estantería que había en la esquina antes de abrir el agua caliente para darse
una ducha e iba a girarse cuando sintió los dedos de Eren flotar sobre su
columna vertebral que hizo que todo su vello se erizara.
–
Eren… – Llamó en un susurro pero su voz hizo que Jaeger retirara de inmediato
la mano de su cuerpo. – Ya está bien el agua.
– ¿Nos
asearemos juntos?. – Preguntó casi con voz sorprendida y un poco de reproche el
chico de pelo castaño.
– Sí. –
Respondió con simpleza Levi antes de quitarle de las manos la toalla a Eren y
dejarla en el mismo lugar en el que había puesto la suya. – Ven. – Dijo
cogiendo la mano del quinceañero para conducirse dentro de la bañera para
ponerse justo debajo del agua que caía de la regadera junto a Jaeger donde lo
abrazó.
–
Sargento Rivaille. – Murmuró Eren correspondiendo el abrazo y pegando más a su
cuerpo a Levi, sintiendo la respiración cálida del sargento a pesar de las
gotas de agua que se deslizaban por su piel debido a la ducha y no pudo evitar
sentir como pequeños y miles rayitos eléctricos salían del interior de su
estomago como si ahí hubiese una nube de tormenta que comenzaba un viaje que le
llevaba hasta su entrepierna, por lo que sin desearlo, Eren estaba comenzando a
excitarse.
–
¿Quieres hacerlo?. – Preguntó Rivaille sintiendo la excitación de Eren ya que
el pene del adolescente estaba punzándole en el vientre.
– ¿Pu…
puedo?. – Preguntó un poco dudoso Jaeger ya que en esa ocasión se sentía
avergonzado, no había el ambiente que tuvieron en la noche, donde la pasión los
había abordado a los dos y a duras penas tenía algún resquicio de consciencia
sobre lo que estaba haciendo, solo actuaba por puro impulso de satisfacer la
primitiva necesidad pero en ese instante, la lucidez era demasiada, la llama de
la pasión era pequeña y sus sentidos de someter al hombre que lo abrazaba eran
frenados por la claridad de su mente.
Levi
no pudo evitar sonreír, incluso después de todo lo ocurrido en la noche, Eren
seguía comportándose de manera insegura con él y aunque le molestaba un poco,
no podía dejar de pensar que Jaeger aún no dejaba de ser un mocoso pero aún
así, Eren era la persona que había despertado todos los sentimientos de manera
tan intensa que hasta a él mismo le sorprendía.
–
Intenta resistir un poco, si solo tu alcanzas el orgasmo de nada servirá el
hacerlo. – Aclaró Rivaille separándose de Eren y viendo como el chico asentía
con la cabeza y el rostro sonrojado antes de darle la espalda y apoyar sus
manos a la pared rocosa. – Antes, tendrás que ayudarme a aceptarte. Ayer lo
hice yo mismo pero quiero que tú aprendas como debes prepararme para recibirte.
– Aclaró llevando una de sus manos a una nalga, la cual movió un poco para mostrar
el lugar por donde sería penetrado.
Dudoso
y con algo de temor, Eren se acercó a Levi pero su atención no fue puesta en
aquel punto del trasero de Rivaille que debía de atender sino que el chico se
dirigió hacia la nuca del sargento que acarició en un lento lametón saboreando
las pequeñas gotas de agua que empapaban la piel de Levi mientras que las manos
de adolescente se ciñeron en la cintura del sargento que deslizó por el torso
blanquecino, ascendiendo hasta encontrar los pequeño y erectos pezones de Levi.
–
Eren… – Jadeó Rivaille al sentir como la boca de Eren había perdido ya el
interés de saborear su cuello para apropiarse del lóbulo de su oreja que el
quinceañero succionó mientras se apega más a él. – Eren… tienes qué… –
Intentaba recordarle al chico que no podían tener un contacto más intimo si su
ano no era dilatado para poder tener sexo pero el placer estaba embargando su
consciencia ante las torpes caricias proporcionada.
–
Sargento… – Gimoteó Eren casi como si estuviese sollozando pero no era así,
sino que la ansia en su interior que se agrandaba y el deseo de volver a
experimentar lo ocurrido en la noche se hacían más necesitado.
Rivaille
sintió como entre sus nalgas comenzó a deslizarse el pene de Jaeger y un suspiro
placentero salió de sus labios cuando el glande acarició ligeramente el cerrado
orificio por el que se suponía debía entrar pero en él que no ingresó para
continuar de largo golpeando su escroto.
Eren
descendió su mano derecha por el cuerpo del sargento, liberando al pequeño
pezón de su tortura y aunque continuaba moviéndose mientras llenaba de lametones y succiones la nuca de Levi, su
mano pasó en una caricia sobre el vello oscuro de Rivaille hasta envolver el
pene del oficial, comenzando a atender al ritmo de las simulaciones de
envestidas que él mismo hacia y sin poder evitarlo, Eren volvió a ser el
primero en saborear el clímax manchando toda la zona con su semen que se
limpiaba automáticamente con las
cristalinas gotas de agua pero eso no hizo que detuviese su atención con Levi.
–
Eren… – Jadeó con molestia el sargento al sentir como el chico dejaba de
torturar a su otro pezón y también deshacía el agarre de su miembro para
llevarla hasta su ano y la otra mano anclarla en la cintura de Levi.
La intromisión
fue torpe y dolorosa para Rivaille que acalló una palabrota ante tan poca
sutileza pero pronto, Levi no pudo evitar apretar sus manos contra la pared
mientras cerraba con fuerza sus párpados debido a que Eren había golpeado su
próstata al mismo tiempo que ingresaba un segundo dedo en el interior de su
esfínter.
Poco a
poco, Levi comenzó a sentir placer a pesar del apresurado y descuidada manera
de prepararlo para el sexo, aún con algo de molestia que le provocó más de un
quejido no le dijo nada al adolescente que se mostraba algo inseguro cuando
introdujo el tercer dedo que empezó a remover en el interior del sargento.
–
Eren… déjalo ya… ya puedes… – Pidió Rivaille con voz quejumbrosa.
Eren
asintió con la cabeza y comenzó a entrar dentro del cuerpo del hombre que se
había convertido en su amante y pareja, disfrutando del calor y estrechez que
acogían su pene erecto siendo abrazado agonizantemente.
Levi
no pudo evitar el que su cabeza se moviese como si su barbilla quisiese tocar
su clavícula o el presionar con sus dedos la rugosa pared de piedra hasta
hacerlos palidecer o que su espalda se arquera y muchos menos, le fue imposible
al sargento retener el gruñido que escapó de su boca al sentir como su el pene
de Jaeger acariciaba su próstata de una manera asfixiante como si Eren hubiera
logrado penetrar algún recóndito lugar del que el propio Rivaille desconocía
poseer, siendo que el sargento, rápidamente, dejara de sentir el dolor de la
invasión.
–
E…Eren… – Jadeó con algunas lágrimas que intentaban salir de sus ojos debido al
placer que nunca antes había llegado a sentir hasta ese momento y había estado
a punto de tocar el clímax como si nunca hubiera tenido sexo con alguien, no
sabía exactamente que había hecho Eren para que él se encontrar obnubilado.
Eren ya
sabía que debía de controlar sus ansias de arremeter, no por nada Levi se había
ocupado de repetirlo en la noche que el hacer eso era una muestra de entrega no
de satisfacción personal pero le era demasiado difícil el permanecer quieto
cuando parecía que el cuerpo del sargento lo había encogido a tal grado que
estaba torturándolo al apretar con tanta fuerza, calidez y humedad su miembro
viril.
Rivaille
sintió como Eren comenzaba a besar su hombro izquierdo, dándole algún pellizco
a su piel con sus dientes mientras las manos del adolecentes se habían
afianzado en su cadera mientras que la mente del sargento estaba demasiada nublada
por placer que aún recorría por su cuerpo y el poder sentir las palpitaciones
del pene de Jaeger en su interior como jamás había sentido ese tipo de
sensaciones.
–
Mueve… te… – Logró pronunciar Levi cuando consiguió calmar su respiración y su
mente se había apaciguado un poco de las intensas sensaciones placenteras y
dolorosas que le había provocado Jaeger.
Eren
dejó de llenar de besos y pequeñas marcas el hombro del sargento para apretar
un poco más su agarre y comenzar a salir lentamente, sintiendo tanto placer que
no pudo evitar el cerrar sus ojos mientras un jadeo escapaba de su garganta, sin
percatarse de cómo el cuerpo de Levi se sacudía por el placer de apreciar como
el pene de Jeager se deslizaba en su interior lentamente para luego, volver a
entrar con la misma calma con la que salió.
Poco a
poco, Eren fue aumentando el ritmo de las embestidas provocando que Levi se
sintiera ser elevado por cada
profanación que Jaeger hacía en su cuerpo hasta que sin poder evitarlo, terminó
alcanzando el clímax jadeando y al poco tiempo sentir como el adolescente,
también, llegaba al orgasmo, eyaculando en su interior para percatarse por
primera vez como el líquido caliente le ardía dentro de sus entrañas por lo que
Rivaille se llevó una mano sobre el lugar que había sentido que Eren se había
derramado en su interior.
Ambos
se encontraban exhaustos y con la respiración agitada, intentando volver a la
normalidad.
– Lo
sien… to… – Se disculpó Eren porque en
ese momento había recordado que él debía ayudarlo a llegar al orgasmo a Levi y
no lo había hecho, sin darse cuenta aún de que el sargento no necesitó de ello
para alcanzar el éxtasis.
Rivaille
solo gruño para sentir como lentamente Eren salía de su interior provocándole
leves espasmos a su cuerpo como efectos pos orgásmicos que ni siquiera el agua
había logrado disuadir en el hombre para, finalmente, ducharse como se suponía
que iban a hacer desde un comienzo.
Sin
embargo, mientras se secaba Levi empezaba a sentí un dolor muy agudo, algo que
no estaba acostumbrado a padecer y tampoco había llegado a aquejar en otras
ocasiones, proveniente de su interior, justo donde había sentido a Eren
adentrarse y haber eyaculado, ahora, le quemaba como fuego y le dolía tanto que
le afectaba el moverse pero no iba a mostrar su incomodidad ante el adolescente.
–
Puedes comerte lo que sobró antes de llevar la bandeja y limpiar los enseres
para que luego sigas con tu trabajo de quitar las malas hierbas. – Le dijo
Rivaille a Jaeger para que el adolescente saliera del baño.
Eren
asintió con la cabeza y, en ese momento, Levi se permitió suspirar mientras se
presionaba su vientre justo en la zona por debajo de su ombligo antes de
sentarse sobre el retrete en espera que el dolor menguara sin comprender aún el
por qué le aquejaba. No era la primera vez que tenía sexo pero si era la
primera vez que había sentido aquel placer demasiado embriagante junto al ardor
que ahora le torturaba como si dentro de él hubieran depositado gotas de lava y
estuviese matándolo por dentro, aunado al dolor que había recobrado su cuerpo
con tanta intensidad que no se comparaba al de la mañana o al de la primera vez
que había llegado a tener sexo con un hombre.
Cuando
Rivaille salió del baño ya Eren se había marchado, por lo que adolorido se
encaminó hacia su cama donde comenzó a retirar las ropas sucias por lo ocurrido
en la noche y antihigiénicas para cambiarlas por sábanas y mantas limpias donde
decidió recostarse para descansar si darse cuenta que todas las sensaciones lo
habían agotado quedando dormido de inmediato aún y cuando tenía planeado ir a
limpiar la despensa, al mismo tiempo, que comprobaría de si los alimentos
continuaban en buen estado y la cantidad que se había gastado.
El
sonido de unos golpecitos en la puerta, trajo a Levi de vuelta del mundo de
Morfeo en donde se había sumergido sin darse cuenta pero ni siquiera se movió
un poco, el escozor de su interior junto al dolor de su cuerpo se hicieron
presente al instante.
Con
dificultad, Rivaille logró sentarse sobre el colchón de la cama mientras se
pasaba una mano por el rostro en un intento de despejar el embotamiento causado
por haber estado durmiendo hasta hacía unos segundos y miró hacia la ventana
abierta por donde la fría brisa se colaba mostrando el crepúsculo del día. No
obstante, la atención del sargento fue captada por la puerta de su habitación
abriéndose y entrando Petra por ella con una bandeja que tenía un plato de
sopa, pan, un vaso de agua y una fruta.
–
Sargento, disculpe pero me he tomado la molestia de traerle algo de comer,
desde ayer que no ha comido nada y nos tiene muy preocupados a todos. – Habló
Ral para dejar la bandeja con cuidado sobre la pequeña mesa pero no recibió
respuesta de Rivaille más que su mirada. – ¡Que descanse, sargento Rivaille!. –
Se despidió Petra antes de salir de la habitación de Levi al percatarse de la
forma molesta con que lo miraba el sargento.
Rivaille
se levantó con un poco de esfuerzo para dirigirse hacia donde estaba la bandeja
de comida y la observó por un instante antes de sentarse con incomodidad en el
sillón para empezar a degustar los alimentos cuando escuchó unos golpecitos en
la puerta.
– Sa-sargento
Rivaille, soy Eren. – Habló la voz trémula del quinceañero como si no estuviese
seguro de haber ido hasta allí.
– Pasa,
Eren. – Accedió el paso al adolescente mientras dejaba su plato, ya vacío,
sobre la bandeja y tomaba la manzana, que era lo único comestible que ya quedaba
sobre la bandeja, con algo de dificultad para comerla.
Eren
entró con un poco de temor.
–
Cierra la puerta. – Le recordó y el chico asintió con la cabeza para obedecer
antes de volver a encarar al hombre. – Ven, siéntate a mi lado. – Indicó antes
de morder la fruta sin apartar su mirada gris del cuerpo del muchacho. – Eren,
no tienes que tocar mi puerta para entrar en mi habitación, estamos en
condición de amantes y las parejas no tiene que estar pidiendo permiso
constantemente para adentrarse cuando disfrutan de su privacidad. – Aclaró el
sargento antes de darle otro mordisco a la manzana y recostar su cabeza sobre
el hombro del adolescente.
– Lo
siento. – Se disculpó Jaeger para soltar un pesado suspiro. – Solo estaba
preocupado por usted porque no bajó a cenar y pensé que tal vez… fue mi culpa.
– A cada palabra que pronunciaba iba bajando el volumen de la voz hasta
convertirse en un murmullo que Rivaille logró escuchar.
– No
fue tu culpa. – Se limitó a responder a Jaeger, lo menos que Rivaille deseaba
era que Eren retrocediera todos los pasos que habían logrado avanzar en la
relación, a pesar de que ninguno de los dos conocía el pasado del otro o
demasiado del contrario pero Levi sentía que así estaba bien, al menos, en esos
momentos le importaba poco y su conocimiento sobre el chico era la redacción
que Irvin le había entregado acerca de Eren, simples palabras que en esos
instante poco recordaba de ellos. – Eren, ¿te quieres quedar a dormir otra vez
conmigo esta noche?. – Inquirió mientras entrelazaba sus dedos con la mano de
Eren.
Jaeger
se sonrojó pero aún así asintió con la cabeza, quedando ambos nuevamente juntos
esa noche donde la pasión volvió a ahogarlos y los placeres carnales se consumaron
en la intimidad de la alcoba.
Hacia
un buen rato, que todo había terminado y Rivaille se había terminado encogiendo
en posición fetal en su lugar aguantando el ardor junto al dolor que sentía en
su vientre. En esta ocasión, había sido más intenso y luchaba para que una
lágrima traidora no saliera de sus ojos, el padecimiento era una tortura,
prácticamente, insoportable, parecía como si fuera un punto de contraparte que
a cambio de vivir un placer inmenso tendría que sufrir al mismo grado.
Rivaille
despertó al sentir como estaba siendo fuertemente abrazado, ni siquiera
recordaba en qué momento se había dejado dormir pero en ese instante, se
encontró con el rostro durmiente de Eren que lo estaba abrazando con más fuerza
de la necesaria.
Levi
se apartó como pudo de Eren y con algo de molestia en su retaguardia aunado al
dolor ardiente que aún sulfuraba en su estómago fue a asearse solo, no quería
despertar a Jaeger pero cuando salió del baño se encontró con un recién
despertado Eren, al que se acercó para besarlo y decirle que fuera a ducharse,
mientras él cambiaba las ropas de la cama nuevamente e intentando hacer caso
omiso a lo que sentía.
Cuando
Eren salió del baño ambos se dirigieron al comedor y Rivaille no dejaba de
apretar la mandíbula ante el dolor que sentía pero aún, cuando Levi, estaba
acallando su sufrimiento personal, el desayuno no dejó de ser un bombardeo de preguntas
de los componentes de su equipo acerca de su estado de salud que Rivaille no
respondió, siendo así que finalizó el desayuno donde todos se dirigieron a
hacer sus obligaciones.
La
tarde llegó antes de lo esperado y Levi que no pudo completar la limpieza
rutinaria de todo un ala que exigía a gritos ser desinfectada debido al mal
estar que sentía pero el crepúsculo se había comenzado a tintar en la bóveda
celeste y eso, solo indicaba que el día laborable había terminado. Con pasos
cortos, Rivaille salió de la fortaleza e iba a comprobar para indicar el
término del día del trabajo cuando el sonido de un caballo a galope lo distrajo
e inmovilizó para ver como entraba en el patio, cabalgando eufóricamente un
corcel, la teniente Hanji Zoe era su jinete.
–
¡Rivaille…! – Gritó la mujer al divisar al sargento mientras tiraba de las
riendas para detener al caballo y poder desmontar al animal antes de acercarse
a Levi para saludarlo.
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