martes, 28 de febrero de 2017

¿Qué pasó con Yukikosan?

En agosto del año pasado (2016), publiqué en mi cuenta de autora de fanfiction, el que me había creado un blog, añadí la dirección y aclaré sobre el que podrían encontrarme ahí, ya que lo creé de forma sencilla para que puedan seguirme sin dificultad. Además de la mención, de que estaba revisando mis viejos fanfic publicados pero este mensaje fue cambiado en octubre del mismo año (2016), avisé en mis cuentas de escritora de fanfic, incluso, en las notas iniciales de todos mis fanfic, que en un tiempo de dos a tres meses procedería a la eliminación de mis historias pero que volvería a subir a la web cuando todas estuvieran corregidas. En dicho aviso, también tenía adjunto el nombre de mi blog y el enlace para que pudieran acceder a él, por el cual podían ponerse en contacto conmigo.


Por supuesto, todo esto fue trasmitido antes del cambio de servidor que afectó bastante y el hackeo a Fanfic.es y Amor-Yaoi.com, hubo bastante tiempo para estar informado al respecto del proceso que realizaría con mis fanfics y/o comunicarse conmigo.

Dicho aviso decía:
En breve procederé a la retirada de mis fanfic con la intención de corregir mis historias y subirlas nuevamente, espero no pedir mucho al solicitarte un poco de paciencia. En este margen de tiempo y en caso de que tengáis dudas, podías poneros en contacto conmigo, ya sea a través de la web  o en mi blog: laburbujadenieve.blogspot.com  

Durante, todo este tiempo, nadie se comunicó conmigo para preguntarme o comentar sobre lo que iba a ocurrir, por lo que entendí que todos aquellas personas que me siguen o seguían alguno de mis fanfic, comprendían lo que iba a pasar (corrección, edición y volver a publicar) y no tenían ningún tipo de dudas, preocupación o miedos al respecto. Simplemente, esperarían porque sabía que mis historias serían nuevamente publicadas pero en mejores condiciones de las que están.

Sin embargo, al parecer no todo el mundo leyó el mensaje (ya fuera porque lo ignoró o cualquier otro motivo), aún así, si escribes en un buscador «Yukikosan fanfic», encontrarás mi blog porque la opción aparece. Además, de que mis cuentas siguen en las web por lo que puedes contactarme a través de ellas sin problema alguno pero nadie se tomó un mínimo de tiempo en intentarlo y  de esta manera, me llega la noticia que uno de MIS AMADOS FANFIC está sufriendo de una de las tantas maneras de plagio, al ser distribuido por una persona sin autorización mía, este hecho me defrauda desmedidamente porque siento todo mis esfuerzo tirado a la basura y el poco aprecio que se tiene, tanto, a mí como a mis fanfic.

Para comenzar, y antes de que me venga “hablar” con bocas llenas de jactancia os aclaro: Un plagio no solo es el tomar copia-pega para exponerlo en otro lugar como suyo sin permiso alguno. También, es la distribución del trabajo o proyecto (en este caso fanfic) sin permiso del autor original del proyecto, como es de esperar, me indigna bastante el hecho porque estoy a favor de la campaña AntiPlagio o anti-plagio de fanfic.

«La campaña de AntiPlagio o anti-plagio de fanfic, es la acción de los autores y lectores de fanfics en forma activa, que unidos denunciamos los plagios de los fanfic que se publican y distribuyen sin autorización ni permiso del autor original con la intención de tener una buena funcionalidad y cuidado del fanfiction y fanwrites

Cada vez que encuentro un plagio de alguno de mis fanfic o me dicen de que estoy sufriendo este tipo de actos canallescos por personas sin un mínimo de respeto, me destrozan y sin hablar, de esas personas que sin piedad alguna, fomentan este tipo de atrocidades, ya se deba a defender y apoyar al infractor o unirse a este/a sin un mínimo de piedad por el autor o la autora original de la historia a quien realmente le pertenece todo el crédito de la misma y no al impostor/a o hurtador/a del fic.

Así que retomando el hecho de la poca empatía de este tipo de personas que no tiene reparo del trabajo que realizan otros y no lo valoren, causando daños irreparables a muchos y muchas autores/as del fanfiction y cuya comprensión es fácil, tan solo siendo empático o poniéndote en el lugar del autor o la autora a la que estás robando, sabrás el estado que ocasionas a susodicho autor/a.

Un fanfic, es algo más que una historia creada para el ocio, también es preciado para el autor que la escribe y decide compartir. Tan solo hacer algo que te lleve tiempo, esfuerzo, sentimientos tanto adversos como favorables, lo convierte en algo estimado y, precisamente, que ese tesoro te lo arrebaten sin compasión alguna, enfurece. Nadie desea ver como sus trabajos son robados cruelmente y mancillados por personas sinvergüenzas que solo malogran al autor o la autora.

Cuando me dijeron que en un grupo de Facebook (que ni siquiera sabía de su existencia y mucho menos estoy en él para poder defender mis escritos y aclarar lo que hice) están “prostituyendo uno de mis fanfic” porque sí, eso es lo que hicieron; raptaron y entregaron a todos los hambrientos postores mi infortunada historia como si fuera una puta coaccionada a la que no se le permite tener derechos más que el saciar el deseo de individuos tan espeluznantes como el proxeneta. Sin tener en cuenta los sentimientos y emociones que provoca en los afectados la situación desdeñosa que le infringen a mi fic, es decir, no me han tomado en cuenta a la hora de hacer algo tan doloroso y horripilante. Especialmente, cuando dejé un aviso e indiqué que podían seguirme en mi blog o comunicarse conmigo en lo que terminaba de corregir todos mis fanfic y los subía nuevamente, tan solo solicito y solicité un poquito de paciencia.

Ante este hecho, se entiende que las mediocres excusas de «es mi fic favorito» o «me encanta tus escritos y solo quería conservar este ya que X persona lo tenía», no es aceptable y tampoco la acepto. Estás fomentando el plagio y el mal uso del mismo, así como dañándome a mí. No puedes decir que te agradan mis escritos y me estimas como fanwriter cuando tus actos dicen lo contrario, dedicándote a la distribución sin permiso de un fanfic que no es de tu autoría, así como apropiándote del mismo porque un/a sujeto/a despreciable se dedica a distribuirlo sin haber hablado conmigo antes para saber si le autorizo o no el hacerlo.

Aún fue peor, cuando me contaron de que muchas de estas personas se auto-llamaron “seguidores/as de mi/s fanfic” e incluso, “seguidores/as de mí”, yo pregunto… ¿realmente, eres seguidor/a de mi/s fanfic o de mí como escritora de fanfic?

Cuando se es fan o seguidor/a de alguien o algo, ya sea una simple historia, lo respetas porque lo valoras, estimas el esfuerzo y apoyas buscando como comunicarte con la persona que creó la historia o el trabajo que admiras para indicarle lo que piensas sobre ello, así como decirle de lo maravillado/a que estás por su trabajo. También, llegas a recomendar al autor/a o el fanfic que adoras pero no haces la grosería de tomarte libertades con sus fanfic sin consultarlo con su respectivo autor como es el tomar un fic para traficarlo. Tampoco te apropias de él para publicarlo en otros sitios sin haber pedido permiso y autorización del autor o la autora, es decir, en este caso a mí.

Honestamente, me siento decepcionada y molesta con respecto a tener que enterarme de la existencia de más “seudoseguidores” (porque no sé cómo llamar a estas personas que dicen ser tus seguidores y amar tu trabajo pero que no respetan el fanfic, el trabajo que se realiza al escribir un fanfic y a su respectivo autor/a).

Especialmente, estoy muy dolida porque dicho fanfic, lo pueden encontrar aquí desde hace bastante tiempo, en este blog, completamente expuesto al público y sin la necesidad de caer tan bajo, mancillando mis historias y ofendiéndome a mí. Sencillamente, hubieran puesto en el buscador de Google o cualquier otro que uses «Yukikosan [nombre del fic] fanfic» y aparece el enlace ante vuestras narices pero si esto no se les ocurrió, pudieron, simplemente, entrar en el perfil de la cuenta de la web y seleccionar el contactarme como he dicho en un comienzo.

Yo solo puedo preguntarme “¿por qué no me han contactado?”, “¿han intentado tan solo buscarme?”, “¿por qué roban mis fanfic y los distribuyen sin mi permiso?”, “¿a alguien le importa lo que puede sentir el autor o la autora del fanfic al ver su trabajo secuestrado, violado y desmembrado?” y muchas preguntas más sobre lo que termino en un sentimiento de enfado, decepción, engaño y traición por estas personas desconsideradas que toman, en muchas ocasiones el no estar presente un autor o una autora en el lugar para destripar una historia mientras asestan puñaladas al autor o la autora ignorante de lo que le están haciendo a su historia.

Sé que las pocas personas decentes que me siguen, porque no son parte de esa panda de canallas que solo busca saciarse con mi trabajo porque son consciente de lo que me hiere el que le hagan eso a mis historias y, por tanto, no me tengan en consideración, destrozando mi alma de fanwrite ya que ese tipo de actos, no solo da mala fama al mundo del fanfiction sino también a los/as autores/es de fanfic, entienden el daño que me causa y se me está haciendo con estos ruines actos.

De verdad os lo pido, si descubrís este tipo de acontecimientos, donde un sujeto o una sujeta está plagiando de alguna manera uno de mis fanfic sin tener permiso mío, denunciarlo/a, además de hacérmelo saber. No solo por el aprecio que me podías tener a mí sino por el aprecio que le tengáis a mi/s fanfic/s y porque deseáis que continúe escribiendo historia. No permitáis que continúen estos abusos aberrantes que solo provocan que un autor este enfadado y vaya desanimándose.


No fomentéis el plagio en ninguna de sus tantas formas que existen, os pido que no contribuyáis a esto, no solo por ética sino también para proteger los fanfic que amas y a los/as autores/as que admiras porque al final, todos somos responsable sea solo espectador, lector, fan o escritor/a de fanfic. Actúa y denuncia al sujeto/a que sin autorización plagia y distribuye un fanfic que no le pertenece, no permitas que gente mezquina continúe asesinando fanfic y autores. Si te gusta escribir y/o leer fanfic, no te quedes inmóvil, denuncia y avisa al autor/a del ultraje que está padeciendo su fanfic.

También, tengo que agradecer, a las personas  que me contactaron para avisarme de esta distribución no autorizada de mi fanfic y (me contaron fueron pocas) a las que hablaron en mi defensa en dicho grupo, poniendo un poquito de concienciación, respeto a mi persona y defendiendo mi trabajo. Os lo agradezco mucho ya que es muy cobarde de esa gente que sin contactar conmigo hicieron algo tan desagradable con ¡Cuídame!. Solo me queda recordaros esto…

Plagio: Copia, apropiación y distribución deliberada de una obra, proyecto, escrito o filmación sin tener permiso ni consentimiento del autor o de la autora original.


jueves, 2 de febrero de 2017

¡Cuídame!

Autora: Yukikosan (yo)                                  Título: ¡Cuídame!


Resumen:
Después de la guerra que provocó Madara causó que todo cambie. Sasuke está muy arrepentido de todo lo que ha ocasionado después de enterarse de la verdad. Ahora, el moreno está cuidando de Naruto, el cual salió dañado por Madara y Sasuke a descubierto que siente algo más por el rubio. ¿Qué serán esas emociones?

Disclaimer o declaimer: Los personajes pertenecen a  Kishimoto-sama y este relato es de una fan para fan, sin ánimos de lucro.
Categoría: Anime/Manga
Fandom: Naruto                                   Clasificación: Yaoi
Edad recomendada: Mayores de18 años
¡Aviso!: Contiene Spoiler del manga/anime.
Pareja/s: Naruto x Sasuke (NaruSasu), Sai x Sakura (SaiSaku) leve y Shino x Karin leve.
Género/s: Romántico, drama y contiene leve spoiler del manga/anime.
Advertencia: Lemon (sexo explicito) y Mpreg (embarazo masculino)
Indicación/es: Posiblemente los personajes no poseen su personalidad (OoC y/u OCC)
Fecha de publicación inicial: 26/04/2011
Fecha de finalización inicial: 14/06/2011
Web en las que está o estuvo: Amor Yaoi y La burbuja de nieve
Nota: He corregido y actualizado antes de ponerlo aquí, espero os guste


[Leer]


Lista de capítulos: [1] - [2] - [3] - [4] - [5] - [6] - [7] - [8] - [9] - [10] - [11] - [12] - [13] - [14]

¡Cuídame! -Epílogo-


-Y lo que después pasó.-

Había pasado algunos años y todo había cambiado en Konoha hasta el punto que nuevamente los habitantes gozaban de la calma y tranquilidad. A pesar de lo ocurrido con Naruto, los ciudadanos de la villa de la Hoja no tomaron represalia aunque muchos shinobis fallecieron en la batalla al intentar hacer retroceder al kyubi.

El hokage había explicado lo ocurrido y había mentido en ello para otorgarles la privacidad a sus últimos alumnos. Anunciado la muerte de Naruto junto a Sasuke, para poder proteger al Uzumaki y a su familia de un motín hacia ellos a causa de que los ciudadanos aun no perdonaban a Sasuke.

Sin embargo, algunos pocos conocían la verdad y eran los shinobis cercanos al rubio, aquellos en quienes se podía confiar el secreto  o fueron espectadores de lo que realmente sucedió como eran Sai, Sakura, Karin, Shino, Kiba, Hinata, Neji, Tenten, Lee, Tsunade, Shizune, Ino, Chouji, Shikamaru, Iruka y el mismo hokage. También se habían enterado del paradero del rubio el kazekage y sus hermanos, que no dudaron en ir en su busca, para ofrecerle vivir en Tsuna.

Por supuesto, Gaara había insistido mucho e incluso, le había ofrecido a Naruto un puesto importante como miembro del consejo de la Arena pero el Uzumaki era consciente de que Sasuke era buscado por medio mundo y considerado un criminal. Fue por eso, que el de ojos azules había rechazado la oferta a sabiendas de que si rechazaban al Uchiha, sus pequeños también serían rechazados y repudiados. Era un dolor que Naruto no iba a permitir que viviesen las personas que ama.

Naruto le había explicado a Gaara, hasta que convenció al ex contenedor de Shukaku aunque, a causa del rechazo a su oferta por Naruto, le había hecho prometer que si necesitaban algo, no dudase en pedírselo. Incluso, Sasuke aceptó con esfuerzo pero era una petición que la pareja también había tenido que acceder de parte del hokage, como una muestra de enmendar el daño que le habían creado a la familia compuesta por el Uzumaki, el Uchiha y sus hijos.

Los amigos de Naruto lo habían ido a visitar con frecuencia y estos habían llevado a sus hijos para que el rubio los conociese aunque, sin duda, el que más sorprendió al Uzumaki fue Iruka, su ex sensei de academia se había casado con la hija del dueño del Ichiraku ramen, Ayame, y tenían ya dos hijas muy hermosas.

Sin embargo, había algunos de sus amigos que no habían ido a visitar a Sasuke y Naruto, causándole tristeza a la pareja por la ausencia de que fueran precisamente Sakura y Sai, los que en esos años no lo hubiera visitado.

Naruto pensaba que la de cabello color rosa se había enfado con ellos o pudiese que estuviera muy dolida. Incluso, pensó en que no aceptara su relación y esto lo entristecía pero intentaba que ese sentimiento no lo pudiese apreciar su familia aunque era un sentimiento muy difícil de ocultar a Sasuke, quien había visto aquel ápice de amargura en el rostro del contenedor del Kyubi cuando ocurría; ya fuera en una charla con sus compañeros contando anécdotas o hablaban de los viejos tiempos donde el nombre de la de cabello color rosa se mencionaba o simplemente, los pensamientos del rubio giraban en torno a sus ex compañeros de equipo.

Cada vez que Sasuke observaba esa aura deprimente en su pareja, rápidamente, cambiaba el tema o intervenía. Incluso, se mostraba más cariñoso de lo habitual con Naruto, tan sólo para que olvidara a esa chica que si no era capaz de aceptar su situación, tampoco era digna de su amistad y mucho menos de que el de ojos azules se entristeciera por su causa.

……

Sakura se encontraba junto a su familia en el enorme pórtico de Konoha y a su espalda cargaba una mochila con algunos aperitivos para el camino.

– ¿Estás segura de esto, Sakura?. – Preguntó Sai que también cargaba una mochila, mirando a su esposa que le sonrió.

– Ya es hora, Sai. – Respondió la de ojos verdes para comenzar a caminar fuera de Konoha.

Sai suspiró y siguió a la de cabello color rosa, quien iba sosteniendo de la mano de su hija mientras él, cargaba en sus brazos a su hijo.

……

Mientras tanto en el oculto hogar de Sasuke y Naruto.

Naruto miraba por la ventana el iluminado cielo azul que de vez en cuando era corrompido por una blanca nube que era empujada por el viento, aunque el rubio estaba más metido en sus pensamientos que observando la bóveda celeste y de vez en cuando, un suspiro escapaba de sus labios con melancolía.

El rubio sintió como alguien se sentaba a su lado para abrazar su cintura con un brazo y dejaba descansar su cabeza sobre su hombro.

– ¿Qué miras, Naruto?. – Preguntó la voz de la persona que estaba a su lado con un ápice de preocupación por apreciar el sentimiento de la añoranza en el rostro del Uzumaki.

– Nada. – Respondió para abrazar al dueño de la voz. – Sólo estaba recordando.

– ¿Puedo saber que era lo que recordabas o es algo que no quieres compartir conmigo?. – Aquella pregunta dibujó una sonrisa en el rostro del Uzumaki para cerrar con fuerzas sus párpados.

– Estaba pensando en todo lo que hemos pasado juntos, Sasuke. – Comentó el de marquitas en las mejillas mientras volvía a abrir sus ojos mostrando aquellas dos joyas azules que eran sus irises.

– ¿Te arrepientes?. – Preguntó el moreno levantando su cabeza para mirar al rubio que seguía con sus ojos perdidos en la bóveda celeste.

– No, no podría arrepentirme de nada. – Aseguró el de ojos azules para girar ferozmente su cabeza y chocar con aquellos ojos tan negros y que lo miraban con anhelo.

Naruto no pudo resistirse y acercó su rostro al contrario para besar aquellos labios que lo esperaban para recibirlo con pasión.

La mano libre del rubio se acercó para acariciar aquella redonda barriga y repartir suaves caricias en donde Sasuke albergaba a su próximo hijo o hija.

Cuando el beso terminó, el rubio se alejó del rostro contrario con lentitud para observar aquellos pómulos blancos, ahora tintado con un leve carmín.

– No podré arrepentirme jamás de haber cumplido todos mis sueños de futuro, Sasuke. Tengo la familia que siempre he querido, soy respetado en la villa que nací, a pesar de que crean que estoy muerto, y convertido en una leyenda aun más famosa que el yondaime pero, sobre todas las cosas, tengo tu atención sólo para mí. – Reveló Naruto sintiendo como Sasuke se levantaba de aquel sofá de dos plazas, situado en el interior de su habitación frente a la ventana.

– Creí que tu sueño era llegar a comer cada uno de los diferentes ramen del mundo y ser hokage. – Recordó el Uchiha escuchando como Naruto rió un poco.

– Cuando tú estabas con Orochimaru recorrí el mundo con ero-senin durante dos años y si también le aunamos la multitud de misiones que recibí después, es fácil pensar que ya he probado el ramen de los diferentes países. También me di cuenta que jamás lograría comer la multitud de ramens que existen en el mundo, así que ese sueño lo di por concluido a los 14 años. – Explicó Naruto. – Y sobre lo de convertirme en hokage, era para que la gente dejara de mirarme con odio y sintieran un mínimo de aprecio hacia mi persona pero eso lo fui ganado poco a poco. Sin embargo, cuando vencí a Pain fue cuando toda Konoha mostró su apreció hacia mí aunque pensé que ya lo había vuelto a perder, después de lo ocurrido con kyubi, al parecer nadie me tomó represalia ni rencor, a pesar de que ya tan sólo soy una leyenda en la villa. – Naruto también se levantó del sofá. – Realmente, lo que quería es lo que tengo ahora, era ser alguien importante en tu vida, Sasuke. Que tú me miraras y conseguir tu amistad aunque esto es mucho mejor que la amistad. – Terminó diciendo con una sonrisa tonta en sus labios.

– Naruto no digas tonterías, eres consciente que jamás conseguirías mi amistad por mucho que te esforzaras. – Afirmó el de ojos negros viendo el rostro desencajado de Naruto ante sus palabras. – Yo te amo, jamás podría ser tu amigo, tan sólo puedo ser tu pareja, tu amante, tu… – Pero Sasuke fue abruptamente silenciado por un fogoso beso que lo hizo temblar de placer.

– Yo me alegro que jamás seamos amigos porque prefiero que estés a mi lado de esta manera y que ese lazo que nos une se fortifique con cada hijo que puedas engendrar y producto de nuestro amor. – Anunció Naruto cuando cortó el beso. – Y no sabes cuánto me alegro de que Orochimaru fuera el causante de que te puedas embarazar porque al final el hombre fue capaz de regalarnos un milagro.

– Naruto… – Jadeó Sasuke al sentir una dura erección entre sus piernas debido a los fogosos besos y a las palabras de rubio. – Deja de hablar y has tu trabajo de una vez o me quejaré con la vieja para que se entere de que no cumples bien con tu papel de enfermero al cuidarme.

Tsunade los iba a visitarlos mensualmente y se quedaba durante una semana con ellos y los niños, los cuales la llamaban abuela.

– Ni se te ocurra decirle nada, Sasuke, porque no tienes motivo para decir eso.

Naruto llevó a Sasuke hasta la cama donde lo desvistió a toda prisa para saborear cada rincón de la piel pálida antes de fundirse con su pareja. Sasuke gimió un poco por la rápida intromisión de su pareja en él aunque terminó sintiendo todo aquellas sensaciones que lo hacían divagar hasta que todo el placer explotó en forma de orgasmo que les hizo ver las estrellas y saborear las mieles de la ambrosia* que eran privadas para los mortales.

Sasuke ahora tenía su rostro oculto en el pecho del rubio, respirando su agradable aroma mientras era abrazado y mimado por las manos del contenedor del kyubi, dejando al moreno demasiado adormilado y tranquilo por las atenciones dadas en el seguro regazo.

Naruto miró a Sasuke y sonrió para su interior. Él era el único en ver aquella faceta del Uchiha y sintiéndose privilegiado porque, lo que nadie sabía, era que Sasuke era una persona que necesitaba ser querido y mimado como un pequeño que no es capaz de protegerse por sí solo.

– Sasuke. – Llamó en un suspiro al moreno que emitió un leve gruñido. – No te duermas. – Pidió el de marquitas en las mejillas escuchando otro gruñido mientras sentía  como el moreno volvía su mano en un puño. – Tenemos que darnos un baño y prepara la comida. – Pero Sasuke volvió a gruñir con molestia.

Naruto se levantó apartando al moreno de su cuerpo, el cual abrió los ojos para mirarlo con molestia mientras el rubio sonreía para acercarse al moreno y besarlo en un tierno beso.

Sasuke aceptó el beso, disfrutando del sabor de su compañero y enredó sus brazos en el cuello del Uzumaki para sentir como el rubio pasaba un brazo por su espalda y la otra por sus piernas antes de cargarlo. Muy poco le importó al Uchiha el ser sostenido de aquella manera cuando aun podía disfrutar de aquella boca que jugueteaba con la suya hasta que llegaron al baño y la conexión se rompió en un suspiro de inconformidad de la boca de Sasuke.

Naruto sonrió mientras dejaba al moreno en el suelo para comenzar a asearse junto a su pareja.

……

Sai y Sakura habían hecho un pequeño descanso para comer en el camino pero ya habían llegado al lugar al que se dirigían, sintiendo el calor que el abrazante sol desprendía sobre sus cabezas, indicando que ya debía ser la hora del almuerzo.

– Ya hemos llegado. – Anunció Sai para sacar su pergamino blanco en el que dibujó dos palomas y recitar su jutsu mientras aplicaba su chakra para que el dibujo de tinta cobrara vida.

Las palomas se desprendieron del pergamino convirtiéndose en dos enormes aves de tinta en la que ambos shinobis subieron con sus hijos, en una iba Sai y en la otra Sakura, cada uno con un menor.

Las palomas descendieron por el barranco y pasaron cerca del agua que atravesaba con fuerza el canal hasta que llegaron a un saliente donde una casa había sido tallada laboriosamente en el risco donde las aves descendieron con elegancia.

Cuando los pasajeros de las aves descendieron de sus lomos, estas volvieron a ser dos dibujos del pergamino de Sai.

Sakura escrutó el lugar con sus ojos jades. Había un corralito con gallinas, un huerto con verduras plantadas y árboles frutales al lado de la casa. También, había dos gatos, uno blanco y otro amarillo, que los estaban observando sin dejar su posición en la cima de la muralla en la que estaban tomando sol. De la chimenea de la casa salía humo y la casa desprendía un agradable olor a comida pero su atención, fue puesta por un perro marrón que se había acercado contento en esperas de caricias y que al percibir que no  lo habían visto ladró pidiendo ser mimado.

– ¿Aquí es donde viven?. – Preguntó Sakura viendo como Miki estaba encantada repartiendo caricias al feliz canino que parecía estar acostumbrado a recibir atenciones por todos los que llegaban al inhóspito lugar.

– Aquí es. – Afirmó Sai para comenzar a caminar hacia la casa hasta que se percató de que la puerta fue abierta por la que salió una niña de pelo negro y ojos negros de unos seis años.
El matrimonio miró a la pequeña con curiosidad y un poco sorprendidos por aquella niña que no reconocieron.

Sakura miró a Sai con preocupación para, nuevamente, mirar a la entrada del hogar pero la niña no estaba y la puerta estaba cerrada.

De nuevo, el matrimonio comenzó a caminar junto a sus hijos, siendo seguido por el perro hasta la casa pero antes de llegar al edificio, la puerta se abrió. Ante el matrimonio, estaba un alto rubio de ojos azules que no pudo evitar sorprenderse por los inesperados visitantes, luego sonrió y el perro salió corriendo hacia su dueño en busca de su atención.

El rubio se acercó al matrimonio, sin prestarle atención a la mascota que lo seguía, y Sakura apreció como aquel hombre que reconoció como Naruto. Como aquel chico molesto que gritaba y la molestaba acreditando que estaba enamorada de ella pero aquellos ojos azules cargado de madurez, ya no la miraba con la ilusión de antaño por tener una cita con ella y, en cierto modo, esto entristeció a la Haruno.

– ¡Hola!. –Saludó Naruto extendiendo la mano una vez cerca y ahí Sakura apreció cuan alto era el Uzumaki y sintiéndose baja a su lado, teniendo en cuenta que ella había sido en algún momento más alta que Naruto, la hizo sentir un poco intimidada.

Sai estrechó la mano con una sonrisa sincera porque se alegraba de ver de nuevo al rubio, sabiendo que ya lo reconocía.

– ¡Hola, Naruto!. – Saludó el moreno.

Esta vez el rubio se acercó a la de cabello color rosa, que por instinto, retrocedió un paso, provocando que el de ojos azules se detuviese porque no quería incomodar a los visitantes.

– Me alegro de veros, ya hace mucho tiempo de la última vez. – Dijo el de marcas en las mejillas. – Me alegro que ambos estéis juntos y tengáis una bonita familia. – Felicitó el rubio mirando como Miki, quien se parecía a Sakura salvo por sus negros ojos y su piel tan pálida como la de Sai.

Miki se había abrazado al brazo de Sakura y aquel niño de unos cuatro años que se escondía detrás de las piernas de Sai pero del cual, Naruto pudo apreciar su cabello negro y ojos verdes, que compartía el mismo color de piel casi cadavérico de su padre.

– Gracias… – Susurró Sakura con un leve sonrojo de vergüenza al recordar todo lo que hizo Naruto en el pasado por ella y jamás le dio una oportunidad, más allá de lo que fue la amistad.

– Ellos son nuestros hijos. – Habló Sai en un intento de presentación. – Nuestra hija mayor Miki y nuestro segundo hijo, Daiki. –

– Tienen bonitos nombre. – Afirmó Naruto mientras sonreía. – Estoy seguro que se harán amigos de mis hijos. – Habló el Uzumaki sacando una pequeña sonrisa a Sakura que en esos años había añorado a los cuatro niños que estuvo cuidando. – Perdonadme, ya sabéis que soy un despistado pero vamos dentro de la casa, os presentare a mi familia aunque ya conocéis a algunos. Además, Sasuke estaba preparando la comida pero no os preocupéis, siempre hace de sobra porque debéis de tener hambre, el camino hasta aquí de Konoha es bastante largo. – Informó el rubio, desconociendo que los shinobis responsable de sus hijos en Konoha fueron ellos, y Sakura suspiró aliviada de que no hiciera mención lo sucedido porque creía que no se tomaría bien si supiera que ella y Sai estaban cuidando a los niños.
Naruto acompañó a la familia hasta la puerta, dejando que entraran primero a la casa donde se respiraba un ambiente cálido y agradable pero el perro no siguió a su amo hasta el interior de hogar, sino que se acostó en un rincón del patío donde tenía una casita de madera.

– ¡Sasuke!. – Llamó el rubio dejando a la familia en mitad de la sala. – Tenemos visita.

El Uchiha apareció por la puerta vestido con un yukata de color azul, siendo una burda imitación del iris del contenedor del kyubi y un obi negro en el que se apreciaba su gran vientre.

Sasuke se sorprendió ante las personas que estaban en su casa, aunque no lo mostró en sus facciones, y el recuerdo de cómo aquel moreno los había separado, se impactó en su cabeza a una gran velocidad pero una patada en su abultado vientre le hizo cerrar los ojos. Sasuke suspiró lentamente para olvidar esos malos momentos mientras repartía caricias por su enorme tripa para tranquilizarse, él más que el bebé.

– Hola. – Saludó parco el Uchiha sintiendo todos aquellos ojos clavados en su gran vientre, incomodándolo.

Sin embargo, Sakura, Sai o sus hijos dijeron nada al respecto porque sólo podían ver un enorme vientre con la forma impropia para un hombre pero que era la exacta para una mujer que esperaba un bebé.

Naruto de dos enormes zancada se acercó al dueño del sharingan para cogerle la mano.

– ¿Te encuentras bien? – Preguntó el de ojos azules para transferir un poco de chakra al estómago del embarazado y comprobar que todo estaba conforme pero como respuesta recibió un asentimiento de cabeza que tranquilizó al de ojos azules. Luego, miró a la familia que estaba en la sala de su casa. – Sasuke está embarazado de cinco meses. – Explicó para romper aquel incomodo silencio. – ¿Por qué no vamos a comer?, seguro que tenéis hambre después del viaje hasta aquí. – Sugirió el rubio con alegría.

A pesar de los asentimientos con la cabeza, nadie se movió hasta que el sonido de un estómago pidiendo comida se escuchó.

– Lo siento. – Dijo Miki sonrojada.

Sasuke miró a la pequeña y, entonces, Sakura comprendió que debía presentar a sus hijos.

– Ellos son nuestros hijos, Miki y Daiki. – Señaló la mujer, viendo como el Uchiha asentía con la cabeza.

– Vamos a comer, pondré algunos cubiertos más en la mesa. – Declaró Sasuke haciendo sonreír a Sakura, que asintió con la cabeza para entrar a la cocina siguiendo a sus ex compañeros de equipo donde ya habían personas esperando a comer, sentadas en una gran mesa rectangular de madera.

– Ellos son nuestros hijos. – Señaló Naruto a los menores que miraban a los recién llegados. – El es nuestro primogénito Akira, tiene 12 años. – Señaló Naruto al adolescente y Sai y Sakura se tragaron el comunicarle que ya lo conocían. – Detrás de él, nacieron Shinji que tiene 10 años, Amaya, tiene 8 años, Kenta que ya cumplió los 7 años. – Naruto iba señalando a los pequeños, según iba mencionando a sus hijos, y Sakura se había sorprendido cuando reconoció lo cambiado que estaban los niños que había cuidado como a sus propios hijos durante un mes entero, sintiendo ganas de llorar, porque ella no los había olvidado pero cuando Sai llegó a la casa y le contó todo, no lo pudo creer y seguiría sin creerlo sino es que frente a ella estuviese un Sasuke embarazado de 5 meses. – Saki tiene 6 años. – Continuó Naruto y el matrimonio se dio cuenta que era la misma niña morenita que habían visto  cuando llegaron. – Los gemelos Haruto y Hayato, tienen 4 año y por último, Yuta que tiene 2 años. Claro, sin contar al pequeño que está creciendo en el vientre de Sasuke. – Declaró con firmeza, orgullo y felicidad el Uzumaki haciendo sacar una sonrisa al Uchiha que nadie vio, por estar sacando los vasos que colocaría en los puestos que ocuparía la familia recién llegada.

– Tienes una gran familia, Naruto. – Habló Sai mirando a cada pequeño y deteniéndose en el pequeño Yuta, que al igual que Saki tenía diferente el color de su cabello, pues Yuta era pelirrojo pero su rostro, al igual que su hermana Saki, era como mirar a Naruto más joven.

– Tenemos una gran familia, Sai. – Corrigió Naruto sentándose, al igual que todos, en su lugar en la mesa. Naruto ocupaba el lugar principal que lo acreditaba como el dueño del hogar y padre de esa familia mientras Sasuke ocupó el lugar a la derecha del de ojos azules. – Nos hace más felices.

Sai, Sakura, Miki y Daiki se sentaron en uno de los laterales al lado de Akira y Amaya.

– ¿Naruto, cómo sabes que Sasuke va a tener un niño y no una niña?. – Se atrevió a preguntarle Sakura conociendo que existían algunos jutsus médicos que lo podían acreditar pero que era necesario haber más de un ninja médico experimentado para realizarlo o aparatos que mostraban al bebé donde se le podía diferenciar su sexo y por lo que le habían contado sus amigos, ellos no recibían atención médica de nadie, algo que también la preocupó, en ese instante, porque Sasuke estaba embarazado y necesitaría a un doctor.

Sasuke sonrió, al igual que el resto de sus hijos y Naruto, ante la pregunta de su ex compañera de equipo.

– Oto-san sabe siempre si tendremos un hermano o una hermana. – Afirmó Shinji con seguridad.

– Naruto tiene una especie de radar y hasta el momento no ha fallado en el sexo de nuestros hijos. – Aclaró Sasuke – Itadakimasu.

– ¡Itadakimasu!. – Dijeron Naruto y sus hijos para comenzar a comer la deliciosa comida mientras un clon de Naruto daba de comer al pequeño Yuta.

Sai y Sakura habían degustado el delicioso almuerzo apreciando como había un ambiente cálido y agradable en aquella casa.

Mientras que Miki, que sabía acerca de los cuatro hijos mayores de aquellos dos extraños hombres pero que no recordaba, no había apartado sus ojos de Shinji y cuando este la miró, la niña había apartado su rostro completamente sonrojada y sintiendo que su corazón iba a salirse de su pecho.

Por otro lado, Daiki prestaba más atención a su plato de comida mientras escuchaba como sus padres reían de algún comentario que hacía alguno de aquellos desconocidos que estaban allí.

– Chicos porque no acompañáis a Miki y Daiki a hacer algún juego o a mostradles la casa para que os conozcáis mejor. – Propuso Naruto a sus hijos que asintieron y se llevaron junto a ellos a los hijos de Sakura y Sai. – ¿Qué tal si vamos a la sala y tomamos un poco de té mientras hablamos?. – Propuso está vez Naruto al matrimonio que asintieron.

Sasuke cogió a Yuta en sus brazos y salió de la cocina hacia la sala donde dejó al niño dentro de un parquecito con juguetes.

El matrimonio salió detrás del moreno mientras que Naruto y el clon se quedaron en la cocina preparando el té, recogiendo la mesa y fregando los platos y cubiertos utilizados.

– ¿Queréis ver la casa?. – Preguntó Sasuke viendo como la de cabello color rosa asentía y comenzó a mostrarle la enorme casa, que a primera vista no se apreciaba bien desde el exterior, dejando a Sakura fascinada con la belleza de la arquitectura y también, notando sin ser consciente, los cambios físicos en el Uchiha.

Cuando volvieron a la sala, Naruto salía con una bandeja con pastas y té que sirvió en tazas para cada uno de los presentes, cogiendo una de más para sentarse al lado de Sasuke y entregarle la taza de té que el Uchiha no dudó en aceptar.

– Tenéis una casa preciosa. – Alagó Sakura para dar un sorbo e injerir el cálido líquido.

– Gracias. – Agradeció Sasuke mientras acariciaba su abultado vientre mientras a su lado el contenedor del kyubi asentía con la cabeza ya que no podía hablar debido a que estaba masticando una de las deliciosas pastas de avena.

Hubo un pequeño e incomodo silenció en el que sólo se escuchaba a Yuta que jugaba con sus osos de felpa en una perorata que sólo el bebé entendía.

– Lo siento. – Balbuceo Sakura comenzando derramar lágrimas. – He venido hasta aquí para poder disculparme. – Se explicó la de ojos verdes con todas las miradas de sus compañeros en ella y sintiendo como Sai ponía una de sus manos en uno de sus hombros. – He sido una cobarde todo este tiempo y lo siento mucho porque yo no fui capaz de ir a veros cuando estabais en Konoha y hasta ahora no había reunido la fuerza necesaria para venir aquí y disculpadme. Quiero deciros que os he echado de menos, que no me importaba que ambos estéis junto o seáis homosexuales. Ante todo eso sois mis compañero de equipo, mis amigos. – Sakura se limpió las lágrimas con el dorso de su mano. – Tenéis una hermosa familia. – Sonrió la de cabello color rosa.

La pareja sonrió aunque Naruto tuvo el impulso de decir algo, Sasuke lo cogió del brazo indicando que callara.

– Yo también debo disculparme. – Esta vez habló Sai. – Ya sabéis lo que pienso, os lo dije antes de marcharos de Konoha pero eso no quita que yo fuera el responsable de todo por lo que pasasteis. – Recordó el moreno. – Y también, quiero que sepias que mientras ustedes estabais separados, en la prisión y en el hospital, vuestros hijos estaban a nuestro cuidado y los cuidamos como si fuesen nuestros propios hijos durante ese tiempo. – Reveló el ex miembro de Ne.

– Nosotros ya lo suponíamos. – Afirmó Sasuke viendo el rostro de asombro del matrimonio. – Siempre creímos que la pareja que eligió Kakashi debió de ser ustedes. – Confirmó el  Uchiha entrelazando sus dedos con los del Uzumaki. – Después de todo y siendo consciente de que era difícil de creer el que yo pudiese quedar embarazado, era predecible que Kakashi os pidiera que cuidarais de nuestros cuatro hijo mayores ya que en algún momento fuimos un equipo. – Aseguró el dueño del sharingan.

Ante las palabras de Sasuke, Sakura no pudo evitar desprender más lágrimas al recordar lo sucedido la última vez que se encontró con el moreno y este le había aclarado que los lazos que habían mantenido en algún momento como compañeros de equipo habían quedado disueltos.

Después de esto y unas horas más en las que hablaron sobre su situación actual en la que corroboraron lo feliz que se encontraban, las dos familias se encontraban en el amplio patio para despedirse.

– Espero que volvías a visitarnos. – Habló Naruto con una sonrisa.

– Sí… oka-san oto-san, tenemos que volver aquí. – Pidió Miki para volver su vista hacia Shinji que suspiró mientras escuchaba como aquella niña soltaba un gritito con un sonrojo en las mejillas mientras giraba su rostro hacia otro lado.

Es igualita a Sakura. – Pensó Sasuke para mirar a su hijo que tenía el entrecejo fruncido, trayéndole un dejá vù aquella situación, mientras escuchaba la risa del resto de sus hijos por lo ocurrido entre su hermano y  Miki.

– Está bien, Miki. Volveremos otro día sino es una molestia, por supuesto. – Respondió Sakura a su hija antes de mirar a sus amigos en espera de saber si podían volver a visitarlos.

– Claro que no molestáis, seréis bienvenidos. – Respondió Naruto. – ¡Adiós!. – Se despidió el rubio mayor para ver como la familia se subía al lomo de las dos palomas de tinta.

– ¡Adiós y gracias por todo!. – Se despidió Sakura con una sonrisa en sus labios.

Cuando Sai y Sakura junto a sus hijos desaparecieron en el aire, Naruto miró Shinji.

– ¡Ne, ne Shinji! ¿Qué le dijiste a Miki-chan para haberla enamorado de esa manera?. – Preguntó con picardía el rubio mayor escuchando un resoplido de su hijo mientras otros de sus hijos reían.

– Tienes otra fan Shinji. – Le recordó el primogénito a su hermanito, sabiendo de que Chouko, la hija pequeña de Ino y Chouji, le gustaba Shinji.

Akira no podía evitar reír, aunque tenía a Yuta en brazos.

– No sé de qué te ríe tanto Akira, o no recuerdas Kurara-chan. –Le dijo con malicia Shinji a su hermano recordando a la pelirroja hija de Gaara.

Akira dejó de reír abruptamente mientras seguía a sus hermanos y comenzaba una discusión con Shinji que entraban a la casa dejando a sus padres solos.

Sasuke sintió como un enorme brazo se enredó en su cintura, provocándole un estremecimiento para, luego, mirar al dueño de ese brazo que lo aprisionaba.

– Naruto. – Susurró antes de que sus labios fueran capturados por los del de ojos azules en un beso que no duró mucho porque el de marquitas en las mejillas lo rompió.

– Gracias por todo, Sasuke. – Habló Naruto para ver como el moreno lo miraba sin entender pero aumentando la sonrisa en su rostro del contenedor del kyubi. – Gracias por cuidarme cuando estaba herido y desmemoriado. Gracias por corresponder a mis sentimientos. Gracias por regalarme esta familia tan hermosa.

– Naruto… – Murmuró para recibir otro beso muy dulce del Uzumaki y para cuando se separaron, escucharon silbidos y aplausos desde la puerta de la casa.

La pareja se giró y descubrieron sonrojados y con vergüenza a todos sus hijos mirándolos.

– ¡OTO-SAN, KA-SAN QUE SEPÁIS QUE QUIERO UNA HERMANITA DESPUÉS DE QUE NAZCA EL BEBÉ!. – Gritó Amaya a todo pulmón, haciendo que se abochornaran más a sus padres.
– ¡OTO-SAN, RECUERDA QUE DEBES DE CUIDAR A KA-SAN POR SU EMBARAZO O LA ABUELA SE ENFADARÁ!. – Esta vez fue Kenta quién chilló para dar un silbido.

– Si serán… – Siseó Naruto que se contuvo de decir un  taco para sentir de improviso como Sasuke le tomaba del cuello y lo besó, sin vergüenza alguna, pero aun sonrojado porque sabía que sus hijos lo estaban mirando mientras besaba esta vez él a Naruto y no era al contrario.

– ¡TÚ PUEDES, KA-SAN!. – Chilló Saki mientras aplaudía.

–ASÍ SE HACE, KA-SAN. – Vociferó Shinji junto a más silbidos y aplausos procedentes de sus hermanos, viendo como su oto-san deslizó la mano de la cintura de su ka-san hasta el trasero, el cual apretujó.

–¡VAMOS, OTO-SAN!. – Gritó Akira para silbar a continuación con diversión.

Cuando el beso se cortó, Sasuke miró a sus hijos con el sharingan activado.

– TODOS ESTÁIS CASTIGADOS. – Declaró el Uchiha cogiendo de la mano a Naruto y dirigiéndose a la casa escuchando a sus hijos refunfuñar por estar castigados mientras Naruto reía. – ¿De qué te ríes?.

– De lo guapo que te pones cuando te enfadas. –  Aseguró el de ojos azules volviendo a sacar un sonrojo al Uchiha.

– Pues no debería, dobe, porque tú también estas castigado. – Declaró el moreno soltando el agarre de sus manos y seguir caminando hacia la casa mientras que Naruto se quedaba atrás. Estupefacto debido a las palabras de Sasuke.

– ¿¡Qué..!? – Preguntó por lo dicho del Uchiha.

– Lo que has oído, usuratonkachi. Estas castigado, con el peor de todos los castigos, que es atender a todas mis necesidades, Naruto. Espero que me cuides muy bien esta noche porque si no se lo contaré a la vieja. Además, es tú culpa que ahora esté así, me has exitado frente a nuestros hijos y no pienso levantarte el castigo tan fácilmente. – Sonrió Sasuke al sentir como Naruto corrió hasta él para susurrarle al oído.

– Si ese es el castigo, estoy encantado de ejercerlo, Sasuke y de seguro que no te quejaras de la manera en que te voy a cuidar de ti, teme. Solo, espero que tengas energía de sobra, Sasuke, porque no voy a dejarte descansar ni un solo instante aunque me lo ruegues. – Afirmó Naruto.

– Estate seguro que no voy a rogarte nada, Naruto. Menos esos cuidados de los que presumes me vas a dar. – Comentó divertido el moreno. – Estoy deseoso de recibir tus cuidados.

Los dos entraron a la casa con un único objetivo, el dormitorio, sin prestar atención a sus hijos que volvieron a retomar el tema del enamoramiento de Miki con Shinji y lo estaban molestando.

El sol comenzaba a asomar entre las montañas, indicando que ya era hora de despertar pero en una habitación en el interior de una casa construida en un barranco, la pareja que la moraba tenía la respiración agitada y sus cuerpos envueltos en una capa de sudor.

– Sasuke… – Gruñó el rubio dando la última estocada y, finalmente, liberando su semen en el interior del esfínter de su amante que tenía el trasero en pompa mientras su cabeza estaba hundida en la almohada amortiguando sus gemidos.

– Naruto… – Jadeó Sasuke al llegar al clímax, sin saber cuántas veces esa noche se había corrido.
El de ojos azules salió del interior del Uchiha después de un rato y lo observó volviendo a excitarse por lo que veía. Naruto se acostó sobre el colchón mientras cogía al moreno para abrazarlo a su cuerpo.

– ¿He cumplido mi castigo, Sasuke?. – Preguntó el rubio.

–Sí… pero, ahora, déjame dormir. Lo has hecho bien. – Murmuró Sasuke sintiendo como el rubio lo besaba en la frente para caer dormido después de tanto ejercicio.

Naruto sonrió y acunó al dormido Uchiha en su regazo.

– Eres la persona que siempre he seguido y, ahora, que te tengo a mi lado te cuidaré todo lo bien que pueda porque no podría soportar que me dejaras, Sasuke. – Murmuró acariciando la blanca cara del moreno. – Tú y mis hijos sois lo más importante. Tú siempre has sido lo más importante. Te amo. – Susurró antes de dejarse llevar al mundo de Morfeo para acompañar a su pareja.


Fin.


Aclaración de  los términos:


* Ambrosia: Se trata del alimento de los dioses.

¡Cuídame! -Cap.13-


-Un triunfo sin recompensa.-

Karin abandonó aquel antiguo puesto de vigía para seguir a Naruto y Sasuke porque, -a pesar de que no quería verse en medio de un enfrentamiento que ocasionaría el perder la confianza de esa villa e incluso, el que su esposo se comportara hostil con ella debido a que lo clasificaría como un acto de deshonra y deslealtad no le importaba-, tenía que ayudar a esos dos hombres.

Sin embargo, Karin dejó de correr cuando escuchó como la llamaban una voz que conocía de sobra y se giró para afrontar a aquella persona, en un movimiento  que parecía mecánico, mientras sentía como su respiración se congelaba y su cuerpo desprendía un sudor frío.

Sin lugar a dudas, el que estuviese esa persona allí, solo haría más difíciles las cosas y no pudo evitar que algunas lágrimas se amontonaran en sus ojos carmín mientras sus piernas cedían a su peso, cayendo caer sobre sus rodillas como una muñeca de trapo.

– Shi…Shino…– Pronunció en un murmullo apenas audible.

El alto hombre de pelo rizado y negro que ocultaba sus ojos detrás de aquellas pequeñas gafas de sol, se acercó a gran velocidad a la pelirroja al verla caer al suelo igual a una hoja que caía de un árbol.

El moreno levantó a la chica en sus brazos para acercarse a un banco de piedra y fue ahí, donde se dio cuenta de la presencia de dos personas más que acompañaban a Shino, se trataban de Lee y Kurenai.

– ¿Te encuentras bien?. – Preguntó la entusiasta voz de Lee, en la que se podía apreciar un atisbo de preocupación.

Karin asistió con la cabeza ante la pregunta del chico de espesas cejas con un tenue sonrojo por la bochornosa situación.

– Me alegro mucho, Karin-san. Pensé que se encontraba enferma. – Expresó con una enorme sonrisa el chico de mallas verdes.

Kurenai miró con picardía a la pareja, presintiendo que necesitaban estar a solas ante el fortuito reencuentro tras semanas de no verse.

– Creo que será mejor dejaros solos. – Comentó  Kurenai. – Lee, adelantémonos a la torre hokage. Shino nos alcanzará más tarde.

– ¿Y qué hay del reporte de la misión?. – Preguntó Lee confundido.

– No te preocupes y descansemos un poco antes de ir con el hokage. Estoy segura que ansias por llegar a casa y relajarte un poco. – Afirmó Kurenai para recibir un asentimiento del chico de peinado redondo para luego ambos desaparecer y dejar a la pareja sola.

Durante un buen rato, el matrimonio permaneció en silencio escuchando el cantar de los pájaros y el bullicio lejano  procedente de los aldeanos y niños.

– Shino, ¿tú confías en mí?. – Rompió el silencio la pelirroja, sintiendo como el moreno la miraba fijamente sin comprender a que venía esa extraña pregunta. – Si te contara algo que parece inverosímil pero que es real. ¿Me creerías?.

– Confío en ti, Karin. Eres mi esposa pero si no me dices jamás entenderé a que te refieres. – Explicó con calma el hombre escuchando el pesado suspiró de la pelirroja.

– Resulta que conozco a alguien que tiene varios hijos y estaba viviendo en un lugar en perfecta armonía hasta hace poco porque fueron arrancados de su hogar, separado de su familia y, por si las cosas no fuera bastante mal, está en una situación delicada porque… está esperando un bebé. – Reveló Karin agachando la cabeza para ver sus manos con las que apretó su pantalón corto.

– ¿Piensas qué podemos ayudar a esa persona?. – Inquirió el Aburame escuchando otro pesado suspiro de parte de su mujer.

– No sé si podemos ayudarles pero podemos intentarlos. Cuando te pregunté de si podrías creerme es porque esas personas de las que hablo, las conoces. Ellos son Naruto y Sasuke. – La pelirroja miró el rostro serio de su esposo. – Se que es increíble de creer pero Sasuke es capaz de embarazarse y está esperando un bebé. Admito que yo al principio no lo creí, pero al parecer Orochimaru experimento con su cuerpo y ahora puede procrear. – La pelirroja se soltó del agarra de su esposo y se puso de pie frente a él. – Se que no es impensable porque el hablar de un hombre capaz de gestar suena a chiste pero esos niños que estaban con ellos… los niños son sus hijos biológicos y tengo prueba para demostrarlo. Yo misma hice los análisis donde comparé y comprobé sus ADN. Todos dieron favorables en los niños. – La pelirroja sacó del bolsillo trasero de su pantalón unos papeles doblado que el moreno no dudó en mirar, al percibir como su mujer estaba demasiada alterada intentando hacerle creer ese relato y el cual, deseaba creer esas palabras porque él, en realidad, no tenía nada en contra de Naruto o Sasuke. El rubio lo consideraba su amigo y si este había decidido emparejarse con Sasuke, tendría sus propias razones para elegirlo como compañero de vida.

Además, de que el Aburame recordó de cómo él mismo estuvo atraído por un hombre pero jamás fue correspondido hasta que comenzó a relacionarse con Karin y esta le hizo olvidar aquel amor no correspondido que derivó en sentimientos hacia ella. La mujer que lo había salvado de su dolor y de quien no solo estaba agradecido sino también profundamente enamorado de ella.

……

Los niños se encontraban en un rincón de la habitación a la que habían sido llevados y a su lado, estaba aquel ninja con el enorme perro que los había encontrado pero en aquel lugar, también se encontraba Sai, con su rostro inexpresivo, que tenía sus puños fuertemente apretados dejando que sus nudillos estuvieran extremadamente blancos. Aunque, el conocer o haber visto a alguna de aquellas personas no impedía que los cuatro pequeños  estuviesen asustados y abrazados, en busca de repeler su miedo y tener un ancla de seguridad, mientras Kenta lloraba asustado por el ambiente tenso que había en el despacho del hokage.

Kakashi miraba aquellos niños que tenían apariencia indefensa pero que habían conseguido escapar de un recinto cerrado, donde había cientos de personas y la mitad se trataban de estudiantes de academia shinobi, chunnins o jounin. Incluso, esos críos pudieron burlar a los guardias y salir sin ser vistos. Realmente, esos niños tenían formación ninjas y estaban bien entrenados para elegir y esperar por el oportuno momento de actuar.

Tsunade a su lado miraba a aquellos niños inquisidoramente, aun sin poder creerse que su mejor alumna (Sakura), no fuese capaz de advertirlos y eso la hacía suponer que había relación al darse todos esos acontecimientos vez. Quizás, uno de los planes del Uchiha era en parte ese, al ponerle el sello a Naruto o el que esos niños tenían un papel aún más importante en los planes de Sasuke.

– Kakashi, ¿no te resulta extraño que estos críos pudiesen huir sin ser inadvertidos al mismo tiempo que el Uchiha escapó de la prisión aprovechando el momento en que Naruto fue poseído por el kyubi y, sobre todo, que haya desaparecido al igual que ese maldito traidor?. – Escupió Tsunade mirando al Hatake.

– ¿Insinúas que todo ha sido premeditado?. – Preguntó  el de cabello plateado. – Si fuese así, hay algo que no encaja y eso es Naruto, así como estos niños.

– Bueno, ten en cuenta que en todo este tiempo Sasuke lo ha tenido secuestrado con ese sello, el cual, causó que todo se accionara. – Afirmó la rubia. – Sasuke estaba esperando el momento oportuno para escapar y lo obtuvo cuando el sello que le colocó a Naruto liberó el chakra del kyubi. Se aseguró de esperar y tomar la oportunidad, al implantarle ese sello a Naruto. Es probable que los niños también tengan un sello que se detonara en ese momento y puede que el encontrarlos tan cerca de la zona, tenga algo que ver con que el kyubi tomara tan rápido el control del cuerpo de Naruto. Nos mantuvo el tiempo suficientemente ocupado para saber que estaba marchándose de la prisión. Aunque dudo que este fuera su plan original, si que podría ser uno de sus recursos en caso de que se fuera sorprendido o capturado antes de poder llevar su propósito principal a cabo. – Explicó su hipótesis la escultural mujer.

– Sigue quedando cabos sueltos, Tsunade-sama y eso es la desaparición de Naruto. – Objetó el Hatake.

– Tienes razón pero por si las dudas creo que debería analizar a estos niños. Temo que Uchiha esté siguiendo los pasos de Orochimaru y haya experimentado con sus cuerpos o implantados sellos. – Habló la de ojos castaños señalando a los críos.

– Me parece lógico, puede que sí tenga razón. Es probable que posean algún tipo de jutsu en el interior de su cuerpo. – Confesó Kakashi mientras asentía. – Y es obvio que los informes del comportamiento de estos niños que me han sido entregado no puedo darle credibilidad ante lo ocurrido recientemente.

Tsunade caminó para acercarse a los niños y Akira se posicionó delante de sus hermanos, en una señal de protegerlos, sintiendo como Shinji y Amaya se sujetaban del pijama que vestía y escuchando a Kenta llorando.

– No voy a dejar que nos hagas nada. – Siseó Akira para mostrar, ante la sorpresa de todos los presentes, el sharingan con una sola aspa en sus ojos, anteriormente negros pero que ahora se habían vuelto rojos.

– Pero… ¿qué demonios…? – Farfulló Tsunade.

– ¡El sharingan…! – Habló impresionado el de cabello plateado porque no creyó que ese niño fuera poseedor del sharingan siendo rubio ya que esa característica no correspondía a los Uchihas.

Pero antes de que nadie le diese tiempo para reaccionar, la puerta del despacho fue abierta abruptamente y para mayor asombro de los que se encontraban en aquel despacho se hallaron de frente con un rubio de rostro serio y molesto.

– Naruto… – Pronunció Sai mirando al Uzumaki para después ver como detrás de él aparecía el Uchiha.

– ¡OTO-SAN, KA-SAN!. – Gritó Shinji, que intentó correr hasta sus padres, pero fue detenido por el enorme perro que le impidió el acercarse a sus progenitores.

Naruto frunció el entrecejo, al igual que Sasuke, al ver como sus hijos estaban llorando, con sus ropas y sus rostros sucios y no les permitían acercarse a ellos.

– Naruto, ¿estás bien…? – Prácticamente las palabras se le atoraron en la garganta a la Senju para ver como el rubio la miró de manera fiera y fría.

– He venido a buscar a mis hijos. – Aclaró el Uzumaki con lentitud mientras apretaba sus puños.

– Ot…oto-san…– Pronunció entrecortadamente Akira porque nunca había visto a su padre de esa manera y percibiendo el aura aterradora que se estaba comenzando a formar a su alrededor.

– ¿Tus hijos?. – Preguntó Sai mirando al de ojos azules para después mirar al Uchiha con el ceño fruncido. – ¡Despierta de una vez, Naruto!. No te das cuenta que el Uchiha te está manipulando porque no recuerdas. – Acusó con furia para después mirar, nuevamente, a aquellos niños que retrocedieron un paso ante la iracunda mirada de Sai y, que por supuesto, logró molestar más a los padres de los niños.

– ¡Cállate! No vuelvas a decir eso de Sasuke sino entiendes. La próxima vez que te refieras de esa manera a él y mires de así a mis hijos, no responderé de mis actos. – Aseguró con furia el Uzumaki.

Todos los presentes abrieron los ojos al máximo mientras que Tsunade se cubría la boca por lo dicho, sintiendo una enorme punzada en su corazón que gritaba por extenderse dolorosamente y sintiendo ganas de llorar por lo que acababa de decir el chico que consideraba como un hijo o un nieto.

– Hablas de él como tu pareja pero aún si lo fuera… ¿cómo es posible que ellos sean tus hijos, Naruto? Hasta donde yo sé, la procreación sólo resulta cuando un hombre y una mujer se unen y no cuando son dos hombres son los que están unidos. – Irrumpió el Hatake en un intento de hacer comprender al Uzumaki de que Sasuke le había estado mintiendo.

– Los milagros también existen. – Pronunció Naruto sonriendo con soberbia.

– ¿¡Es que no puedes ver la realidad!?, te está engañando. Él te ha hecho mucho daño e incluso, ahora… ¡está jugando con tus sentimientos!. – Exclamó desesperada Tsunade.

– Naruto, entra en razón. Amigo. Te estamos diciendo la verdad y si continuas así, sólo conseguirás sufrir. – Habló por primera vez Kiba, señalando a ambos, Naruto y Sasuke.

Sasuke bajó la cabeza y abrazó el fuerte brazo del Uzumaki, sintiendo una pequeña punzada de dolor en su bajo vientre y al instante colocó su mano para transferirse un poco de chakra y menguar el dolor. Aquellas palabras lo estaban afectando más de lo que había previsto y el haberse excedido estaba pasando factura en su cuerpo, a su bebé.

– Puedo comprender que no me crean cuando digo que yo amo a Naruto. Si os afirmo que ellos son nuestros hijos o que yo estoy arrepentido de todos mis errores del pasado. – Comenzó a hablar Sasuke. – Pero no me importa volver a prisión y que me hagáis lo que queraís pero solo pido que dejen a los niños con su padre, con Naruto. Él es quien debe hacerse cargo de ellos. – Sasuke levantó la mirada mostrando como algunas lágrimas escaparon de sus ojos. – No me importa si queréis abrirme en canal, yo estoy dispuesto a aceptar mi destino pero no separéis a los niños de Naruto. – Suplicó sintiendo como cada palabra cortaba su garganta como una cuchilla demasiado fina y afilada.

– Ka-san… – Dijo Akira al ver a Sasuke tan frágil y débil. Incluso, estaba llorando provocando un revoltijo de sentimientos en el niño al ver a su progenitor así ya que él no lo había visto ni concebido el que llorara, ni siquiera cuando se cortaba con el cuchillo al pelarle una fruta o preparar la comida.

Todos miraron al Uchiha y, a pesar de persibir la fragilidad que se exteriorizaba Sasuke, no se dejaron amilana. Aseveraron sus rostros porque para ellos era una táctica de manipulación que estaba utilizando el Uchiha, pues no podía ser todo tan sencillo o al menos, al tratarse de Sasuke.

– Sasuke, no digas eso. Yo no os dejaré atrás, no sería capaz de vivir teniendo eso en mi conciencia. No os cambiare cuando sé que no puedo teneros a todos a mi lado. – Susurró el Uzumaki cogiendo de la mano que Sasuke tenía abrazando su brazo para entrelazar sus dedos.

– No creas que vamos a caer en tu estrategia Uchiha. – Escupió Sai tomando pose de defensa.

– ¡SASUKE, NARUTO!. – Gritaron desde su espalda para ver como en el despacho entraban Karin y Shino.

– Hokage-sama, Tsunade-sama… ellos dicen la verdad. Los niños son sus auténticos hijos. – Reveló escuetamente Karin mientras Shino asentía. – Aquí está la prueba de que el ADN de los niños son compatibles con los de ellos. – Señaló la pelirroja a la pareja mientras extendía unos papeles con los resultados de los análisis. – Entiendo que es difícil de creer pero es la verdad.

Tsunade se acercó con rapidez y arrebató bruscamente esos papeles para comenzar a leerlos.

– ¿Esto debe de ser un error? ¿No puede ser verdad?. – Se negaba creer aquellos resultados la rubia mientras le entregaba los papeles a Kakashi.

– No, Tsunade-sama, los resultados y lo que dicen es real. Sasuke puede engendrar vida en su cuerpo como una mujer, yo misma hice esos análisis unas cinco veces cada uno y todos dieron el mismo resultado. – Afirmaba la pelirroja mientras veía como Sai cogía aquellos papeles con desconfianza.

– ¿¡Y UNA MIERDA…!? – Gritó Sai para hacer trizas aquellos papeles con sus manos ante los ojos de los presentes. – Tú has inventado esos resultados, después de todo fuiste parte de su equipo hasta que te dejó y ahora vuelves a caer en sus encantos. – Acusó Sai a la de ojos rojos.

– ¿Qué…qué estas insinuando?. – Preguntó Karin mirando con molestia al paliducho.

– Ten cuidado con lo que dices. – Advirtió Shino poniéndose delante de su esposa y dejando salir a alguno de sus insectos a su alrededor. – Mi esposa no está mintiendo.

– ¡YA BASTA!. – Gritó Tsunade mientras rompía el escritorio asustando a los menores y provocando que los dos más pequeños lloraran con intensidad.

Sasuke miró a sus hijos y el enorme deseo de ir a consolarlo lo atormentaba pero era consciente de que podría empeorar todo si intentaba, tan siquiera dar un paso hacia delante para acercarse a los menores. Cuando sintió como Naruto le apretaba su mano haciendo que lo mirara para verlo con aquel rostro demasiado serio y alerta que lo hacía ver como un gran ninja, capaz de hacer lo imposible, y trasmitiéndole seguridad en silencio.

– No creo que un hombre sea capaz de embarazarse pero tampoco creo que esos análisis sean manipulados. – Habló Tsunade para mirar a la de ojos rojos.

– Por supuesto que no he manipulado los análisis. Aún conservo las muestras o podemos tomar nuevas para que pueda comprobarlo. – Aseguró Karin para luego mirar a Sasuke. – Cuando yo estuve con Orochimaru vi como hacía muchos experimentos y entre ellos, buscaba la forma de crear más cuerpos para no tener que ir mejorando a los shinobis que pronto iban a ser su nuevo cuerpo. – Karin se colocó sus gafas antes de proseguir su explicación. – Entre todos sus ocurrencias aparición el poder obtener más cuerpo a través de embarazos, incluyendo la manipulación del cuerpo masculino, para que se diera dicho acontecimiento, pero muchos de sus intentos, de que un hombre pudiera mantener a otro ser, fracasaron. Sin embargo, parece que Orochimaru no se dio por vencido con la experimentación y utilizó a Sasuke, también, aunque su cuerpo si acogió el procedimiento. Su anatomía está modificada para poder llevar un embarazo con eficiencia como cualquier mujer fértil lo hace. – Explicó la pelirroja.

– Eso es imposible. Por muy mal de la cabeza que estuviese Orochimaru, es imposible que consiguiese algo como embarazos masculinos y que el cuerpo de ese, sea ahora capaz de engendrar. No hay pruebas evidentes para demostrarlo, solo un resultado que de seguro has inventado como tu historia. – Intervino Sai viendo la cara de dudas de Tsunade, Kiba y Kakashi.

Karin miró a Sasuke sabiendo que si existía dicha prueba pero ella no era la persona adecuada para revelar acerca de ese ser que estaba incubando el Uchiha en su interior.

– Si que hay una prueba. – Habló Sasuke captando toda la atención.

– Sasuke, no… – Pero Naruto no terminó, al sentir un dedo del moreno sobre sus labios.

– Es lo mejor. – Susurró el Uchiha sólo para obtener un gruñido en respuesta del contenedor del kyubi. – Yo estoy esperando un bebé, estoy embarazado. – Declaró el moreno mirando los rostros desencajados de Kiba, Kakashi, Tsunade y Sai. – Sino me creen puede comprobarlo, Tsunade-sama. – Dijo con voz trémula a causa de la desconfianza que sentía a que intentaran algo en contra de ese inofensivo ser que estaba creciendo poco a poco en su vientre.

La rubia no espero, y casí corrió a ver si era cierto, mientras Sasuke sintió otro apretón en su mano de parte del Uzumaki, indicándole que él no dejaría que le hiciera nada ni a él ni a ese bebé no nato.

La Senju aplicó un poco de chakra sobre la ropa del Uchiha percibiendo como el chico se encontraba tenso pero, entonces, pudo percibirlo. Era un chakra muy suave y débil en su cuerpo que fluía en el interior del Uchiha. La de ojos castaño era consciente que no se trataba de una farsa, así que se giró ante el resto.

– Es cierto, he podido sentir el chakra que emite la presencia de una vida en su vientre. Una vida humana. – Confirmó la de coletas para volver a mirar al moreno, aún sorprendida por el acontecimiento.

– Ahora, devolvednos a nuestros hijos. – Habló Naruto. – Ya sabéis que no mentimos, dadnos a nuestros hijos.

– ¿Y qué pensáis hacer?. – Preguntó el Hatake haciendo un gestó con la mano para que Kiba apartara a Akamaru y dejara que los niños fueran hacia sus padres. – Sabes que no podré dejaros ir así sin más, Naruto. Tú aun no has recuperado la memoria, por lo que necesitas cuidados y Sasuke debe pagar por todos sus crímenes.

Akira, al ver como aquel perro se movía cogió como pudo a su hermano Kenta y corrió hacia sus padres seguido de Shinji, que tironeaba de su hermana, para ir al regazo de sus padres.

Sasuke se acuclilló para abrazar a todos sus hijos y consolar a los dos menores mientras repartía besos a cada uno de sus pequeños, al mismo tiempo, que sollozaba de felicidad tener a sus pequeños entre sus brazos.

– Os he echado de menos. – Murmuró Sasuke sintiendo las manitas de sus hijos apresando sus ropas.

– Se que Konoha quiere que Sasuke cumpla una condena pero yo no lo puedo permitir, Kakashi-sensei. – Pronunció el rubio, haciendo que todos los presentes abrieran los ojos enormemente al comprender que Naruto si había recuperado la memoria. – Nos iremos de la villa, sé que mi familia no es bien recibida en Konoha, debido a los errores que cometió Sasuke en el pasado y por lo ocurrido en la noche, conmigo de seguro vuelve a verme como una amenaza. Por eso, soy consciente de que cuando los ciudadanos se enteren que mis hijos es el resultado de la unión de dos hombres serán rechazados por provenir de Sasuke y de mí, como padre, no me pudo permitirlo. No permitiré que mis hijos pasen una infancia como la pasé yo, en la que tan sólo recibía miradas de odio y repugnancia. Volveremos al lugar que ha sido nuestro hogar durante los últimos años, nuestra casa. Donde podremos vivir en tranquilidad y si intenta impedirlo, le advierto que estoy dispuesto a enfrentarme a cualquier cosa por el bienestar de mi familia hasta lograr mi objetivo de poder vivir en tranquilidad.

El Hatake sonrió reconociendo a su alumno rubio.

– ¿Pero qué hay del Uchiha?. ¿Naruto, quien lo atenderá cuando sea el momento de que venga esa criatura al mundo?. – Preguntó la Senju preocupada.

– He ayudado a Sasuke a traer a mis hijos al mundo y este no será diferente. – Habló mientras hacía cuatro kagebushin y cargaba a sus hijos mayores mientras que Sasuke era cargado por el autentico Naruto. – Adiós. – Pronunció antes de comenzar a dar pasos hacia la salida.

– ¿Lo dejará ir así, sin más?. – Preguntó Sai viendo como se marchaban.

– Es lo mejor para ellos Sai. Tal y como Naruto ha dicho, aquí no serán felices. – Dijo Tsunade.

– Naruto ha crecido mucho. – Murmuró el Hatake viendo al cuarto hokage alejándose y no a Naruto. – “Sensei estarás orgullos de Naruto, él se ha convertido en un hombre extraordinario.” – Pensó Kakashi.

– Escuchadme todos, no podéis divulgar esto, es una orden. – Ordenó Tsunade. – Ahora, salid y no dejéis que nadie le impida el paso a Naruto y su familia. – Indicó la anciana sintiendo como Kakashi apoyaba lo dicho.

Naruto corría por las calles de Konoha hacia la salida junto a sus clones para observar cómo, rápidamente, se posicionaban a su lado Sai, Kiba junto a su perro, Karin y Shino.

– Os haremos de escolta hasta la salida de la villa. – Le Informó Karin con una sonrisa.

– Gracias. – Agradeció Naruto.

– No tienes que darlas Naruto, es una orden de Tsunade-sama y el hokage. – Habló Kiba para mirar la cara de duda del Uzumaki. – Ahora Kakashi-san es el hokage de Konoha.

Ante la noticia el de ojos azules sonrió para continuar hacia el exterior.

– Naruto. – Llamó Sai. – Quiero que sepas que el Uchiha sigue sin caerme bien y no me agrada que ambos seáis pareja e incluso, aun me cuesta aceptar que los críos sean vuestros hijos pero lo siento. Fue por mi causa que hayáis pasado por todo eso.

– Sai… – Pronunció el contenedor del kyubi.

– Naruto, ni siquiera le des las gracias que al final fue quien se casó con Sakura hasta tienen una hija. – Le comentó divertido el Inuzuka. – Aunque tú tampoco tienes nada que envidiar te quedaste con el chico más cotizado de nuestra generación, estoy seguro que muchas chicas lo darían todo por estar en tu lugar, una lástima para ellas que resultase que el chico de sus sueños es gay. – Se mofó Kiba sacando una sonrisa al Uchiha.

– ¿¡Te casaste con Sakura-chan!?. – Se escandalizó el Uzumaki para sentir como el moreno molesto apretó su agarre en los hombros haciéndole daño.

Sai sonrió mientras asentía.

– Ella lo pasó muy mal después de ir en tu busca y sólo encontrar el cuerpo de aquel maldito de Madara. – Confesó Sai. – Sakura cayó en una depresión y la iba a visitar con frecuencia, la animaba hasta que ambos nos dimos cuentas que nos gustamos y decidimos casarnos pero no fue hasta que nació Miki que Sakura consiguió recuperarse.

– No sabía que había ocurrido todo eso pero aun así me alegro porque ambos estéis bien. – Pronunció Naruto llegando, finalmente, al enorme pórtico por el que saldrían de Konoha.

– Adiós a todos. – Se despidió antes de dar un enorme salto seguido de los clones y perderse en la maleza de los árboles.

– Ojalá no tuvieran que marcharse de Konoha para ser felices. – Habló Kiba acariciando la cabeza de Akamaru que ladró en respuesta a su amo para volver todos al interior de la villa de la Hoja.

Naruto ya podía ver el barranco por donde se encontraba la casa en la que Sasuke se había ocupado de él todo ese tiempo en que sufría amnesia. El rubio bajó sin dificultada, usando su chakra, y se encontró con que las gallinas habían sido liberadas de su corralillo y el cultivo les había servido de alimento a las aves.

El contenedor del Kyubi dejó a sus pequeños en el suelo y a Sasuke. La pareja vio como los niños salieron corriendo hacia una de las gallinas que tenía varios pollitos a su alrededor para poderlos tocar.

– Por fin, estamos en casa. – Habló Naruto poniendo sus manos en su cadera.

– Sí pero, ahora, todo será diferente. – Comentó divertido Sasuke mirando al rubio que lo miraba sin comprender. – Ahora, serás tú quien me tendrá que cuidar a mí y voy a aprovecharme de ello. – Declaró Sasuke con voz de superioridad.

Naruto se acercó al moreno para cogerlo de la cintura y pegarlo a su cuerpo.

– Y estoy encantado de cuidarte a ti y esa pequeña. – Susurró Naruto sobre los labios del moreno que cerró sus parpados al sentir el cálido aliento chocar contra sus labios para luego abrirlos lentamente.
– ¿Cómo estás seguro que será una niña?. – Preguntó sonriendo el de ojos negros enredando sus brazos en el cuello del de ojos azules.

– Simplemente lo sé, soy su padre. – Contestó antes de besar aquellos labios que le eran irresistible.

El beso fue dulce y lento pero que desgraciadamente terminó para que ambos se mirasen a sus ojos.

– Naruto, creo que vas tener que comenzar tu trabajo de enfermero. – Sonrió Sasuke sintiendo como tenía una erección después de aquel beso y como el rubio andaba en las mismas condiciones. – Estoy deseoso de recibir tus cuidados.

– Tan sólo pídemelo y te atenderé complacientemente. – Murmuró el contenedor del kyubi.

– Cuídame ahora, Naruto. ¡Cuídame!. – Exclamó lo último Sasuke al sentir como el Uzumaki lo levantaba en sus brazos para llevarlo al interior de la casa para atenderlo mientras los niños se divertían corriendo detrás de la gallina y los pollitos.



Fin.