-Dogma íntimo.-
…Barrio Hotaru ~ Konoha…
–
¡MOEGI!. – Gritó Tsunade al ver a su nieta acurrucada en el suelo.
–
¡ABUELA!. – Chilló de la misma manera la adolescente mientras se levantaba del
suelo y corría a los brazos de Tsunade para abrazarse.
– Te
he echado tanto de menos. – Murmuró la mujer de grandes pechos abrazando a su
nieta.
Kakashi
se quedo mirando la escena, al igual que Sakura, mientras que Pain se acercó a
Konan.
–
Pain… – Fue la mujer de cabello azul la que se atrevió a hablar.
El
hombre de cabello naranja movió su cabeza dando a entender lo sucedido con sus
compañeros.
Konan
se llevó sus manos a la boca y comenzó a llorar. En ese momento el hombre de
ojos ondeantes abrazó a la mujer que ocultó su rostro en el pecho de su
compañero y amante mientras desahogaba su tristeza por la pérdida de sus
compañeros.
Naruto
se acercó, con un Sasuke colgado de él como un koala agarrado a un árbol.
– ¿A
pasado algo?. – Preguntó el Uzumaki mirando a Pain.
– No
sé todos los detalles pero al parecer a habido una trifulca en el albergues que
nos esperaban antes de ir a encontrarnos con Hidan y Kakuzu. Aparecieron los
Hebi, Hyuuga y Raíz y terminó en eso. – Reveló Pain con una mirada
significativa de lo que había pasado con sus compañeros.
–
Entiendo. – Pronunció el Uzumaki apretando a su pareja que aún estaba en un
estado de ausentismo en el que no parecía estar escuchando lo que pasaba a su
alrededor pero por ahora, no debía de preocuparse de explicarle a Sasuke que su
hermano había fallecido aunque sabía que pronto debería hacerlo.
–
Tenemos que irnos de inmediato a encontrarnos con ellos ¿seguiréis con nosotros
o iréis ya por vuestra cuenta?. – Preguntó el líder de Akatsuki con la mujer de
cabello azul aun sollozando en su regazo.
– No
tenemos a donde ir desde que Raíz nos comenzó a seguir para encontrar a Sai,
así que seguiremos por el momento con ustedes. – Respondió el Uzumaki para
mirar a su pareja que parecía estar quedándose dormido en su regazo. – Aunque
no sé qué hará ella o los demás. – Naruto señaló a Sakura y luego a Moegi con
su abuela y Kakashi.
Sakura
se acercó con su rostro triste y miró al pelirrojo que tiritaba de fiebre en el
suelo.
– ¿Qué
le ocurrió?. – Preguntó sin apartar la vista de Sasori.
– Está
herido. Raíz consiguió dispararle en el brazo. Por eso, tenemos que irnos para
poderlo ayudar. – Explicó Pain.
Sakura
se acercó al pelirrojo y miró a Deidara.
–
¿Puedes cogerla un momento?. – Le pidió al rubio de coleta que cogió a la
pequeña Aya.
Sakura
cerró sus ojos y acercó sus manos al brazo dañado donde comenzó a trasferir su
poder para cerrar la herida de Sasori.
– No
te preocupes, es una sanadora. – Reveló Naruto viendo como Pain iba a decir
algo por lo que estaba haciendo la mujer a su compañero herido.
Tsunade
junto a su nieta y Kakashi se acercaron al grupo, en el instante que la Haruno terminó de cerrar la
herida del brazo del pelirrojo.
– Ya
no tiene herida pero debe tratarse médicamente para poder bajar la fiebre que
le causó la infección. – Explicó Haruno a Deidara volviendo a cargar a la niña.
Los
pocos miembros de Akatsuki asintieron con la cabeza y Deidara no dejaba de
agradecer.
– ¿Qué
piensas hacer?. – Preguntó el Uzumaki a la demacrada mujer de ojos verdes.
–
Todos debemos estar juntos si queremos sobrevivir. Debemos estar preparados
para lo que se nos viene encima. – Interrumpió la Senju alarmando a todos y
mirando al rubio que abrazaba a Sasuke para sonreírle. – ¿Cuánto tiempo,
Naruto? La última vez tan solo eras un mocoso de seis años.
– Lo
mismo digo Tsunade, Kakashi. – Les saludó el chico de marquitas en el rostro
viendo como el Hatake levantaba su mano derecha en señal de saludo.
– ¿A
qué se refiere?. – Inquirió el líder de Akatsuki interrumpiendo el reencuentro.
–
Digamos, que por el momento las aguas son tranquilas pero lo que el futuro
describe no es nada bueno. – Le contestó la mujer. – Solo si estamos todos
unidos lograremos superar lo que se avecina.
…Mansión Hyuuga ~ Konoha…
Neji
caminaba con el cuerpo de la menor seguido de una Hinata que se iba apoyando en
las paredes del pasillo manchándolas de sangre, debido a su herida.
– Ne-Neji…
– Llamó Hinata en un murmullo casi inaudible, al mismo tiempo que se estrellaba
contra el duro suelo de madera.
Neji
miró atrás como su prometida estaba desmayada en el suelo, por la gran pérdida
de sangre.
–
¡HINATA!. – Gritó Neji acercándose a la chica.
Ante
el grito del hombre castaño apareció un sirviente encontrándose con todo el
panorama que protagonizaban los jóvenes.
–
Ayúdame y carga a Hinata, hay que curarla rápido. Está herida. – Ordenó cuan
vio al hombre que miraba petrificado la escena.
El
sirviente asintió y se llevó a la morena para atenderla. Mientras tanto, Neji
continuó su camino hasta el despacho de su tío. Cuando llego toco la puerta y
la autoritaria voz del líder del clan Hyuuga se escucho.
Neji
abrió la puerta, donde estaba también su padre, ante la atenta mirada y
preguntas de Hiashi pero Neji continuó hasta el escritorio donde dejo sobre el
mueble el cadáver.
– Lo
siento mucho, no pude hacer nada para protegerla. – Reveló con tristeza en la
voz, Neji.
– Mi
hija…– Pronunció Hiashi abrazando el menudo cuerpo de Hanabi.
Neji
pretendía abandonar el despacho de su tío para estar junto a su prometida ya
que era su deber cuidar de ella pero antes de que pudiese salir por la puerta,
fue detenido por la angustiante voz de su tío.
– ¿Y
Hinata?. – Preguntó el líder Hyuuga con la voz rota por la pérdida de su hija.
–
Ella… ella está herida, la están atendiendo en estos momentos. Ahora, voy a ir
con ella. – Confesó el más joven de los hombres que se encontraban en la sala
con un grueso nudo en la garganta viendo como su tío asentía con la cabeza para
poder abandonar la habitación.
…Base 10 ~ Konoha…
Amaru
estaba dentro de una de las habitaciones del lujoso edificio de cristal que
pertenecía a Raíz, en espera de la llegada de los rastreadores para usar su don
a los heridos.
La
pelirroja estaba completamente desnuda preparada para utilizar su poder al
herido mientras degustaba una copa de delicioso champagne procedente del País
de Las olas.
Iba
tomar otro sorbo de aquel líquido burbujeante y de color dorado cuando la
puerta se abrió dejando ver a Torune y Fuu que cargaban a un Danzou agonizante.
– Date
prisa, Amaru. – Exigió Fuu sacándole el pantalón al inconsciente hombre junto a
la ropa interior para que la pelirroja pudiese hacer su trabajo.
– ¡Uigh…!
Esta son las cosas que no me gustan de mi don y la forma que tengo para usarlo.
– Afirmó la mujer.
–
Cuidado con lo que dices, Amaru. Él es el líder de Raíz, en otras palabras, es
tu jefe, así que ya sabes que hacer. – La interrumpió Torune antes de salir de
la habitación junto a Fuu.
La
pelirroja miró con asco al anciano antes de dejar la copa a un lado y coger la
botella de champagne y tomar un gran trago para ir a la cama donde habían
dejado a Danzou.
…Almacén de la zona industrial ~ Konoha…
Habían
llegado a la propiedad y Orochimaru se había encerrado en la habitación, que
hasta esa misma mañana, compartía con su cónyuge felizmente.
–
¿Creéis qué dadá estará bien?. – Preguntó angustiada Karin mirando la puerta
del cuarto donde se había encerrado su progenitor.
– No
lo sé. – Respondió Kabuto mirando también la puerta.
– Dadá
nos necesita más que antes. Ahora que nuestro padre a muerto, él querrá que le
ayudemos. – Afirmó Kimimaru apretando sus puños con fuerza.
Los
otros dos asintieron para ir a curar sus heridas.
…Calles de Konoha…
Suigetsu
había llegado a una calle oscura sin ninguna farola que alumbrase el camino. El
hombre de cabello azul aun llevaba a un callado Sai en sus brazos.
Hozuki
siguió caminando hasta dar con un enorme vehículo, nada más y nada menos, que
de una autocarabana un tanto vieja.
Suigetsu
se acercó hasta la puerta que al empujarla un poco se abrió para que pudiese
subir con la persona que llevaba en brazos.
– Esta
es mi casa y también, la tuya desde hoy, ratoncito. – Susurró meloso el hombre
de dientes de sierra.
Sai
solo se estremeció ante las palabras de su secuestrador y cerró fuertemente los
ojos para no ver a donde lo había llevado.
–
Estoy seguro de que te encantara este nidito de amor– Rió estrepitosamente el
morfo, mientras llevaba al moreno por el pasillo de la casa móvil hasta llegar
a una vieja cama con algunas mantas y sabanas añejas, algo roídas por el paso
del tiempo.
Suigetsu
tumbó al moreno sobre la cama para después dirigirse a la puerta que había
dejado abierta y cerrarla con llave para volver al lado del confusor en medio
de la oscuridad. Se tumbó a un lado de Sai y comenzó a acariciar con un dedo el
blanco rostro del chico. Hozuki pudo notar el tacto áspero de la mejilla del
hombre de ojos negros debido a que era donde crecía la barba. Continuó
dibujando la mandíbula de Sai hasta llegar a los subes y partidos labios.
– Cada
vez que te miro no puedo evitar pensar que eres muy lindo. – Susurró Suigetsu
antes de besar con fiereza los labios de un asustado confusor.
Sai
derramó silenciosas lágrimas intentando ignorar la presencia y el tacto del
otro hombre mientras agarró con fuerza la manta que lo envolvía, sabiendo que
se repetiría lo ocurrido hace unas horas atrás y no tenía fuerza para
defenderse o usar su poder para huir de esa situación.
…Isla Luna…
Shizune
leía atentamente aquella nota que había arrebatado de la pata del ave mensajera
que esperaba en la ventana de la habitación que ocupaba en CING pero la mujer
no se percató del animal hasta que despertó.
–
Shizune… – Llamó Yamato que se había acabado de levantar del lecho de la morena
mientras se acercaba a la mujer. – Me tengo que ir. – Anunció el hombre
comenzando a recoger su ropa del suelo y vestirse.
– Date
prisa y sal de aquí antes de que aparezca Mizuki. – Fue la simple respuesta de
la mujer.
– ¿Por
qué no le dices la verdad? Estoy cansado de esta situación. – Reprochó el hombre
de cabello castaño.
–
Sabes que sólo es por conveniencia mi relación con él y tampoco puedo dejarlo
sin más. – Contestó dándose la vuelta y quedando frente al hombre.
– Lo
sé pero es difícil continuar con esto. – Yamato susurró mientras se abotonaba
la camisa marrón.
– No
seas tonto. Ya te lo he dicho muchas veces, no soy capaz de amar a nadie después
de que me arrancaron el corazón con infamia, crueldad y mentiras. – Habló
Shizune arrugando con fuerza el pequeño papel en sus manos.
–
Entiendo que no puedas confiar en un hombre después de lo que hizo tu marido
para complacer a su hermano pero yo no soy Hizashi. Deberías de recordarlo e
intentar buscar tu camino, quizás si te lo permitieras podrías ser feliz, Shizune.
– Expuso el hombre acercándose a la morena que había adquirido un semblante
inexpresivo y rígido. – Eres consciente de que puedes confiar en mí y en que no
voy a fallarte. No haría lo que te hicieron, yo te quiero. – Susurró
acariciando la blanca mejilla para llevarse a su paso un mechón de pelo oscuro
que peinó hasta la pequeña oreja de Shizune.
–
Deberías poner tus esfuerzos en otra mujer y no en una muñeca rota, Yamato. –
Miró al hombre de pelo castaño frente a ella para apoyar su mano libre en la
contraria que acariciaba su rostro con mimo. – No debiste haberme seguido hasta
este lugar. Tú tenías que haberte quedado en Konoha, continuar sirviendo a los Hyuuga
hasta que encontrases un trabajo mejor y una esposa que te ame y proporcionara
la familia que anhelas.
– No
puedo querer nada de eso. No si esa persona no seas tú. – Habló Yamato con
ternura notando como la morena se alejó de él rompiendo el contacto físico.
–
Sabes que yo no puedo traer más vidas a este mundo después de aquello. –
Confesó tocando su vientre estéril para derramar unas silenciosas lágrimas. – ¡VETE!.
– Gritó mostrando su rostro contraído por el dolor a Yamato.
– Lo
siento, no debí decir eso yo… – Pero el hombre no terminó cuando otro gritó de
la morena se escuchó en aquel cuarto pidiendo que se fuera y con la cabeza
baja, abandonó el lugar dejando que Shizune soltara la amargura que albergaba
su alma.
…En una casa oculta bajo el puente Cry ~ Konoha…
Sasuke
se despertó sobresaltado con la respiración agitada y el rostro sudoroso.
La
mirada del Uchiha se giró hacia el lugar del que provenían ruidos, que
presentía era mucho más fuerte de lo que podía percibir, y entonces, se dio
cuenta de que no estaba en su hogar, ni la casa de Sakura, ni bajo el casino o
el albergue al que lo acompañó su hermano. El chico miró a su alrededor y
suspiró al ver a su novio durmiendo a su lado, el encontrar al Uzumaki ocasionó
que se calmara mientras se recostaba sobre el pecho de Naruto.
Sasuke
se concentró en el latido del corazón de su compañero pero como si su mente
estuviese esperando ese instante de calma, todo lo sucedido el día anterior,
pasó por su cabeza como un rayo deslumbrante.
Sasuke
apretó el suéter del Uzumaki con fuerza, el recuerdo como aquel sujeto intentó
propasarse con él y luego, una vaga memoria de escuchar un fuerte estruendo y
personas hablando sobre algo acerca de muertos y heridos pero, por alguna
extraña razón desconocida para el moreno, ese recuerdo pinchó en su corazón con
fuerza, como si hubiese pasado algo importante que le afectaba pero estaba ignorando.
Naruto
aun dormido rodeó el cuerpo del Uchiha con sus brazos, sin percatarse del
estado emocional de su pareja.
–
Sasu…ke. – Susurró dormido el quinetico.
…Mansión Hyuuga ~ Konoha…
El
pequeño cuerpo de la adolescente fallecida era sepultado en el mausoleo de la
familia Hyuuga, donde el líder del clan miraba con dolor el lugar donde el
cuerpo de su pequeña hija iba a reposar eternamente, sin volverla a ver o a
escuchar su voz para pedirle algún capricho. A su lado izquierdo, estaba su
hermano y amante brindando su apoyo a la triste pérdida mientras que al lado
derecho de Hiashi, se encontraba una llorosa Hinata que se mantenía de pie
gracias a una muleta en la que recargar su peso junto a Neji con el rostro
compungido por el dolor de la muerte.
– ¿El
mensaje fue enviado?. – Preguntó Hiashi a su hermano, escuchando como todos los
presente que habían asistido al funeral de su hija se alejaban para hacer sus
tareas, pero sin apartar la miraba de la
sepultura.
– Sí.
– Fue la escueta respuesta de Hizashi.
–
Bien, puedes retirarte necesito estar solo. – Pidió mirando la tumba de su
difunta esposa al lado de la de Hanabi.
Hizashi
no dijo nada, solo apretó sus puños antes de salir gruñendo de aquel lugar con
incomodidad.
…En la auto-caravana ~Konoha…
Suigetsu
terminaba de abrochar su pantalón de cuero violeta oscuro que se puso con una
radiante sonrisa después de haber podido desfogar su carga sexual.
El chico
de cabello azul se giró y miró el
maltratado cuerpo de Sai que dormía después de que su tortura hubiese acabado.
Acarició los ébanos cabellos del chico antes de cubrirlo con la manta.
– No
te dejaré ir de mi lado, ratoncito, aun y cuando sea tu padre el que reclame tu
presencia. – Murmuró Hozuki antes de avanzar hacia la salida del vehículo
mientras tomaba las llaves junto a un encendedor y una cajetilla de tabaco. – Te
he esperado durante mucho tiempo y por fin, yo podré cuidar de ti. – Finalizó
Suigetsu antes de cerrar la caravana pensando en que sus palabras no habían
sido escuchadas pero cuando el “clic” de la puerta metálico se escuchó, Sai
abrió los ojos, apretando con fuerza las sucias telas que lo cubrían.
–
¿Quién eres…?. – Preguntó a la soledad el confusor completamente asustado y
comenzando a soltar silenciosas lágrimas, por la declaración que el morfo había
hecho.
El hombre
de ojos violeta había subido a la parte delantera del auto caravana, después de
fumar un cigarrillo, donde se encontraba la cabina del vehículo, y arrancarlo,
haciendo que el motor rugiera mientras abandonaban el estacionamiento.
– No
te preocupes, ratoncito, Danzou no nos encontrará. – Farfulló contento el
Hozuki para acabar carcajeándose mientras conducía aquel enorme vehículo.
…Almacén de la zona industrial ~ Konoha…
Orochimaru
no había salido de aquella habitación que había compartido con su entusiasta
esposo y ahora, esa misma alcoba parecía ser más inmensa, fría y silenciosa.
El hombre
de ojos dorados no había podido pegar ojo debido al llanto que el recuerdo de
ver a Jiraiya muerto lo atormentaba y las últimas palabras continuaban
revoloteando en su cabeza mientras que en otra habitación, específicamente en
la de Karin, los hermanos se encontraban reunidos.
– ¿Aún
no ves nada, Karin?. – Preguntó Kimimaru sin dejar de lanzar al aire la pequeña
pelota que tenía entre sus manos.
– No
es tan fácil, estoy buscando a ese maldito viejo pero esos perros deben de
haberse escondido bien. – Farfulló molesta la pelirroja haciendo un mohín.
–
Quizás murieron. – Dijo Kimimaru deteniendo el lanzar la pelota.
–
Cuando, nos marchamos de ese lugar no vi su cuerpo. Debieron huir en medio del
alboroto pero sería alentador saber que están muertos. – Intervino Kabuto,
quien se quitó las gafas que usa para limpiar el cristal con el borde de su
camisa.
– Eso
sería demasiado bueno para ser real. – Afirmó Karin mientras negaba con la
cabeza.
…Base 10 ~ Konoha…
Se
podía escuchar gritos de dolor y pidiendo ayuda en el interior de aquella
habitación en la que se encontraba Danzou con Amaru.
–
¿Sabes? Hay veces que siento lastimas por las personas que terminan en la misma
cama que Danzou. – Comentó Fuu escuchando los alaridos de dolor de la mujer.
– ¿Es
qué estas celoso de no ser tú el que tiene a ese viejo entre las piernas?. –
Preguntó con enfado Torune.
–
¿¡Qué?! Yo no soy gay, tengo novia, Miku san. – Afirmó Fuu con enfado ante el
cuestionamiento de su compañero.
– Tan
solo era una broma, cálmate. – Torune se encogió de hombros quitándole
importancia para seguir en silencio escuchando las suplicas y gritos de socorro
que emanaban del interior de aquella habitación.
– No
entiendo tú sentido del humor. – Se quejó Fuu.
…Casa oculta bajo el puente Cry ~ Konoha…
Naruto
había despertando encontrándose con Sasuke dormido sobre su pecho y con cuidado
lo retiro dándose cuenta que los ojos de Uchiha estaban húmedos, algo hinchados
y enrojecidos.
Uzumaki
tocó el rostro de su novio con preocupación y dulzura, preguntándose si había
soñado algo que ocasionó aquello.
Sasuke
despertó al sentir la caricia y sin más, se lanzó al cuello del rubio que no
dudó en abrazarlo mientras se sentaba sobre el viejo colchón en el que habían
dormido.
–
Naruto, ayer yo... – Sasuke sentía como un grueso nudo se formaba en su
garganta pero con la necesidad de contarle lo ocurrido al rubio.
–
Tranquilo Sasuke, estoy contigo. No me voy a ir, te lo prometí. – Naruto
pretendía relajar a su novio que se abrazaba a él con más fuerza y podía sentir
aquel cuerpo temblar en un intento de no soltarse a llorar.
– Naruto,
perdóname... – Se disculpó en un susurró el Uchiha para hundir la cabeza en el hombro
de su pareja dónde comenzó a derramar lágrimas, sin lograr retenerlas por más
tiempo.
–
¿Sasuke, qué te pasa y por qué me pides perdón? Yo no tengo nada que perdonarte
sino todo lo contrario. – Habló el rubio atrayendo el cuerpo del chico en sus
brazos, sintiendo como este se estremecía ante sus palabras. – Sabes que puedes
confiar en mí y contarme todo aquello que te preocupa, nos dijimos que no nos
guardaríamos nada. Confía en mí, amor. – Pidió besando el blanco cuello de su
compañero.
– Naruto…
Ayer, ayer un sujeto me forzó a besarlo...– Confesó el Uchiha apretando su
agarre en el contrario.
– ¿Te
hizo algo más aparte de besarte?.– Preguntó con aspereza Naruto apretando con
fuerza su mandíbula mientras cerraba sus hermosos ojos azules con enfado por
saber que alguien fuera de capaz de tal abuso.
–Yo,
yo no quería...él me estaba tocando... y tuve que usar mi poder
para...quitármelo de encima... y luego, huí hasta la salida del alcantarillado...
donde te esperé. – Terminó por revelar Sasuke mientras se soltaba a llorar en
el hombro de Naruto. – Yo...tenía miedo de que ese… me hubiese seguido…y luego
tú… – Continuaba farfullando mientras sollozaba.
–
Sasuke, tú no eres el culpable de que un maldito intentará propasarse contigo.
Tú no hiciste nada, te creo y confío en ti. – Respondió el chico de marcas en
las mejillas al sentir que su novio había estado demasiado expuesto al peligro
y que había acumulado mucha tensión que no era bueno para su estado. – Te amo y
no podría odiarte por ser la víctima de un depravado Puedo estar molesto por lo
ocurrido pero no contigo, tú eres inocente, no hiciste nada malo. Ahora, estás
conmigo y aquí nadie va a hacerte nada que no quieras. No voy a obligarte a
nada y lo sabes. – Susurró acariciando la espalda del elemental para calmarlo.
–
Gracias, Naruto.– Agradeció despegando su cabeza del hombro contrarío para
mirar a su novio con una nítida sonrisa en su cara empapada de las
pequeñas gotas saladas que salían de sus
oscuros ojos pero dicha sonrisa no duró demasiado y rompió en llanto.
El
rubio solo pudo abrazarlo, deseaba que Sasuke borrara toda esa mala
experiencia, todo lo malo que había ocurrido el día anterior.
Naruto
comenzó a acariciar la espalda de su compañero, sintiendo como poco a poco se
calmaba el llanto aunque sabía que las lágrimas no se habían detenido de caer
de los ojos del Uchiha.
Sin
embargo, la escena y ambiente de reconformación de la pareja fue rota por unos
golpes en la puesta de la habitación que ocupaban.
–
Reunión urgente en la sala. – Fue la voz de Pain la que se escuchó detrás de la
puerta. Luego, escucharon los pasos del hombre de cabello naranja alejarse la
alcoba, debido al crujir de la vieja madera del suelo.
–
Debemos bajar, Sasuke, seguro que es para que la vieja Tsunade nos cuente todo.
– Informó Naruto a su novio mientras se levantaba de aquella pequeña y añeja
cama en la que habían pasado la noche. – ¿Te encuentras mejor?, no quiero que
bajes si te sientes mal, puedes quedarte aquí y... – Habló con preocupación el
rubio pero el elemental abrió con cansancio sus negros ojos y emitió un
gruñido.
–
Estoy un poco agotado. – Afirmó con un bostezo. – Pero puedo ir, también quiero
saber que es lo que tiene que decir el oráculo.
– Está
bien pero no te sobre esfuerce, si te sientes muy cansado o mal, regresas a
descansar. No quiero que sigas exponiéndote tanto. – Indicó el chico de
marquitas en el rostro y haciendo enrojecer de vergüenza al Uchiha.
– Está
bien. – Aceptó el moreno formando un leve curvatura ascendente en sus labios.
– Te
quiero. – Naruto besó la frente de Sasuke. – Voy a ir al baño y regreso. –
Comentó antes de dejarlo solo en aquella habitación.
Sasuke
se dirigió hasta el viejo tocador que había en la habitación, donde
comenzó peinar su largo pelo azabache
para después sujetarlo con una cinta que encontró en uno de los cajones y
hacerse una coleta alta para cuando llegó Naruto, había termina de hacerse el
recogido para bajar los dos a la sala.
…~…
La
sala no era muy grande y en ella ya se encontraban todos; a un lado, estaba
todo lo que había quedado de Akatsuki, Hidan y Kakuzu, habían llegado a Hotaru
después de la explosión del albergue, encontrándose con Pain y los demás por el
camino antes de dirigirse hasta ahí.
Al
otro lado de la sala, estaba Tsunade, Kakashi, Moegi y Sakura con su pequeña.
–
¿Dónde está, Itachi?. – Preguntó Sasuke al percatarse que su hermano no se
encontraba en el lugar.
– Sasuke,
es algo complicado. Yo… luego ha…– Intentó decirle Naruto.
–
Muerto, ¡Itachi está muerto!. – Soltó Hidan interrumpiendo Naruto viendo como
este se estaba tomando una eternidad para decirle la verdad al otro chico.
Sasuke
debido al shock, ocasionado por las palabras del hombre adorador de Jashin, se
desmayó pero que por suerte, Sasuke no llegó a tocar el suelo porque unos
fuertes y protectores brazos consiguieron atrapar su cuerpo en la vertiginosa
caída.
Naruto
fulminaban a Hidan por contar con tan sin delicadeza la noticia a Sasuke.
…Mansión Hyuuga ~ Konoha…
Hiashi
estaba en uno de los jardines en el que crecían innumerables flores de color
blanco entre ellas, destacaban un frondoso rosal sembrado estratégicamente en
el centro del jardín.
+_+_+_Flash Back+_+_+_
–
Padre, ¿por qué en este jardín todas las flores son blancas?. – Preguntó una
pequeña niña de cinco años.
El hombre
sonrió a la pequeña y tomó la mano de la niña para guiarla hasta el centro de
este, donde estaba el frondoso rosal blanco.
–
Hanabi, el blanco es el color de los Hyuuga. Significa nuestro honor, nuestra
grandeza y nuestro poder y este lugar, es un símbolo de quienes somos porque el
blanco es el color de la verdad absoluta. Por eso, no todas las flores son de
color blanco y tampoco aquellas que son blancas, poseen la misma tonalidad
blanca sino que también es el mayor de todos los jardines de la casa porque
aquí fue donde se fundó y creció nuestro clan, pequeña. – Explicó Hiashi con
paciencia a la pequeña niña que prestaba atención a cada palabra dicha por el
mayor. – Cuando seas mayor lo entenderás, Hanabi. – Dijo con una sonrisa al ver
la cara de no entender lo que le explicaba a su hija menor para acercarse y
cortar una de las enormes rosas blancas del rosal y dársela a la niña que no
dudó en aspirar el aroma de la flor.
–
Gracias, padre. – Agradeció con una sonrisa antes de hacer una reverencia y
comenzar una bonita canción infantil mientras cogía nuevamente la mano del
mayor que la miraba con cariño.
+_+_+_End Flash Back+_+_+_
–
Señor. – Llamó un sirviente rompiendo el hermoso recuerdo del líder Hyuuga. –
Me han dado esto para usted. – Dijo entregándole una carta para retirarse.
Hiashi
abrió la carta y leyó lo escrito para terminar
arrugando con fuerza el papel.
– Así
que esa muestra era falsa. – Gruñó el líder abandonado el jardín.
…Isla Luna…
Shizune
se levantó de la cama, viendo el cuerpo desnudo que dormía profundamente a su
lado después de tener sexo, y sus emociones volvieron a arremolinarse en su
vientre, recordándole que estaba viva pero al mismo tiempo muerta.
La
mujer negó con su cabeza intentando despejar esos sentimientos que solían
hinundarla para vestirse con un sencillo traje verde oscuro y se pasó sus dedos
a forma de peine para colocar su revuelto pelo azabache, sin preocuparse por
ponerse ropa interior o algún tipo de calzado e hizo un clon que dejó en esa
habitación para ella, la original, marcharse con una pequeña bolsa de tela salmón.
–
Quédate aquí y acuéstate junto a él. – Le indicó la mujer en voz muy baja a su
clon, quien enseguida se desnudó para acostarse al lado del hombre mientras la
verdadera Shizune salía sin hacer ruido de la habitación.
– Umm…
¿Shizune…? – Murmuraba aun adormitado Mitzuki girando su cabeza al lado en el
que suponía estaba la morena.
– No
pasa nada. Aquí estoy, a tu lado. – Murmuró el clon sobre los labios del hombre
antes de darle beso para seguir durmiendo.
…Casa oculta bajo el puente Cry ~ Konoha…
Naruto
había dejado a Sasuke en la habitación antes de regresar donde estaba el resto
y poder saber lo que se iba a hablar en aquel lugar.
Cuando
el rubio volvió a la sala, no pudo reprimir volver a mirar a Hidan con severidad
pero el hombre de cabello blanco sólo le sonrió como si no hubiera hecho nada,
después de abrir su boca sin preocuparse de cómo afectaría a Sasuke el conocer
el que su hermano había muerto.
–
¿Cómo está Sasuke?. – Se atrevió a preguntar Moegi mirando al Uzumaki que tomó
asiento junto a la mujer de cabello rosa que lo había acompañado hasta el
cuarto en el que ahora, estaba descansando el moreno.
–
Podría estar mejor. – Contestó el rubio a la adolescente que sintió esas
palabras como un regaño y bajó el rostro en forma de una disculpa silenciosa.
– Por
favor, Tsunade, ¿podría contarnos lo que ocurre?. – Pidió Pain intentando
cambiar de tema.
– Por
supuesto. – Respondió la aludida. – Ahora estamos en una situación crítica en la
que nos ha dejado el chico que escapó de CING. – Comenzó a explicar la rubia.
– ¿Se
refiere al de la muestra?. – Curioseó Kakuzu recibiendo una afirmación por
parte de la anciana.
– Se
llama Sai. – Recordó Naruto de mala gana.
–
Bueno, ese chico aun está siendo perseguido por Raíz, pero eso no es lo
importante. – Tsunade tomo un poco de aire antes de continuar. – Los Hyuuga y
los Hebis se están movilizando y todo apunta a que van en busca de Raíz para
acabar con la organización. – Contó apretando sus puños.
– ¿Y
qué? Por fin esos idiotas hacen algo que beneficiará a personas que son como
ellos. – Dijo el hombre de ojos violetas cruzándose de brazos.
– ¿¡ES
QUÉ NO COMPRENDES LO QUE SIGNIFICA!?. – Gritó Sakura levantándose de su lugar y
mirando a Hidan con furia.
– Que
por fin nos libraremos de un grano en el culo llamado Raíz. – Refutó el hombre
adorador de Jashin levantándose de su asiento, también.
–
¡Imbécil!. – Escupió Kakuzu recostándose en el lugar que estaba, hasta hace
unos segundos, Hidan.
– ¿Tú
de qué parte estas?. – Inquirió el hombre de ojos violetas a su compañero,
señalándolo con su dedo índice aunque este no le respondió.
– Es
que no entiendes nunca, Hidan, hmm. – Afirmó Deidara que se había mantenido
callado hasta ese instante. – Si ellos se meten con Raíz, estallará una guerra donde
las personas con un don terminarán perjudicados, hmm. – Explicó el rubio de
coleta a su compañero.
–
Exacto. – Confirmó Tsunade. – Y lo peor, es que ya ha comenzado. – Comunicó
llamando la atención de todos los presente.
– ¿A
qué se refiere con que ya ha empezado?. – Se atrevió a preguntar Konan con preocupación.
– Los Hyuuga
ya están moviendo sus hilos y Hebi se está preparando. Es cuestión de minutos
que empiecen a moverse porque ya tienen sus objetivos marcados. – Aclaró la mujer
de ojos castaños.
– ¿Qué
podemos hacer nosotros para que esto no vaya a más? Porque presiento que toda
esta información es para que intervengamos e intentar que la guerra no aparezca.
– Examinó Kakashi que se encontraba sentado en el reposabrazos del sofá en el
que estaba sentado Naruto, viendo como la mujer mayor sonreía.
– Veo
que no se te escapa nada, Kakashi. – Apuntó la Senju poniendo sus brazos en jarra. – Una de las
formas de detenerlos y que sería más rápido, sería ir a hablar con los líderes
de ambos grupos.
–
¡Pero eso es imposible! No nos harán caso por muy conocido que sea Akatsuki, no
querrán escucharnos y es probable que quieran matarnos tan sólo vernos, por
estar involucrados en lo del albergue. – Expuso Konan apretando la mano de Pain
con fuerza.
–
Tienes razón. – Confirmo la anciana a sus palabras. – Yo misma me disponía a
hablar con los Hebis antes de lo ocurrido en Hotaru pero con la muerte de mi
viejo amigo Jiraiya, es imposible que Orochimaru me escuche. Yo sé que le caigo
mal.
–
Pues, sino podemos establecer una tregua con esas dos bandas de forma
diplomática ¿¡qué mierda haremos!?. – Exclamo Hidan cansado de tanto parloteo y
de que no fueran directos al grano.
– A
eso iba. – Dijo molesta Tsunade por la interrupción. – No podemos intentar
convencerlos porque ambos grupos han cambiado de objetivo por uno en común.
Tanto los Hebis como los Hyuuga desean enfrentarse a Raíz para matar a Danzou
pero debido a como están afectados por una pérdida importante de cada bando.
Los líderes no acogerán la idea de aliarse y será una batalla de supervivencia
donde acabará en una guerra entre humanos normales y humanos con don. – Suspiró
con cansancio la mujer rubia. – Lo único que podemos hacer, es encontrar a ese
chico, Sai.
– Sigo
sin entender ¿para qué lo necesitamos y cómo es que no estás segura que murió
en ese incendio o qué esos perros de Raíz continúan buscándolo? – Insinuó Hidan
molesto por lo que estaban barajando en esa sala.
– Soy
un oráculo, creo que con eso te lo digo todo. – Completó la rubia molesta por
toda la insulsa perorata que soltaba el hombre adepto de Jashin.
–
Vieja Tsunade. – Llamó Naruto que no había abierto la boca en toda la
discusión. – ¿Ves nuestro triunfo si intervenimos?.
La
mujer cambió su rostro molesto por uno más relajado y morderse un poco su labio
inferior para negar con la cabeza.
– Veo
el combate, tanto si estamos con ello como si no, pero el único futuro que no
puedo distinguir con claridad el final, el futuro es muy volátil y a cada
decisión o acto cambia. – Afirmó la mujer agachando su cabeza para mirar el
suelo. – Puedo ver la muerte, el sufrimiento lo que nos espera si no
intervenimos es la muerte. – Tsunade levantó la cabeza y miró a su alrededor
hasta encontrar los ojos de Moegi. – He visto como mi nieta intenta huir y
muere por un disparo en su espalda, como Pain es descuartizado al intentar
proteger a Deidara o como tú, te arrastras desangrado hasta una escalera donde
finalmente, mueres por un disparo en tu cabeza. – Se llevo las manos a la cara
después de señalar a Deidara contándole un posible final. – Puedo ver como cada
uno de los que nos encontramos aquí perecemos. Incluso, veo mi propia muerte al
caer de la quinta planta de un edificio en construcción en Sora no Aoi.
El
rubio de marcas en las mejillas se levantó de donde estaba sentado y se marchó
de la sala, ante la atenta mirada de todos los presente.
– Pero
el futuro siempre puede cambiar. Siempre podemos tener una oportunidad de que
eso no ocurra, ¿verdad, abuela?. – Preguntó Moegi acercándose a la Senju y abrazándola por la
cintura.
– Sí,
pequeña. Nosotros somos los responsables de cambiar las visiones que tenemos
con los hechos del presente. – Respondió la anciana palmeando dulcemente la
cabeza naranja de la adolescente.
– Creo…
que la reunión ha terminado. – Concluyó Kakashi para salir de la sala seguido
de los demás dejando solas a ambas mujeres, nieta y abuela.
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