martes, 1 de agosto de 2017

L.c.d.l.s.d.t. Capítulo ~12~

 - ¿Ardor y dolor de estómago?.-

Unos agiles golpecitos en la puerta despertaron a Rivaille, quien al abrir los ojos pudo sentir una respiración acompasada cerca de su nuca para al girarse encontrar el rostro de Eren durmiendo a su lado profundamente.

Sin embargo, Levi no tenía tiempo para quedarse mirando a Eren como si estuviese hechizado por la imagen que le aportaba el adolescente durmiendo en su cama, junto a él, sino que debía levantarse para que la persona que estaba golpeando la puerta de su habitación se marchara lo antes posible para que no despertara a Jaeger y tragando un quejido de dolor, debido al trato tan poco amable que había recibido, se puso de pie después de ponerse una bata de levantar, no tenía tiempo ni ganas de buscar sus prendas esparcidas por el suelo de la alcoba.

Rivaille abrió la puerta encontrándose a Petra con la mano en alza y preparada para volver a llamar.

– ¿Qué ocurre?. – Preguntó con voz pastosa Levi al instante de abrir la puerta para enfrentarla mientras miraba a la mujer con molestia y ocasionando que la chica rápidamente girará la cabeza a un lado para evadirlo, al percatarse de que el sargento aún dormía.

– El desayuno ya está listo… – Pero Petra no pudo seguir hablando al ser acallada por la voz del sargento.

– Hoy no bajaré a desayunar y ya sabéis cual es vuestro trabajo en cuanto terminéis de comer. – Declaró Rivaille mientras se masajeaba un poco la cabeza mientras maldecía, -el estar ahí, de pie-,  solo para decir algo que sus subordinados debían de saber. Además, que el dolor, soportable pero punzante, que sentía proveniente de su retaguardia no ayudaba a que su humor mejorase para hablar con algo más de calma.

– Sí, sargento Rivaille pero debería de comer algo no estaría bien que se enfermase por no alimentarse bien y si por algún motivo tendríamos que enfrentarnos a Eren convertido en titán o el capitán Irvin nos llame para alguna expedición. – Aconsejó Petra preocupada por Levi ya que el sargento tampoco había querido cenar y sin ser consciente, estaba fastidiando a Rivaille ante la posibilidad del problema que presentaba Eren y del cual, le había prometido al chico buscar una solución sin tener que terminar con su vida para detenerlo si llegase a ocurrir la transformación y Jaeger no pudiese controlar al titán que es capaz de crear misteriosamente.

Rivaille no respondió a la chica después de escuchar la sugerencia de Petra sino que se limitó a cerrar la puerta de su alcoba frente a la cara de la mujer que permanecía frente a la entrada de su habitación sin importarle demasiado la interpretación de Ral ante su actuación porque solo deseaba descansar un poco más en su cama aunque su mente le gritaba que necesitaba un baño, después de lo ocurrido, el cuerpo de Levi estaba completamente sucio.

Sin embargo, cuando Rivaille llegó a la cama donde se despojó de la prenda que lo cubría para volver a esconder su cuerpo bajo las sábanas y mantas de su lecho, se encontró con la mirada somnolienta de Jaeger.

– Eren, durmamos un poco más. – Le susurró antes de acercarse a la boca del quinceañero para besarlo fugazmente mientras escuchaba un leve gruñido de Jaeger que parecía no estar demasiado consciente de lo que pasaba.

Rivaille abrazó al chico protectoramente, el cual no puso ninguna resistencia y rápidamente volvió a sumergirse en el mundo de los sueños sacando una leve sonrisa a Levi por el comportamiento acometido de Eren.

– Te amo, mocoso. – Murmuró Levi antes de cerrar los ojos y, también, viajar al mundo de Morfeo.

Rivaille se despertó cuando sintió como la cama se movía para percatarse que Eren era el que estaba provocando el movimiento en el mueble debido a que tenía que pasarlo a él para poder salir del lecho, puesto que la cama estaba pegada a la pared, aún y cuando, se trataba de una cama demasiado grande para que durmiera una sola persona.

– ¿A dónde vas?. – Preguntó Levi provocando que Eren se detuviese.

– Y-Yo… – Tartamudeó el adolescente sorprendido al ser descubierto sin enfrentar el rostro del sargento pero se calló inmediatamente al sentir como su estómago gruñía con fuerza provocándole bochorno.

Levi se levantó, inconforme por el dolor que sentía aún en su trasero, antes de levantarse sin ninguna vergüenza mostrando su desnudez hasta la mesa donde había dejado la bandeja con la comida que había preparado el día anterior para acercarse a la cama.

– No está caliente pero se puede comer. – Indicó Rivaille ofreciéndole un tenedor al muchacho e invitándole a que tomara asiento.

En la bandeja solo había un único plato con comida y un pan duro que Levi se encargó de partir a la mitad, ofreciéndole uno de los pedazos a Eren que no desestimó el pan, Jaeger había conocido el hambre mientras permanecía en las calles junto a Mikasa y Armin cuando estaban en calidad de refugiados y supervivientes de la invasión de los titanes en Shingasina pero si valoraba la comida no era por el haber sufrido hambre sino porque se había prometido no desfallecer, tenía que ser fuerte para lograr su objetivo, acabar con los titanes.

Levi observó como Eren comía un poco de lo que había cocinado con timidez debido a que ambos estaban comiendo la comida puesta en un único plato, un alimento que él había preparado.

– ¿Te gusta?. – Preguntó Levi en un intento de aligerar el ambiente.

– Sí, está bueno, sargento Rivaille. – Contestó Eren después de tragar la comida.

– No tienes que llamarme sargento cuando estamos solos, no debes hacerlo cuando no estoy oficiando el cargo de sargento, Eren. – Dijo Levi después de sonreír por lo dicho del chico que sin saberlo le habían contentado a Rivaille el alago sobre la comida y de la cual, Eren desconocía que Levi había cocinado. – Puedes llamarme Levi. – Propuso Rivaille en un intento de demostrarle a Eren que no debía de inquietarse a su lado y se relajara cuando estuvieran solos, en calidad de pareja.

– No es tan fácil. – Murmuró Eren un poco sonrojado debido a lo que había pasado y que en ese momento estuvieran comiendo del mismo plato aunado a que ambos estaban desnudos. – No es como si usted fuera un amigo o un familiar que conociera de hace años.

– Por supuesto que no soy un amigo pero sí que podríamos a llegar a ser familia, ahora somos pareja, hemos aceptado tener una relación y hemos fortificado eso con lo ocurrido a noche. – Aclaró Levi apartando la bandeja con comida a un lado junto a su tenedor y el pedazo de pan que aún no había probado para acercarse a Eren. – No creas que voy por ahí acostándome con cualquiera o que esté utilizándote para saciar mis necesidades porque no es así. Si tuviese necesidad de ello, ten por seguro que no buscaría a un mocoso para que me follara. – Dijo con voz molesta mientras no dejaba de observar las expresiones que mostraba el rostro de Jaeger. – No es difícil encontrar y contratar los servicios de una prostitutas… – Estaba añadiendo con enfado debido a las palabras que había dicho Eren.

– ¡No!, ¡no puede!. – Había gritado Eren interrumpiendo a Rivaille en su perorata y cogiéndole impulsivamente del brazo porque a Jaeger le dolía en pensar que Levi pudiera ir a buscar los servicios de una profesional. – Yo… yo sé que aún soy un mocoso como usted me llama pero no quiero que esté con alguien así, no quiero… – El gimoteo que había estado agudizando la voz del adolescente mientras hablaba se había roto en un silencio donde Jaeger hacía todo lo posible por no llorar ya que el nudo en su garganta cada vez lo oprimía un poco más al escuchar Levi hablar sobre lo sencillo que podría ser el estar con cualquier otra persona que no fuese él.

Rivaille que se había sorprendido ante el agarre y el grito demándate de Eren cuando lo interrumpió, ahora solo podía sentirse mal por lo que le había dicho al quinceañero porque sabía que Eren era inexperto, el mismo chico le había confesado que no había llegado a tener algún pequeño o esporádico noviazgo, y sabía de la confusión que se generaba ante los nuevos y desconocidos sentimientos que afloraban dentro de Jaeger. Por lo que en ese momento, Rivaille sabía que había cometido un error al decirle aquello movido por un enfado de unas palabras, un enfado generado por pensar en que Eren no quería estar con él y solo estaba siendo una especie de juguete después de lo ocurrido en la noche, que ahora se percataba, no tendría por qué haberse molestado tanto ya que todo fue una mala interpretación de las palabras del adolescente. Eren le había demostrando nuevamente que lo ama, aunque no fuera del todo consciente, Rivaille podía apreciarlo en ese instante con total seguridad y solo estaba haciéndolo sentir como un canalla.

– Eren. – Llamó recibiendo la mirada desesperada y desolada de los ojos del adolescente, luchando por ser fuerte. – No voy a estar con nadie más que tú. – Le aseguró aún sabiendo que el chico aún se sentía dolido.

– Sargento… – Titubeó Eren dudoso de las palabras de Rivaille porque era cierto que aún era un crío y todo aquello aún era nuevo para él pero eso no significaba que no comprendiera que posiblemente él fuese un entretenimiento pasajero para Levi, ya lo había visto en más de una ocasión aunque había pasado como situaciones sin importancias ante sus ojos en otros momentos, no significaba que no se percatara de lo que llegaba a ocurrir entre algunas parejas.

–Tú no eres ningún capricho, mocoso. – Afirmó sin poder contener el llamarlo de esa forma.

– Sargento… – Eren intentó decir algo pero no pudo decir más que el cargo de Rivaille ya que Levi se soltó del agarre que Jaeger mantenía en su brazo para bruscamente, llevar sus manos al cuello del adolescente y atraerlo a él, pudiendo de esta forma besarlo.

Fue un beso agresivo, necesitado, asfixiante, ninguno de los dos recordó durante el contacto lo necesario que era respirar siendo este el principal motivo de que el beso llegara al final.

Eren miró a Levi con su respiración agitada para volver a llenar de oxigeno sus pulmones, percatándose de que Rivaille estaba en el mismo estado y un sonrojo adornaba su rostro severo.

– Eren… no vuelvas a pensar… que estoy jugando contigo… porque no es así. – Insistió Levi a dejar en claro al muchacho sus intensiones con la esperanza de borrar cualquier atisbo de duda o temor de Jaeger sobre lo que significaba para él la relación que le había pedido tener. – Y… no me hagas repetirlo. – Ordenó soltando el cuello de Eren para levantarse de la cama. – Será mejor que me dé un baño. – Rivaille se encaminó a su armario de dónde sacó ropas limpias y una toalla pero al girar, se percató del rostro indeciso que presentaba Eren. – ¿Quieres bañarte conmigo?.

– ¿¡Eh…!?. – Fue el único sonido que emitió Eren al escuchar lo dicho por su superior.

– No querrás salir así o ponerte la ropa después de todo lo que hicimos. – Le recordó mientras se giraba para coger otra toalla del armario y lanzársela al adolescente. – Vamos. – Ordenó mientras se encaminaba a la puerta donde estaba el baño.

Eren se sonrojó antes de seguir a Rivaille, un poco inseguro, hasta el baño privado con el que contaba el sargento en su alcoba.

Levi dejó la tela en el toallero cerca de la bañera y la ropa la puso en una estantería que había en la esquina antes de abrir el agua caliente para darse una ducha e iba a girarse cuando sintió los dedos de Eren flotar sobre su columna vertebral que hizo que todo su vello se erizara.

– Eren… – Llamó en un susurro pero su voz hizo que Jaeger retirara de inmediato la mano de su cuerpo. – Ya está bien el agua.

– ¿Nos asearemos juntos?. – Preguntó casi con voz sorprendida y un poco de reproche el chico de pelo castaño.

– Sí. – Respondió con simpleza Levi antes de quitarle de las manos la toalla a Eren y dejarla en el mismo lugar en el que había puesto la suya. – Ven. – Dijo cogiendo la mano del quinceañero para conducirse dentro de la bañera para ponerse justo debajo del agua que caía de la regadera junto a Jaeger donde lo abrazó.

– Sargento Rivaille. – Murmuró Eren correspondiendo el abrazo y pegando más a su cuerpo a Levi, sintiendo la respiración cálida del sargento a pesar de las gotas de agua que se deslizaban por su piel debido a la ducha y no pudo evitar sentir como pequeños y miles rayitos eléctricos salían del interior de su estomago como si ahí hubiese una nube de tormenta que comenzaba un viaje que le llevaba hasta su entrepierna, por lo que sin desearlo, Eren estaba comenzando a excitarse.

– ¿Quieres hacerlo?. – Preguntó Rivaille sintiendo la excitación de Eren ya que el pene del adolescente estaba punzándole en el vientre.

– ¿Pu… puedo?. – Preguntó un poco dudoso Jaeger ya que en esa ocasión se sentía avergonzado, no había el ambiente que tuvieron en la noche, donde la pasión los había abordado a los dos y a duras penas tenía algún resquicio de consciencia sobre lo que estaba haciendo, solo actuaba por puro impulso de satisfacer la primitiva necesidad pero en ese instante, la lucidez era demasiada, la llama de la pasión era pequeña y sus sentidos de someter al hombre que lo abrazaba eran frenados por la claridad de su mente.

Levi no pudo evitar sonreír, incluso después de todo lo ocurrido en la noche, Eren seguía comportándose de manera insegura con él y aunque le molestaba un poco, no podía dejar de pensar que Jaeger aún no dejaba de ser un mocoso pero aún así, Eren era la persona que había despertado todos los sentimientos de manera tan intensa que hasta a él mismo le sorprendía.

– Intenta resistir un poco, si solo tu alcanzas el orgasmo de nada servirá el hacerlo. – Aclaró Rivaille separándose de Eren y viendo como el chico asentía con la cabeza y el rostro sonrojado antes de darle la espalda y apoyar sus manos a la pared rocosa. – Antes, tendrás que ayudarme a aceptarte. Ayer lo hice yo mismo pero quiero que tú aprendas como debes prepararme para recibirte. – Aclaró llevando una de sus manos a una nalga, la cual movió un poco para mostrar el lugar por donde sería penetrado.

Dudoso y con algo de temor, Eren se acercó a Levi pero su atención no fue puesta en aquel punto del trasero de Rivaille que debía de atender sino que el chico se dirigió hacia la nuca del sargento que acarició en un lento lametón saboreando las pequeñas gotas de agua que empapaban la piel de Levi mientras que las manos de adolescente se ciñeron en la cintura del sargento que deslizó por el torso blanquecino, ascendiendo hasta encontrar los pequeño y erectos pezones de Levi.

– Eren… – Jadeó Rivaille al sentir como la boca de Eren había perdido ya el interés de saborear su cuello para apropiarse del lóbulo de su oreja que el quinceañero succionó mientras se apega más a él. – Eren… tienes qué… – Intentaba recordarle al chico que no podían tener un contacto más intimo si su ano no era dilatado para poder tener sexo pero el placer estaba embargando su consciencia ante las torpes caricias proporcionada.

– Sargento… – Gimoteó Eren casi como si estuviese sollozando pero no era así, sino que la ansia en su interior que se agrandaba y el deseo de volver a experimentar lo ocurrido en la noche se hacían más necesitado.

Rivaille sintió como entre sus nalgas comenzó a deslizarse el pene de Jaeger y un suspiro placentero salió de sus labios cuando el glande acarició ligeramente el cerrado orificio por el que se suponía debía entrar pero en él que no ingresó para continuar de largo golpeando su escroto.

Eren descendió su mano derecha por el cuerpo del sargento, liberando al pequeño pezón de su tortura y aunque continuaba moviéndose mientras llenaba  de lametones y succiones la nuca de Levi, su mano pasó en una caricia sobre el vello oscuro de Rivaille hasta envolver el pene del oficial, comenzando a atender al ritmo de las simulaciones de envestidas que él mismo hacia y sin poder evitarlo, Eren volvió a ser el primero en saborear el clímax manchando toda la zona con su semen que se limpiaba automáticamente con  las cristalinas gotas de agua pero eso no hizo que detuviese su atención con Levi.

– Eren… – Jadeó con molestia el sargento al sentir como el chico dejaba de torturar a su otro pezón y también deshacía el agarre de su miembro para llevarla hasta su ano y la otra mano anclarla en la cintura de Levi.

La intromisión fue torpe y dolorosa para Rivaille que acalló una palabrota ante tan poca sutileza pero pronto, Levi no pudo evitar apretar sus manos contra la pared mientras cerraba con fuerza sus párpados debido a que Eren había golpeado su próstata al mismo tiempo que ingresaba un segundo dedo en el interior de su esfínter.

Poco a poco, Levi comenzó a sentir placer a pesar del apresurado y descuidada manera de prepararlo para el sexo, aún con algo de molestia que le provocó más de un quejido no le dijo nada al adolescente que se mostraba algo inseguro cuando introdujo el tercer dedo que empezó a remover en el interior del sargento.

– Eren… déjalo ya… ya puedes… – Pidió Rivaille con voz quejumbrosa.

Eren asintió con la cabeza y comenzó a entrar dentro del cuerpo del hombre que se había convertido en su amante y pareja, disfrutando del calor y estrechez que acogían su pene erecto siendo abrazado agonizantemente.

Levi no pudo evitar el que su cabeza se moviese como si su barbilla quisiese tocar su clavícula o el presionar con sus dedos la rugosa pared de piedra hasta hacerlos palidecer o que su espalda se arquera y muchos menos, le fue imposible al sargento retener el gruñido que escapó de su boca al sentir como su el pene de Jaeger acariciaba su próstata de una manera asfixiante como si Eren hubiera logrado penetrar algún recóndito lugar del que el propio Rivaille desconocía poseer, siendo que el sargento, rápidamente, dejara de sentir el dolor de la invasión.

– E…Eren… – Jadeó con algunas lágrimas que intentaban salir de sus ojos debido al placer que nunca antes había llegado a sentir hasta ese momento y había estado a punto de tocar el clímax como si nunca hubiera tenido sexo con alguien, no sabía exactamente que había hecho Eren para que él se encontrar obnubilado.

Eren ya sabía que debía de controlar sus ansias de arremeter, no por nada Levi se había ocupado de repetirlo en la noche que el hacer eso era una muestra de entrega no de satisfacción personal pero le era demasiado difícil el permanecer quieto cuando parecía que el cuerpo del sargento lo había encogido a tal grado que estaba torturándolo al apretar con tanta fuerza, calidez y humedad su miembro viril.

Rivaille sintió como Eren comenzaba a besar su hombro izquierdo, dándole algún pellizco a su piel con sus dientes mientras las manos del adolecentes se habían afianzado en su cadera mientras que la mente del sargento estaba demasiada nublada por placer que aún recorría por su cuerpo y el poder sentir las palpitaciones del pene de Jaeger en su interior como jamás había sentido ese tipo de sensaciones.

– Mueve… te… – Logró pronunciar Levi cuando consiguió calmar su respiración y su mente se había apaciguado un poco de las intensas sensaciones placenteras y dolorosas que le había provocado Jaeger.

Eren dejó de llenar de besos y pequeñas marcas el hombro del sargento para apretar un poco más su agarre y comenzar a salir lentamente, sintiendo tanto placer que no pudo evitar el cerrar sus ojos mientras un jadeo escapaba de su garganta, sin percatarse de cómo el cuerpo de Levi se sacudía por el placer de apreciar como el pene de Jeager se deslizaba en su interior lentamente para luego, volver a entrar con la misma calma con la que salió.

Poco a poco, Eren fue aumentando el ritmo de las embestidas provocando que Levi se sintiera ser  elevado por cada profanación que Jaeger hacía en su cuerpo hasta que sin poder evitarlo, terminó alcanzando el clímax jadeando y al poco tiempo sentir como el adolescente, también, llegaba al orgasmo, eyaculando en su interior para percatarse por primera vez como el líquido caliente le ardía dentro de sus entrañas por lo que Rivaille se llevó una mano sobre el lugar que había sentido que Eren se había derramado en su interior.

Ambos se encontraban exhaustos y con la respiración agitada, intentando volver a la normalidad.

– Lo sien… to… – Se disculpó Eren  porque en ese momento había recordado que él debía ayudarlo a llegar al orgasmo a Levi y no lo había hecho, sin darse cuenta aún de que el sargento no necesitó de ello para alcanzar el éxtasis.

Rivaille solo gruño para sentir como lentamente Eren salía de su interior provocándole leves espasmos a su cuerpo como efectos pos orgásmicos que ni siquiera el agua había logrado disuadir en el hombre para, finalmente, ducharse como se suponía que iban a hacer desde un comienzo.

Sin embargo, mientras se secaba Levi empezaba a sentí un dolor muy agudo, algo que no estaba acostumbrado a padecer y tampoco había llegado a aquejar en otras ocasiones, proveniente de su interior, justo donde había sentido a Eren adentrarse y haber eyaculado, ahora, le quemaba como fuego y le dolía tanto que le afectaba el moverse pero no iba a mostrar su incomodidad ante el adolescente.

– Puedes comerte lo que sobró antes de llevar la bandeja y limpiar los enseres para que luego sigas con tu trabajo de quitar las malas hierbas. – Le dijo Rivaille a Jaeger para que el adolescente saliera del baño.

Eren asintió con la cabeza y, en ese momento, Levi se permitió suspirar mientras se presionaba su vientre justo en la zona por debajo de su ombligo antes de sentarse sobre el retrete en espera que el dolor menguara sin comprender aún el por qué le aquejaba. No era la primera vez que tenía sexo pero si era la primera vez que había sentido aquel placer demasiado embriagante junto al ardor que ahora le torturaba como si dentro de él hubieran depositado gotas de lava y estuviese matándolo por dentro, aunado al dolor que había recobrado su cuerpo con tanta intensidad que no se comparaba al de la mañana o al de la primera vez que había llegado a tener sexo con un hombre.

Cuando Rivaille salió del baño ya Eren se había marchado, por lo que adolorido se encaminó hacia su cama donde comenzó a retirar las ropas sucias por lo ocurrido en la noche y antihigiénicas para cambiarlas por sábanas y mantas limpias donde decidió recostarse para descansar si darse cuenta que todas las sensaciones lo habían agotado quedando dormido de inmediato aún y cuando tenía planeado ir a limpiar la despensa, al mismo tiempo, que comprobaría de si los alimentos continuaban en buen estado y la cantidad que se había gastado.

El sonido de unos golpecitos en la puerta, trajo a Levi de vuelta del mundo de Morfeo en donde se había sumergido sin darse cuenta pero ni siquiera se movió un poco, el escozor de su interior junto al dolor de su cuerpo se hicieron presente al instante.

Con dificultad, Rivaille logró sentarse sobre el colchón de la cama mientras se pasaba una mano por el rostro en un intento de despejar el embotamiento causado por haber estado durmiendo hasta hacía unos segundos y miró hacia la ventana abierta por donde la fría brisa se colaba mostrando el crepúsculo del día. No obstante, la atención del sargento fue captada por la puerta de su habitación abriéndose y entrando Petra por ella con una bandeja que tenía un plato de sopa, pan, un vaso de agua y una fruta.

– Sargento, disculpe pero me he tomado la molestia de traerle algo de comer, desde ayer que no ha comido nada y nos tiene muy preocupados a todos. – Habló Ral para dejar la bandeja con cuidado sobre la pequeña mesa pero no recibió respuesta de Rivaille más que su mirada. – ¡Que descanse, sargento Rivaille!. – Se despidió Petra antes de salir de la habitación de Levi al percatarse de la forma molesta con que lo miraba el sargento.

Rivaille se levantó con un poco de esfuerzo para dirigirse hacia donde estaba la bandeja de comida y la observó por un instante antes de sentarse con incomodidad en el sillón para empezar a degustar los alimentos cuando escuchó unos golpecitos en la puerta.

– Sa-sargento Rivaille, soy Eren. – Habló la voz trémula del quinceañero como si no estuviese seguro de haber ido hasta allí.

– Pasa, Eren. – Accedió el paso al adolescente mientras dejaba su plato, ya vacío, sobre la bandeja y tomaba la manzana, que era lo único comestible que ya quedaba sobre la bandeja, con algo de dificultad para comerla.

Eren entró con un poco de temor.

– Cierra la puerta. – Le recordó y el chico asintió con la cabeza para obedecer antes de volver a encarar al hombre. – Ven, siéntate a mi lado. – Indicó antes de morder la fruta sin apartar su mirada gris del cuerpo del muchacho. – Eren, no tienes que tocar mi puerta para entrar en mi habitación, estamos en condición de amantes y las parejas no tiene que estar pidiendo permiso constantemente para adentrarse cuando disfrutan de su privacidad. – Aclaró el sargento antes de darle otro mordisco a la manzana y recostar su cabeza sobre el hombro del adolescente.

– Lo siento. – Se disculpó Jaeger para soltar un pesado suspiro. – Solo estaba preocupado por usted porque no bajó a cenar y pensé que tal vez… fue mi culpa. – A cada palabra que pronunciaba iba bajando el volumen de la voz hasta convertirse en un murmullo que Rivaille logró escuchar.

– No fue tu culpa. – Se limitó a responder a Jaeger, lo menos que Rivaille deseaba era que Eren retrocediera todos los pasos que habían logrado avanzar en la relación, a pesar de que ninguno de los dos conocía el pasado del otro o demasiado del contrario pero Levi sentía que así estaba bien, al menos, en esos momentos le importaba poco y su conocimiento sobre el chico era la redacción que Irvin le había entregado acerca de Eren, simples palabras que en esos instante poco recordaba de ellos. – Eren, ¿te quieres quedar a dormir otra vez conmigo esta noche?. – Inquirió mientras entrelazaba sus dedos con la mano de Eren.

Jaeger se sonrojó pero aún así asintió con la cabeza, quedando ambos nuevamente juntos esa noche donde la pasión volvió a ahogarlos y los placeres carnales se consumaron en la intimidad de la alcoba.

Hacia un buen rato, que todo había terminado y Rivaille se había terminado encogiendo en posición fetal en su lugar aguantando el ardor junto al dolor que sentía en su vientre. En esta ocasión, había sido más intenso y luchaba para que una lágrima traidora no saliera de sus ojos, el padecimiento era una tortura, prácticamente, insoportable, parecía como si fuera un punto de contraparte que a cambio de vivir un placer inmenso tendría que sufrir al mismo grado.

Rivaille despertó al sentir como estaba siendo fuertemente abrazado, ni siquiera recordaba en qué momento se había dejado dormir pero en ese instante, se encontró con el rostro durmiente de Eren que lo estaba abrazando con más fuerza de la necesaria.

Levi se apartó como pudo de Eren y con algo de molestia en su retaguardia aunado al dolor ardiente que aún sulfuraba en su estómago fue a asearse solo, no quería despertar a Jaeger pero cuando salió del baño se encontró con un recién despertado Eren, al que se acercó para besarlo y decirle que fuera a ducharse, mientras él cambiaba las ropas de la cama nuevamente e intentando hacer caso omiso a lo que sentía.

Cuando Eren salió del baño ambos se dirigieron al comedor y Rivaille no dejaba de apretar la mandíbula ante el dolor que sentía pero aún, cuando Levi, estaba acallando su sufrimiento personal, el desayuno no dejó de ser un bombardeo de preguntas de los componentes de su equipo acerca de su estado de salud que Rivaille no respondió, siendo así que finalizó el desayuno donde todos se dirigieron a hacer sus obligaciones.

La tarde llegó antes de lo esperado y Levi que no pudo completar la limpieza rutinaria de todo un ala que exigía a gritos ser desinfectada debido al mal estar que sentía pero el crepúsculo se había comenzado a tintar en la bóveda celeste y eso, solo indicaba que el día laborable había terminado. Con pasos cortos, Rivaille salió de la fortaleza e iba a comprobar para indicar el término del día del trabajo cuando el sonido de un caballo a galope lo distrajo e inmovilizó para ver como entraba en el patio, cabalgando eufóricamente un corcel, la teniente Hanji Zoe era su jinete.

– ¡Rivaille…! – Gritó la mujer al divisar al sargento mientras tiraba de las riendas para detener al caballo y poder desmontar al animal antes de acercarse a Levi para saludarlo.

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