miércoles, 17 de abril de 2019

Notas de tinta

» Los personajes no me pertenecen y no hay intenciones de lucro al escribir esta corta historia.«
Manga/Anime:Naruto/Naruto shippuden
Para mayores de 16 años.
Clasificado: Yaoi
Pareja: Naruto Uzumaki/ Sai
Género: Romance.
Aclaración: Esta historia, anteriormente la tenía publicada en Amor Yaoi con el nombre de "Espera" el cual me dio pereza de cambiar el título provisional por el que realmente decidí. Es un fic viejo, así que espero aún sea agradable.



Cuando Sasuke Uchiha volvió a Konoha, claro está que no fue por su propia voluntad  sino que fue arrestado de vuelta a la villa por un equipo ANBU después de haberlo encontrado en el interior de la guarida de Madara y  localizar que el legendario Uchiha había engañado a Sasuke sacándole los globos oculares para insertarle los de su hermano Itachi pero Madara jamás le injertó los ojos quedando Sasuke ciego.

Vi como Sakura, Ino y aquella chica llamada Karin lo miraban con la cara iluminada con sus ojos anegados de lágrimas. Al mismo tiempo que pronunciaban el nombre de Sasuke con voz entrecortada.

Sasuke fue juzgado y permaneció un año en prisión, donde podía ver como aquellas tres iban a visitarlo llevándole regalos al Uchiha. También, podía ver como Naruto iba a visitar al Uchiha en ese tiempo con el pretexto de amenizar la estadía de Sasuke en la celda y de reforzar su lazo pero aunque el Uzumaki entrara con una radiante sonrisa era demasiado perceptible, incluso para mí, como esa sonrisa no era tan luminosa como al principio cuando salía de la prisión.

Para sorpresa de todos, a los tres años de que el Uchiha salió de la cárcel, Sakura anunció su compromiso con el último Uchiha y ambos se fueron a vivir juntos a un apartamento. Ya que el antiguo barrio Uchiha había sido destruido con el ataque de Pain y nadie le fue relevante el reconstruir un barrio abandonado de un clan en el que era poco probable que el único sobreviviente decidiera volver porque Sasuke decidió dejar Konoha para unirse al traidor de Orochimaru.

Ese día, en que Sakura había gritado que era novia de Sasuke para luego besarlo ante todos los presentes no pude evitar girar mi rostro hasta encontrar a Naruto.

No sé exactamente las emociones y sentimientos que mostraba en su cara pero algo fue claro. En especial, cuando vi como por un momento se llevó una de sus manos al pecho y agarraba con fuerza la chaqueta naranja y negra de su característico chándal antes de acercarse a la pareja y felicitarlos para marcharse increíblemente de manera desapercibida, era dolor.

Después de eso, todos miraban a Naruto con lástima porque la chica de la cual él afirmaba que estaba enamorado, se casaba con aquella persona que Naruto acreditaba como su propio hermano. Nadie se atrevía preguntarle cómo se sentía o el intentar animarlo ya que por la experiencia de haber aprendido a ocultar su tristeza por medio de la sonrisa que mostraba su rostro todos los días, aunque al principio no era capaz de reconocerla.

Sin embargo, Naruto acabó por desbordarse cuando al pasar un año se confirmó la boda de los futuros esposos Uchiha.

Ese día lo observe alejarse y lo seguí hasta lo alto de las montaña con los rostros de los Hokage esculpidos.

Al principio, sólo lo miraba oculto desde las ramas de los árboles, veía como lloraba y gritaba al aire para después comenzar a golpear el suelo con fuerza, despellejándose sus nudillos a cada puñetazo.

No soporté verlo de esa manera y de un simple salto me encontraba a su lado cogiendo uno de sus brazo para que no continuase pero a cambio recibí un "¡déjame solo!" pero yo no lo hice. Me quedé allí escuchando sus gritos ordenándome que me fuese, que lo dejase hasta que al final acabó golpeándome y entonces su rostro mostró una expresión graciosa antes de pedir disculpas en un susurro para salir corriendo.

Pasaron cinco meses en lo que los prometidos arreglaban todo lo necesario para celebrar su boda y no era de sorprenderse el que eligieran a Kakashi como el padrino  y Shizune fuese la madrina, ya que la Hokage Tsunade había rechazado la oferta que su querida alumna le había ofrecido por la simple razón de que no confiaba ni le agradaba el Uchiha.

En esos cinco meses vi como Naruto continuaba como si no ocurriera nada y la extraña sensación que sentía recorrer mi cuerpo, por tan radical cambio después de lo ocurrido en la montaña del rostro de los Hokages, provocó que lo observara más de lo que pensaba. Simplemente, lo hacía sin darme cuenta y cuando por fin reaccionaba lo estaba siguiendo como si fuese mi misión.

Esto provocó que no entendiera lo que me ocurría, hasta el día antes de la unión de Sakura y Sasuke. Ese día lo seguí hasta el apartamento que compartían el futuro matrimonio y sin más busqué una ventana mal cerrada que me permitiera entrar.

Para mi fortuna, allí estaba la ventana de la cocina abierta y entre en la vivienda ocultando mi presencia para que no supiesen que me había colado en la vivienda. Entré esperan escuchar gritos o una discusión o alguna charla pero lo que oí no fue nada de eso. Curioso por aquellos sonidos tan extraños me dirigí al lugar de procedencia de aquellos ruidos y lo que vi jamás lo había visto porque allí en el dormitorio principal se encontraban Sasuke y Naruto.

Ambos estaban desnudos y podía ver perfectamente como Naruto se adentraba en el Uchiha algo que parecía doloroso por lo que miré con rapidez la cara de Sasuke el cual mostraba un enorme sonrojo mientras gruñía abrazado a Naruto pero toda duda de si había dolor quedo aclarado cuando los escuché hablar.

̶  Si... Naruto, me gusta mucho...es tan bueno...

̶  ¿Entonces...por qué te casas... con Sakura chan?

̶  Quiero renacer...mi clan...y contigo no puedo...

̶  Eres...muy egoísta...

Yo me marché de aquel lugar, sentía una presión en mi pecho y como mi corazón latía fuerte y pesadamente… como si tuviese cargando un pesado cargamento en mi interior.
Llegué a mi casa sintiéndome sucio, tenía enormes deseos de ducharme y vi mi reflejo en el espejo del baño. Entonces, por primera vez desde que tengo menoría vi como mis ojos estaban anegados de lágrimas. Estaba llorando pero no entendía ni reconocía aquella emoción que ocasionaba ese hecho.

El día de la boda llegó, todos los shinobis de Konoha dignos de mencionar estaban allí pero no lo vi a él hasta llegar al banquete donde todos disfrutamos de una deliciosa comida. Después vino el baile donde muchos aprovecharon para beber sake y emborracharse, volví a buscar a Naruto pero no lo encontré con la mirada. Por lo que decidí sentarme un rato y por eso, me estaba acercando donde Ino estaba llorando al lado de sus compañeros lamentándose de haber perdido al Uchiha pero antes de que pudiera llegar a la mesa, Sakura me interceptó.

Ella al parecer estaba buscando a su marido y cuando me preguntó por Sasuke las imágenes del día anterior aparecieron ante mí y la presión en mi pecho apareció.

Sin saber el por qué, corrí en busca de Naruto hasta que volví a escuchar aquellos sonido, podía diferenciar los gruñidos del Uchiha perfectamente los cuales venían desde un cobertizo en medio del jardín donde se celebraba el evento pero al abrir la puerta, descubrí que no era Naruto quien estaba con Sasuke sino que era el padrino de la boda, Kakashi.

Kakashi estaba ocupando el lugar que la vez anterior había visto ver ejercer a Naruto y al parecer igual que en aquella ocasión no se percataron de mí.

Decidí no interrumpirlos y abandonar el lugar para continuar buscando a Naruto. Al parecer no se encontraba en la fiesta y comencé a pensar en qué lugar podría estar ese rubio hasta que mis ojos captaron la montaña de los Hokages y sin demora corrí hasta la cima.

Allí lo encontré y lo llamé a pesar de que mi voz saliera con un tono extraño el me miró y pronunció mi nombre con lentitud.

Naruto estaba llorando sentado con la villa de frente a él y en sus manos estaba una botella de sake mientras que a un lado suyo había otra vacía. Me acerqué para tomar asiento a un lado suyo donde comenzamos una conversación que no llegué a entender y que nos entretuvo hasta el anochecer pero aun así, él sonrió antes de levantarse e irse del lugar.

Yo sólo lo vi marchar y desaparecer en la oscuridad.

Habían pasado tres años y por supuesto que el esperado heredero había llegado a la familia Uchiha aunque había sido una niña tan extraña como Sakura sólo que no se parecía a ella sino a Sasuke.
Naruto comenzó a pasar mucho más tiempo conmigo y eso me hacia ¿feliz?.

Era agradable estar cerca de él y entablar diálogos que no llegaba a comprender su totalidad pero que comenzaba a provocar sensaciones confinas en mí. Era consciente de que se trataba de emociones y sentimientos que aun no descifraba pero me agradaban.

Dos años más tardes Naruto me comunicó que había comenzado a salir como novio de Hinata. Decir que la presión que alguna vez sentí en mi pecho cuando vi a Naruto teniendo sexo con Sasuke había vuelto a aparecer hubiese sido mentira porque esta vez fue mucho peor.

Sentía como si me estrangularan el cuello unas enormes manos invisibles dejándome la garganta seca. Ya no escuchaba mi corazón palpitar y la presión que embargaba mi pecho se había transformado en un frío que me helaba el cuerpo entero. Casi podría asegurar que aquello que punzaba en mi pecho no era tan doloroso a como cuando te clavan un kunai desgarrándote la carne. Tampoco, creo que haga falta mencionar que esa fue la segunda vez que vi como las lágrimas empezaban a brotar de mis ojos después de que Naruto se marchase junto a su novia.

Tres años más tarde yo seguía manteniendo esa relación de amistad y diálogos interminables con Naruto pero tan sólo en ese tiempo Naruto había aparecido con un centenar de novias diferentes, incluso había tenido un hijo con una de ellas al que llamaron Hoshi.

También podría decir que en ese tiempo yo había descubierto lo que me ocurría y al parecer se llamaba "amor". Lo averigüé detrás de haber mantenido una amena charla con Iruka, el cual me aseguró que el amor se podía manifestar de diferentes formas en las personas, sin comprender de estándares sociales.

Por supuesto que no le había dicho de mis sentimientos a Naruto porque sabía que él no me amaba como yo lo hacía porque para él yo sólo era un amigo y compañero más. Estaba seguro que si Naruto había amado al Uchiha era más perceptible creer que se enamoraría antes de Neji o Shikamaru que de mí, por eso había guardado mis sentimientos en algún lugar de su interior.

Ese día había quedado con Naruto para ir a la fiesta en memoria de la victoria de la guerra y la derrota de Madara.

Había esperado a Naruto en mi casa hasta que escuché la puerta y lo vi allí con ropa que usualmente no usaba. Cerré la puerta de mi hogar antes de dirigirnos a la fiesta donde nos encontramos con todos sus amigos y el matrimonio Uchiha en donde una Sakura embarazaba guiaba a Sasuke del brazo y dos niñas (una mayor que la otra por dos años) iban a los extremos de la pareja.

Todo estaba muy colorido y los numerosos farolillos se encendieron cuando la luna hizo su aparición en el cielo con su vestido oscuro cubierto de estrellas. Para esas horas de la noche y después de que Naruto se hubiese cansado de coquetear con cuanta mujer pasara delante de él, aprovechando su estatus de héroe, nos encontrábamos en un bar de estriptis.

Escuchaba como muchos de los hombres, que miraban a la chica de extensa melena color azul claro, le silbaban. Incluido Naruto, que llevaba ya cuatro botellas de sake acabadas y que por alguna rara razón no estaba embriagado.

̶  Será mejor que me vaya.

̶  Eh...? Pero si todavía es temprano. ¿Por qué no te quedas un rato más?

Negué su petición y abandoné el local escuchando como me llamaba al girar mi rostro, me percaté de que estaba siguiendo.

Llegamos a su casa donde me invitó a pasar a su pequeña vivienda, iba a rehusarme para continuar mi camino cuando sorpresivamente sentí como me sujetaba para besarme con fuerza.

No me moví y tampoco hice nada mientras el movía sus labios sobre los mío y no es porque me desagradara, es que no sabía qué hacer en un momento como ese ya que nunca había experimentado ese tipo de suceso.

Cuando se percató de mi estado de congelación, se alejó de mí, me pidió perdón antes de volver a adentrarse en su hogar cerrando su puerta de un portazo.

Me llevé mis manos a mi boca y descubrí que una pequeña sonrisa se había instalado en mi rostro y pensé que debía decirle mis sentimientos porque puede que él también me amase. Porque tal vez él había hecho eso porque sentía lo mismo que yo así que sin más toqué su puerta. Sabía que no se había movido de detrás de la puerta de su hogar porque lo escuchaba llamarse a si mismo estúpido.

Cuando abrió la puerta y me vio allí, me miró de una forma bastante divertida.

̶  ¿Qué pasa, Sai, dattebayo?

̶  Yo te amo, Naruto.

Los minutos pasaban y ninguno de los dos decía nada, permaneciendo quietos en nuestros lugares mirándonos a la cara.

 ̶  ¿Qué?

̶  Te amo. Bueno… eso fue lo que me dijo Iruka cuando le pregunté el por qué sentía ciertas emociones que desconocía.

 Nos volvimos a mirar sin decir palabra por otro rato.

̶  Cuando te besé hace un instante ¿por qué tú...?

̶  Fue agradable, Naruto pero yo no sé que hay que hacer en situaciones como estas.

Vi como Naruto sonrió después de mis palabras para abrir la puerta de su casa, invitándome a pasar para después cerrar la puerta con fuerza.

̶  Esta noche aprenderá lo que hay que hacer en estas situaciones, dattebayo.

No puedo mentir en que sentí un millón de sensaciones esa noche porque realmente las sentí. Aprecié cada una de esas sensaciones que pasaron de ser gratas a placenteras en un segundo y descubrir que si que dolía un poco el sentir a Naruto dentro de ti pero apenas es perceptible cuando te inunda tanta emoción deleitable.

Desde ese día a pasado cuatro años, Naruto y yo estamos viviendo juntos en una pequeña casa que compramos al vender nuestros apartamentos y todos los días descubro un sentimiento nuevo e incluso, ya puedo reconocer muchos de los sentimientos y emociones que me abordan, que me fueron censuradas al entrar en el ANBU de raíz.

Esto es todo y espero seguir así de bien junto a Naruto aunque es la primera vez que escribo un diario donde cuento mi vida, es bastante agradable el hacerlo y creo que voy a seguir escribiéndote.

Se me olvidaba algo, diario. Hoshi, el hijo de Naruto, ahora vive con nosotros porque su madre decidió casarse con un hombre adinerado del país del Arroz y al parecer, esta no le había dicho que tenía un hijo, así que prácticamente formamos una extraña familia.

Se despide Sai.



~Fin.~

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