sábado, 10 de junio de 2017

Ocultando nuestra naturaleza ~ Cap. 10

-Inesperado.-

…Casa de Sakura ~ Konoha…

Sasuke estaba despertado y lo que sus ojos captaron fue aquella figura que reconoció como su hermano.

– ¿Qué haces tú aquí?. – Preguntó con recelo al ver al hombre que hacía años del que no sabía nada de él.

– Sakura me llamó y me contó todo. – Le respondió mirando a su hermano. – Sé que ha pasado mucho tiempo y probablemente, prefieres que me esfume de tu vista  pero creo que ya es hora de hablar. – Sugirió Itachi.

– ¿¡HABLAR DE QUÉ!? ¿DE CÓMO TE MARCHASTE DESPUÉS DE LA MUERTE DE MAMÁ? ¿DE CÓMO TUVE QUE SOBREVIVIR POR MÍ MISMO PORQUE MI HERMANO ME ABANDONÓ?. – Gritó Sasuke.

– Yo lo siento, sé que no debí dejarte solo en ese momento. – Lamentó con tristeza el mayor.

– Yo solo necesitaba tu apoyo Itachi pero me dejaste siendo tan solo un niño que tuvo que aprender a valerse por sí mismo. – Confesó Sasuke sintiendo el abrazo de su hermano.

El abrazo que necesitaba desde hace mucho. Ese abrazo que le decía que tenía un hermano en el que poder apoyarse.

– Perdóname, Sasuke, las cosas para mí en ese momento no estaban bien y llevarte conmigo era peligroso por eso no tuve otra opción. Lamento el daño que te causé en el pasado.– Pidió el mayor estrechando más a su hermano entre sus brazos.

Estuvieron así durante unos minutos y cuando por fin se deshizo el abrazo Itachi fue el que rompió aquel agradable silencio.

– ¿Por qué?. – La pregunta pareció dicha desde muy lejos, incluso para el propio Sasuke.

– Quiero decirte pero la historia es tan larga y… este no es el momento. No como están las cosas ahora. – Aclaró el mayor. – Sakura me ha dicho que has estado con un chico y él te ha dejado. – Itachi tragó saliva con incomodidad, sabiendo que aquel tema era espinoso para su hermano. – Sasuke ¿tú… tú has tenido intimidad con…ese chico?.

Sasuke agachó la cabeza dejando que algunas lagrimas cayeran de sus ojos y sintió nuevamente los brazos de su hermano envolviéndolo. El hermano menor sentía aquella calidez que silenciosamente le decía que estaba con él para lo que necesitara pero que no llenaba el lugar que solo podría completar Naruto.

– Tranquilo, Sasuke. – Intentaba sosegar a su hermano.

– Creo que estoy esperando un… hijo suyo…– Confesó dejándose envolver en aquella calidez.

– ¿Tú, le contaste?. – Preguntó un poco sorprendido ante aquella respuesta ya que era arriesgado para un gestador el estar embarazado, aún era más peligroso si estaba solo ya que una gran parte de los rumores eran ciertos sobre ellos, especialmente, los que desaparecían y nunca se volvía a saber de estos.

– Le dije… pero él no se…fue por eso… – Argumentó separándose del mayor y limpiando sus lágrimas. – Una muchacha vino a… nuestra casa… Ella es vidente y nos dijo… que él iba a morir…al encontrarse con un hombre… – Sorbió por su nariz calmado sus ansias por llorar. – Y todos… los que se vieran implicados… con esa persona correrían… el mismo destino.

– ¿Y ese sujeto apareció?. – Le preguntó al menor viendo como este asentía y cogía un papel doblado con varias arrugas que le entregó.

Itachi leyó lo que ponía y cuando terminó solo pudo abrazar a Sasuke de nuevo comprendiendo lo que sucedía pero todo momento fraternal fue roto cuando escucharon los gritos de Sakura desde la planta baja. Itachi iba a ver qué ocurría pero la puerta fue abierta, antes de lograr levantarse del lugar, por una patada de un hombre con el pelo blanco y ojos verdes.

– ¡Hola, precioso! Nos volvemos a encontrar y junto a un amiguito. – Dijo el desconocido mirando a Sasuke con lujuria y luego con una sonrisa a Itachi ocasionando que ambos hermanos fruncieran el ceño.

Itachi viendo las intenciones de aquel sujeto lanzó desde su boca una enorme llamarada de fuego. El hombre de cabello blanco retrocedió, dándole tiempo suficiente a Itachi de coger a su hermano en brazos y salir del cuarto por la ventana.

Itachi calló a la calle trasera de la casa cargando a su hermano en sus brazos para evitar que se dañara cuando salió de esa manera de la casa.

– ¡ITACHI, SON ELLOS!. – Gritó el menor de los hermanos abandonando los brazos que lo sujetaban para quedar de pie, a un lado de hombre de coleta. – ¡SON UNO DE LOS QUE BUSCAN A ESE CHICO Y NARUTO!.

Antes de que Itachi pudiese hablar, una voz irrumpió.

– ¡CHICOS, AYUDADME!. – Pedía Sakura tras una ventana enrejada con la pequeña Aya en brazos que lloraba abrazando con fuerza a su madre debido a que estaba asustada.

– Apártate. – Ordenó el de coleta.

Cuando la mujer se retiró, Itachi lanzó una bocanada de fuego que logró derretir el metal.

– Vámonos de aquí. – Ordenó ayudando a Sakura con su hija a salir de la casa para alejarse a toda velocidad de allí.

…Calles de Konoha…

– ¿Por qué os detenéis?. – Preguntó con irritación Danzou a los dos rastreadores ante él.

– Su rastro ha desaparecido. – Respondió Zabusa.

– Seguramente habrán contactado con algún capote. – Anunció Haku.

– Señor, será mejor utilizarla información de los videntes o el oráculo que están en CING. – Sugirió Torune.

El anciano asintió antes de tomar el teléfono.

…Sótano del casino Tres Lunas ~ Konoha…

La mayoría de los miembros de Akatsuki habían entrado en sus habitaciones que estaban en el mismo sótano o habían subido a inspeccionar el exterior del edificio.

Sin embargo, Konan y Tobi se habían quedado en aquella inmensa sala con ellos.

– Ten. – Le entregó la mujer de cabello azul una taza de té al rubio. – Se te nota que estas nervioso y cansado. – Respondió a la pregunta no formulada.

Naruto aceptó la taza y en el momento de cogerla en sus manos esta se agrietó.

– ¿Pero qué? – Cuestionó Naruto al sentir como la porcelana se resquebrajaba bajo uno de sus dedos.

– Esto no es bueno. – Opinó Konan arrebatándole la taza de té de las manos del hombre de ojos azules. – Te traeré otra taza, esta ya no sirve. – Le indicó la mujer al Uzumaki antes de ir en busca de otra taza de té.

Naruto vio como la centinela se alejaba pero no podía dejar de sentir aquella sensación de agrietamiento del material del recipiente y su instintos se habían puesto alerta ante ello y un pésimo pensamiento acudió a su cabeza, solo esperaba que no fuese nada malo. Además, se obligó a recordar y creer que se había alertado por lo extraña que fue la sensación.

– Sasuke… como me gustaría estar a tu lado, ahora. – Murmuró Naruto, apretando la tela de sus pantalones con fuerza.

…Calles de Konoha…

En el interior de un taxi se encontraban Sakura con su hija y Sasuke en el asiento trasero. En el asiento del copiloto del vehículo, se encontraba Itachi.

– Toma. – Le ofreció Itachi su teléfono móvil a Sakura. – Llama a tu esposo y dile que no vaya a tu casa que se dirija al casino Tres Lunas. Está cerca de la torre roja y cuando esté ahí, vuelva a llamar a este número. – Le indicó a la mujer de cabello rosa que sin oponerse marcó el teléfono móvil de Juugo.

– ¿No se supone que nos dirigimos a la farmacia de la calle Kongen (semilla)?. – Preguntó Sasuke dándole vueltas al anillo en su dedo.

– Solo es una parada en el camino. – Respondió el de coleta sin mirar a Sasuke.

– ¿Una parada?. – Repitió el menor de los hermanos sin dejar de mover el aro en su dedo.

…Casa de Sakura ~ Konoha…

Los Hebi abandonaban la vivienda.

– ¿Karin puedes verlos?. – Inquirió Orochimaru con enfado.

– Padre, será mejor que abandonemos cuanto antes este lugar. – Ignoró a su drame. – Los rastreadores vienen hacia aquí. – Le anunció acercándose a su otro progenitor.

Orochimaru asintió furioso, encontrarse con Raíz en ese momento, solo ocasionaría un combate innecesario.

– ¡Regresamos!. – Ordenó abrazando el musculoso brazo de su marido en busca de tranquilizar sus nervios y enfado porque su plan no salió como esperaba.

…~…

A lo lejos se podía ver un costoso vehículo de color beige ocupado por tres personas.

– Parece que esos idiotas se nos adelantaron. – Afirmó Hanabi ojeando una revista que había comprado minutos antes mientras su primo repostaba la gasolina del automóvil.

– Bu… bueno, aún podemos encontrar al chico. – Dijo Hinata cogiendo las anotaciones que le había dado Yukimaru del interior de la guantera del vehículo.

– Opino que deberíamos irnos pronto, aparecerán los policías con lo que han organizado ahí. Incluso, puede que Raíz aparezca por la zona. – Recordó la adolescente sin apartar sus blanquesinos ojos de la revista.

Neji asintió apretando con fuerza el volante del automóvil antes de arrancarlo y alejarse del lugar que los Hebis se habían ocupado de destrozar y el cuál, estaban abandonando.

…Sótano del casino Tres Lunas ~ Konoha…

Itachi estaba en el lujoso ascensor del casino Tres Lunas junto a su hermano, Sakura y la niña de pelo color zanahoria.

– ¿Por qué hemos venido aquí?. – Preguntó Sakura con su hija dormida en sus brazos.

– Este es el único lugar seguro que conozco. También, es la guarida de Akatsuki y soy uno de sus componentes. – Confesó el de coleta mirando a su hermano para sacar una llave que introdujo en un pequeño hueco bajo los botones del ascensor y pulsar uno de los botones que los llevaría al lugar en el que estaba Akatsuki. – Cuando me fui, cuando te deje tras la muerte de mamá, me prometí ayudar a todos los nuestros y el que no acabaran a manos de esos malditos de Raíz. Por todo eso, me marché Sasuke. – Declaró ante la asombrada mirada de ambos adultos.

El ascensor llegó a su destino e Itachi sacó la llave para volverla a guardar en su bolsillo y adentrarse en un pequeño pasillo con una única puerta.

– Sasuke. – Llamó a su hermano. – Toma. – Le entregó una prueba de embarazo. El elemental eléctrico miró a su hermano sin entender. – Será mejor que te asegures de tu estado porque, a pesar de que este sitio sea seguro, las personas como nosotros, nunca sabemos cuando tenemos que defendernos o salir huyendo para poder sobrevivir. – Respondió aquella pregunta que su hermano le había hecho con la mirada.

– Está bien. – Dijo mirando la pequeña caja. – Así que fue por esto la parada en la farmacia. – Sasuke sonrió levantando la mirada de la caja para ser correspondido con una sonrisa de su hermano.

Itachi se adelantó y abrió la puerta mostrando una enorme sala con sofás y sillones de diferentes estilos y tamaños.

Había puertas en el fondo de la pared empapelada de flores color rojizo. La estancia estaba decorado con cuadros de paisajes de diferentes lugares del mundo, plantas, jarrones y pequeñas esculturas dándole un toque de calidez a la enorme sala.

El sonido de un televisor rompía el silencio del lugar.

– ¡Bienvenidos a Akatsuki!. – Habló Itachi permitiéndole el paso a Sakura y su hermano menor.

Cuando entraron pudieron ver una enorme mesa de madera de forma rectangular con catorce sillas a su alrededor y un frutero repleto de fruta en medio de la enorme mesa.

Cerca de la mesa había una cocina y una puerta que indicaba ser la despensa. También, había una enorme estantería llena de libros de diferentes tamaños y cubiertas.

Ambos recién llegados, vieron el enorme televisor frente a un enorme sofá, en él se encontraba un hombre con una máscara naranja y otro hombre de pelo negro.

Sin embargo, los oscuros ojos de Sasuke se dirigieron hacia un sillón cerca de la estantería donde una mujer de pelo azul hablaba con un rubio que captó toda su atención y le era imposible no reconocerlo.

– Naru…to. – Susurró Sasuke antes de salir corriendo ante la atenta mirada de Itachi y Sakura para lanzarse a los brazos del rubio quien se giró al escuchar los apresurados pasos a acercándose a él.

– ¡Sasuke!. – Exclamó sorprendido Naruto mirando al moreno que lo abrazaba. – ¿Cómo es que tú…?. – No pudo terminar la pregunta porque los labios del Uchiha se unieron a los de él en un beso más que necesitado y con sabor a sal debido a las lágrimas que derramaba el elemental.

– Naruto, no me vuelvas a dejar. – Pidió apretando sus manos en el suéter del rubio después de finalizar aquel beso en el que intentaba trasmitirle todo sus sentimientos. – Naruto… – Llamó hundiendo su cabeza en el hombro del Uzumaki sintiendo como aquellos fuerte brazos se envolvían en su cuerpo.

– Perdóname, Sasuke… – Pidió Naruto al moreno al verlo de esa manera que le causaba tanto dolor. – Perdóname… – Repitió besando aquella cabeza cubierta de pelo azabache al comprender que había sido un error el alejarse de su novio, quien lloraba en ese momento en sus brazos debido más al efecto producido por su estado. – Yo solo quería protegerte. – Se justificó Naruto en voz baja comenzando a llorar y volviendo a besar la cabeza de Sasuke.

Itachi cerró la puerta mirando sin apartar la mirada de su hermano y aquel rubio. El Uchiha mayor podía percibir el amor que se tenían esos dos y sonrió al saber que su hermanito era correspondido con la misma intensidad pero, al mismo tiempo, se sentía preocupado por ello debido a lo que le contó Sakura.

– Itachi…– Lo llamó Sakura captando toda su atención. – ¿Cómo sabías qué…?. – Pero la mujer de ojos verdes no pudo terminar de formular la pregunta porque fue interrumpida.

– No tenía ni idea de que ese rubio fuese la pareja de Sasuke, Sakura. – Le contestó el de coleta. – Se puso en contacto con Akatsuki esta mañana y desde hace unas horas está aquí pero ahora no puedo dejar de preocuparme por lo que me contó mi hermano y me dijiste tú. – Confesó acercándose a la mujer de cabello rosa.

– ¿Te refieres a lo de la visión?. – Cuestionó la Haruno viendo como Itachi asentía con la cabeza.

– Me contó todo en tu casa.

…~…

Sai estaba viendo uno de esos programas de televisión que ridiculizaban a los concursantes con retos absurdos y desagradables pero que al final, muy pocos lograban el premio principal.

A la derecha del confusor, Moegi se había quedado dormida sobre el sofá y a su izquierda, estaba ese enmascarado llamado Tobi, riendo a cada escena que le parecía graciosa, las cuales normalmente eran aquellas donde los concursantes del programa terminaban embadurnados de algún líquido colorido.

Sai se estaba dejando dormir ante el aburrimiento, aunque no deseaba cerrar sus ojos y vivir nuevamente lo ocurrido en aquel callejón. Un escalofrío recorrió el cuerpo del chico paliducho haciéndolo estremecer ante el recuerdo y se disponía a levantarse e ir junto a Naruto que hablaba con Konan sobre alguna trivialidad para que le ayudase a borrar esa mala experiencia.

Además, Sai hacía mucho que deseaba estar junto al hombre de marquitas en el rostro y que este lo recibiera con los brazos abiertos, le hiciera el amor como más de una vez se lo había hecho en el pasado para borrar todos esos malos recuerdos de su memoria. Además, él quería saber que le ocurría al Uzumaki porque desde que despertó había percibido tristeza en el chico de ojos azules que estaba dispuesto a transformarla en lujuria, a pesar de que tuviese que utilizar su poder en Naruto.

Todo pensamiento en la cabeza de Sai fue eliminado al escuchar la puerta abrirse y por ella aparecía aquel moreno de pelo largo que había abandonado la sala en mitad de la reunión acompañado de una mujer de cabellos rosas, con una niña pequeña dormida en sus brezos, y un chico moreno con un extraño peinado que terminaba en largas trenzas en la espalda, muy parecido al de coleta.

Sin lugar a duda, el hombre de trenzas llamó la atención de Sai al ver como se quedó unos segundos paralizados mirando a un solo punto de todo el lugar e ignorando el resto. Ese desconocido miraba a Naruto, para luego correr hacia él y abalanzarse en los brazos del Uzumaki para besarlo.

Sai había quedado en shock pero cuando salió de esté estado solo había en el confusor furia e ira al ver esa escena que no estaba dispuesto a aceptar.

El hombre paliducho se levantó del sofá y a grandes zancadas llegó hasta la pareja que se abrazaba con lágrimas que rodaban por sus carrillos y sin que nadie en aquella habitación lo esperase, Sai agarró a Sasuke del brazo, apartando al elemental de Naruto y deshaciendo el abrazo que sostenía con el rubio para alejarlo de un empujón que lo tiró al suelo, donde Sasuke cayó sobre su trasero.

– ¡SASUKE!. – Gritaron Naruto, Itachi y Sakura a la vez asustados por el repentino acontecimiento.

Moegi se despertó sobresaltada, observando sin entender la escena que se había creado en la sala y la pequeña Aya despertó asustada, comenzando a llorar en los brazos de su madre, que se detuvo para calmar a su pequeña hija.

El rubio fue el primero en llegar hasta donde se encontraba su novio aún conmocionado por lo ocurrido y sin comprender pero Naruto no tardó en volverlo a abrazar consiguiendo percatarse de lo que sucedió mientras era inspeccionado por su pareja.

– ¿¡QUÉ TE PASA, SAI!?. – Gritó el Uzumaki mirando al paliducho sin soltar a su pareja que se agarraba él en busca del confort que brindaba aquel otro cuero pero el aludido no respondió solo se dio la vuelta.

Sai no pudo ni dar un paso porque un puño se estrelló en su rostro haciéndolo caer al suelo. El moreno vio como su atacante se disponía a golpearlo de nuevo pero fue detenido por Konan y Tobi para que no se abalanzara sobre él.

Sai se levantó del suelo y limpió la sangre que salía de su labio roto.

– ¿Por qué? ¿Por qué, Naruto?. – Preguntó el confusor mirando al rubio que abrazaba al hombre de extraño peinado de trenzas. – Tú y yo… – Pero no pudo continuar porque fue interrumpido por el propio rubio.

– Sai, no sé qué mierdas se te está pasando por esa cabeza tuya pero si vuelves a intentar algo así con Sasuke, seré yo quién te golpee y no solo tendrás el labio partido. – Amenazó Naruto cambiando sus ojos azules a un rojo. – Creí que podríamos ser amigos, después de todo lo que ocurrió, yo ya había olvidado aquello que hiciste. Te había perdonado por eso pero que te quede bien claro, todo lazo que creas que pueda existir entre nosotros desaparecerá si vuelves a tocar a mi novio. – Concluyó ayudando a Sasuke a levantarse.

Sai lo miró con tristeza y arrepentimiento para dirigirle una mirada de furia al hombre al lado del rubio.

…Casa de Sakura ~ Konoha…

Danzou había llegado a aquella casa donde dos coches de policías se hallaban detenidos con las luces encendidas frente a la edificación.

El anciano se acercó, ignorando a la policía que pedía a los vecinos que abandonarán la zona.

– Disculpa señor, pero no puedo dejarle pasar. – Le anunció uno de los policías que se encontraba en la zona.

– ¿Qué ha pasado aquí?. – Preguntó Fuu.

– Señor, esa información no se la puedo revelar. – Le contestó de manera automática el agente.
Danzou sacó de su bolsillo un carnet junto a una placa de metal.

– Como puede ver tenemos autorización para estar aquí. – Indicó con supremacía.

El policía asintió y les dejó pasar cuando reconoció aquella identificación, a sabiendas de que esas personas no eran humanos normales.

– Al parecer la familia que vivía aquí fue atacada esta mañana por un grupo de desconocidos. – Les informó el agente de seguridad. – La casa es alquilada y no hay muchas pertenencias de los ocupantes solo alimentos, ropas y juguetes de la hija de la familia. – Habló el hombre rascando su nuca. – Hemos comprobado el nombre de las personas a quienes estaba alquilada la vivienda pero aún no tenemos información de las personas aunque es posible que hayan usado identificaciones falsas para hacerlo. Tampoco, parece que los vecinos conozcan a la familia que se alojaba aquí.

– ¿Algún testigo?. – Preguntó Torune.

– Dos vecinos. Una anciana que vive en la casa de al lado que asegura haber visto como un hombre de pelo largo y negro lanzaba fuego de su boca como un dragón. Fue la que dio el aviso. El otro testigo fue  un chico de dieciséis años que pasaba con su bicicleta por el lugar. – Respondió el policía.

– Gracias, agente. – Dijo Danzou para que el policía se retirará. – Zabusa, Haku; inspeccionar toda esta planta y Torune, Fuu; encargaros de examinar la planta superior haber si encontráis alguna pista o algo que nos sea de utilidad. – Le ordenó Danzou.

– ¡Sí, señor!. – Dijeron al unisonó.

…Muelle de Konoha…

Un pequeño bote con una rubia, como único pasajero, llegaba al muelle.

La mujer descendió de la pequeña embarcación que comenzó a hundirse en las oscuras y sucias aguas del muelle.

– Por fin… – Susurró la rubia tomando aire después de haber estado remando casi todo el día para llegar ahí.

– ¿Tsunade?. – Irrumpió una voz masculina.

La mujer escuchó como la llamaban a sus espaldas para encontrarse con un hombre de pelo plateado y sonrió al reconocerlo.

– ¡Kakashi!. ¿Cuánto tiempo?. – Pronunció la rubia.

…Guarida de Akatsuki ~ Konoha…

Konan le había dado una habitación a la pareja después de calmar a Itachi y sus deseos asesinos de aniquilar a Sai por empujar a su hermanito, quien podría estar embarazado.

Sasuke tomaba una taza de té, que le había ofrecido la mujer de pelo azul antes de entrar en esa habitación.

El elemental estaba recostado en el pecho de Naruto sobre una de las dos camas individuales y el rubio lo tenia abrazado, dando ligeras caricias a el plano vientre de Sasuke con su mano derecha, en un rictus tranquilizador que estaba adormeciendo al Uchiha.

– ¿Te encuentras mejor?. – Preguntó el rubio con dulzura recibiendo un leve gruñido de conformidad de su compañero.

–Tengo sueño. – Bostezó Sasuke escuchando la risita del hombre de ojos azules junto a él.

Naruto retiró la taza con el calido líquido de las manos de su novio y la puso sobre la pequeña mesita que había a la derecha de la cama.

– He escuchado que es normal que los embarazos den sueño y cansancio. Al fin y al cabo, sois dos, por lo que gastas más energía que de costumbre. – Explicó el Uzumaki besado la blanca mejilla de su compañero.

– ¡Hablando de eso!. – Sasuke sacó del bolsillo de su pantalón la prueba de embarazo que le había entregado Itachi minutos antes.

– ¿Qué es eso?. – Preguntó el de marquitas en el rostro al ver como el moreno mostraba una cajita a la altura de sus ojos azules.

– Es un test de embarazo. – Respondió con un leve sonrojo el elemental. – Itachi me lo dio y estaba pensando en hacerlo ahora. – Dijo deshaciendo el abrazo de su novio y mirándolo con la cara completamente roja. – Sólo sería una forma de asegurar mi estado aunque no es tan efectiva como una analítica de sangre.

El rubio asintió y el moreno abrió la cajita sacando el test junto a la hoja de instrucciones que leyeron atentamente.

– Solo tienes que poner unas gotas de tu orina para saber. – Comentó Naruto mirando el pequeño artefacto en las manos de su pareja.

Sasuke se adentró al pequeño aseo con el que contaba la habitación y al pasar unos minutos, el moreno salió con un leve carmín en sus pómulos por lo que había hecho.

Sasuke caminó hasta la cama donde se sentó, dejando el test sobre la cama entre el rubio y él.

– Ahora solo queda esperar, si es rosa o es azul. – Recordó el Uzumaki.

– Naruto. – Llamó el hombre de ojos negros a su novio. – ¿Qué ocurrirá si…?

El chico de ojos azules se levantó y se acuclilló frente al moreno, mirándolo a los ojos viendo la preocupación y la duda que embargaban a su pareja.

– Sasuke, sea lo que sea, yo estaré contigo. No importa si resulta que tu cuerpo te esté dando una falsa alarma porque no te volveré a dejar atrás. Sé que no debí irme pensando que era lo mejor para ti pero no volveré a cometer ese error, Sasuke. – Argumentó para besar aquellos labios que lo llamaban a ser probados.

– ¿Y ese chico? Parece que siente algo por ti y él… – El hombre de ojos negros fue nuevamente interrumpido por un beso de su pareja.

– No pienses eso, yo no te dejaría por Sai. – Afirmó el rubio. – Tú eres mi todo, Sasuke.

– Pero tú y ese chico…¿qué es lo que ha pasado entre ustedes?. – Pidió el Uchiha escuchando el bufido de incomodidad del Uzumaki. – Por favor, Naruto, cuéntamelo.

– Está bien pero que te quede claro que eso solo es el pasado porque ahora, tú eres lo más importante para mí. – Miró al chico con el peinado de trenzas. – Sai y yo fuimos pareja. – Confesó Naruto cogiendo las manos blancas del elemental porque sabía que esa afirmación había sido una puñalada directa en el corazón del Uchiha aun y a pesar de que fuera algo que ocurrió hace mucho. Naruto sabía que aunque Sasuke no dijera nada, le dolía el saber que había habido otra persona en su vida antes que él. – Realmente, no sabría como decirte como empezó nuestra relación porque de un día para otro, él y yo ya estábamos juntos. – Apretó las manos del Uchiha que devolvió el apretón para que continuara. – Todo iba acelerado entre Sai y yo, y llegó un momento en que esa relación que manteníamos se desbordó de su cauce, quizás por la velocidad, quizás por como sucedía todo entre nosotros. Lo cierto, es que no lo sé pero se arruinó. – El rubio tragó saliva con fuerza al sentir su garganta seca y otro apretón en sus manos. – Me di cuenta cuando un día volví antes al ático que compartía con Sai. Entré, pensando que estaría solo porque supuse que se encontraba “descansando”. – Pronunció alargado la palabra “descansando” con un toque de sarcasmo en su voz. – Cuando llegué, escuché susurros y gemidos y, aun cuando una voz dentro de mí me insistía que no fuera al lugar de donde procedían esos sonidos, yo no le hice caso, por lo que me dirigí al lugar de donde provenían todos esos ruidos. – Naruto recostó su cabeza sobre los muslos de su novio deshaciendo previamente el agarre de sus manos y Sasuke comenzó a acariciar las hebras doradas de su compañero. – Él estaba teniendo sexo en la cama con otro hombre. EN NUESTRA CAMA. – Naruto no pudo evitar gritar mientras cerraba con fuerza los ojos. – Lo peor… es que yo conocía a ese otro hombre con el que me estaba engañando. Ese chico, al que yo creía era mi amigo. Mi mejor amigo. – Una pequeña risa afloró de los labios del rubio. –  Él, mi amigo, se estaba follando a Sai en la casa y la cama que vivía con él. – El de ojos azules levantó el rostro mostrando sus ojos temerosos de volver a vivir nuevamente esa experiencia. – Yo no me había movido de la entrada del cuarto por alguna razón que desconozco pero para cuando volví a ser consciente de lo que pasaba frente a mí, ya habían terminados y cuando se separaron me miraron, haciéndome entender que sabían que yo estaba ahí con una sonrisa divertida, burlarse en mi cara por ser tan idiota como para no saber que Sai me engañaba con aquel hombre que pensé era un amigo. – Uzumaki suspiró sin querer mirar a Sasuke a la cara. – No fui capaz de decir nada, me sentí tan mal y solo pude huir del lugar a toda prisa, antes de darme cuenta, estaba en un tren con rumbo a la ciudad de otro país. – Reveló volviendo a coger una de las blancas manos de Sasuke. – Han pasado cinco años desde entonces. – Recordó mirando a su pareja con intensidad. – Después de estar de un lugar a otro… te conocí a ti y redescubrí, lo que se siente estar con alguien pero también, descubrí lo que es el amor de verdad porque nunca he sentido por nadie lo que siento contigo. Lo que siento hacia ti, Sasuke. – Terminó besando al moreno con amor mientras lo recostaba en la cama sin cortar el beso.

Sasuke no sabía que decir porque aún cuando conocía los sentimientos que le profesaba el Uzumaki, le molestaba que hubiese alguien antes que él. Cuando él solo se había entregado y amado al rubio. No obstante, era consciente de lo ridículo que era ese pensamiento porque Naruto no volvería con ese sujeto y él no estaba dispuesto a dejar ir al rubio tan fácilmente y mucho menos, ahora que conocía por lo que tuvo que pasar su novio al estar con ese chico.

– Tú, ¿lo odias?. – Le preguntó Sasuke a su amante una vez acabó el beso.

– No. – Respondió con sus ojos clavados en los contrarios. – No puedo odiarlo aunque quise hacerlo en más de una ocasión pero pronto me di cuenta que no valía la pena. – Naruto dio un pico en los labios de Sasuke antes de continuar hablando. – Sai no era el predestinado en mi vida, lo eres tú. – Besó la frente del elemental. – El mismo día que te conocí, me sentí el hombre más afortunado porque fuiste y eres el único que conseguiste darle vida a mi corazón. – Le confirmó volviendo a besar la nívea frente.

– Entonces…¿por qué decidiste llevarlo a la casa de Sakura?. – Inquirió el de ojos ónix acariciando el rostro del Uzumaki. – Él no era tu responsabilidad.

– Cuando lo vi tirado en aquel callejón completamente herido, pensé en dejarlo allí, por todo lo que me hizo y porque no quería que creyeras algo raro, pero sabía que no era lo correcto y al acercarme a él pude comprobar lo mal que estaba, solo sentí lástima. Lástima porque algo me dijo que Sai estaba solo y no tiene a nadie que lo ayudase. Él aun no ha encontrado el amor y no sabe lo que es ese sentimiento que nosotros tenemos la dicha de experimentar. – Naruto besó aquella mano que acariciaba su mejilla derecha. – Además, no podía dejarlo allí tirado, no era correcto y no soy alguien despiadado. Por eso, lo ayudé aunque no sabía que él vendría para que mi fin se acerque. Yo no quiero que te pase nada Sasuke, ni a ti, ni al bebé. – Dijo Naruto recordando la predicción de Moegi, sintiendo como los brazos del Uchiha se enredaban en su cuello.

A Sasuke no le bastó otra respuesta para lanzase a los labios de su novio y fusionarse al rubio en un fogoso beso en que sus lenguas danzaban un intimo baile.

Fue un beso que lograba nublar la vista y dejar en blanco la mente, logrando que olvidasen respirar pero que terminó debido a la falta de oxigeno en sus pulmones.

– Naruto… hazme el amor. – Pidió Sasuke mirando a su novio con ojos suplicantes y con la respiración agitada por el intenso beso que había acabado de compartir con su compañero.

Naruto lo miró con los ojos brillante por el deseo y no tuvo que pensárselo dos veces para volver a atacar esos labios que esperaban ser devorados y al acabar ese beso un pequeño jadeo afloró de ambas bocas.

Naruto miró a su pareja para desprenderse de su suéter y camisa mientras, Sasuke hacía lo mismo con sus ropas.

El hombre de ojos azules volvió atacar los hinchados labios del chico moreno mientras acariciaba toda aquella tersa piel blanca. Las manos del rubio encontraron los pezones de su pareja que no dudó en frotar con sus dedos y pellizcar para tragar más jadeos del Uchiha.

Sasuke acariciaba toda la piel expuesta del rubio sintiendo como su entrepierna comenzaba a doler bajo los pantalones y por alguna extraña razón, se sentía mucho más sensible al tacto de su amante que de costumbre. Necesitaba a Naruto de esa manera, quería tener toda la pasión que su novio le pudiese ofrecer en ese instante. Quería sentir al Uzumaki con mayor intensidad porque deseaba que nadie más que él quedara grabado como una marca en el alma de su novio y su rubio marcara la suya como el metal candente pudiera marcar la carne.

Naruto abandonó la adictiva boca del elemental para dar una pequeña mordida en la barbilla del moreno que gimió apretando sus tostados hombros. Lamió el mentón antes de abandonarlo por el cuello de Sasuke que comenzó a llenar de besos, lametazos, succiones y pequeñas mordidas haciendo gemir al chico con peinado de trenzas que se revolvía bajo su atlético cuerpo.

El chico de ojos azules descendió al pecho encontrándose con uno de los rosas botones que no dudó en degustar con su boca.

Sasuke jadeó el nombre de su amante al sentir que había alcanzado el orgasmo tan solo con simples caricias y besos que no cesaban de ser repartido en su cuerpo.

Naruto nuevamente se fundió en los labios del Uchiha mientras llevaba sus manos al pantalón de Sasuke comenzando a desabrochar el cinturón del pantalón. Una vez lo consiguió, abrió el cierre del pantalón y cortó el beso para despojar a Sasuke de todas las prendas que aún le cubrían.

Uchiha había vuelto a excitarse con aquel apasionado beso y el cosquilleó de sentir las manos de su pareja en sus pantalones que presionaban de vez en cuando su miembro a intentar liberarlo de esas prendas.

El erecto y húmedo pene del moreno fue liberado de las molestas ropas para quedar frente los lujuriosos ojos del Uzumaki, quien dirigir una mano al miembro de su compañero y presionar un poco el glande con su dedo índice ocasionando que el Uchiha jadease.

Naruto recorrió la longitud de aquel pene con su dedo índice con lentitud, sin dejar de mirar los suplicantes ojos de su compañero que brillaban con deseo.

Continuó el camino por aquel mojado sexo hasta llegar a la aspereza del vello púbico y acariciarlo con todos sus dedos y bajar hasta el escroto de Sasuke para apresarlo en su mano con delicadeza.

El hombre de pelo petróleo gimió al sentir como la mano del Uzumaki envolvía aquella zona y comenzaba a masajearlos.

Naruto acercó su mano libre a la boca del Uchiha, quien no dudó en relamer y chupetear los dedos del rubio conociendo la finalidad de aquello y Uzumaki sonrió sintiendo como sus prendas le estaban apretando demasiado por la espera. Naruto no pudo controlarse para volver a saborear la boca de su novio una vez más, en los que jugueteaba con sus dedos y lengua.

Sasuke disfrutaba de aquel beso en el que los dedos de su novio también eran participes y levantó sus caderas, buscando la fricción que le pedía su cuerpo y frotarse en el cuerpo sobre él, al dejar de sentir aquella mano que jugaba con sus genitales.

El hombre de ojos azules abandonó la deliciosa boca de su pareja, quien gimió descontento por romper el beso pero que provocándole una pequeña risita en Naruto.

El chico de marquitas en la cara cogió la almohada que puso bajo el  trasero de Sasuke e introdujo uno de los húmedos dedos sintiendo humedad en esa zona y envolviendo con su otra mano el pene de su amante para brindarle caricias.

– Parece que no hacía falta lubricar mis dedos para prepararte. – Comentó removiendo su dedo en aquel apretado hueco de carne caliente y húmeda.

Uchiha no paraba de jadear por las atenciones mientras apretaba con sus manos la tela bajo él a causa del placer que experimentaba.

Naruto introdujo un segundo dedo en aquel orificio y su boca acalló la contraria con un nuevo beso. Al poco tiempo el rubio introdujo un tercer dedo que removió en el interior de su novio que se revolvía de las agradables sensaciones que le estaba proporcionando.

Sasuke casi gritó dentro de la boca contraria mientras arqueando su espalda y apretando su agarre a la ropa de la cama al ser presa por un segundo e intenso orgasmo que ensució a los dos.

Naruto se separó por completo del cuerpo bajo él, que estaba respiraba agitadamente, comprobó que ya estaba bien dilatado para poder continuar.

Naruto se desprendió de las últimas prendas que lo vestían con rapidez ante la casada mirada oscura de su pareja y liberando su hombría preparado para seguir.

El rubio retiró la almohada bajo el moreno y cogió las blancas piernas del elemental para ponerlas sobre sus hombros. El Uzumaki se inclinó para dar un ligero beso en la punta de la nariz a su pareja y agarró su propio pene antes de dirigirlo al pequeño hueco por donde comenzó a adentrarse lentamente.

Sasuke sollozó con algo de dolor al sentir la intromisión en su cuerpo, aun sensible por el reciente orgasmo.

El elemental derramó algunas lágrimas porque, a pesar de ya haberlo hecho en otras ocasiones, no dejaba de ser molesto y un poco doloroso el sentir como el miembro de su pareja se introducía en su interior.

– Lo siento, Sasuke. – Se disculpó el chico de ojos azules al terminar de entrar en el estrecho orificio mientras se inclinaba para lamer las lágrimas de su novio aunque Sasuke no respondió.

Naruto comenzó a estimular nuevamente el sexo de su pareja y retiró de sus hombros las blancas piernas del Uchiha para poder besar con profundidad y cariño al moreno volviendo a incitar a Sasuke que movió un poco las caderas. Esa fue la señal para que el chico de ojos azules rompiera el beso para empezar a moverse lentamente.

Las envestidas cada vez eran más veloces y fuertes haciéndole gemir de placer y provocando que el pequeño test de embarazo que había estado olvidado en la cama cayese al suelo ante el movimiento de los cuerpos.

Sasuke no pudo aguantar mucho tiempo con aquel placentero ritmo que golpea en un punto de su interior que le hacía estremecer y gritar de placer.

Sin embargo, todo aquel placer que la pareja sentía iba aumentando llegó a su fin con el clímax de la actividad y el nombre del contrario por los dos participantes.

– Te amo… – Confesó Naruto mirando al propietario de su corazón con su respiración acelerada.

– Te amo… – Declaró el Uchiha aun intentando calmar su respiración y sus brazos enredados en el fuerte cuello del Uzumaki.

Pasó unos minutos en los que esperaron en normalizar sus respiraciones y Naruto se retiró con cuidado de Sasuke para ayudar a su pareja a levantarse, no era buena idea dormir desnudos en ese lugar.

El moreno se levantó de la revuelta cama junto al rubio para volver a recostarse esta vez bajo las mantas y ocultar su desnudez.

Naruto dio un paso atrás antes de adentrarse a la cama junto a su novio y notó como su pie chocó con algo pero al dirigir su mirada con lo que había golpeado su pie, encontró la prueba de embarazo. El rubio la recogió del suelo y vio el color rosa, sonrió antes de recostarse en la cama tras su novio y taparse con las mantas.

– ¡Buenas noche, dadá!. – Susurró Naruto en el oído del moreno y besar la blanca oreja.

– ¿A qué viene eso?. – Preguntó un poco confundido Sasuke dándose la vuelta para mirarlo pero el rubio puso ante sus ojos el test de embarazo que el Uchiha no dudó en coger entre sus manos.

– Parece que vamos ser padres, Sasuke. – Reveló Naruto para acercarse a los labios de su novio y darle un tierno beso.

Sasuke sonrió dejando el test de embarazo sobre la mesita cerca de la taza de té, sin cortar el beso y quedar sobre el cuerpo del Uzumaki.

– ¿Aun tienes ganas de jugar?. – Le preguntó Naruto al terminar el beso sintiendo como el moreno se sentaba sobre su ingle y comenzaba a moverse frotando su entrepierna con sus desnuda posadera.

– Puede ser. – Respondió sonriendo el Uchiha frotando su desnudo trasero sobre el sexo de su novio.

– Creí que estabas agotado después de esos tres orgasmos, amor. – Opinó el de ojos azules sujetando las caderas de su amante.

Sasuke sólo le respondió con un beso sin dejar de moverse sintiendo como el pene del rubio volvía empezar a erguirse y Naruto no pudo hacer otra cosa que sonreír al acabar el beso, consiente que le esperaba una noche de lo más divertida y activa junto a su novio.


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