sábado, 10 de junio de 2017

Ocultando nuestra naturaleza ~ Cap. 15

-Dogma íntimo.-

…Barrio Hotaru ~ Konoha…

– ¡MOEGI!. – Gritó Tsunade al ver a su nieta acurrucada en el suelo.

– ¡ABUELA!. – Chilló de la misma manera la adolescente mientras se levantaba del suelo y corría a los brazos de Tsunade para abrazarse.

– Te he echado tanto de menos. – Murmuró la mujer de grandes pechos abrazando a su nieta.

Kakashi se quedo mirando la escena, al igual que Sakura, mientras que Pain se acercó a Konan.

– Pain… – Fue la mujer de cabello azul la que se atrevió a hablar.

El hombre de cabello naranja movió su cabeza dando a entender lo sucedido con sus compañeros.

Konan se llevó sus manos a la boca y comenzó a llorar. En ese momento el hombre de ojos ondeantes abrazó a la mujer que ocultó su rostro en el pecho de su compañero y amante mientras desahogaba su tristeza por la pérdida de sus compañeros.

Naruto se acercó, con un Sasuke colgado de él como un koala agarrado a un árbol.

– ¿A pasado algo?. – Preguntó el Uzumaki mirando a Pain.

– No sé todos los detalles pero al parecer a habido una trifulca en el albergues que nos esperaban antes de ir a encontrarnos con Hidan y Kakuzu. Aparecieron los Hebi, Hyuuga y Raíz y terminó en eso. – Reveló Pain con una mirada significativa de lo que había pasado con sus compañeros.

– Entiendo. – Pronunció el Uzumaki apretando a su pareja que aún estaba en un estado de ausentismo en el que no parecía estar escuchando lo que pasaba a su alrededor pero por ahora, no debía de preocuparse de explicarle a Sasuke que su hermano había fallecido aunque sabía que pronto debería hacerlo.

– Tenemos que irnos de inmediato a encontrarnos con ellos ¿seguiréis con nosotros o iréis ya por vuestra cuenta?. – Preguntó el líder de Akatsuki con la mujer de cabello azul aun sollozando en su regazo.

– No tenemos a donde ir desde que Raíz nos comenzó a seguir para encontrar a Sai, así que seguiremos por el momento con ustedes. – Respondió el Uzumaki para mirar a su pareja que parecía estar quedándose dormido en su regazo. – Aunque no sé qué hará ella o los demás. – Naruto señaló a Sakura y luego a Moegi con su abuela y Kakashi.

Sakura se acercó con su rostro triste y miró al pelirrojo que tiritaba de fiebre en el suelo.

– ¿Qué le ocurrió?. – Preguntó sin apartar la vista de Sasori.

– Está herido. Raíz consiguió dispararle en el brazo. Por eso, tenemos que irnos para poderlo ayudar. – Explicó Pain.

Sakura se acercó al pelirrojo y miró a Deidara.

– ¿Puedes cogerla un momento?. – Le pidió al rubio de coleta que cogió a la pequeña Aya.

Sakura cerró sus ojos y acercó sus manos al brazo dañado donde comenzó a trasferir su poder para cerrar la herida de Sasori.

– No te preocupes, es una sanadora. – Reveló Naruto viendo como Pain iba a decir algo por lo que estaba haciendo la mujer a su compañero herido.

Tsunade junto a su nieta y Kakashi se acercaron al grupo, en el instante que la Haruno terminó de cerrar la herida del brazo del pelirrojo.

– Ya no tiene herida pero debe tratarse médicamente para poder bajar la fiebre que le causó la infección. – Explicó Haruno a Deidara volviendo a cargar a la niña.

Los pocos miembros de Akatsuki asintieron con la cabeza y Deidara no dejaba de agradecer.

– ¿Qué piensas hacer?. – Preguntó el Uzumaki a la demacrada mujer de ojos verdes.

– Todos debemos estar juntos si queremos sobrevivir. Debemos estar preparados para lo que se nos viene encima. – Interrumpió la Senju alarmando a todos y mirando al rubio que abrazaba a Sasuke para sonreírle. – ¿Cuánto tiempo, Naruto? La última vez tan solo eras un mocoso de seis años.

– Lo mismo digo Tsunade, Kakashi. – Les saludó el chico de marquitas en el rostro viendo como el Hatake levantaba su mano derecha en señal de saludo.

– ¿A qué se refiere?. – Inquirió el líder de Akatsuki interrumpiendo el reencuentro.

– Digamos, que por el momento las aguas son tranquilas pero lo que el futuro describe no es nada bueno. – Le contestó la mujer. – Solo si estamos todos unidos lograremos superar lo que se avecina.

…Mansión Hyuuga ~ Konoha…

Neji caminaba con el cuerpo de la menor seguido de una Hinata que se iba apoyando en las paredes del pasillo manchándolas de sangre, debido a su herida.

– Ne-Neji… – Llamó Hinata en un murmullo casi inaudible, al mismo tiempo que se estrellaba contra el duro suelo de madera.

Neji miró atrás como su prometida estaba desmayada en el suelo, por la gran pérdida de sangre.

– ¡HINATA!. – Gritó Neji acercándose a la chica.

Ante el grito del hombre castaño apareció un sirviente encontrándose con todo el panorama que protagonizaban los jóvenes.

– Ayúdame y carga a Hinata, hay que curarla rápido. Está herida. – Ordenó cuan vio al hombre que miraba petrificado la escena.

El sirviente asintió y se llevó a la morena para atenderla. Mientras tanto, Neji continuó su camino hasta el despacho de su tío. Cuando llego toco la puerta y la autoritaria voz del líder del clan Hyuuga se escucho.

Neji abrió la puerta, donde estaba también su padre, ante la atenta mirada y preguntas de Hiashi pero Neji continuó hasta el escritorio donde dejo sobre el mueble el cadáver.

– Lo siento mucho, no pude hacer nada para protegerla. – Reveló con tristeza en la voz, Neji.

– Mi hija…– Pronunció Hiashi abrazando el menudo cuerpo de Hanabi.

Neji pretendía abandonar el despacho de su tío para estar junto a su prometida ya que era su deber cuidar de ella pero antes de que pudiese salir por la puerta, fue detenido por la angustiante voz de su tío.

– ¿Y Hinata?. – Preguntó el líder Hyuuga con la voz rota por la pérdida de su hija.

– Ella… ella está herida, la están atendiendo en estos momentos. Ahora, voy a ir con ella. – Confesó el más joven de los hombres que se encontraban en la sala con un grueso nudo en la garganta viendo como su tío asentía con la cabeza para poder abandonar la habitación.

…Base 10 ~ Konoha…

Amaru estaba dentro de una de las habitaciones del lujoso edificio de cristal que pertenecía a Raíz, en espera de la llegada de los rastreadores para usar su don a los heridos.

La pelirroja estaba completamente desnuda preparada para utilizar su poder al herido mientras degustaba una copa de delicioso champagne procedente del País de Las olas.

Iba tomar otro sorbo de aquel líquido burbujeante y de color dorado cuando la puerta se abrió dejando ver a Torune y Fuu que cargaban a un Danzou agonizante.

– Date prisa, Amaru. – Exigió Fuu sacándole el pantalón al inconsciente hombre junto a la ropa interior para que la pelirroja pudiese hacer su trabajo.

– ¡Uigh…! Esta son las cosas que no me gustan de mi don y la forma que tengo para usarlo. – Afirmó la mujer.

– Cuidado con lo que dices, Amaru. Él es el líder de Raíz, en otras palabras, es tu jefe, así que ya sabes que hacer. – La interrumpió Torune antes de salir de la habitación junto a Fuu.

La pelirroja miró con asco al anciano antes de dejar la copa a un lado y coger la botella de champagne y tomar un gran trago para ir a la cama donde habían dejado a Danzou.

…Almacén de la zona industrial ~ Konoha…

Habían llegado a la propiedad y Orochimaru se había encerrado en la habitación, que hasta esa misma mañana, compartía con su cónyuge felizmente.

– ¿Creéis qué dadá estará bien?. – Preguntó angustiada Karin mirando la puerta del cuarto donde se había encerrado su progenitor.

– No lo sé. – Respondió Kabuto mirando también la puerta.

– Dadá nos necesita más que antes. Ahora que nuestro padre a muerto, él querrá que le ayudemos. – Afirmó Kimimaru apretando sus puños con fuerza.

Los otros dos asintieron para ir a curar sus heridas.

…Calles de Konoha…

Suigetsu había llegado a una calle oscura sin ninguna farola que alumbrase el camino. El hombre de cabello azul aun llevaba a un callado Sai en sus brazos.

Hozuki siguió caminando hasta dar con un enorme vehículo, nada más y nada menos, que de una autocarabana un tanto vieja.

Suigetsu se acercó hasta la puerta que al empujarla un poco se abrió para que pudiese subir con la persona que llevaba en brazos.

– Esta es mi casa y también, la tuya desde hoy, ratoncito. – Susurró meloso el hombre de dientes de sierra.

Sai solo se estremeció ante las palabras de su secuestrador y cerró fuertemente los ojos para no ver a donde lo había llevado.

– Estoy seguro de que te encantara este nidito de amor– Rió estrepitosamente el morfo, mientras llevaba al moreno por el pasillo de la casa móvil hasta llegar a una vieja cama con algunas mantas y sabanas añejas, algo roídas por el paso del tiempo.

Suigetsu tumbó al moreno sobre la cama para después dirigirse a la puerta que había dejado abierta y cerrarla con llave para volver al lado del confusor en medio de la oscuridad. Se tumbó a un lado de Sai y comenzó a acariciar con un dedo el blanco rostro del chico. Hozuki pudo notar el tacto áspero de la mejilla del hombre de ojos negros debido a que era donde crecía la barba. Continuó dibujando la mandíbula de Sai hasta llegar a los subes y partidos labios.

– Cada vez que te miro no puedo evitar pensar que eres muy lindo. – Susurró Suigetsu antes de besar con fiereza los labios de un asustado confusor.

Sai derramó silenciosas lágrimas intentando ignorar la presencia y el tacto del otro hombre mientras agarró con fuerza la manta que lo envolvía, sabiendo que se repetiría lo ocurrido hace unas horas atrás y no tenía fuerza para defenderse o usar su poder para huir de esa situación.

…Isla Luna…

Shizune leía atentamente aquella nota que había arrebatado de la pata del ave mensajera que esperaba en la ventana de la habitación que ocupaba en CING pero la mujer no se percató del animal hasta que despertó.

– Shizune… – Llamó Yamato que se había acabado de levantar del lecho de la morena mientras se acercaba a la mujer. – Me tengo que ir. – Anunció el hombre comenzando a recoger su ropa del suelo y vestirse.

– Date prisa y sal de aquí antes de que aparezca Mizuki. – Fue la simple respuesta de la mujer.

– ¿Por qué no le dices la verdad? Estoy cansado de esta situación. – Reprochó el hombre de cabello castaño.

– Sabes que sólo es por conveniencia mi relación con él y tampoco puedo dejarlo sin más. – Contestó dándose la vuelta y quedando frente al hombre.

– Lo sé pero es difícil continuar con esto. – Yamato susurró mientras se abotonaba la camisa marrón.

– No seas tonto. Ya te lo he dicho muchas veces, no soy capaz de amar a nadie después de que me arrancaron el corazón con infamia, crueldad y mentiras. – Habló Shizune arrugando con fuerza el pequeño papel en sus manos.

– Entiendo que no puedas confiar en un hombre después de lo que hizo tu marido para complacer a su hermano pero yo no soy Hizashi. Deberías de recordarlo e intentar buscar tu camino, quizás si te lo permitieras podrías ser feliz, Shizune. – Expuso el hombre acercándose a la morena que había adquirido un semblante inexpresivo y rígido. – Eres consciente de que puedes confiar en mí y en que no voy a fallarte. No haría lo que te hicieron, yo te quiero. – Susurró acariciando la blanca mejilla para llevarse a su paso un mechón de pelo oscuro que peinó hasta la pequeña oreja de Shizune.

– Deberías poner tus esfuerzos en otra mujer y no en una muñeca rota, Yamato. – Miró al hombre de pelo castaño frente a ella para apoyar su mano libre en la contraria que acariciaba su rostro con mimo. – No debiste haberme seguido hasta este lugar. Tú tenías que haberte quedado en Konoha, continuar sirviendo a los Hyuuga hasta que encontrases un trabajo mejor y una esposa que te ame y proporcionara la familia que anhelas.

– No puedo querer nada de eso. No si esa persona no seas tú. – Habló Yamato con ternura notando como la morena se alejó de él rompiendo el contacto físico.

– Sabes que yo no puedo traer más vidas a este mundo después de aquello. – Confesó tocando su vientre estéril para derramar unas silenciosas lágrimas. – ¡VETE!. – Gritó mostrando su rostro contraído por el dolor a Yamato.

– Lo siento, no debí decir eso yo… – Pero el hombre no terminó cuando otro gritó de la morena se escuchó en aquel cuarto pidiendo que se fuera y con la cabeza baja, abandonó el lugar dejando que Shizune soltara la amargura que albergaba su alma.

…En una casa oculta bajo el puente Cry ~ Konoha

Sasuke se despertó sobresaltado con la respiración agitada y el rostro sudoroso.

La mirada del Uchiha se giró hacia el lugar del que provenían ruidos, que presentía era mucho más fuerte de lo que podía percibir, y entonces, se dio cuenta de que no estaba en su hogar, ni la casa de Sakura, ni bajo el casino o el albergue al que lo acompañó su hermano. El chico miró a su alrededor y suspiró al ver a su novio durmiendo a su lado, el encontrar al Uzumaki ocasionó que se calmara mientras se recostaba sobre el pecho de Naruto.

Sasuke se concentró en el latido del corazón de su compañero pero como si su mente estuviese esperando ese instante de calma, todo lo sucedido el día anterior, pasó por su cabeza como un rayo deslumbrante.

Sasuke apretó el suéter del Uzumaki con fuerza, el recuerdo como aquel sujeto intentó propasarse con él y luego, una vaga memoria de escuchar un fuerte estruendo y personas hablando sobre algo acerca de muertos y heridos pero, por alguna extraña razón desconocida para el moreno, ese recuerdo pinchó en su corazón con fuerza, como si hubiese pasado algo importante que le afectaba pero estaba ignorando.

Naruto aun dormido rodeó el cuerpo del Uchiha con sus brazos, sin percatarse del estado emocional de su pareja.

– Sasu…ke. – Susurró dormido el quinetico.

…Mansión Hyuuga ~ Konoha…

El pequeño cuerpo de la adolescente fallecida era sepultado en el mausoleo de la familia Hyuuga, donde el líder del clan miraba con dolor el lugar donde el cuerpo de su pequeña hija iba a reposar eternamente, sin volverla a ver o a escuchar su voz para pedirle algún capricho. A su lado izquierdo, estaba su hermano y amante brindando su apoyo a la triste pérdida mientras que al lado derecho de Hiashi, se encontraba una llorosa Hinata que se mantenía de pie gracias a una muleta en la que recargar su peso junto a Neji con el rostro compungido por el dolor de la muerte.

– ¿El mensaje fue enviado?. – Preguntó Hiashi a su hermano, escuchando como todos los presente que habían asistido al funeral de su hija se alejaban para hacer sus tareas, pero  sin apartar la miraba de la sepultura.

– Sí. – Fue la escueta respuesta de Hizashi.

– Bien, puedes retirarte necesito estar solo. – Pidió mirando la tumba de su difunta esposa al lado de la de Hanabi.

Hizashi no dijo nada, solo apretó sus puños antes de salir gruñendo de aquel lugar con incomodidad.

…En la auto-caravana ~Konoha…

Suigetsu terminaba de abrochar su pantalón de cuero violeta oscuro que se puso con una radiante sonrisa después de haber podido desfogar su carga sexual.

El chico de  cabello azul se giró y miró el maltratado cuerpo de Sai que dormía después de que su tortura hubiese acabado. Acarició los ébanos cabellos del chico antes de cubrirlo con la manta.

– No te dejaré ir de mi lado, ratoncito, aun y cuando sea tu padre el que reclame tu presencia. – Murmuró Hozuki antes de avanzar hacia la salida del vehículo mientras tomaba las llaves junto a un encendedor y una cajetilla de tabaco. – Te he esperado durante mucho tiempo y por fin, yo podré cuidar de ti. – Finalizó Suigetsu antes de cerrar la caravana pensando en que sus palabras no habían sido escuchadas pero cuando el “clic” de la puerta metálico se escuchó, Sai abrió los ojos, apretando con fuerza las sucias telas que lo cubrían.

– ¿Quién eres…?. – Preguntó a la soledad el confusor completamente asustado y comenzando a soltar silenciosas lágrimas, por la declaración que el morfo había hecho.

El hombre de ojos violeta había subido a la parte delantera del auto caravana, después de fumar un cigarrillo, donde se encontraba la cabina del vehículo, y arrancarlo, haciendo que el motor rugiera mientras abandonaban el estacionamiento.

– No te preocupes, ratoncito, Danzou no nos encontrará. – Farfulló contento el Hozuki para acabar carcajeándose mientras conducía aquel enorme vehículo.

…Almacén de la zona industrial ~ Konoha…

Orochimaru no había salido de aquella habitación que había compartido con su entusiasta esposo y ahora, esa misma alcoba parecía ser más inmensa, fría y silenciosa.

El hombre de ojos dorados no había podido pegar ojo debido al llanto que el recuerdo de ver a Jiraiya muerto lo atormentaba y las últimas palabras continuaban revoloteando en su cabeza mientras que en otra habitación, específicamente en la de Karin, los hermanos se encontraban reunidos.

– ¿Aún no ves nada, Karin?. – Preguntó Kimimaru sin dejar de lanzar al aire la pequeña pelota que tenía entre sus manos.

– No es tan fácil, estoy buscando a ese maldito viejo pero esos perros deben de haberse escondido bien. – Farfulló molesta la pelirroja haciendo un mohín.

– Quizás murieron. – Dijo Kimimaru deteniendo el lanzar la pelota.

– Cuando, nos marchamos de ese lugar no vi su cuerpo. Debieron huir en medio del alboroto pero sería alentador saber que están muertos. – Intervino Kabuto, quien se quitó las gafas que usa para limpiar el cristal con el borde de su camisa.

– Eso sería demasiado bueno para ser real. – Afirmó Karin mientras negaba con la cabeza.

…Base 10 ~ Konoha…

Se podía escuchar gritos de dolor y pidiendo ayuda en el interior de aquella habitación en la que se encontraba Danzou con Amaru.

– ¿Sabes? Hay veces que siento lastimas por las personas que terminan en la misma cama que Danzou. – Comentó Fuu escuchando los alaridos de dolor de la mujer.

– ¿Es qué estas celoso de no ser tú el que tiene a ese viejo entre las piernas?. – Preguntó con enfado Torune.

– ¿¡Qué?! Yo no soy gay, tengo novia, Miku san. – Afirmó Fuu con enfado ante el cuestionamiento de su compañero.

– Tan solo era una broma, cálmate. – Torune se encogió de hombros quitándole importancia para seguir en silencio escuchando las suplicas y gritos de socorro que emanaban del interior de aquella habitación.

– No entiendo tú sentido del humor. – Se quejó Fuu.

…Casa oculta bajo el puente Cry ~ Konoha…

Naruto había despertando encontrándose con Sasuke dormido sobre su pecho y con cuidado lo retiro dándose cuenta que los ojos de Uchiha estaban húmedos, algo hinchados y enrojecidos.

Uzumaki tocó el rostro de su novio con preocupación y dulzura, preguntándose si había soñado algo que ocasionó aquello.

Sasuke despertó al sentir la caricia y sin más, se lanzó al cuello del rubio que no dudó en abrazarlo mientras se sentaba sobre el viejo colchón en el que habían dormido.

– Naruto, ayer yo... – Sasuke sentía como un grueso nudo se formaba en su garganta pero con la necesidad de contarle lo ocurrido al rubio.

– Tranquilo Sasuke, estoy contigo. No me voy a ir, te lo prometí. – Naruto pretendía relajar a su novio que se abrazaba a él con más fuerza y podía sentir aquel cuerpo temblar en un intento de no soltarse a llorar.

– Naruto, perdóname... – Se disculpó en un susurró el Uchiha para hundir la cabeza en el hombro de su pareja dónde comenzó a derramar lágrimas, sin lograr retenerlas por más tiempo.

– ¿Sasuke, qué te pasa y por qué me pides perdón? Yo no tengo nada que perdonarte sino todo lo contrario. – Habló el rubio atrayendo el cuerpo del chico en sus brazos, sintiendo como este se estremecía ante sus palabras. – Sabes que puedes confiar en mí y contarme todo aquello que te preocupa, nos dijimos que no nos guardaríamos nada. Confía en mí, amor. – Pidió besando el blanco cuello de su compañero.

– Naruto… Ayer, ayer un sujeto me forzó a besarlo...– Confesó el Uchiha apretando su agarre en el contrario.

– ¿Te hizo algo más aparte de besarte?.– Preguntó con aspereza Naruto apretando con fuerza su mandíbula mientras cerraba sus hermosos ojos azules con enfado por saber que alguien fuera de capaz de tal abuso.

–Yo, yo no quería...él me estaba tocando... y tuve que usar mi poder para...quitármelo de encima... y luego, huí hasta la salida del alcantarillado... donde te esperé. – Terminó por revelar Sasuke mientras se soltaba a llorar en el hombro de Naruto. – Yo...tenía miedo de que ese… me hubiese seguido…y luego tú… – Continuaba farfullando mientras sollozaba.

– Sasuke, tú no eres el culpable de que un maldito intentará propasarse contigo. Tú no hiciste nada, te creo y confío en ti. – Respondió el chico de marcas en las mejillas al sentir que su novio había estado demasiado expuesto al peligro y que había acumulado mucha tensión que no era bueno para su estado. – Te amo y no podría odiarte por ser la víctima de un depravado Puedo estar molesto por lo ocurrido pero no contigo, tú eres inocente, no hiciste nada malo. Ahora, estás conmigo y aquí nadie va a hacerte nada que no quieras. No voy a obligarte a nada y lo sabes. – Susurró acariciando la espalda del elemental para calmarlo.

– Gracias, Naruto.– Agradeció despegando su cabeza del hombro contrarío para mirar a su novio con una nítida sonrisa en su cara empapada de las pequeñas  gotas saladas que salían de sus oscuros ojos pero dicha sonrisa no duró demasiado y rompió en llanto.

El rubio solo pudo abrazarlo, deseaba que Sasuke borrara toda esa mala experiencia, todo lo malo que había ocurrido el día anterior.

Naruto comenzó a acariciar la espalda de su compañero, sintiendo como poco a poco se calmaba el llanto aunque sabía que las lágrimas no se habían detenido de caer de los ojos del Uchiha.

Sin embargo, la escena y ambiente de reconformación de la pareja fue rota por unos golpes en la puesta de la habitación que ocupaban.

– Reunión urgente en la sala. – Fue la voz de Pain la que se escuchó detrás de la puerta. Luego, escucharon los pasos del hombre de cabello naranja alejarse la alcoba, debido al crujir de la vieja madera del suelo.

– Debemos bajar, Sasuke, seguro que es para que la vieja Tsunade nos cuente todo. – Informó Naruto a su novio mientras se levantaba de aquella pequeña y añeja cama en la que habían pasado la noche. – ¿Te encuentras mejor?, no quiero que bajes si te sientes mal, puedes quedarte aquí y... – Habló con preocupación el rubio pero el elemental abrió con cansancio sus negros ojos y emitió un gruñido.

– Estoy un poco agotado. – Afirmó con un bostezo. – Pero puedo ir, también quiero saber que es lo que tiene que decir el oráculo.

– Está bien pero no te sobre esfuerce, si te sientes muy cansado o mal, regresas a descansar. No quiero que sigas exponiéndote tanto. – Indicó el chico de marquitas en el rostro y haciendo enrojecer de vergüenza al Uchiha.

– Está bien. – Aceptó el moreno formando un leve curvatura ascendente en sus labios.

– Te quiero. – Naruto besó la frente de Sasuke. – Voy a ir al baño y regreso. – Comentó antes de dejarlo solo en aquella habitación.

Sasuke se dirigió hasta el viejo tocador que había en la habitación, donde comenzó  peinar su largo pelo azabache para después sujetarlo con una cinta que encontró en uno de los cajones y hacerse una coleta alta para cuando llegó Naruto, había termina de hacerse el recogido para bajar los dos a la sala.

…~…

La sala no era muy grande y en ella ya se encontraban todos; a un lado, estaba todo lo que había quedado de Akatsuki, Hidan y Kakuzu, habían llegado a Hotaru después de la explosión del albergue, encontrándose con Pain y los demás por el camino antes de dirigirse hasta ahí.

Al otro lado de la sala, estaba Tsunade, Kakashi, Moegi y Sakura con su pequeña.

– ¿Dónde está, Itachi?. – Preguntó Sasuke al percatarse que su hermano no se encontraba en el lugar.

– Sasuke, es algo complicado. Yo… luego ha…– Intentó decirle Naruto.

– Muerto, ¡Itachi está muerto!. – Soltó Hidan interrumpiendo Naruto viendo como este se estaba tomando una eternidad para decirle la verdad al otro chico.

Sasuke debido al shock, ocasionado por las palabras del hombre adorador de Jashin, se desmayó pero que por suerte, Sasuke no llegó a tocar el suelo porque unos fuertes y protectores brazos consiguieron atrapar su cuerpo en la vertiginosa caída.

Naruto fulminaban a Hidan por contar con tan sin delicadeza la noticia a Sasuke.

…Mansión Hyuuga ~ Konoha…

Hiashi estaba en uno de los jardines en el que crecían innumerables flores de color blanco entre ellas, destacaban un frondoso rosal sembrado estratégicamente en el centro del jardín.

+_+_+_Flash Back+_+_+_

– Padre, ¿por qué en este jardín todas las flores son blancas?. – Preguntó una pequeña niña de cinco años.

El hombre sonrió a la pequeña y tomó la mano de la niña para guiarla hasta el centro de este, donde estaba el frondoso rosal blanco.

– Hanabi, el blanco es el color de los Hyuuga. Significa nuestro honor, nuestra grandeza y nuestro poder y este lugar, es un símbolo de quienes somos porque el blanco es el color de la verdad absoluta. Por eso, no todas las flores son de color blanco y tampoco aquellas que son blancas, poseen la misma tonalidad blanca sino que también es el mayor de todos los jardines de la casa porque aquí fue donde se fundó y creció nuestro clan, pequeña. – Explicó Hiashi con paciencia a la pequeña niña que prestaba atención a cada palabra dicha por el mayor. – Cuando seas mayor lo entenderás, Hanabi. – Dijo con una sonrisa al ver la cara de no entender lo que le explicaba a su hija menor para acercarse y cortar una de las enormes rosas blancas del rosal y dársela a la niña que no dudó en aspirar el aroma de la flor.

– Gracias, padre. – Agradeció con una sonrisa antes de hacer una reverencia y comenzar una bonita canción infantil mientras cogía nuevamente la mano del mayor que la miraba con cariño.

+_+_+_End Flash Back+_+_+_

– Señor. – Llamó un sirviente rompiendo el hermoso recuerdo del líder Hyuuga. – Me han dado esto para usted. – Dijo entregándole una carta para retirarse.

Hiashi abrió la carta y leyó lo escrito para terminar  arrugando con fuerza el papel.

– Así que esa muestra era falsa. – Gruñó el líder abandonado el jardín.

…Isla Luna…

Shizune se levantó de la cama, viendo el cuerpo desnudo que dormía profundamente a su lado después de tener sexo, y sus emociones volvieron a arremolinarse en su vientre, recordándole que estaba viva pero al mismo tiempo muerta.

La mujer negó con su cabeza intentando despejar esos sentimientos que solían hinundarla para vestirse con un sencillo traje verde oscuro y se pasó sus dedos a forma de peine para colocar su revuelto pelo azabache, sin preocuparse por ponerse ropa interior o algún tipo de calzado e hizo un clon que dejó en esa habitación para ella, la original, marcharse con una pequeña bolsa de tela  salmón.

– Quédate aquí y acuéstate junto a él. – Le indicó la mujer en voz muy baja a su clon, quien enseguida se desnudó para acostarse al lado del hombre mientras la verdadera Shizune salía sin hacer ruido de la habitación.

– Umm… ¿Shizune…? – Murmuraba aun adormitado Mitzuki girando su cabeza al lado en el que suponía estaba la morena.

– No pasa nada. Aquí estoy, a tu lado. – Murmuró el clon sobre los labios del hombre antes de darle beso para seguir durmiendo.

…Casa oculta bajo el puente Cry ~ Konoha…

Naruto había dejado a Sasuke en la habitación antes de regresar donde estaba el resto y poder saber lo que se iba a hablar en aquel lugar.

Cuando el rubio volvió a la sala, no pudo reprimir volver a mirar a Hidan con severidad pero el hombre de cabello blanco sólo le sonrió como si no hubiera hecho nada, después de abrir su boca sin preocuparse de cómo afectaría a Sasuke el conocer el que su hermano había muerto.

– ¿Cómo está Sasuke?. – Se atrevió a preguntar Moegi mirando al Uzumaki que tomó asiento junto a la mujer de cabello rosa que lo había acompañado hasta el cuarto en el que ahora, estaba descansando el moreno.

– Podría estar mejor. – Contestó el rubio a la adolescente que sintió esas palabras como un regaño y bajó el rostro en forma de una disculpa silenciosa.

– Por favor, Tsunade, ¿podría contarnos lo que ocurre?. – Pidió Pain intentando cambiar de tema.

– Por supuesto. – Respondió la aludida. – Ahora estamos en una situación crítica en la que nos ha dejado el chico que escapó de CING. – Comenzó a explicar la rubia.

– ¿Se refiere al de la muestra?. – Curioseó Kakuzu recibiendo una afirmación por parte de la anciana.

– Se llama Sai. – Recordó Naruto de mala gana.

– Bueno, ese chico aun está siendo perseguido por Raíz, pero eso no es lo importante. – Tsunade tomo un poco de aire antes de continuar. – Los Hyuuga y los Hebis se están movilizando y todo apunta a que van en busca de Raíz para acabar con la organización. – Contó apretando sus puños.

– ¿Y qué? Por fin esos idiotas hacen algo que beneficiará a personas que son como ellos. – Dijo el hombre de ojos violetas cruzándose de brazos.

– ¿¡ES QUÉ NO COMPRENDES LO QUE SIGNIFICA!?. – Gritó Sakura levantándose de su lugar y mirando a Hidan con furia.

– Que por fin nos libraremos de un grano en el culo llamado Raíz. – Refutó el hombre adorador de Jashin levantándose de su asiento, también.

– ¡Imbécil!. – Escupió Kakuzu recostándose en el lugar que estaba, hasta hace unos segundos, Hidan.

– ¿Tú de qué parte estas?. – Inquirió el hombre de ojos violetas a su compañero, señalándolo con su dedo índice aunque este no le respondió.

– Es que no entiendes nunca, Hidan, hmm. – Afirmó Deidara que se había mantenido callado hasta ese instante. – Si ellos se meten con Raíz, estallará una guerra donde las personas con un don terminarán perjudicados, hmm. – Explicó el rubio de coleta a su compañero.

– Exacto. – Confirmó Tsunade. – Y lo peor, es que ya ha comenzado. – Comunicó llamando la atención de todos los presente.

– ¿A qué se refiere con que ya ha empezado?. – Se atrevió a preguntar  Konan con preocupación.

– Los Hyuuga ya están moviendo sus hilos y Hebi se está preparando. Es cuestión de minutos que empiecen a moverse porque ya tienen sus objetivos marcados. – Aclaró la mujer de ojos castaños.

– ¿Qué podemos hacer nosotros para que esto no vaya a más? Porque presiento que toda esta información es para que intervengamos e intentar que la guerra no aparezca. – Examinó Kakashi que se encontraba sentado en el reposabrazos del sofá en el que estaba sentado Naruto, viendo como la mujer mayor sonreía.

– Veo que no se te escapa nada, Kakashi. – Apuntó la Senju poniendo sus brazos en jarra. – Una de las formas de detenerlos y que sería más rápido, sería ir a hablar con los líderes de ambos grupos.

– ¡Pero eso es imposible! No nos harán caso por muy conocido que sea Akatsuki, no querrán escucharnos y es probable que quieran matarnos tan sólo vernos, por estar involucrados en lo del albergue. – Expuso Konan apretando la mano de Pain con fuerza.

– Tienes razón. – Confirmo la anciana a sus palabras. – Yo misma me disponía a hablar con los Hebis antes de lo ocurrido en Hotaru pero con la muerte de mi viejo amigo Jiraiya, es imposible que Orochimaru me escuche. Yo sé que le caigo mal.

– Pues, sino podemos establecer una tregua con esas dos bandas de forma diplomática ¿¡qué mierda haremos!?. – Exclamo Hidan cansado de tanto parloteo y de que no fueran directos al grano.

– A eso iba. – Dijo molesta Tsunade por la interrupción. – No podemos intentar convencerlos porque ambos grupos han cambiado de objetivo por uno en común. Tanto los Hebis como los Hyuuga desean enfrentarse a Raíz para matar a Danzou pero debido a como están afectados por una pérdida importante de cada bando. Los líderes no acogerán la idea de aliarse y será una batalla de supervivencia donde acabará en una guerra entre humanos normales y humanos con don. – Suspiró con cansancio la mujer rubia. – Lo único que podemos hacer, es encontrar a ese chico, Sai.

– Sigo sin entender ¿para qué lo necesitamos y cómo es que no estás segura que murió en ese incendio o qué esos perros de Raíz continúan buscándolo? – Insinuó Hidan molesto por lo que estaban barajando en esa sala.

– Soy un oráculo, creo que con eso te lo digo todo. – Completó la rubia molesta por toda la insulsa perorata que soltaba el hombre adepto de Jashin.

– Vieja Tsunade. – Llamó Naruto que no había abierto la boca en toda la discusión. – ¿Ves nuestro triunfo si intervenimos?.

La mujer cambió su rostro molesto por uno más relajado y morderse un poco su labio inferior para negar con la cabeza.

– Veo el combate, tanto si estamos con ello como si no, pero el único futuro que no puedo distinguir con claridad el final, el futuro es muy volátil y a cada decisión o acto cambia. – Afirmó la mujer agachando su cabeza para mirar el suelo. – Puedo ver la muerte, el sufrimiento lo que nos espera si no intervenimos es la muerte. – Tsunade levantó la cabeza y miró a su alrededor hasta encontrar los ojos de Moegi. – He visto como mi nieta intenta huir y muere por un disparo en su espalda, como Pain es descuartizado al intentar proteger a Deidara o como tú, te arrastras desangrado hasta una escalera donde finalmente, mueres por un disparo en tu cabeza. – Se llevo las manos a la cara después de señalar a Deidara contándole un posible final. – Puedo ver como cada uno de los que nos encontramos aquí perecemos. Incluso, veo mi propia muerte al caer de la quinta planta de un edificio en construcción en Sora no Aoi.

El rubio de marcas en las mejillas se levantó de donde estaba sentado y se marchó de la sala, ante la atenta mirada de todos los presente.

– Pero el futuro siempre puede cambiar. Siempre podemos tener una oportunidad de que eso no ocurra, ¿verdad, abuela?. – Preguntó Moegi acercándose a la Senju y abrazándola por la cintura.

– Sí, pequeña. Nosotros somos los responsables de cambiar las visiones que tenemos con los hechos del presente. – Respondió la anciana palmeando dulcemente la cabeza naranja de la adolescente.

– Creo… que la reunión ha terminado. – Concluyó Kakashi para salir de la sala seguido de los demás dejando solas a ambas mujeres, nieta y abuela.


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