-Inesperado.-
…Casa de Sakura ~ Konoha…
Sasuke
estaba despertado y lo que sus ojos captaron fue aquella figura que reconoció
como su hermano.
– ¿Qué
haces tú aquí?. – Preguntó con recelo al ver al hombre que hacía años del que
no sabía nada de él.
–
Sakura me llamó y me contó todo. – Le respondió mirando a su hermano. – Sé que
ha pasado mucho tiempo y probablemente, prefieres que me esfume de tu
vista pero creo que ya es hora de
hablar. – Sugirió Itachi.
– ¿¡HABLAR
DE QUÉ!? ¿DE CÓMO TE MARCHASTE DESPUÉS DE LA MUERTE DE MAMÁ? ¿DE CÓMO TUVE QUE
SOBREVIVIR POR MÍ MISMO PORQUE MI HERMANO ME ABANDONÓ?. – Gritó Sasuke.
– Yo
lo siento, sé que no debí dejarte solo en ese momento. – Lamentó con tristeza
el mayor.
– Yo
solo necesitaba tu apoyo Itachi pero me dejaste siendo tan solo un niño que
tuvo que aprender a valerse por sí mismo. – Confesó Sasuke sintiendo el abrazo
de su hermano.
El
abrazo que necesitaba desde hace mucho. Ese abrazo que le decía que tenía un
hermano en el que poder apoyarse.
– Perdóname,
Sasuke, las cosas para mí en ese momento no estaban bien y llevarte conmigo era
peligroso por eso no tuve otra opción. Lamento el daño que te causé en el
pasado.– Pidió el mayor estrechando más a su hermano entre sus brazos.
Estuvieron
así durante unos minutos y cuando por fin se deshizo el abrazo Itachi fue el
que rompió aquel agradable silencio.
– ¿Por
qué?. – La pregunta pareció dicha desde muy lejos, incluso para el propio
Sasuke.
–
Quiero decirte pero la historia es tan larga y… este no es el momento. No como
están las cosas ahora. – Aclaró el mayor. – Sakura me ha dicho que has estado
con un chico y él te ha dejado. – Itachi tragó saliva con incomodidad, sabiendo
que aquel tema era espinoso para su hermano. – Sasuke ¿tú… tú has tenido
intimidad con…ese chico?.
Sasuke
agachó la cabeza dejando que algunas lagrimas cayeran de sus ojos y sintió
nuevamente los brazos de su hermano envolviéndolo. El hermano menor sentía
aquella calidez que silenciosamente le decía que estaba con él para lo que
necesitara pero que no llenaba el lugar que solo podría completar Naruto.
–
Tranquilo, Sasuke. – Intentaba sosegar a su hermano.
– Creo
que estoy esperando un… hijo suyo…– Confesó dejándose envolver en aquella
calidez.
– ¿Tú,
le contaste?. – Preguntó un poco sorprendido ante aquella respuesta ya que era
arriesgado para un gestador el estar embarazado, aún era más peligroso si
estaba solo ya que una gran parte de los rumores eran ciertos sobre ellos,
especialmente, los que desaparecían y nunca se volvía a saber de estos.
– Le dije…
pero él no se…fue por eso… – Argumentó separándose del mayor y limpiando sus
lágrimas. – Una muchacha vino a… nuestra casa… Ella es vidente y nos dijo… que
él iba a morir…al encontrarse con un hombre… – Sorbió por su nariz calmado sus
ansias por llorar. – Y todos… los que se vieran implicados… con esa persona
correrían… el mismo destino.
– ¿Y
ese sujeto apareció?. – Le preguntó al menor viendo como este asentía y cogía
un papel doblado con varias arrugas que le entregó.
Itachi
leyó lo que ponía y cuando terminó solo pudo abrazar a Sasuke de nuevo
comprendiendo lo que sucedía pero todo momento fraternal fue roto cuando
escucharon los gritos de Sakura desde la planta baja. Itachi iba a ver qué
ocurría pero la puerta fue abierta, antes de lograr levantarse del lugar, por
una patada de un hombre con el pelo blanco y ojos verdes.
–
¡Hola, precioso! Nos volvemos a encontrar y junto a un amiguito. – Dijo el
desconocido mirando a Sasuke con lujuria y luego con una sonrisa a Itachi
ocasionando que ambos hermanos fruncieran el ceño.
Itachi
viendo las intenciones de aquel sujeto lanzó desde su boca una enorme llamarada
de fuego. El hombre de cabello blanco retrocedió, dándole tiempo suficiente a
Itachi de coger a su hermano en brazos y salir del cuarto por la ventana.
Itachi
calló a la calle trasera de la casa cargando a su hermano en sus brazos para
evitar que se dañara cuando salió de esa manera de la casa.
– ¡ITACHI,
SON ELLOS!. – Gritó el menor de los hermanos abandonando los brazos que lo
sujetaban para quedar de pie, a un lado de hombre de coleta. – ¡SON UNO DE LOS
QUE BUSCAN A ESE CHICO Y NARUTO!.
Antes
de que Itachi pudiese hablar, una voz irrumpió.
– ¡CHICOS,
AYUDADME!. – Pedía Sakura tras una ventana enrejada con la pequeña Aya en
brazos que lloraba abrazando con fuerza a su madre debido a que estaba asustada.
–
Apártate. – Ordenó el de coleta.
Cuando
la mujer se retiró, Itachi lanzó una bocanada de fuego que logró derretir el
metal.
–
Vámonos de aquí. – Ordenó ayudando a Sakura con su hija a salir de la casa para
alejarse a toda velocidad de allí.
…Calles de Konoha…
– ¿Por
qué os detenéis?. – Preguntó con irritación Danzou a los dos rastreadores ante
él.
– Su
rastro ha desaparecido. – Respondió Zabusa.
–
Seguramente habrán contactado con algún capote. – Anunció Haku.
– Señor,
será mejor utilizarla información de los videntes o el oráculo que están en
CING. – Sugirió Torune.
El
anciano asintió antes de tomar el teléfono.
…Sótano del casino Tres Lunas ~ Konoha…
La
mayoría de los miembros de Akatsuki habían entrado en sus habitaciones que
estaban en el mismo sótano o habían subido a inspeccionar el exterior del
edificio.
Sin
embargo, Konan y Tobi se habían quedado en aquella inmensa sala con ellos.
– Ten.
– Le entregó la mujer de cabello azul una taza de té al rubio. – Se te nota que
estas nervioso y cansado. – Respondió a la pregunta no formulada.
Naruto
aceptó la taza y en el momento de cogerla en sus manos esta se agrietó.
– ¿Pero
qué? – Cuestionó Naruto al sentir como la porcelana se resquebrajaba bajo uno
de sus dedos.
– Esto
no es bueno. – Opinó Konan arrebatándole la taza de té de las manos del hombre de
ojos azules. – Te traeré otra taza, esta ya no sirve. – Le indicó la mujer al
Uzumaki antes de ir en busca de otra taza de té.
Naruto
vio como la centinela se alejaba pero no podía dejar de sentir aquella
sensación de agrietamiento del material del recipiente y su instintos se habían
puesto alerta ante ello y un pésimo pensamiento acudió a su cabeza, solo
esperaba que no fuese nada malo. Además, se obligó a recordar y creer que se
había alertado por lo extraña que fue la sensación.
– Sasuke…
como me gustaría estar a tu lado, ahora. – Murmuró Naruto, apretando la tela de
sus pantalones con fuerza.
…Calles de Konoha…
En el
interior de un taxi se encontraban Sakura con su hija y Sasuke en el asiento
trasero. En el asiento del copiloto del vehículo, se encontraba Itachi.
–
Toma. – Le ofreció Itachi su teléfono móvil a Sakura. – Llama a tu esposo y
dile que no vaya a tu casa que se dirija al casino Tres Lunas. Está cerca de la
torre roja y cuando esté ahí, vuelva a llamar a este número. – Le indicó a la
mujer de cabello rosa que sin oponerse marcó el teléfono móvil de Juugo.
– ¿No
se supone que nos dirigimos a la farmacia de la calle Kongen (semilla)?. – Preguntó
Sasuke dándole vueltas al anillo en su dedo.
– Solo
es una parada en el camino. – Respondió el de coleta sin mirar a Sasuke.
– ¿Una
parada?. – Repitió el menor de los hermanos sin dejar de mover el aro en su
dedo.
…Casa de Sakura ~ Konoha…
Los
Hebi abandonaban la vivienda.
–
¿Karin puedes verlos?. – Inquirió Orochimaru con enfado.
–
Padre, será mejor que abandonemos cuanto antes este lugar. – Ignoró a su drame.
– Los rastreadores vienen hacia aquí. – Le anunció acercándose a su otro
progenitor.
Orochimaru
asintió furioso, encontrarse con Raíz en ese momento, solo ocasionaría un
combate innecesario.
–
¡Regresamos!. – Ordenó abrazando el musculoso brazo de su marido en busca de
tranquilizar sus nervios y enfado porque su plan no salió como esperaba.
…~…
A lo
lejos se podía ver un costoso vehículo de color beige ocupado por tres
personas.
–
Parece que esos idiotas se nos adelantaron. – Afirmó Hanabi ojeando una revista
que había comprado minutos antes mientras su primo repostaba la gasolina del
automóvil.
– Bu…
bueno, aún podemos encontrar al chico. – Dijo Hinata cogiendo las anotaciones
que le había dado Yukimaru del interior de la guantera del vehículo.
–
Opino que deberíamos irnos pronto, aparecerán los policías con lo que han
organizado ahí. Incluso, puede que Raíz aparezca por la zona. – Recordó la
adolescente sin apartar sus blanquesinos ojos de la revista.
Neji
asintió apretando con fuerza el volante del automóvil antes de arrancarlo y
alejarse del lugar que los Hebis se habían ocupado de destrozar y el cuál,
estaban abandonando.
…Sótano del casino Tres Lunas ~ Konoha…
Itachi
estaba en el lujoso ascensor del casino Tres Lunas junto a su hermano, Sakura y
la niña de pelo color zanahoria.
– ¿Por
qué hemos venido aquí?. – Preguntó Sakura con su hija dormida en sus brazos.
– Este
es el único lugar seguro que conozco. También, es la guarida de Akatsuki y soy
uno de sus componentes. – Confesó el de coleta mirando a su hermano para sacar
una llave que introdujo en un pequeño hueco bajo los botones del ascensor y
pulsar uno de los botones que los llevaría al lugar en el que estaba Akatsuki.
– Cuando me fui, cuando te deje tras la muerte de mamá, me prometí ayudar a
todos los nuestros y el que no acabaran a manos de esos malditos de Raíz. Por
todo eso, me marché Sasuke. – Declaró ante la asombrada mirada de ambos
adultos.
El
ascensor llegó a su destino e Itachi sacó la llave para volverla a guardar en
su bolsillo y adentrarse en un pequeño pasillo con una única puerta.
–
Sasuke. – Llamó a su hermano. – Toma. – Le entregó una prueba de embarazo. El
elemental eléctrico miró a su hermano sin entender. – Será mejor que te
asegures de tu estado porque, a pesar de que este sitio sea seguro, las
personas como nosotros, nunca sabemos cuando tenemos que defendernos o salir
huyendo para poder sobrevivir. – Respondió aquella pregunta que su hermano le
había hecho con la mirada.
– Está
bien. – Dijo mirando la pequeña caja. – Así que fue por esto la parada en la
farmacia. – Sasuke sonrió levantando la mirada de la caja para ser
correspondido con una sonrisa de su hermano.
Itachi
se adelantó y abrió la puerta mostrando una enorme sala con sofás y sillones de
diferentes estilos y tamaños.
Había
puertas en el fondo de la pared empapelada de flores color rojizo. La estancia
estaba decorado con cuadros de paisajes de diferentes lugares del mundo,
plantas, jarrones y pequeñas esculturas dándole un toque de calidez a la enorme
sala.
El
sonido de un televisor rompía el silencio del lugar.
–
¡Bienvenidos a Akatsuki!. – Habló Itachi permitiéndole el paso a Sakura y su
hermano menor.
Cuando
entraron pudieron ver una enorme mesa de madera de forma rectangular con
catorce sillas a su alrededor y un frutero repleto de fruta en medio de la
enorme mesa.
Cerca
de la mesa había una cocina y una puerta que indicaba ser la despensa. También,
había una enorme estantería llena de libros de diferentes tamaños y cubiertas.
Ambos
recién llegados, vieron el enorme televisor frente a un enorme sofá, en él se
encontraba un hombre con una máscara naranja y otro hombre de pelo negro.
Sin
embargo, los oscuros ojos de Sasuke se dirigieron hacia un sillón cerca de la
estantería donde una mujer de pelo azul hablaba con un rubio que captó toda su
atención y le era imposible no reconocerlo.
–
Naru…to. – Susurró Sasuke antes de salir corriendo ante la atenta mirada de
Itachi y Sakura para lanzarse a los brazos del rubio quien se giró al escuchar
los apresurados pasos a acercándose a él.
–
¡Sasuke!. – Exclamó sorprendido Naruto mirando al moreno que lo abrazaba. –
¿Cómo es que tú…?. – No pudo terminar la pregunta porque los labios del Uchiha
se unieron a los de él en un beso más que necesitado y con sabor a sal debido a
las lágrimas que derramaba el elemental.
–
Naruto, no me vuelvas a dejar. – Pidió apretando sus manos en el suéter del
rubio después de finalizar aquel beso en el que intentaba trasmitirle todo sus
sentimientos. – Naruto… – Llamó hundiendo su cabeza en el hombro del Uzumaki
sintiendo como aquellos fuerte brazos se envolvían en su cuerpo.
–
Perdóname, Sasuke… – Pidió Naruto al moreno al verlo de esa manera que le
causaba tanto dolor. – Perdóname… – Repitió besando aquella cabeza cubierta de
pelo azabache al comprender que había sido un error el alejarse de su novio,
quien lloraba en ese momento en sus brazos debido más al efecto producido por
su estado. – Yo solo quería protegerte. – Se justificó Naruto en voz baja
comenzando a llorar y volviendo a besar la cabeza de Sasuke.
Itachi
cerró la puerta mirando sin apartar la mirada de su hermano y aquel rubio. El
Uchiha mayor podía percibir el amor que se tenían esos dos y sonrió al saber
que su hermanito era correspondido con la misma intensidad pero, al mismo
tiempo, se sentía preocupado por ello debido a lo que le contó Sakura.
–
Itachi…– Lo llamó Sakura captando toda su atención. – ¿Cómo sabías qué…?. –
Pero la mujer de ojos verdes no pudo terminar de formular la pregunta porque
fue interrumpida.
– No
tenía ni idea de que ese rubio fuese la pareja de Sasuke, Sakura. – Le contestó
el de coleta. – Se puso en contacto con Akatsuki esta mañana y desde hace unas
horas está aquí pero ahora no puedo dejar de preocuparme por lo que me contó mi
hermano y me dijiste tú. – Confesó acercándose a la mujer de cabello rosa.
– ¿Te
refieres a lo de la visión?. – Cuestionó la Haruno viendo como Itachi asentía con la cabeza.
– Me
contó todo en tu casa.
…~…
Sai
estaba viendo uno de esos programas de televisión que ridiculizaban a los
concursantes con retos absurdos y desagradables pero que al final, muy pocos
lograban el premio principal.
A la
derecha del confusor, Moegi se había quedado dormida sobre el sofá y a su
izquierda, estaba ese enmascarado llamado Tobi, riendo a cada escena que le
parecía graciosa, las cuales normalmente eran aquellas donde los concursantes
del programa terminaban embadurnados de algún líquido colorido.
Sai se
estaba dejando dormir ante el aburrimiento, aunque no deseaba cerrar sus ojos y
vivir nuevamente lo ocurrido en aquel callejón. Un escalofrío recorrió el
cuerpo del chico paliducho haciéndolo estremecer ante el recuerdo y se disponía
a levantarse e ir junto a Naruto que hablaba con Konan sobre alguna trivialidad
para que le ayudase a borrar esa mala experiencia.
Además,
Sai hacía mucho que deseaba estar junto al hombre de marquitas en el rostro y
que este lo recibiera con los brazos abiertos, le hiciera el amor como más de
una vez se lo había hecho en el pasado para borrar todos esos malos recuerdos
de su memoria. Además, él quería saber que le ocurría al Uzumaki porque desde
que despertó había percibido tristeza en el chico de ojos azules que estaba
dispuesto a transformarla en lujuria, a pesar de que tuviese que utilizar su
poder en Naruto.
Todo
pensamiento en la cabeza de Sai fue eliminado al escuchar la puerta abrirse y
por ella aparecía aquel moreno de pelo largo que había abandonado la sala en
mitad de la reunión acompañado de una mujer de cabellos rosas, con una niña
pequeña dormida en sus brezos, y un chico moreno con un extraño peinado que
terminaba en largas trenzas en la espalda, muy parecido al de coleta.
Sin
lugar a duda, el hombre de trenzas llamó la atención de Sai al ver como se
quedó unos segundos paralizados mirando a un solo punto de todo el lugar e
ignorando el resto. Ese desconocido miraba a Naruto, para luego correr hacia él
y abalanzarse en los brazos del Uzumaki para besarlo.
Sai
había quedado en shock pero cuando salió de esté estado solo había en el
confusor furia e ira al ver esa escena que no estaba dispuesto a aceptar.
El
hombre paliducho se levantó del sofá y a grandes zancadas llegó hasta la pareja
que se abrazaba con lágrimas que rodaban por sus carrillos y sin que nadie en
aquella habitación lo esperase, Sai agarró a Sasuke del brazo, apartando al
elemental de Naruto y deshaciendo el abrazo que sostenía con el rubio para alejarlo
de un empujón que lo tiró al suelo, donde Sasuke cayó sobre su trasero.
–
¡SASUKE!. – Gritaron Naruto, Itachi y Sakura a la vez asustados por el
repentino acontecimiento.
Moegi
se despertó sobresaltada, observando sin entender la escena que se había creado
en la sala y la pequeña Aya despertó asustada, comenzando a llorar en los
brazos de su madre, que se detuvo para calmar a su pequeña hija.
El
rubio fue el primero en llegar hasta donde se encontraba su novio aún
conmocionado por lo ocurrido y sin comprender pero Naruto no tardó en volverlo
a abrazar consiguiendo percatarse de lo que sucedió mientras era inspeccionado
por su pareja.
–
¿¡QUÉ TE PASA, SAI!?. – Gritó el Uzumaki mirando al paliducho sin soltar a su
pareja que se agarraba él en busca del confort que brindaba aquel otro cuero
pero el aludido no respondió solo se dio la vuelta.
Sai no
pudo ni dar un paso porque un puño se estrelló en su rostro haciéndolo caer al
suelo. El moreno vio como su atacante se disponía a golpearlo de nuevo pero fue
detenido por Konan y Tobi para que no se abalanzara sobre él.
Sai se
levantó del suelo y limpió la sangre que salía de su labio roto.
– ¿Por
qué? ¿Por qué, Naruto?. – Preguntó el confusor mirando al rubio que abrazaba al
hombre de extraño peinado de trenzas. – Tú y yo… – Pero no pudo continuar
porque fue interrumpido por el propio rubio.
– Sai,
no sé qué mierdas se te está pasando por esa cabeza tuya pero si vuelves a
intentar algo así con Sasuke, seré yo quién te golpee y no solo tendrás el
labio partido. – Amenazó Naruto cambiando sus ojos azules a un rojo. – Creí que
podríamos ser amigos, después de todo lo que ocurrió, yo ya había olvidado
aquello que hiciste. Te había perdonado por eso pero que te quede bien claro,
todo lazo que creas que pueda existir entre nosotros desaparecerá si vuelves a
tocar a mi novio. – Concluyó ayudando a Sasuke a levantarse.
Sai lo
miró con tristeza y arrepentimiento para dirigirle una mirada de furia al
hombre al lado del rubio.
…Casa de Sakura ~ Konoha…
Danzou
había llegado a aquella casa donde dos coches de policías se hallaban detenidos
con las luces encendidas frente a la edificación.
El
anciano se acercó, ignorando a la policía que pedía a los vecinos que
abandonarán la zona.
–
Disculpa señor, pero no puedo dejarle pasar. – Le anunció uno de los policías
que se encontraba en la zona.
– ¿Qué
ha pasado aquí?. – Preguntó Fuu.
–
Señor, esa información no se la puedo revelar. – Le contestó de manera
automática el agente.
Danzou
sacó de su bolsillo un carnet junto a una placa de metal.
– Como
puede ver tenemos autorización para estar aquí. – Indicó con supremacía.
El
policía asintió y les dejó pasar cuando reconoció aquella identificación, a
sabiendas de que esas personas no eran humanos normales.
– Al
parecer la familia que vivía aquí fue atacada esta mañana por un grupo de
desconocidos. – Les informó el agente de seguridad. – La casa es alquilada y no
hay muchas pertenencias de los ocupantes solo alimentos, ropas y juguetes de la
hija de la familia. – Habló el hombre rascando su nuca. – Hemos comprobado el
nombre de las personas a quienes estaba alquilada la vivienda pero aún no
tenemos información de las personas aunque es posible que hayan usado
identificaciones falsas para hacerlo. Tampoco, parece que los vecinos conozcan
a la familia que se alojaba aquí.
–
¿Algún testigo?. – Preguntó Torune.
– Dos
vecinos. Una anciana que vive en la casa de al lado que asegura haber visto
como un hombre de pelo largo y negro lanzaba fuego de su boca como un dragón.
Fue la que dio el aviso. El otro testigo fue
un chico de dieciséis años que pasaba con su bicicleta por el lugar. –
Respondió el policía.
–
Gracias, agente. – Dijo Danzou para que el policía se retirará. – Zabusa, Haku;
inspeccionar toda esta planta y Torune, Fuu; encargaros de examinar la planta
superior haber si encontráis alguna pista o algo que nos sea de utilidad. – Le
ordenó Danzou.
– ¡Sí,
señor!. – Dijeron al unisonó.
…Muelle de Konoha…
Un
pequeño bote con una rubia, como único pasajero, llegaba al muelle.
La
mujer descendió de la pequeña embarcación que comenzó a hundirse en las oscuras
y sucias aguas del muelle.
– Por
fin… – Susurró la rubia tomando aire después de haber estado remando casi todo
el día para llegar ahí.
–
¿Tsunade?. – Irrumpió una voz masculina.
La
mujer escuchó como la llamaban a sus espaldas para encontrarse con un hombre de
pelo plateado y sonrió al reconocerlo.
–
¡Kakashi!. ¿Cuánto tiempo?. – Pronunció la rubia.
…Guarida de Akatsuki ~ Konoha…
Konan
le había dado una habitación a la pareja después de calmar a Itachi y sus
deseos asesinos de aniquilar a Sai por empujar a su hermanito, quien podría
estar embarazado.
Sasuke
tomaba una taza de té, que le había ofrecido la mujer de pelo azul antes de
entrar en esa habitación.
El
elemental estaba recostado en el pecho de Naruto sobre una de las dos camas
individuales y el rubio lo tenia abrazado, dando ligeras caricias a el plano
vientre de Sasuke con su mano derecha, en un rictus tranquilizador que estaba
adormeciendo al Uchiha.
– ¿Te
encuentras mejor?. – Preguntó el rubio con dulzura recibiendo un leve gruñido
de conformidad de su compañero.
–Tengo
sueño. – Bostezó Sasuke escuchando la risita del hombre de ojos azules junto a
él.
Naruto
retiró la taza con el calido líquido de las manos de su novio y la puso sobre
la pequeña mesita que había a la derecha de la cama.
– He
escuchado que es normal que los embarazos den sueño y cansancio. Al fin y al
cabo, sois dos, por lo que gastas más energía que de costumbre. – Explicó el
Uzumaki besado la blanca mejilla de su compañero.
–
¡Hablando de eso!. – Sasuke sacó del bolsillo de su pantalón la prueba de
embarazo que le había entregado Itachi minutos antes.
– ¿Qué
es eso?. – Preguntó el de marquitas en el rostro al ver como el moreno mostraba
una cajita a la altura de sus ojos azules.
– Es
un test de embarazo. – Respondió con un leve sonrojo el elemental. – Itachi me
lo dio y estaba pensando en hacerlo ahora. – Dijo deshaciendo el abrazo de su
novio y mirándolo con la cara completamente roja. – Sólo sería una forma de
asegurar mi estado aunque no es tan efectiva como una analítica de sangre.
El
rubio asintió y el moreno abrió la cajita sacando el test junto a la hoja de
instrucciones que leyeron atentamente.
– Solo
tienes que poner unas gotas de tu orina para saber. – Comentó Naruto mirando el
pequeño artefacto en las manos de su pareja.
Sasuke
se adentró al pequeño aseo con el que contaba la habitación y al pasar unos
minutos, el moreno salió con un leve carmín en sus pómulos por lo que había
hecho.
Sasuke
caminó hasta la cama donde se sentó, dejando el test sobre la cama entre el
rubio y él.
–
Ahora solo queda esperar, si es rosa o es azul. – Recordó el Uzumaki.
–
Naruto. – Llamó el hombre de ojos negros a su novio. – ¿Qué ocurrirá si…?
El
chico de ojos azules se levantó y se acuclilló frente al moreno, mirándolo a
los ojos viendo la preocupación y la duda que embargaban a su pareja.
–
Sasuke, sea lo que sea, yo estaré contigo. No importa si resulta que tu cuerpo
te esté dando una falsa alarma porque no te volveré a dejar atrás. Sé que no
debí irme pensando que era lo mejor para ti pero no volveré a cometer ese
error, Sasuke. – Argumentó para besar aquellos labios que lo llamaban a ser
probados.
– ¿Y
ese chico? Parece que siente algo por ti y él… – El hombre de ojos negros fue
nuevamente interrumpido por un beso de su pareja.
– No
pienses eso, yo no te dejaría por Sai. – Afirmó el rubio. – Tú eres mi todo,
Sasuke.
– Pero
tú y ese chico…¿qué es lo que ha pasado entre ustedes?. – Pidió el Uchiha
escuchando el bufido de incomodidad del Uzumaki. – Por favor, Naruto,
cuéntamelo.
– Está
bien pero que te quede claro que eso solo es el pasado porque ahora, tú eres lo
más importante para mí. – Miró al chico con el peinado de trenzas. – Sai y yo
fuimos pareja. – Confesó Naruto cogiendo las manos blancas del elemental porque
sabía que esa afirmación había sido una puñalada directa en el corazón del
Uchiha aun y a pesar de que fuera algo que ocurrió hace mucho. Naruto sabía que
aunque Sasuke no dijera nada, le dolía el saber que había habido otra persona
en su vida antes que él. – Realmente, no sabría como decirte como empezó
nuestra relación porque de un día para otro, él y yo ya estábamos juntos. –
Apretó las manos del Uchiha que devolvió el apretón para que continuara. – Todo
iba acelerado entre Sai y yo, y llegó un momento en que esa relación que
manteníamos se desbordó de su cauce, quizás por la velocidad, quizás por como
sucedía todo entre nosotros. Lo cierto, es que no lo sé pero se arruinó. – El
rubio tragó saliva con fuerza al sentir su garganta seca y otro apretón en sus
manos. – Me di cuenta cuando un día volví antes al ático que compartía con Sai.
Entré, pensando que estaría solo porque supuse que se encontraba “descansando”. – Pronunció alargado la palabra “descansando” con un toque de sarcasmo en su
voz. – Cuando llegué, escuché susurros y gemidos y, aun cuando una voz dentro
de mí me insistía que no fuera al lugar de donde procedían esos sonidos, yo no
le hice caso, por lo que me dirigí al lugar de donde provenían todos esos
ruidos. – Naruto recostó su cabeza sobre los muslos de su novio deshaciendo
previamente el agarre de sus manos y Sasuke comenzó a acariciar las hebras
doradas de su compañero. – Él estaba teniendo sexo en la cama con otro hombre.
EN NUESTRA CAMA. – Naruto no pudo evitar gritar mientras cerraba con fuerza los
ojos. – Lo peor… es que yo conocía a ese otro hombre con el que me estaba
engañando. Ese chico, al que yo creía era mi amigo. Mi mejor amigo. – Una
pequeña risa afloró de los labios del rubio. –
Él, mi amigo, se estaba follando a Sai en la casa y la cama que vivía
con él. – El de ojos azules levantó el rostro mostrando sus ojos temerosos de
volver a vivir nuevamente esa experiencia. – Yo no me había movido de la
entrada del cuarto por alguna razón que desconozco pero para cuando volví a ser
consciente de lo que pasaba frente a mí, ya habían terminados y cuando se
separaron me miraron, haciéndome entender que sabían que yo estaba ahí con una
sonrisa divertida, burlarse en mi cara por ser tan idiota como para no saber
que Sai me engañaba con aquel hombre que pensé era un amigo. – Uzumaki suspiró
sin querer mirar a Sasuke a la cara. – No fui capaz de decir nada, me sentí tan
mal y solo pude huir del lugar a toda prisa, antes de darme cuenta, estaba en
un tren con rumbo a la ciudad de otro país. – Reveló volviendo a coger una de
las blancas manos de Sasuke. – Han pasado cinco años desde entonces. – Recordó
mirando a su pareja con intensidad. – Después de estar de un lugar a otro… te
conocí a ti y redescubrí, lo que se siente estar con alguien pero también,
descubrí lo que es el amor de verdad porque nunca he sentido por nadie lo que
siento contigo. Lo que siento hacia ti, Sasuke. – Terminó besando al moreno con
amor mientras lo recostaba en la cama sin cortar el beso.
Sasuke
no sabía que decir porque aún cuando conocía los sentimientos que le profesaba
el Uzumaki, le molestaba que hubiese alguien antes que él. Cuando él solo se
había entregado y amado al rubio. No obstante, era consciente de lo ridículo
que era ese pensamiento porque Naruto no volvería con ese sujeto y él no estaba
dispuesto a dejar ir al rubio tan fácilmente y mucho menos, ahora que conocía
por lo que tuvo que pasar su novio al estar con ese chico.
– Tú,
¿lo odias?. – Le preguntó Sasuke a su amante una vez acabó el beso.
– No.
– Respondió con sus ojos clavados en los contrarios. – No puedo odiarlo aunque
quise hacerlo en más de una ocasión pero pronto me di cuenta que no valía la
pena. – Naruto dio un pico en los labios de Sasuke antes de continuar hablando.
– Sai no era el predestinado en mi vida, lo eres tú. – Besó la frente del
elemental. – El mismo día que te conocí, me sentí el hombre más afortunado
porque fuiste y eres el único que conseguiste darle vida a mi corazón. – Le
confirmó volviendo a besar la nívea frente.
–
Entonces…¿por qué decidiste llevarlo a la casa de Sakura?. – Inquirió el de
ojos ónix acariciando el rostro del Uzumaki. – Él no era tu responsabilidad.
–
Cuando lo vi tirado en aquel callejón completamente herido, pensé en dejarlo
allí, por todo lo que me hizo y porque no quería que creyeras algo raro, pero
sabía que no era lo correcto y al acercarme a él pude comprobar lo mal que
estaba, solo sentí lástima. Lástima porque algo me dijo que Sai estaba solo y
no tiene a nadie que lo ayudase. Él aun no ha encontrado el amor y no sabe lo
que es ese sentimiento que nosotros tenemos la dicha de experimentar. – Naruto
besó aquella mano que acariciaba su mejilla derecha. – Además, no podía dejarlo
allí tirado, no era correcto y no soy alguien despiadado. Por eso, lo ayudé
aunque no sabía que él vendría para que mi fin se acerque. Yo no quiero que te
pase nada Sasuke, ni a ti, ni al bebé. – Dijo Naruto recordando la predicción
de Moegi, sintiendo como los brazos del Uchiha se enredaban en su cuello.
A
Sasuke no le bastó otra respuesta para lanzase a los labios de su novio y
fusionarse al rubio en un fogoso beso en que sus lenguas danzaban un intimo
baile.
Fue un
beso que lograba nublar la vista y dejar en blanco la mente, logrando que
olvidasen respirar pero que terminó debido a la falta de oxigeno en sus
pulmones.
–
Naruto… hazme el amor. – Pidió Sasuke mirando a su novio con ojos suplicantes y
con la respiración agitada por el intenso beso que había acabado de compartir
con su compañero.
Naruto
lo miró con los ojos brillante por el deseo y no tuvo que pensárselo dos veces
para volver a atacar esos labios que esperaban ser devorados y al acabar ese
beso un pequeño jadeo afloró de ambas bocas.
Naruto
miró a su pareja para desprenderse de su suéter y camisa mientras, Sasuke hacía
lo mismo con sus ropas.
El
hombre de ojos azules volvió atacar los hinchados labios del chico moreno
mientras acariciaba toda aquella tersa piel blanca. Las manos del rubio
encontraron los pezones de su pareja que no dudó en frotar con sus dedos y
pellizcar para tragar más jadeos del Uchiha.
Sasuke
acariciaba toda la piel expuesta del rubio sintiendo como su entrepierna
comenzaba a doler bajo los pantalones y por alguna extraña razón, se sentía
mucho más sensible al tacto de su amante que de costumbre. Necesitaba a Naruto
de esa manera, quería tener toda la pasión que su novio le pudiese ofrecer en
ese instante. Quería sentir al Uzumaki con mayor intensidad porque deseaba que
nadie más que él quedara grabado como una marca en el alma de su novio y su
rubio marcara la suya como el metal candente pudiera marcar la carne.
Naruto
abandonó la adictiva boca del elemental para dar una pequeña mordida en la
barbilla del moreno que gimió apretando sus tostados hombros. Lamió el mentón
antes de abandonarlo por el cuello de Sasuke que comenzó a llenar de besos,
lametazos, succiones y pequeñas mordidas haciendo gemir al chico con peinado de
trenzas que se revolvía bajo su atlético cuerpo.
El
chico de ojos azules descendió al pecho encontrándose con uno de los rosas
botones que no dudó en degustar con su boca.
Sasuke
jadeó el nombre de su amante al sentir que había alcanzado el orgasmo tan solo
con simples caricias y besos que no cesaban de ser repartido en su cuerpo.
Naruto
nuevamente se fundió en los labios del Uchiha mientras llevaba sus manos al
pantalón de Sasuke comenzando a desabrochar el cinturón del pantalón. Una vez
lo consiguió, abrió el cierre del pantalón y cortó el beso para despojar a
Sasuke de todas las prendas que aún le cubrían.
Uchiha
había vuelto a excitarse con aquel apasionado beso y el cosquilleó de sentir
las manos de su pareja en sus pantalones que presionaban de vez en cuando su
miembro a intentar liberarlo de esas prendas.
El
erecto y húmedo pene del moreno fue liberado de las molestas ropas para quedar
frente los lujuriosos ojos del Uzumaki, quien dirigir una mano al miembro de su
compañero y presionar un poco el glande con su dedo índice ocasionando que el
Uchiha jadease.
Naruto
recorrió la longitud de aquel pene con su dedo índice con lentitud, sin dejar
de mirar los suplicantes ojos de su compañero que brillaban con deseo.
Continuó
el camino por aquel mojado sexo hasta llegar a la aspereza del vello púbico y
acariciarlo con todos sus dedos y bajar hasta el escroto de Sasuke para
apresarlo en su mano con delicadeza.
El
hombre de pelo petróleo gimió al sentir como la mano del Uzumaki envolvía
aquella zona y comenzaba a masajearlos.
Naruto
acercó su mano libre a la boca del Uchiha, quien no dudó en relamer y chupetear
los dedos del rubio conociendo la finalidad de aquello y Uzumaki sonrió
sintiendo como sus prendas le estaban apretando demasiado por la espera. Naruto
no pudo controlarse para volver a saborear la boca de su novio una vez más, en
los que jugueteaba con sus dedos y lengua.
Sasuke
disfrutaba de aquel beso en el que los dedos de su novio también eran
participes y levantó sus caderas, buscando la fricción que le pedía su cuerpo y
frotarse en el cuerpo sobre él, al dejar de sentir aquella mano que jugaba con
sus genitales.
El
hombre de ojos azules abandonó la deliciosa boca de su pareja, quien gimió
descontento por romper el beso pero que provocándole una pequeña risita en
Naruto.
El
chico de marquitas en la cara cogió la almohada que puso bajo el trasero de Sasuke e introdujo uno de los
húmedos dedos sintiendo humedad en esa zona y envolviendo con su otra mano el
pene de su amante para brindarle caricias.
–
Parece que no hacía falta lubricar mis dedos para prepararte. – Comentó
removiendo su dedo en aquel apretado hueco de carne caliente y húmeda.
Uchiha
no paraba de jadear por las atenciones mientras apretaba con sus manos la tela
bajo él a causa del placer que experimentaba.
Naruto
introdujo un segundo dedo en aquel orificio y su boca acalló la contraria con
un nuevo beso. Al poco tiempo el rubio introdujo un tercer dedo que removió en
el interior de su novio que se revolvía de las agradables sensaciones que le
estaba proporcionando.
Sasuke
casi gritó dentro de la boca contraria mientras arqueando su espalda y apretando
su agarre a la ropa de la cama al ser presa por un segundo e intenso orgasmo
que ensució a los dos.
Naruto
se separó por completo del cuerpo bajo él, que estaba respiraba agitadamente,
comprobó que ya estaba bien dilatado para poder continuar.
Naruto
se desprendió de las últimas prendas que lo vestían con rapidez ante la casada
mirada oscura de su pareja y liberando su hombría preparado para seguir.
El
rubio retiró la almohada bajo el moreno y cogió las blancas piernas del
elemental para ponerlas sobre sus hombros. El Uzumaki se inclinó para dar un
ligero beso en la punta de la nariz a su pareja y agarró su propio pene antes
de dirigirlo al pequeño hueco por donde comenzó a adentrarse lentamente.
Sasuke
sollozó con algo de dolor al sentir la intromisión en su cuerpo, aun sensible
por el reciente orgasmo.
El
elemental derramó algunas lágrimas porque, a pesar de ya haberlo hecho en otras
ocasiones, no dejaba de ser molesto y un poco doloroso el sentir como el
miembro de su pareja se introducía en su interior.
– Lo
siento, Sasuke. – Se disculpó el chico de ojos azules al terminar de entrar en
el estrecho orificio mientras se inclinaba para lamer las lágrimas de su novio
aunque Sasuke no respondió.
Naruto
comenzó a estimular nuevamente el sexo de su pareja y retiró de sus hombros las
blancas piernas del Uchiha para poder besar con profundidad y cariño al moreno
volviendo a incitar a Sasuke que movió un poco las caderas. Esa fue la señal
para que el chico de ojos azules rompiera el beso para empezar a moverse lentamente.
Las
envestidas cada vez eran más veloces y fuertes haciéndole gemir de placer y
provocando que el pequeño test de embarazo que había estado olvidado en la cama
cayese al suelo ante el movimiento de los cuerpos.
Sasuke
no pudo aguantar mucho tiempo con aquel placentero ritmo que golpea en un punto
de su interior que le hacía estremecer y gritar de placer.
Sin
embargo, todo aquel placer que la pareja sentía iba aumentando llegó a su fin
con el clímax de la actividad y el nombre del contrario por los dos
participantes.
– Te
amo… – Confesó Naruto mirando al propietario de su corazón con su respiración
acelerada.
– Te
amo… – Declaró el Uchiha aun intentando calmar su respiración y sus brazos
enredados en el fuerte cuello del Uzumaki.
Pasó
unos minutos en los que esperaron en normalizar sus respiraciones y Naruto se
retiró con cuidado de Sasuke para ayudar a su pareja a levantarse, no era buena
idea dormir desnudos en ese lugar.
El
moreno se levantó de la revuelta cama junto al rubio para volver a recostarse
esta vez bajo las mantas y ocultar su desnudez.
Naruto
dio un paso atrás antes de adentrarse a la cama junto a su novio y notó como su
pie chocó con algo pero al dirigir su mirada con lo que había golpeado su pie,
encontró la prueba de embarazo. El rubio la recogió del suelo y vio el color
rosa, sonrió antes de recostarse en la cama tras su novio y taparse con las
mantas.
–
¡Buenas noche, dadá!. – Susurró Naruto en el oído del moreno y besar la blanca
oreja.
– ¿A
qué viene eso?. – Preguntó un poco confundido Sasuke dándose la vuelta para
mirarlo pero el rubio puso ante sus ojos el test de embarazo que el Uchiha no
dudó en coger entre sus manos.
–
Parece que vamos ser padres, Sasuke. – Reveló Naruto para acercarse a los
labios de su novio y darle un tierno beso.
Sasuke
sonrió dejando el test de embarazo sobre la mesita cerca de la taza de té, sin
cortar el beso y quedar sobre el cuerpo del Uzumaki.
– ¿Aun
tienes ganas de jugar?. – Le preguntó Naruto al terminar el beso sintiendo como
el moreno se sentaba sobre su ingle y comenzaba a moverse frotando su
entrepierna con sus desnuda posadera.
–
Puede ser. – Respondió sonriendo el Uchiha frotando su desnudo trasero sobre el
sexo de su novio.
– Creí
que estabas agotado después de esos tres orgasmos, amor. – Opinó el de ojos
azules sujetando las caderas de su amante.
Sasuke
sólo le respondió con un beso sin dejar de moverse sintiendo como el pene del
rubio volvía empezar a erguirse y Naruto no pudo hacer otra cosa que sonreír al
acabar el beso, consiente que le esperaba una noche de lo más divertida y
activa junto a su novio.
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