lunes, 27 de noviembre de 2017

No acepto


Tal y como dice el título, NO ACEPTO lo que están haciendo con los fanfic muchas personas que dicen ser "seguidores" o "fans" o lo que sea... pero que sin hablar previamente (antes de estar distribuyendo una historia) con el autor/la autora original se dedican a distribuirla sin permiso alguno, por si no lo sabes; estos actos son plagio ya que no hay autorización de la persona que lo escribió.


Ok! es cierto que un autor o una autora de fanfic no gana beneficios económicos, que escribe por ocio sobre personajes y/o shippers (parejas de personajes creados por los propios fans) que les agrada para el disfrute de más fans del fandom y los/as fans del/ de los personaje/s que escribe desarrollando una historia que puede abarcar cualquier género. No obstante, recordemos que un/a autor/a de fanfiction también ha dedicado a la historia tiempo y esfuerzo; un trabajo que se debe de RESPETAR como fans porque gracias a esas personas podemos imaginar a un/os personaje/s determinado/s en un entorno completamente diferente al originario y, a decisión del escritor/a de fic, se enfrentará y resolverá diferentes situaciones que nos hará disfrutar.


Además, principalmente NO ACEPTO la distribución de fanfic donde aparece alguien preguntando por una historia y otra persona asegurando que si le da su correo electrónico o red social, etc., se lo pasa  pero nunca, NUNCA la persona que ofrece pasar el fic por mail indican que tienen aceptación del autor o de la autora de dicho fic. Es evidente de que ese/a individuo/a no han intentado ponerse en contacto con el autor o la autora de la historia que han hurtado y están distribuyendo como propia porque sí, eso es un plagio.

Obviamente, todo esto se debe al hecho de enterarme recientemente que nuevamente mi fic de "¡Cuídame!" está siendo víctima de seres desalmados/as que NO me han preguntado, NO he recibido ningún mail desde la web de fic en la que estoy o un mensaje, en este mismo blog, para saber mi respuesta (aclaro que carezco de una red social, así que buscarme en ellas, llámese tuitter, facebook, instagran, etc, será inútil), como ya comenté en mi anterior publicación donde el sentimiento de indignación a lo que ocurre me destroza, en esta ocasión no ha sido menos doloroso.

Llegado a este punto puede que estés agotado/a después de leer toda esta crítica desparramando mi desagrado a estos canallescos actos porque no te interesa mi opinión pero recuerda esto; si apoyas este tipo de personas sin escrúpulos para distribuir fanfic que no son suyos y sin tener permiso, estás apoyando que más fanfic desaparezcan, así como autores y la posibilidad de que aparezca un/a fanwrite que escriba un fic de tu interés o del género que te apetecía leer será menor. 

Solo cabe añadir, que esta desagradable noticia que me ha dejado destrozada, hace que mi decisión de re-subir mis fic editados y mejorados en AY u otra plataforma destinada a ellos se vuelva menos probable ya que el solo pensar que volverá a ocurrir este suceso me lastima porque hay que entender que un fic tiene dueño/a al que se le debe hablar para pedir permiso (traducción, hacer un comic, distribuir, etc.), que ha decidido compartir su historia ficticia con personajes que adora para que personas como tú y yo disfrutemos con escenas diferentes que protagonizan los personajes que amamos.

No puedo decir nada más sobre el tema salvo lo ya dicho: NO apoyes esta negligencia que asesina autores/as de fanfic.

martes, 1 de agosto de 2017

La condena de la sangre de titán

Autora: Yukikosan (yo)     Título: La condena de la sangre de titán

Resumen:

LeviEl sargento Rivaille jamás pensó que llegaría a enamorarse y, mucho menos, concebir en su mente la posibilidad de quedar embarazado de un chico que estaba en plena adolescencia. No obstante, sabía del peligro que corría no solo él mismo por su situación si el gobierno llegaba enterarse sino, también, en la situación en que se vería expuesto Eren.

Disclaimer o declaimer: Los personajes pertenecen a  Hajime Isayama y este relato es de una fan para fan, sin ánimos de lucro.

Categoría: Anime/Manga
Fandom: Shingeki no kyojin (Attack on titan)
Clasificación: Yaoi            Edad recomendada: Mayores de18 años
¡Aviso!: Contiene Spoiler del manga/anime.
Pareja: Eren x Rivaille Levi (EreRi), Erwin/Irvin Smith x Rivaille Levi (ErwRi) leve.
Género/s: Acción, angustia, drama y romántico.
Advertencia: Lemon (Sexo explicito), Mpreg (embarazo masculino) y muerte de personaje.
Fecha de publicación inicial: 20/07/2013
Fecha de finalización inicial: 18/05/2015
Web en las que está o estuvo: Amor Yaoi y La burbuja de nieve (mi blog)
Nota: He corregido y actualizado antes de ponerlo aquí, espero os guste




Lista de capítulos: [1][2][3][4][5][6][7][8]
                    [9][10][11] – [12] – [13][14][15]
                               [16] [17][18][19]

L.c.d.l.s.d.t. Capítulo ~19~

-Lágrimas de un por siempre.-


Eren fue llevado al cuartel general de la milicia, el cual estaba dividido en las tres funciones que se dividía (las tropas estacionarias, la legión de reconocimiento y la policía militar) junto a la corte de justicia, ubicada en la capital.

Mientras tanto, el pastor Nick había sido arrestado después de descubrirse que las murallas contenían titanes en su interior pero no fue el único, Jaeger también se encontraba en estado de vigilancia y aprisionamiento en espera de un segundo juicio mientras toda la legión de expedición y reconocimiento se hallaban suspendida como parte de actividades cotidianas perteneciente a su función como milicia de la humanidad, causando el desanimo en los miembros de la legión que portaba las alas de la libertad como emblema en sus ropas.

Rivaille se dirigía hacia la habitación en la que se encontraba Eren, ya había pasado una semana y Jeager aún estaba dormido pero Levi había estado toda esa semana ocupándose de elegir el mejor equipo de custodia para la mujer que poseía el mismo poder que Eren ya que Irvin se lo había ordenado. Por lo que a pesar de que Levi había sabido del despertar de Eren, quien aún se estaba recuperando, no pudo acercarse a donde se encontraba el adolescente hasta tres días después.

Al entrar a la habitación, el sargento, se encontró con Mikasa que estaba sentada al lado de la cama de Jaeger y ambos, hombre y mujer, se miraron a los ojos con desagrado.

– ¡Sargento!.– Exclamó Jaeger incorporándose para quedar sentado en la cama.

– Tengo que hablar con él. – Dijo Rivaille sin haber apartado sus ojos de la chica e indicándole con esas simples palabras de que saliera de allí.

– Mikasa, sal fuera. – Pidió Eren viendo que su hermanastra iba a decir algo para negarse a salir del cuarto.

Mikasa se levantó de la silla de muy mala gana, la asiática no estaba muy segura de dejar a Eren con el hombre a solas pero aún así, salió de la habitación custodiada por miembros de la policía militar.

En cuanto el ruido de la puerta al cerrarse se escuchó, Levi caminó hacia la silla, en la que había estado sentada Mikasa, para ocuparla, siendo seguido cada uno de sus movimientos por los ojos de Jaeger.

– ¿Cómo te sientes?. – Preguntó parco el sargento mientras sus ojos analizaban a Jaeger.

– Bien… aunque aún me duele el hombro.– Respondió Eren llevando una de sus manos al lugar en el que debía de haber una cicatriz, formando un incómodo silencio.

– Eren. – Llamó al adolescente. – ¿Ya te han contado sobre la situación en la qué te encuentras?.

– Sí, ayer vino el comandante para hacerme saber que volveré a tener que estar en una sala de otro juicio sobre el reconsiderar si soy o no peligroso. – Respondió desanimado Jaeger mientras su boca formaba una pequeña mueca de disgusto.

– Yo no podré estar presente en el juicio. – Informó Levi para darle a entender que no estaría para darle algunos golpes si comenzaba a soltar sandeces que lo perjudicarían más que ayudarlo a salir vivo y como miembro de la legión de reconocimiento activo. – Eren… no vayas a ser un mocoso idiota. – Añadió casi como un ruego pero que no dejaba de sonar como una orden acogiendo un pequeño silencio.

– Sar… lo qué pasó, en esos días, ¿terminó?. – Se atrevió a preguntar Jaeger con un tono de voz compungido mientras apretaba la sábana que lo cubría, interrumpiendo el silencio incómodo que se había formado. – Solo quiero saber si…–  Pero Eren fue interrumpido cuando los labios de Rivaille golpearon los suyos en un beso que hacía demasiado tiempo que esperaban recibir del contrario.

Había sido un beso necesitado, añorado. En el que sus bocas se golpearon con tanta fuerza que sus labios no pudieran soportar la colisión y terminaran rompiéndose mientras sus lenguas salieron como imanes, atrayéndose mutuamente, saboreando sus salivas mezclada con un poco de sangre de ambos que no dudaron tragar como si bebieran el más exquisito líquido que existiera en el mundo.

Las manos de Eren buscaron la espalda del sargento para aferrarse de sus ropas, atrayéndolo, pidiendo que el beso procediera a lo imposible entre ellos, el querer generar un contacto tan grande fuera de cualquier pensamiento humano porque Eren solo estaba queriendo fusionarse con Rivaille, el que ambos fueran uno.

Levi había llevado una de sus manos al mentón de Eren para besarlo, no calculó la velocidad ni la fuerza con la que unió sus labios con el adolescente que hacía tanto tiempo sin sentir, sin importarle en absoluto el sonido que  la unión de sus bocas ocasionó, anhelaba con ansias la boca contraria.

Las lenguas de ambos se frotaban con fuerza y rudeza, al mismo tiempo, no dejaban de inspeccionar la boca contraria, recordando cada rincón de la jadeante, húmeda y cálida gruta que ya conocían pero que anhelaban volver a inspeccionar.

Sus respiraciones se habían acelerado a medida de que se besaban y su separación fue tan rápida como había comenzado, pues al llegar al clímax del beso se habían olvidado de tomar el vital oxigeno y ya sus cuerpos gritaban por él, causando que ambos se separaran para quedarse mirando a los ojos del contrario.

– Eren… no dejas de ser un mocoso. – Destruyó el silencio que se había originado, Rivaille mientras volvía a sentarse en la silla. – No viene hasta aquí para estas cosas. – Musitó llevándose una mano al puente de la nariz con frustración, cualquier atisbo de contarle sobre su estado se había evaporado recordando que Eren era un adolescente y que el decirle algo como un embarazo solo ocasionaría que Jaeger pudiera cometer alguna estupidez o condenarlo a que el veredicto del juicio fuera más injusto y tormentoso. – El rey estará presente en el juicio. – Advirtió Rivaille, retomando el tema.– No van a ser tan vulnerable contigo como en el juicio anterior, en esta ocasión tomaran todas las pruebas que sean necesarias para apoyar tu defensa o culpabilidad.

Eren no respondió, solo agachó la cabeza mientras apretaba con fuerza las ropas de la cama que lo abrigaban y apretaba la mandíbula con tanta fuerza que se escuchaba el rechinar de sus dientes.

– No soy un monstruo, quiero que los titanes desaparezcan para que la humanidad sea libre y no viva prisionera… No sé el por qué puedo crear a un titán de la nada o porque mi padre me inyectó el suero que me une a ese titán o dónde pueda estar pero… pero… ¡no soy un monstruo!. – Expresó Jaeger con frustración y como si intentara convencerse de sus propias palabras.

Rivalle miró cada uno de los gestos del adolescente, sabía que estaba o debía estar pasando por emociones frustrantes e inevitable ya que todo lo que estaba ocurriendo salía de su comprensión pero era obvio que Eren no había nacido con esa capacidad y sabía que Irvin utilizaría esa información para intentar conservar a Eren con vida y también dentro de la legión de reconocimiento pero también, sabía que no era un seguro ya que la vida de Jaeger pendía en esos momentos de un hilo muy fino.

– Mocoso, deja de autocompadecerte, eso te hace ver peor que la mierda. – Interrumpió el sargento el silencio en el que solo se escuchaba los sollozos de Jaeger. – Es cierto que quizás se te considere peligroso y como una amenaza a la humanidad pero también puede ocurrir todo lo contrario y seguir sirviendo a la legión e incluso, llegar hasta tu casa en el territorio del muro María para saber que esconde ese maldito sótano pero lo que vaya a ocurrir en ese juicio, la decisión que se tome será en benefició de la humanidad. Muchos soldados han arriesgado sus vidas intentando liberar a la humanidad, tú deberías de sentirte orgulloso de haber logrado más que los reclutas cuya única utilidad ha sido servir de comida para los titanes. Tú salvaste a la humanidad de una segunda invasión, ayudaste a atrapar quién era el titán femenino cuyas cualidades eran únicas y no había forma que pudiéramos capturar con nuestras herramientas y trampas. No deberías de estar convaleciéndote y llorando por lo que ocurrirá, deberías de sentirte honrado de lograr algo que ningún otro ser humano ha podido conseguir y darle esperanza a la humanidad, Eren. – Concluyó Levi con tono de antipatía mientras se removía en la silla.

– Gra… gracias. – Murmuró Eren mirando al Rivaille ante sus palabras aunque eso no había ocasionado el que dejase de derramar lágrimas.

Levi volvió a levantarse de la silla pero para sentarse al borde de la cama en la que estaba Eren y así abrazarlo, no podía reprimir más el impulso que lo estaban obligando a hacerlo y el deseo de sentir una vez más a Jaeger entre sus brazos.

– Quizás no esté presente en el juicio pero tienes mi apoyo, mocoso. – Confesó el sargento al mismo tiempo que el abrazo se intensificaba.

Eren asistió ante las palabras del sargento mientras estrechaba más el abrazo, abrigando la confortable sensación que le brindaba el simple acto de consuelo.

Rivaille no estuvo seguro de cuánto tiempo habían estado abrazados pero si sabía que había parecido que el tiempo se subiera detenido y hubiera deseado que  hubiese sucedido ya que no quería separarse del adolescente.

– Levi…gracias. – Agradeció Eren con las mejillas arreboladas. – Por haber cuidado de mí y hacer que me sienta… – Se llevó una mano al pecho mientras una sonrisa se dibujaba en los labios del adolescente. – Feliz. – Fue la única palabra que emitió antes de llevar su antebrazo a su rostro y ocultar sus ojos para desprender nuevas lágrimas.

Rivaille abrió los ojos, no por las palabras de Jaeger o porque sintiera alguna emoción de gozo sino porque un escalofrío lo embargó completamente, su panza se agitó, por lo que llevó su mano como un auto reflejo a su vientre para calmar al ser que gestaba. Incluso, el sargento sintió que una fantasma ráfaga de brisa lo hubiera azotado y estaba moviendo sus labios para intentar decir algo, al mismo tiempo, que la puerta de la habitación se abrió abruptamente haciendo callar a Rivaille para prestar su atención a las tres personas que entraban al cuarto.

Levi pudo ver la insignia de la policía militar bordada en sus ropas.

– Eren Jaeger, por orden del rey, se le notifica que será interrogado en los próximos días antes del juicio que valorará su peligrosidad para la humanidad. – Anunció uno de los recién llegados. – Haga el favor de retirarse, vamos a comenzar con el procedimiento. – Esta vez se dirigió a Rivaille que sintió unas ganas tremenda de replicar pero se contuvo, sabía que ya Eren tendía demasiados problemas y su intervención sería tomada como un punto en contra del adolescente en el juicio, así que simplemente apretó sus puños y abandonó la habitación, encontrándose no solo con los guardias que custodiaban la habitación sino también a Mikasa, con quien se dirigió una mirada de desagrado.

Después de esa visita, Irvin había estado comunicando a Rivaille cada uno del procedimiento que se ejecutaba hacia Eren como la recopilación de información prejudicial, siendo que todo el proceso fuera frustrante. Incluso para el sargento, quien deseaba volver a ver a Eren y no podía hacerlo a causa de que prácticamente se la pasaba con altos cargos que le hacían pruebas e interrogatorios.

No obstante, esa noche, Levi se encontraba bastante inquieto debido a que al día siguiente se celebraría el segundo juicio para decidir el futuro de Eren.

Había pasado un mes desde que Rivaille visitó a Jaeger aunque en ese mes, su vientre había crecido asombrosamente y era lo suficientemente grande para que se apreciara visiblemente su embarazo. Por ello, Rivaille, tomó la decisión de confinarse en su alcoba aunque solía salir en las noches, cuando todos los soldados dormían para caminar un poco, evitando el que su estado pudiera ser un problema para la legión de reconocimiento al impedir que alguien lo viese e informara a algún alto cargo de la sociedad que, rápidamente, lo expulsaría del cuerpo y esto ocasionaría que se le imposibilitara obtener información de Eren ya que expondría a Smith, si este le comentara sobre Jaeger, al convertirse en un ciudadano más del interior de los muros.

Levi ni siquiera abría la puerta de su cuarto para dejar entrar al soldado que traía su comida, siendo que los únicos en visitarlos contantemente eran Irvin y el médico que se trasladaba desde Trost hasta ese cuartel oculto en ese bosque del interior de los muros para seguir y asegurarse de que el embarazo del sargento iba correctamente.

Rivaille detuvo sus pasos para mirar el cielo nocturno repleto de estrellas y donde la luna era solo un medio arco, el sargento chasqueó la lengua con irritabilidad al recordar, por centésima vez, que por la mañana se celebraría el juicio de Eren y donde prácticamente, todos los soldados de la legión de reconocimiento y expedición asistirían aunque solo los compañeros de Eren serían los que tendrían que presentar sus testimonió en el juicio acerca de Jaeger.

Sin poder evitarlo y como había estado haciendo durante todo ese mes sin percatarse para calmar su nerviosismo, Levi se llevó sus manos a su enorme vientre, el cual comenzó a acariciar mientras regresaba a su habitación para dormir.

Aunque la mañana había llegado hacía horas, Rivaille no logró despertarse hasta el mediodía cuando los ligeros toques en la puerta de su habitación acompañados de la voz de uno de los pocos soldados que aguardaban ahí, le indicaba que dejaban el almuerzo en la mesa que había a un lado de la puerta de la alcoba.

El sargento se levantó con demasiada pereza pero antes de siquiera poner un pie en el suelo, Levi dirigió su mirada a la única ventana que había en el cuarto.

– Eren…– Pronunció en voz baja el nombre del adolescente mientras su cabeza no dejaba de preguntarse qué estaría o habría pasado en el juicio que ese día se celebraba para decidir qué hacer con Jaeger.

Las horas parecieron pasar más lenta de lo normal ese día y ya estaba anocheciendo cuando los soldados que habían asistido al juicio de Eren regresaron al cuartel pero Irvin, Mike y Hanji no llegaron junto al resto de miembros de la legión de reconocimiento, lo cual aumentó la incertidumbre del sargento al no poder saber que fue lo que sucedió en el juicio  y que había pasado con Eren.

En la mañana del día siguiente, los compañeros de cantera de Eren regresaron junto a Mike y Rivaille pudo ver en sus rostros el desconcierto de lo que había ocurrido en el juicio de Jaeger sin la necesidad de que se le confirmara el veredicto.

Ese día, Levi ni siquiera comió demasiado, el apetito había desaparecido recordando el presentimiento que la última vez que estuvo con Eren lo había embargado, siendo como algún tipo de señal, la cual había deseado no recordar ni haber sentido.

A la madrugada del día siguiente, Levi abandonó el cuartel en silenciosa soledad, era lo planeado para poder pasar el resto de su embarazo, el trayecto a Trost, donde había arrendado una pequeña casa, se le hizo más largo de lo estimado, quizás fuese por las constantes paradas que debió hacer o la imposibilidad de ir a una a gran velocidad.

La casa era pequeña pero contaba con los muebles suficientes para poder alojarse allí y una cocina, aunque era pequeña, estaba bien equipada.

Rivaille se vio en la obligación de ir por las tiendas de víveres y suministrar tanto alimentos como productos de higiene antes de llegar a la casa, la cual escudriñó minuciosamente al entrar para asegurarse de que estaba limpia.

Había pasado una semana y aunque el doctor lo visitaba muy seguido al sargento para asegurar su embarazo, Levi casi no salía de la casa en la que parecía haberse confinado, solo abandonaba el edificio para comprar alimentos y productos de aseo personal y limpieza. No deseaba escuchar los cotilleos de los habitantes de Trost y en cuanto a la palabra titán llegaba a sus oídos, prácticamente huía del lugar.

Irvin llegó por la tarde y en su rostro se veía plasmada la derrota. La barba crecida de casi cuatro semanas le daban un aspecto más atormentado y no había necesidad de que alguno de ellos hablase para saber todo lo ocurrido que Smith pudiera contarle a Rivaille.




Dejó una margarita sobre la sepultura frente a él mientras su mirada se destilada lejana, como si los recuerdos que pasaban por su mente lo estuviera viviendo como un espectador mudo que añoraba por intervenir en espejismos de su mente.

Aún recordaba como si fuera ayer el cómo le contaron lo sucedido, lo que había pasado en todo ese tipo que había estado alejado de toda información y todos los intentos de salvarlo pero que no lograron convencer al ejecutor que había provocado que ahora estuviera ahí pero sobretodo, había agradecido no estar presente y el recuerdo que poseía de él, fuera de alguien joven, vivo y capaz de haber dado una esperanza al mundo.

– Papá. – Llamó una voz a su lado. – Lloras... – Señaló el rostro adulto a su lado.

Rivaille se llevó una de sus manos a la mejilla, descubriendo la solitaria gota salada que había salido sin percatarse de uno de sus ojos.

– ¿Triste?. – Volvió a interrumpir la voz mirando con desconcierto al mayor.

Levi sonrió a la niña que lo miraba con sus ojos de color azul acero pero cuya forma de mirar, era tan parecida a la del mocoso que ahora yacía muerto y descansando en ese lugar.

– Elsa. – Llamó a la niña mientras acariciaba la cabeza de negro cabello. – No estoy triste, ya no. – Sonrió mirando a la niña que lo observaba sin comprender sus palabras. – Tú estás conmigo. – Añadió antes de alargar su mano para que la niña la tomara.

Elsa asintió con la cabeza antes de llevar su pequeña mano a la de su padre para luego, sonreír aunque no comprendía las palabras de su progenitor, la habían hecho sentir feliz.
– Ya es hora de regresar. – Interrumpió la voz gruesa de alguien más que captó la atención del adulto y la niña.

– ¡Papá!. – Gritó la niña para soltar la mano de Rivaille y correr a hacia el recién llegado que no dudó en cargarla en sus brazos.

– Solo un poco más, Irvin. – Pidió escuetamente Levi.

– No te demores, sabes que en tu estado no es bueno que te esfuerces demasiado. – Le recordó antes de alejarse con la niña en brazos hablándole sobre galletas que debían de comprar.

– Gracias, por dejarme algo tuyo.– Murmuró Rivaille antes de acariciar la piedra de la lapida con una sonrisa nostálgico antes de girarse e ir junto a su hija, aquella que en un comienzo no había deseado pero que, ahora, era lo más importante para él e Irvin mientras acariciaba su vientre un poco abultado, pensando en cómo todo había terminado después de la ejecución de Eren y de alguna manera la vida le había dado algo para continuar  hacia adelante y sentirse feliz a pesar de que Jaeger ya no estuviera a su lado pero que siempre permanecería en su corazón, indiferentemente de lo que le deparara la vida hasta el final de sus días.



<<Después de la ejecución de Eren, sucedió la inesperada aparición del titán bestia y la transformación de toda una aldea convertida en titanes, donde Reiner, Bertholdt e Ymir mostraron tener la misma capacidad de Eren y secuestraron a Christa, siendo que el comandante Smith perdiera su brazo derecho y Mike muriera en todo ese revuelo. Después del rescate de Christa, quien realmente se llama Historia, Irvin comenzó un plan al comprender que el rey que se conocía no era el verdadero y poner a Historia en el trono, lo cual lograron, durante todo este periodo, Rivaille había llegado al fin de su embarazo naciendo la pequeña Elsa Ackerman y nadie sabe quién es su otro padre. Levi ayudó a Irvin dentro de lo posible aunque no pudo estar presente en la lucha directa con la que se logró proclamar a Historia como reina.>>




Fin.

L.c.d.l.s.d.t. Capítulo ~18~

-Dudas en las preliminares.-


Rivaille no dejaba de pensar en las pocas palabras que Irvin le había dicho, sentía una especie de advertencia en ellas o quizás las había tomado sin desearlo como tal pero en esos días no dejaba de pensar en Eren y en su decisión, en las posibilidades que ocasionaría el contarle la verdad al mocoso o simplemente dejar ese acontecimiento oculto a Jaeger para que no se sintiera con deseos de sentir rechazo o actitud paternal sobre su embarazo.

El sargento empezaba a creer que debía de contarle sobre su situación a Eren, sobre la responsabilidad que no tendría por qué afrontar Jaeger ya que no tendría motivos para ejercer el papel de padre a su corta edad, ni siquiera él estaba seguro de que ese ser llegara a sobrevivir llegado el momento o de que deseara verlo cuando saliera de su cuerpo o querer verlo crecer en el caso de que sobreviviese. Había pensado entregarlo a un orfanato, puesto que él no sabía nada de niños y debía admitir que no estaba complacido con la idea de compartir a Jaeger con dicho engendro, aún y llevara la sangre de ambos, aunque ese comportamiento suyo podría ser egoísta y posesivo pero no quería que la atención de Eren hacia él desapareciera a causa de un ser que ni siquiera debió crearse en su cuerpo.

Sin embargo, la situación en la que se encontraba Levi en esos días, no era nada prometedora, Irvin solo le dejaba hacer trabajo de oficina ya que para ayudarle a ocultar su estado había dado la notificación de que en la fallida expedición de sellar el muro María se había lesionado el tobillo y por ello, ahora se encontraba en esa aburrida situación de secretario del comandante de la legión de reconocimiento como único trabajo menos arriesgado y sin volver a poner en riesgo la vida de esa larva.

Rivaille suspiró, escuchando la hipótesis de Irvin, al mismo tiempo que sellaba unos papeles de la posibilidad de que el titán con forma femenina podría tratarse de alguien con la misma capacidad de Eren y desvariando en si podría formar parte de la generación de cadetes de Eren mientras Hanji, allí presente, no dejaba de apoyarlo y al mismo tiempo soñar con la posibilidad de negociar con esa persona para poder examinar. Por otro lado, Mike, permanecía serio solo asintiendo con la cabeza, solo aportando alguna palabra en el caso de ser necesario y Levi solo ocupándose de escuchar mientras su mente estaba ocupada en sus propios problemas internos.

– Rivaille, parece que te has vuelto un vago desde que te lesionaste. – Se burló Zoe risueñamente al escuchar el suspiró del sargento en medio de la reunión.

Levi no respondió pero eso no evitó mirar molesto a Hanji mientras se levantaba de su lugar.

– Si, así lo creen, deberían de ir y hablar con los nuevos miembros para obtener alguna información relevante de quien podría ser ese titán con apariencia de mujer, ¿no lo creen?. – Inquirió antes de marcharse de la habitación, irritado por las palabras de Hanji que parecía no dejar su afición por incomodarlo aunque últimamente, lo lograba.

– ¡Oh…! Esa es una muy buena idea, Rivaille. – Escuchó decir a Hanji antes de salir de la habitación donde se estaba llevando a cabo la improvisada reunión.

Rivaille se llevó una mano al rostro, se sentía agotado a pesar de que no había hecho ningún ejercicio o trabajado en exceso, siendo su mejor opción ir hasta la alcoba que ocupaba en el cuartel de Trost aunque sabía que no le sería permitido el permanecer descansando por mucho tiempo ya que el ocultar su estado al resto de soldados ocasionaba que no pudiera tomar un respiro lo suficiente para recuperar sus energías y algún soldado, mensajero o el propio Irvin aparecía aporreando la puerta de su cuarto en su busca para alguna nimiedad aunque el comandante solo lo buscaba para asegurarse de que estaba tomando las vitaminas o recordarle sus citas con el médico, lo cual era molesto para Levi quien no deseaba estar pasando por esa situación.

Al llegar a su cuarto, Rivaille tan solo optó por recostarse en la cama, sentía su cuerpo pesado y era lo único que podía desear en ese momento. El sargento se quedó mirando el techo una vez se recostó mientras la duda de contarle a Eren sobre su estado volvía a florecer en su mente.

Inconscientemente, la mano de Rivaille viajó desde de la colcha hasta su vientre, el cual comenzó a acariciar mientras buscaba en su mente los por qué no debía contarle sobre su estado a Jaeger o por qué si debía de decirle que milagrosamente lo había preñado.

Los golpes de la puerta lo despertaron, en algún momento, Rivaille se había quedado dormido siendo despertado tan abruptamente pero antes de poder dar permiso para que entrara la persona que estaba aporreando la puerta, esta se abrió dejando ver a Irvin que reflejaba seriedad en su cara.

– ¿Ya se terminó la reunión?. – Preguntó sin interés mientras se pasaba una mano por el cabello ya que sabía el por qué Irvin se encontraba ahí, debían de ir a su revisión semanal con el doctor.

– Hace dos horas. El viernes iré al viejo cuartel general para preguntar a todos los nuevos reclutas, incluyendo a Eren. – Smith añadió para ver como Rivaille volvía ponerle toda la atención.– Tú vendrás también.

– No creo que sea consecuente el que me presente en ese lugar lleno de mocosos  y mucho menos ahora que comienza a notarse. – Aunque no mostró ningún gesto que indicara lo que sentía, Irvin podía ver los ojos de Levi más brillantes y deseosos de ir pero, al mismo tiempo, captó como el sargento apretaba sus puños con fuerza sobre sus piernas al referirse de su embarazo.

– No es una opción, Rivaille, es una orden. – Aclaró Irvin con seriedad. – Y apresúrate, tienes cita con el doctor. Te espero fuera. – Aportó antes de salir de la habitación de Levi en espera de que este saliera para ir a ver al médico.

El sargento suspiró para tomarse su tiempo, duchándose y vistiéndose antes de salir para encontrarse con el rostro serio del comandante que le reprendía por no haber estado listo cuando llegó pero solo emitió un bufido como único sonido que cortaría cualquier intento de conversación entre Irvin y él pero, como ya le era habitual aquellas visitas para controlar el embarazo, no se sorprendió de que después de la observación el doctor le recetará más pastillas y volviera a recalcar que tuviera un reposo absoluto antes de salir de la casa para regresar al cuartel donde cenaría para luego, poder gozar de la calma de su alcoba.

– Rivaille, descansa bien. Saldremos al amanecer. – Anunció Irvin al sargento que se limitó a asentir con la cabeza antes de seguir su camino a la habitación que ocupaba ya que la cena había terminado mientras que en la mente de Levi no dejaba de rondar el que todo aquello era molesto.

Rivaille había detestado esa orden pero allí se encontraba en ese momento, en el interior del coche tirado por caballos, dirigiéndose hacia el lugar que había acondicionado en sus meses como niñera de Jaeger para que el comandante de las tropas de reconocimiento pudiera interrogar a todos los soldados que habían entrado hace poco y con la desagradable apariencia física que su cuerpo tenía en esos momento a causa del embarazo. Solo agradecía que no tuviese una hinchada panza aún pero nada podía evitar el que su barriga comenzara ya a notarse demasiado. Por ello, se había puesto la caperuza verde de la legión e intentar así, pasar desapercibido su estado.

– Ya estamos llegando. – Rompió el silencio Irvin que había mirado un instante por la ventanilla, dejando a un lado los papeles que había estado leyendo durante todo el camino. – Hanji y Mike ya habrán reunido a todos los soldados. Deben de estar esperando nuestra llegada.

Rivaille no respondió a pesar de haber escuchado al comandante, en espera de llegar al lugar y ver, después de casi un mes, a Eren, sabía que no podría hablar con él debido al ajetreo que ocasionaría Irvin pero aún y después de que en la noche anterior se había decidido a no contarle nada a Jaeger, le molestaba el hecho de que el adolescente lo viera en ese estado porque debía admitir que le causaba mal estar las mil y una reacciones que Eren podría tener al saber que había ocurrido algo tan raro entre ambos.

Los pensamientos de Levi fueron interrumpidos al sentir que el coche se detenía y la pequeña puerta se abría mostrando el adoquinado patio del cuartel para escucharse los gritos eufóricos de Zoe como saludo.

Después de la ajetreada y escandalosa llegada con la que teniente Hanji había recibido al comándate Smith y a Rivaille pero aunque comenzaron de inmediato con los interrogatorios a los soldados, Levi no tomó participación en la tediosa tarea porque, sencillamente, Irvin le había indicado que al llegar fuera a descansar a su alcoba en ese viejo edificio.

Rivaille no se sentía cómodo con toda la situación donde permanecía encerrado en su aposento con un humor horrible al saber que no podía acercarse a Eren con la libertad que había gozado antes de la expedición. Ahora, el lugar contaba con demasiados soldados y parecía que los compañeros de Jaeger no se alejaban del chico titán. Además, de que Irvin lo mantenía ocupado con redacciones de documentos inservibles acerca de los interrogatorios que hacían a los soldados en busca de la identidad del titán femenino.

Por otro lado, Levi tampoco deseaba encontrarse con Jaeger frente a frente, su estado físico le otorgaba un período reprochable para él, aunque no fuera un gran vientre este se apreciaba por lo que para ir a cualquier lugar no dudaba de poner la caperuza verde de la legión para ocultarla y cuando se había cruzado con Eren en los corredores del viejo edificio, ni siquiera lo miraba o dirigía la palabra ya que no sabía cómo abordarlo, siempre había alguien cerca de él que dificultaba el iniciar un diálogo.

Había pasado exactamente dos semanas, ya los interrogatorios a todos los soldados estaban por finalizar e Irvin le había mandado a avisar de que esperara en uno de los despacho para hacer una leve reunión que suponía debía de ser la información obtenida después de haber cuestionado a los soldados de la legión de reconocimiento. Por ello, Levi se encontraba allí, sentado en uno de los sillones con los brazos cruzados al igual que sus piernas mascullando la poca dedicación de limpieza que tenía el despacho cuando se abrió la puerta.

– ¡Ah…! ¡Estoy agotada y no he podido hacer algunos estudios a Eren!. – Hanji fue la primera en entrar a la estancia quejándose de su mala fortuna por tener que ser parte del personal de interrogatorio.

– Ya estás aquí, Rivaille. – Y ahí entraba Irvin, seguido de Mike que fue quien cerró la puerta.– Como estamos todos aquí, comenzaré. – Suspiró con cansancio. – Como habíamos estado suponiendo el grupo de la generación de Eren, en especial el soldado Armin Arlert, nos proporcionó compartimientos extraños con la conducta de apariencia femenina lo que nos tomaría pensar en su excentricidad y, también, añadió algo acerca del parecido con una compañera en la cantera de cadetes.

– Y si ya encontraron algo, ¿a qué se debe está reunión?.– Inquirió Levi molesto ocasionando que Irvin sonriera.

– Mañana convocaremos a varios de los soldados, compañeros de Eren, para una interrogación más exhaustiva antes de proceder a la recreación de un plan ya que todo indica que ese titán también es un humano disfrazado para poder atraparlo. No obstante, necesitamos tener a Eren en ese tiempo custodiado y Rivaille, tu eres el indicado mientras nosotros charlamos con el grupo de compañeros de Eren. – Acotó llevando una mano a su barbilla. – Te quedarás con Eren en la habitación contigua para cuando lleguemos a algo en concreto os comunicaremos lo acordado y si efectivamente, el titán de apariencia femenina está viviendo entre nosotros y se trata de quien el soldado Armin Arlert cree, la atraparemos. – Finalizó dando por terminada la reunión.

Levi se puso en pie del sillón e iba a salir junto a Mike y Hanji pero Irvin lo detuvo.

– Rivaille, si vas a decirle lo de tu estado a Eren, este no será el momento. Necesitamos toda la concentración de Jaeger para poder capturar a la persona que controlaba a ese titán y descubrir cuáles son sus planes y si nos puede ser de utilidad para liberar a los humanos de este encierro y poder explorar el mundo. – Sugirió apoyando su mano en el hombro izquierdo del sargento.– Quizás no lo vayas a hacer como estoy seguro me vas a decir pero solo quiero que lo tengas en cuenta, cuando hayamos logrado atrapar a esa persona que tiene la misma capacidad de Eren, será más adecuado si le vas a revelar tu secreto, Levi, pero ahora necesitamos a Jaeger sin más preocupaciones que el que nos ayude a atrapar a esa persona porque lo más probable que si resulta ser la titán femenina, es el único que puede hacerle frente al convertirse en titán y no tenemos a nadie más de nuestro lodo para afrontar a un titán que es capaz de endurecer parte de su cuerpo.– Terminó retirando su mano del hombro del sargento.

Rivaille solo lo miró antes de girarse y salir de allí sin decir nada, puesto que Smith era capaz de leer sus pensamientos antes de siquiera poder decirlo por su boca, detestaba que ese hombre lo conociera tan bien, incluso, más de lo que parecía conocerse a sí mismo.

Levi pasó por la cocina antes de ir a su habitación, aunque ya habían cenado, se le había abierto el apetito mientras esperaba pero el pensamiento de estar después de tanto tiempo nuevamente frente al mocoso y lo más posible es que estuvieran a solas, con la gran probabilidad de que Eren se diera cuenta de su cambio físico, no eran muy alentadoras ya que si le preguntaba o así alguna alusión a su peso, no iba a detenerse a buscar alguna excusa a pesar de lo que Irvin le había dicho, no ocultaría la verdad ni desviaría el tema si Eren le preguntaba su actual fisionomía aunque evitaría el decirle que era él, el otro padre de “eso” que gestaba en su vientre.

Sin embargo, cuando el sargento se acostó en su cama para dormir, no hubiera pensado que lo lograría de inmediato, sin llegar a tener ningún sueño en medio de su descaso como había estado teniendo desde que Irvin conoció sobre su estado y la presión que había estado sintiendo desde ese instante, debido a su salud y alimentación.

Toda la mañana parecía ser más silenciosa de lo normal, además, parecía haber miles de imperfecciones a su alrededor mientras caminaba hasta el comedor a tomar su desayuno junto al resto de soldados, por lo que no dejó de gruñir en todo el recorrido mientras recolocaba cuadros, descubría manchas en el suelo o se percataba de que había colocado cortinas repletas de agujeros.

– ¡Ah…! ¿¡Otra vez la comida está quemada!?. – Lloriqueaba Hanji mientras Rivaille se acercaba a la mesa para ocupar su lugar y ver en su plato, lo que suponía era huevos revueltos y arroz.

– ¡Bueno días, Levi!. – Saludó Smith mientras Mike emitió una especie de quejido en forma de saludo a lo que Rivaille respondió con un gruñido antes de comenzar a comer.

Los alimentos terminaron antes de lo que pensaba e Irvin fue hasta la mesa donde se encontraba Eren con sus amigos para indicarles que los acompañaran mientras los demás soldados se quedarían haciendo sus tareas en el cuartel.

Hanji, Mike, Rivaille y algunos oficiales de confianza siguieron a Irvin que iba acompañado de Eren y sus amigos hasta uno de los tantos despachos. Cuando llegaron cerraron la puerta y Smith ocupó el asiento detrás de la mesa.

– Os he pedido que vengáis para hablar nuevamente sobre el titán que apareció mientras llevábamos a cabo la expedición al exterior para bloquear el hueco que el titán colosal hizo en el muro María y nos llevó a abortar dicha misión. Algunos de ustedes os enfrentasteis directamente con dicho titán y quisiéramos volver a hablar con vosotros. – Comunicó Irvin. – Eren, tú podrías esperar con Rivaille en la habitación que se preparó para juntas de equipo. – Indicó.

– ¡Sí, señor!. – Respondió con rapidez Jaeger haciendo el saludo reglamentario.

– ¡Vamos, mocoso!. – Ordenó Levi antes de salir, sin mirar a Eren, de la habitación pero antes de ir al lugar indicado pasaron para por la cocina donde preparó té y se llevó consigo unas cuantas galletas.

Al llegar a la habitación, que más parecía un aula por la cantidad de mesas y sillas, ocuparon la más cercana a la puerta, donde el sargento se sentó presidiendo la mesa.

Los minutos pasaron y Levi ya se había acabado las galletas aunque aún quedaba té en su taza pero Eren se mostraba nervioso aunque no parecía dispuesto a decir nada y Rivaille tampoco parecía querer romper el silencio un tanto incómodo aunque, en más de una ocasión, sus manos viajaron a su vientre donde sentía a la larva removerse a causa de su inquietud.

– Ha pasado demasiado tiempo. – Rompió el silencio Levi mas por su incomodidad en su vientre que por el deseo de querer hablar con Eren. – Ese bastardo nos hace esperar demasiado con todo esto y así, solo lograremos que la policía militar llegue antes aquí.– Miró a Jaeger, descubriendo que tenía toda la atención de Eren en él, por lo que buscó en su cabeza algo que no fuera sobre su estado. – Quizás, está intentando cagar y la mierda no le sale. – Escupió groseramente antes de coger la taza de té para beber.

Eren rió un poco tímido por el comentario tan desagradable del sargento.

– Sargento… usted… parece tener ganas de hablar, hoy. – Musitó Eren dudoso de lo que estaba diciendo.

– Claro, yo soy el que no sabe cerrar la boca. – Dijo fastidiado mirando las reacciones de Eren que se removía en su asiento con más incomodidad y ya no lo miraba.

– Discúlpeme. – Prácticamente susurró, Jaeger. – Si yo no…– Eren no pudo seguir hablando cuando la puerta se abrió dejando entrar a sus compañeros junto a los otros oficiales e Irvin.

– Ya sabemos quién es ese titán de apariencia femenina. – Habló rápidamente Smith después de cerrar la puerta. – Annie Leonhardt, siendo que forma parte del cuerpo de la policía militar, no deberíamos de interceder y dejar que ellos se ocuparan pero esto nos conciernen y ya hemos ideado un plan para poder atraparla. – Dijo tomando asiento. – Lo llevaremos a cabo el día después de mañana ya que Eren y yo estamos convocado a ir a la ciudad del interior. – Comentó antes de explicar el plan completo para poder ejecutar el procedimiento.

El plan era bastante sencillo, Armin había sido el seleccionado o dispuesto voluntariamente para ponerse en contacto con Annie y convencerla de que los ayudara a escapar del lugar para que Eren estuviera a salvo mientras que Jean Kirschtein se ocuparía de hacerse pasar por Eren, siendo él quien ocupara el puesto de Jaeger para acompañar a Irvin y Rivaille a la capital para capturar a la mujer titán. No obstante, teniendo en cuenta la posibilidad de que hiciera aparecer a su titán, Hanji se encargaría de poner las emboscadas en todas las posibles vías de escape que tendría para huir y así poder capturarla, si es que no lograban atraparla cuando aún seguía en su condición humana.

El día pasó rápido y ya había llegado la mañana, Rivaille tenía la orden de no actuar debido a su embarazo, los vehículos llegaron antes de lo pensado para llevarlos a la capital, siendo que Irvin y Rivaille fueran en el mismo carruaje mientras en el otro estaba el supuesto Eren.

Todo estaba marchando como se esperaba y aún así, Levi se sentía intranquilo. Repentinamente, una gran explosión se escuchó, indicando que un titán había aparecido en la ciudad, los carruajes que se habían detenido al llegar al destino donde un grupo de la policía militar los había recibido y yacía sorprendida cuando Jean se quitó la peluca pidiendo a Irvin permiso para entrar en acción, algo que le fue concedido.

– ¡Maldita sea, Irvin!, ¿qué está pasando?. ¿Qué han sido esas explosiones?. – Preguntó Dawk furioso.

– ¡Comandante, su equipo!. – Interrumpió un miembro de la legión de reconocimiento trayendo un maletín que contenía en su interior el equipo tridimensional de Irvin, el cual no dudó en ponerse al instante para poder dirigirse hacia donde se encontraba el titán o titanes.

– Todos los que puedan moverse, movilícense. Tenemos que atrapar a un  titán con apariencia femenina. – Ordenó Smith.

– ¡Irvin, esto contradice a las leyes del rey!. – Exclamó Nile con voz de enfadada ya que no le respondía a sus dudas.

– ¿Acaso tu cabeza está vacía?. No tienes la menor idea de lo que sucede. – Intervino con voz calmada Levi aunque se sentía inquieto.

– ¡Quítate el equipo, Irvin!. – Exigió el comandante de la policía militar ignorando las palabras de Levi.

– ¡Comandante, Dawk!, ¡un titán, un titán ha aparecido en medio de la ciudad!. – Exclamó un miembro de la policía militar.

– ¡Qué demonios!. – Exclamó Nile sorprendido.

– Rivaille, quédate aquí. Después de todo, odias las muertes. – Dijo Irvin aprovechando el momento de distracción de Nile para salir de allí con ayuda de su equipo tridimensional y dirigirse hasta donde se encontraba el punto de acción.

– ¡IRVIN!.– Gritó Dawk que se fue del lugar persiguiendo a Smith.

Levi se quedó solo en el lugar ya que tanto los miembros de la policía militar como los de la legión de reconocimiento se dirigían hacia donde se encontraba la titán de aspecto femenino y en ese momento, Rivaille se llevó las manos a su vientre, justamente, fue el mismo instante en que otra explosión se escuchó  y luego un grito que el sargento conocía perfectamente.

– Mocoso, has tardado en hacerlo. – Murmuró con voz apática, Levi mientras se volvía a subir al carruaje que el cochero había dejado olvidado para dirigirse a donde se encontraban los dos titanes.

A medida que Rivaille avanzaba, escuchaba gritos y veía personas escapando atemorizadas de donde se encontraban los titanes. Pronto llegó a las calles donde los destrozos, tanto edificios como calles, habían sido víctimas del paso de los titanes, justo cuando ruidos de un enfrentamiento entre titanes se escuchaban acompañados de sus gritos.

Cuando Levi llegó al lugar, se encontró con Eren sosteniendo al titán femenino mientras los soldados sacaban a la chica del otro titán*.

– ¡Irvin!. – Llamó el sargento a Smith.

– No debiste venir hasta aquí pero hemos logrado atrapar al titán femenino aunque quien lo controlaba parece ser que tenía el poder de protegerse, se ha encerrado para impedir que podamos sacar cualquier información. – Le comunicó el comandante mientras observaban como sacaban a Annie en la prisión que se había hecho en forma de una piedra de cristal mientras Eren también dejaba a su titán.

Rivaille no dijo nada mientras escuchaba a los soldados gritar o a Irvin dar órdenes, todo había salido bien pero por alguna razón, aún sentía inquietud.



Aclaración de  los términos:

* Es cierto, que en el anime Eren y Annie en sus formas de titán lucharon e incluso, Rivaille tuvo que intervenir para que Eren se detuviera pero en el manga no fue así y quedaba más acorde a la situación de Levi.

L.c.d.l.s.d.t. Capítulo ~17~

-Expedición estratégica.-


Rivaille no había retornado de inmediato al cuartel general en el que estaban desde el ingreso de Jaeger en las tropas de reconocimiento donde lo esperaba su equipo junto a Eren, sino que volvió a llamar a la puerta de la casa de la única persona que sabía lo que le ocurría para aceptar su destino, ya que parecía que no tendría otra forma que aceptar el embarazo, aunque no estaba seguro de que hacer con ello o si debería o no el comunicar su estado tan inusual al comandante o cuando llegara el momento de traer al mundo aquel ser;  ¿cómo debería actuar?, ¿cómo saldría de su interior? o ¿qué haría cuando viera aquello?, aún no sabía si podría y quería tocar a un recién nacido y mucho menos, sabía acerca de cómo habría que criar algo así, si es que no moría esa criatura al salir de su cuerpo.

– Me alegra que reconsiderada su estado de buena esperanza, señor Ackerman. – Le sonrió el doctor mientras despedía al sargento.

Rivaille solo gruñó antes de volver a salir del lugar con otro papel y varios frascos que contenían pastillas de diferentes tamaños y diferían entre formas redondas y cilíndricas. El sargento montó sobre su caballo después de guardar todo el montón de botecitos en los bolsillos de sus ropas para ya poder regresar al cuartel donde debía de custodiar a Eren, haciéndose múltiples preguntas sobre su situación.

Los días fueron pasando y la expedición replanteada para el exterior parecía no llegar a ejecutarse mientras los nuevos reclutas no dejaban de ser formados por los miembros veteranos que se le había indicado desempeñar el papel de instructores. No obstante, Rivaille se había alejado de Eren, no deseaba que el mocoso supiera de su estado y tampoco había mantenido ningún encuentro íntimo con el adolescente. Además, el constante ajetreo que había ocupado todo su equipo, se le hizo muy sencillo el pasar desapercibido sus síntomas, el que fuera a la cocina a prepararse algo nutritivo y llevar una alimentación adecuada como le había indicado el doctor, del mismo modo y gracias a los constantes llamado de Irvin para recibir información de Eren como para notificar el procedimiento de la próxima expedición a Levi, le permitía esos viajes a la ciudad, visitar al médico que parecía llenarlo de pastillas y engordarlo con más y más restricciones que comenzaron con el cambio de alimento hasta la prohibición de hacer cualquier tipo de ejercicio, incluido el no usar el equipo tridimensional con el que se caracterizaban los escuadrones debido a la brusquedad de movimientos que ejecutaba un soldado en el aire.

Todas las restricciones y demás, hacían sentir a Rivaille molesto e incomodo, hasta el punto de querer gritar alguna maldición al cielo, golpear al médico cada vez que lo visitaba y le daba una nueva prohibición y por supuesto, deseaba… deseaba castigar eternamente a Eren haciéndolo limpiar sin descanso hasta que su piel se despellejara por haber sido el único idiota con el que se había acostado que logró encontrar la forma de embarazarlo.

Por fortuna, ya a sus casi cuatro meses habían remitido las nauseas y mareos aunque su apetito había aumentado junto a la aparición de tener antojos, los cuales, afortunadamente solo se trataba de comer queso, justo para cuando todos los tramites y fecha para la expedición al exterior había quedado confirmados y establecido oficialmente.

Se levantado ese día bastante temprano, más de lo habitual, después de ducharse y vestirse pero en ningún momento bajó su vista al estómago, no deseaba verlo y tampoco tocar la zona donde en algún momento se volvería pronunciada debido al crecimiento del feto o “larva”, cómo había comenzado a llamarlo, porque ese era el apodo con el que se refería al bebé mentalmente cada vez que recordaba la explicación del doctor. Aún no aceptaba que eso fuese un ser humano y, posiblemente, con la viabilidades de tener el poder de su padre porque era todo un misterio el cómo era capaz Eren de crear de la nada un titán. Por ello, para Rivaille, el bebé era más bien una larva de lombriz de titán que comió sin darse cuenta debido a algún alimento en mala condición por culpa de Eren porque era obvio que no había otro responsable de su estado que el mocoso Jaeger.

Una vez preparado, Levi salió de la habitación en dirección al comedor, aún no había salido el sol pero su equipo debía de estar allí, preparado para poder partir hacia Caranés y poder descansar un poco antes de que la expedición al exterior diera comienzo.

– ¡Sargento Rivaille!. – Fue la voz de Petra, la primera en percatarse de la llegada del sargento.

Levi caminó hasta el asiento que ocupaba y ahí vio el modesto desayuno de huevos fritos, papas y zanahorias cocidas, pan y agua hervida que comieron antes de dirigirse al establo en busca de los caballos, después de dejar limpio el comedor y la cocina, así como coger manzanas y pan para el camino hacia Caranés.

– Iremos a galope hasta Caranés, no tomaremos ningún descanso pero si disminuiremos la velocidad cuando hayamos avanzado la mitad del camino. – Recordó Levi cuando todo su equipo ya se encontraba listo para partir montando en su respectivo caballo. – Marcharemos en hilera en el que yo iré en cabeza después Eren, Erd, Aurou, Petra y en la retaguardia Günter. – Les indicó. – Cuando lleguemos a la ciudad nos dirigiremos al cuartel general de las tropas de expedición que hay en Caranés y contaremos con un tiempo aproximado de tres horas para descansar y preparar a los caballos antes de que comience la marcha hacia la salida de los muros, ya sabéis cual será nuestra posición y como procederemos una vez estemos fuero de la muralla Rosa. – Terminó recordando a todo su equipo.

– ¡Sí, sargento!. – Fue la respuesta al unísono de todos los subordinados de Rivaille.

– ¡Vamos!. – Dijo antes de emprender la marcha hacia una de las ciudades con puerta al territorio del muro María que, ahora, ocupaba los titanes pero antes, se permitió mirar fugazmente por el rabillo del ojo a Eren.

Como había establecido Levi, Eren junto a su equipo siguieron la formación y velocidad indicada hasta que llegaron a Caranés cuando el sol comenzaba a salir, todo a la hora estimada.

Rivaille al llegar, fue hasta donde se encontraba Irvin junto al resto de sargentos y tenientes para volver a escuchar las órdenes dadas, asegurándose de que nada de los planes establecidos hubiera sido cambiado, y lo que se esperaba, ocurriese en esa expedición, también para oír algún cambio acordado de última instancia y de esa manera, las hora acordada para dirigirse al gran pórtico de Caranés se hizo vigente.

Las campanas repiqueteaban de las iglesia anunciando que la puerta de la ciudad de Caranés iba a abrirse para que las tropas de reconocimiento.

Muchas personas se acercaron a ver a los soldados que portaban el emblema de las alas de la libertad en sus ropas que esperaban a que la gran puerta fuera abierta para poder salir del lugar, minutos que parecieron ser horas para los novatos y para las personas que se había acercado a admirar o criticar el malgasto de sus dineros en esas salidas infructuosa pero eso, no pareció importarle a ninguno de los experimentados y veteranos miembros de la legión de expedición cuando la puerta se abrió completamente, interrumpió todo murmullo y con un grito del capitán Irvin, los soldados abandonaron la seguridad de los muros al galope.

No tardó mucho tiempo en aparecer un titán que rápidamente fue avistado y los miembros pertinentes se ocuparon del gigante mientras el resto de los miembros continuaban su avance hasta la llanura donde pudieron replegarse para ejecutar la formación establecida por equipos mientras se comunicaban por bengalas de humo, las cuales no tardaron en aparecer anunciando lo que ocurría.

– Parece que ya comienzan… – Murmuró Erd viendo las estelas de humo negro. – Pero será muy difícil que lleguen hasta aquí. – La voz del hombre salió con una tonalidad extraña, entre aliviado y desmotivado por perderse la acción.

El equipo de Rivaille continuaba sin problemas, ignorando lo que ocurría en uno de los extremos de la formación solo recordando el haber visto una estela negra, procedente de una de las bengalas.

– ¡Aurou, dispara la bengala!. – Ordenó Rivaille mientras continuaba cabalgando y sin poder evitarlo, al decir eso, sintió algo extraño en su vientre pero sin querer hacer caso a lo que sintió o detenerse ante eso, continuó cabalgando y dirigiendo a su equipo.

– Entendido. – Respondió Brossard antes de disparar la bengala.

– ¡Mensaje…! ¡Traigo un mensaje!. – Gritó apareciendo un soldado que se acercó al equipo de Rivaille. – La parte derecha de la formación ha sido aniquilada mortalmente.– Anunció el mensajero. – Comunicar este mensaje a la izquierda.

– Petra, ya escuchaste. – Indicó Rivaille después de escuchar el mensaje pero la inquietud en su abdomen continuaba y, por primera vez en meses, se llevó una mano a esa zona, desde que se había enterado de su embarazo no había querido tocar su panza o querer sentir el que sus perfectas abdominales se estaban desvaneciendo para quedar una superficie lisa y empezando la redondez y ese involuntario pero fugaz acto, que le mostró la realidad de su cuerpo hizo que retirada su mano con tanta rapidez que  nadie se percató de lo que había hecho.

Petra se había marchado a trasmitir el mensaje, igual que el mensajero continuó su camino y ellos seguían avanzando.

– ¿¡Eh…!? ¡Humo negro!. – Dijo en voz alta Eren al ver la señal.

– Eren, dispara tú, ahora. – Ordenó Rivaille. – Parece que dejaron entran a un excéntrico. – Murmuró mientras continuaban avanzando.

– Sí, sargento Rivaille. – Afirmó Eren antes de lanzar la bengala de color alarmando del peligro.

Eren no dejaba de mirar a su alrededor y hacia atrás, preocupado por la señal y ya comenzaba a internarse al bosque de árboles gigantes.

– ¡Sargento, Rivaille!. – Llamó Eren.

– ¿Qué quieres?. – Preguntó Levi mordiendo un poco su labio inferior debido al agotamiento que le estaba provocando su estado junto al dolor intermitente que sentía en su barriga.

– ¿¡Cómo me responde así!?. Estamos en el bosque, será difícil ver si algún titán aparece y algo se está acercando desde la derecha, tampoco tenemos como comunicarnos con los demás, ¿qué haremos si aparece un titán, sargento?. – Inquirió angustiado Jaeger mostrando su nerviosismo.

– Eren, deja de recordar lo que ya sabemos pero este lugar también nos favorece a nosotros y nuestros equipos tridimensionales. – Aclaró el sargento sintiendo en esta ocasión una punzada en su estómago con bastante fuerza, como si la voz de Jaeger hubiera ocasionado que fuera más dolorosa que las veces anteriores y maldiciendo a Eren por ello, ya que se había sentido, justo cuando Jaeger había hablado tan ansiosamente preocupado. – Así que piensa antes de alarmarte, pon a trabajar esa cabeza tuya si no quieres morir.

– ¡Sí, sargento!. – Respondió avergonzado Eren por no percatarse de ese hecho mientras giró la cabeza para ver a sus compañeros y ante sus rostros no poder evitar el preocuparse nuevamente pero antes de siquiera poder decir algo, una estela que se elevaba más arriba de las copas de los árboles captó su atención. – ¡Humo negro!. – Gritó sin medir el volumen de su voz. – ¡Está detrás de nosotros!.

– ¿Qué será lo que se acerca desde la derecha?. – Preguntó en voz alta Erd a sí mismo más que para el resto de sus compañeros.

– Preparen sus espadas. – Indicó Levi sin detenerse. – Para cuando eso aparezca.– Añadió y antes de que algún miembro de su equipo o el propio Eren pudiera preguntar o decir algo más, apareció detrás de ellos un titán de 14 metros y con apariencia femenina. – ¡Correr!. – Gritó para evitar que alguno se detuviera a confrontarlo o paralizara por el miedo mientras el gigante los perseguía.

– ¡Es rápido!. – Exclamó Günter. – ¡Incluso con el obstáculo que representa el bosque, es rápido!.

– ¡Sargento, activemos el equipo!. – Propuso Petra aunque Levi no le respondió a pesar de escuchar sus palabras para hacerle frente al monstruoso ser.

Soldados aparecieron en el camino para hacer frente al titán sin poder hacer nada para detenerlo o acabar con la gigante mientras el equipo de Rivaille y el propio sargento aún corrían en sus caballos en frente del titán como la carnada que se deja ver frente a su depredador para llevarlo al lugar indicado, lo cual era lo que estaba ocurriendo.

En el camino a la trampa, Eren no pudo evitar sentir la necesidad de transformarse para hacerle frente y detener a la titán pero aún así, decidió no hacerlo y seguir a Rivaille que se dirigía a un lugar incierto guiando a su equipo, Eren y a la titán.

La gigante que perseguía a Eren cayó en la emboscada siendo inmovilizada mientras Eren, Rivaille y su equipo continuaron sin ya ser perseguidos por la titán.

– Continúen unos metros más adelante, busquen un buen lugar para esconder a Eren de ese titán y esperen a mi señal, por el momento yo me quedo aquí. –  Informó Levi antes de activar su equipo tridimensional para regresar al lugar donde la titán había sido emboscada pero en el camino, lejos de los ojos de cualquier soldado se detuvo sobre una rama de los gigantescos árboles que formaban el bosque. – ¡Mierda…! – Escupió como una maldición, al sentir otra punzada en su estómago que le sacó el aire, esperó en esa rama a recuperar el aliento para dirigirse hasta donde se encontraba Irvin.

No fue extraño para Levi el escuchar las palabras de Irvin sobre la posibilidad de que el titán de aspecto femenino ocultara un humano en su nuca y el sargento solo actuó conforme a lo esperado para lanzarse e intentar extraer al humano que se escondía bajo la carne de la gigante. No obstante, nadie esperó que las hojas de las espadas se rompieran debido a que el enorme ser de aspecto humano poseía la habilidad de endurecer parte de su cuerpo, por lo que mientras planeaban alguna forma de atravesar la dura piel para sacar al humano escondido, la titán gritó atrayendo a muchos titanes que se abalanzaron sobre ella para devorar su carne, imposibilitando a los soldados el poder lograr capturar al humano oculto.

Sin embargo, un bengala fue la confirmación que necesitaban para saber que la persona que dirigía y había creado el titán había escapado y continuaba con vida, a pesar de que Rivaille se dio tanta prisa como pudo no logró hacer nada por su equipo, Günter Schulz, Erd Gin, Aurou Brossard y Petra Ral, aún así continuó en espera de que no fuera tarde para encontrar a Eren ya que había escuchado los rugidos del titán de Eren hacía escasos minutos.

Levi continuó avanzando, sintiendo su corazón palpitar con demasiada fuerza ante el desconocimiento de lo que encontraría aunque una parte de él le gritaba de que Jaeger aún continuaba vivo y otra punzada golpeó su estómago, haciéndolo chasquear la lengua e iba a detenerse cuando vio a la titán huyendo y una figura de un soldado que pronto se percató de que se trataba de la amiga de Eren, a la cual cogió por la cintura antes de que siguiera a la titán y le explicó la mejor forma de perseguirla antes de interceptarla para poder recuperar a Eren.

Sin embargo, Rivaille no pasó desapercibido que la chica sentía algo más hacia Eren que simple cariño de amigos o hermanos y eso lo había molestado pero aún así, prefirió no decir nada mientras seguían a la titán hasta que fue el momento oportuno aunque la falta de experiencia y el dejarse llevar por sus emociones pusieron en peligro a Mikasa aunque, afortunadamente, lograron recuperar a Eren de la gigante para regresar con el resto de la legión de reconocimiento.

De regreso con los demás soldados, Levi no pudo evitar sentir punzadas demasiado dolorosas en su vientre y aunque, quizás no debía de estar cargando el cuerpo de Eren, tampoco dejaría que una mujer lo cargase por él, siendo que cuando se reunieron con los demás, Irvin y Mike fueron quienes se acercaron y el capitán Smith le indicó a Mike que dejara a Eren sobre una carreta para que descansara, quedando bajo la voluntaria vigilancia de Mikasa y Armin mientras el resto de soldados se ocupaba de recuperar los cadáveres y los equipos con el que intentaron atrapar al titán de aspecto femenino.

– Rivaille. – Llamó Irvin después de escuchar al sargento de lo que había sucedido con la titán y sabiendo lo ocurrido con los subordinados de Levi. – ¿No tienes algo más que contarme?.

Levi miró al comandante Smith, sabía que el hombre se percataría de que habría una mosca cerca de la ventana de una cocina antes de que llegase entrar a esta.

– Te ves pálido y sé que no se trata por lo ocurrido con tu equipo o Eren. Ya estabas con ese aspecto antes de salir de Caranés. – Aclaró firmemente para darle a entender que no tenía manera de mentirle mientras miraba al sargento, ignorando como los soldados no dejaban de ir de un lado a otro ocupándose de las tareas antes de regresar a la protección de los muros.

– Estoy embarazado. – Dijo sin más, sin siquiera mirar al rubio, era consciente que con ocultar su estado no iba a lograr nada y que el estar gestando no era la condición más favorables y recomendada para su trabajo de sargento de las tropas de reconocimiento, no dejaba de dolerle el vientre y las punzadas que parecieron disminuir aún no se habían ido.

– ¿¡Eh…!? – El rostro perplejo del capitán de la legión de reconocimiento era digno de ver, el rostro que solía mostrarse amable ante otras personas pero serio al mismo tiempo y decidido, ahora era una mueca extraña que probablemente sería capaz de sacar una carcajada a cualquier persona común pero Levi no era una persona corriente, ni tenía un sentido humorístico destacado.

– Tengo cuatro meses y nadie más que el estúpido médico que me lo diagnosticó y tú, saben de ello. – Confesó llevando una mano a su cintura mientras que su voz no sonaba eufórica como solía ser lo normal en cualquier hombre que fuera a ser padre aunque tampoco era común el que fuera un hombre el embarazado.

Irvin rodó sus azules ojos del rostro de Levi a la barriga de este y en ese momento, pudo jurar el capitán haberse percatado de ver una leve abultamiento en el vientre de Rivaille.

– ¿Por qué no me lo contaste antes de llevar a cabo esta expedición?. – Inquirió Smith sin siquiera cuestionarse el hecho de que no era algo cotidiano el saber de un hombre embarazado y aún más sorpréndete, que Levi fuese ese hombre. – No es la primera vez que escucho sobre la posibilidad de hombres que procrean como las mujeres, aunque no haya visto presencialmente a algún hombre en ese estado, pero…– Antes de poder proseguir, Irvin fue interrumpido por el sargento.

– Nadie me preguntó, tampoco es como si fuera una enfermedad mortal, solo se trata de un… – Una punzada bastante aguda lo hizo callar y llevarse una mano a su vientre.

– ¿Te encuentras bien?. – Preguntó preocupado por el leve gesto de dolor que había hecho Levi.

– Sí… pasará en un momento. – Murmuró sintiendo como se desvanecía el dolor. – No es como si fuera a dar algún espectáculo en este momento y frente a todos estos soldados viendo como un hombre preñado le muestra la magia de la procreación. – Habló mordaz.

– Rivaille. – Pronunció el nombre del sargento con severidad. – Cuando regresemos a Caranés te acompañaré al médico y quedarás suspendido de hacer cualquier trabajo o actividad como miembro del escuadrón de reconocimiento. – La voz de Irvin sonó más profunda de lo normal, la voz que lo convertían en el líder de escuadrón que indicaba que esas palabras eran una orden directa.

Rivaille miró a otro lado, sabía que debió de informarlo, prácticamente, en el momento de que le fue confirmado pero si no lo había hecho, había sido precisamente por lo que Irvin acababa de ordenarle, no quería comportarse como un ser inútil al que todo el mundo debía de cuidarlo. Además, no le apetecía dar explicaciones de cómo era que podía embarazarse, de dar a conocer su vida sexual, intima y privada y mucho menos tener que confesar con quien había dormido para quedar embarazado porque eso era asunto suyo, todo ese maldito embarazo era asunto suyo y no quería que los demás interfiriesen porque cabía la posibilidad de que Eren también quisiera intervenir o, simplemente, cometiera algún estupidez porque se trataba de un mocoso impulsivo que no sabía siquiera el significado de ser padre.

Rivaille chaqueó la lengua en respuesta al comandante antes de alejarse de allí y terminaban con los preparativos para regresar al resguardo de los muros.

El camino de regreso al interior del muro Rosa fue calmado ya que no tuvieron tantos encuentros con titanes por el camino.

Sin embargo, la preocupación del sargento estaba en Eren que a pesar de solo estar desmallado, no parecía querer despertar y tampoco deseaba mostrar su apego hacía Jaeger frente al resto de soldados y su irritación en que Mikasa fuera quien custodiara celosamente la carreta donde estaba Eren en espera de que despertara mientras atendía al inconsciente chico.

La llegada a Caranés fue tan agitada, frustrante y criticada como siempre ocurría, incluso cuando el padre de Petra se acercó a él para agradecerle y brindarle a su hija como un prospecto de futura buena esposa, no le fue fácil, a diferencia de lo que  pudiera indicar su actitud, de darle la noticia al señor Ral y así continuaron el acercamiento de parientes de soldados que se alegraban de ver que seguían vivos o por lo contrario sentir la tristeza de la pérdida de sus familiares.

No obstante, en medio del camino, Eren había despertado pero aún y cuando llegaron al cuartel de las tropas de exploración, Rivaille no pudo encontrarse con Eren sino que Irvin lo llamó para que se dirigiera con él a Trost para que el doctor examinara a Levi, pues el sargento había emitido algún que otro leve quejido durante el viaje hasta ese lugar y aunque Rivaille no lo acompañaría a presentar su informe al rey detrás del muro Shina quedando al mando en ausencia de Irvin, Mike.

La noche se había cernido sobre sus cabezas cuando llegaron ante la puerta de la pequeña casa perteneciente al médico que llevaba el seguimiento del embarazo de Rivaille y la cual, Irvin miró críticamente antes de tocar y tras una charla breve donde las únicas palabras que parecieron repetirse más fue “negligente” y “aborto”.

Sin embargo, aún y cuando el sargento estaba ahí, el doctor parecía haberlo omitido para dedicar toda su atención a Irvin, contándole todo el proceso de cómo iba a proceder el embarazo a partir de ese momento, Rivaille se sentía excluido de esa conversación, a pesar de que él era el afectado ya que él era el embarazado.

Después de la extenuante charla con la comprobación de que Rivaille se encontrase bien, al igual que la criatura que crecía en su interior, y junto a la orden de que el sargento debía de mantener reposo absoluto, en la que se especificaba que no podría ni montar a caballo, comandante y sargento, salieron de la casa del doctor.

– Rivaille, te quedarás aquí, en el cuartel de Trost. No puedes arriesgarte en tu estado y yo como tu superior no puedo permitirlo, ya has cometido bastantes descuidos al no contarme acerca de tu embarazo. – Habló Irvin de manera cordial pero que no dejaba de tener la entonación de regaño.

Levi giró el rostro y bufó, sabía que Irvin tomaría ese tipo de medidas desagradables pero aún y lo comprendiera porque él haría lo mismo ante algún subordinado en su situación, no dejaba de ser una gran molestia.

– ¿No preguntarás quien es el padre?. – Inquirió el sargento con voz despreocupada para escuchar como Irvin se acercaba con su caballo a su lado.

– Rivaille. – Llamó al sargento para ganar su atención y después de unos segundos en silencio, Irvin arrugó su entrecejo. – ¿Por qué lo hiciste?.

– Pensé que sería divertido. – Respondió escuetamente, mirando al comandante de una manera desafiante.

– ¿Y ahora, has pensado en él?. – Cuestionó sosteniéndole la mirada a Levi.

– Constantemente, es por eso que no sabe que espero un engendro, aún es un mocoso idiota como para que comprenda la situación. – Contestó casi escupiendo cada palabra ante su mal estar porque el comandante Smith era el único hombre capaz de leer su pensamiento antes de abrir la boca, era el único que lo conocía lo suficiente para con una mirada saber todo lo que le pasaba y eso le molestaba demasiado.

– Rivaille, deberías de pensar bien en tus palabras, recuerda de lo que es capaz y lo que puede ocurrir. El que esté ahora a nuestro cuidado no significa que podamos protegerlo todo el tiempo. – Le recordó al sargento antes de adelantarse un poco con su caballo.