-Sasuke.-
Él lo
tenía todo, todo lo que cualquiera podría desear y a cuantas personas quiera pero
también era cierto que parecía no tener corazón. Su nombre no era otro que
Sasuke, miembro de la respetable familia Uchiha y novio de un rubio.
En estos
momentos, se encontraba en su dormitorio completamente desnudo al igual que su
acompañante. Acariciando con delicadeza la suave piel blanca de aquel chico de
pelo castaño y largo. Al mismo tiempo que su boca devoraba la contraria.
Sin
más sus labios abandonaron aquella boca agridulce para probar la piel de su
mentón e ir descendiendo con besos, lametones y pequeñas succiones marcando
cuanta piel se exponía frente a su boca.
Continuó
disfrutando de aquel momento pecaminoso sin dejar de escuchar los placenteros
gemidos de su amante, que solo le pedía más y que no se detuviera.
̶ Ponte a cuatro. ̶
Ordenó con su voz grave por el deseo.
El
chico castaño lo obedeció sin rechistar y sintió la intromisión que lo preparaba
para la continuación de aquel sofocante juego de adultos.
̶ Tranquilo, seré cuidadoso. ̶
Le susurró al oído la promesa.
Sin
embargo, cuando la molestia se volvió placer para el sumiso, este cesó y el
gruñido en protesta hizo aflorar una divertida sonrisa en Sasuke. Pudo sentir
como el de cabello castaño aguantó la respiración hasta que finalmente, todo
volvió a ser placer para ambos.
Estaban
a punto de llegar al clímax de la actividad, cuando sin previó avisó la puerta
fue abierta de golpe. Hubo un silenció durante unos segundos que parecieron
eternos pero el grito de dolor del recién llegado lo rompió.
̶ ¡CABRÓN! – El joven salió corriendo con los
ojos inundados de lágrimas.
̶ Naruto, espera. ̶ Llamó al chico que se había ido corriendo, al
mismo tiempo que salía del interior de su amante ocasional para vestirse y
seguir a su novio. –Vístete y lárgate. Cuando vuelva, espero y no estés aquí. ̶ Le dijo al otro que seguía estático en la cama
antes de perseguir a su novio.
Por
fin pudo alcanzar al escurridizo muchacho.
̶ Espera, Naruto. ̶
Pidió cogiéndolo por el brazo y
girándolo.
̶ ¡NO ME TOQUES!. ̶
Continuó chillando. ̶ ¡NO QUIERO VOLVER A VERTE!
¡NUNCA!.
̶ No hablas en serio Naru, solo relájate. Estás
histérico y este no es lugar para montar una escenita.
̶ Yo no estoy histérico,
bastardo. ̶ Se limpio la cara con el dorso de sus manos.
–Olvídate de mi, aquí se acabó nuestro noviazgo, yo ya no puedo aguantarte más.
̶ Solo lo dices ahora pero sabes que no puedes
vivir sin mí. ̶ Afirmó el moreno.
̶
¡TE HE DICHO QUE NO!. ̶
Gritó el rubio, otra vez. –Aquí acaba
todo Sasuke. ̶ Repitió.
̶ Naruto, sabes que tú no
puedes dejarme. ̶ Habló de lo más calmado como había hecho las
otras veces que el rubio había amenazado con dejarlo cuando lo había
descubierto en una de sus aventuras. – Yo te amo. ̶ Pero la
verdad es que no sabía lo que sentía hacia el rubio frente suyo.
̶ Amar, Amar… no me hagas reír
Uchiha. ̶ Vociferó con dolor.
̶ Tú no me amas, si lo
hicieras no te atreverías a hacerme esto. Tú… tú no amas a nadie…por eso espero
que jamás lo hagas… para que no conozcas el daño que causa el amor, como lo he
ido conociendo yo a tu lado. ̶
Acabó para salir corriendo con rumbo
desconocido.
Sasuke
se quedó ahí parado pensando en las palabras que había acabado de decir Naruto
y aunque su mirada continuaba en la figura del rubio que se alejaba rápidamente.
Suspiró desechando la estupidez de ese chico para sonreír y con tono burlón
comentar en voz alta para sí mismo.
̶ Volverá, siempre vuelve ese
dobe. ̶ Tras esas palabras se dio la vuelta en sentido
contrario al rubio y emprender la marcha de vuelta a su casa pero su brazo
izquierdo fue agarrado por un pelirrojo con un tatuaje en la frente.
̶ ¿Quién eres? ̶
Le preguntó con una ceja alzada,
mostrando el desconcierto de tener a aquel desconocido apresando uno de sus
brazos.
̶ Subaku no Gaara. ̶ Respondió con voz seductora pegando su cuerpo
al de ojos negros.
El
moreno sonrió, al menos podría divertirse en lo que esperaba a que Naruto
volviese llorando y pidiéndole que lo perdonara.
Había
pasado tres días y Naruto no había aparecido frente a él para pedirle volver. Sin
saber el por qué, se sentía frustrado y no dejaba de pensar en el Uzumaki.
No le
importó que al otro lado de la cama estuviese aquel pelirrojo cuando cogió el
teléfono móvil y marco el número de su dobe rubio pero al parecer estaba fuera
de servició. Con preocupación comenzó a mandar un mensaje de texto.
Ya
hacía dos semanas que no había podido hablar con Naruto y aquello le
preocupaba, ni siquiera lo había visto en la universidad o los lugares que
frecuentaba visitar, era como si la tierra se lo hubiese tragado pero, para
colmo de sus males, ya ni el sexo era tan agradable y apasionante. Ya no podía
disfrutarlo porque en su cabeza solo estaba el rubio y la preocupación por
Naruto.
Ha
pasado un mes en que el azabache no ha dejado de marcar el número de teléfono
móvil de Naruto. Incluso, había intentado ponerse en contacto con él a través
de su correo electrónico, pero no consiguió ninguna respuesta.
Ha
pasado un mes que Sasuke solo ha podido pensar en el joven de cabellos dorados,
añorando su presencia y necesitando todo el ser de Naruto, sin sentir su
completa satisfacción en su intimidad junto a sus conquistas y amante, casi
permanente, Gaara.
Dándose
cuenta en ese tiempo lo importante que era el muchacho de ojos azules en su
vida. Es por ese motivo que ha salido a mitad de la clase del profesor
Orochimaru y se dirige al aula en la que se encuentra Naruto para contarle lo
que siente, disculparse y implorar una nueva oportunidad pero con el propósito
de cumplir su promesa con el rubio de ser un buen novio.
Por
fin había llegado, se encontraba frente a la puerta de la clase y en la
que el chico rubio estaba dentro. Había tenido
que recorrer de un extremo a otro el edificio para poder llegar al aula de la
clase que en ese momento sabía debía estar Naruto.
Tomó
aire reteniéndolo unos segundos en sus pulmones para soltarlo pausadamente.
Estaba completamente nervioso, iba a confesar su amor por primera vez de forma
literal y con verdaderos sentimiento, no una máscara o lo que las otras
personas querían escuchar que le dijera.
El
chico de pelo negro y mirada seria golpeó la puerta de madera. Un “adelante”
procedente del interior del aula se pudo oír.
Sasuke
abrió la puerta con el corazón encogido. Echó una rápida mirada a los alumnos y
pudo distinguir la figura de Naruto en la tercera fila, su corazón tamborileo
de alegría al verlo ahí sentado. Rápidamente, dirigió su vista al profesor de
pelo naranja y extraños ojos.
̶ Buenos días, ¿podría salir un momento Uzumaki
Naruto?. ̶ Le pidió ansioso al profesor.
̶ ¿Joven, no podría esperar hasta la hora
del descanso?. ̶ Preguntó el tutor.
̶ Se trata de una urgencia. ̶ Insistió Sasuke, no podía
esperar, se moría por abrazar a su dobe y decirle que ya había aprendido la
lección.
̶ Está bien…Uzumaki puede ir.
̶ Dio permiso el profesor con molestia en su
tono de voz.
El chico se levantó de su lugar y
salió del aula seguido del moreno, que cerró la puerta tras de sí.
Una
vez fuera, el de ojos azules apoyó su espalda en la pared.
̶ ¿Qué es lo que quieres? si
se trata del por qué no te he respondido a los mensajes y llamadas, creo que eso
quedó claro la última vez. ̶
El rubio fue directo al grano,
provocando dolor en el interior en el otro joven, que no lo demostró
exteriormente.
̶ Bueno… una parte era eso y
otra es que quiero que me perdones, Naruto. Sé que he cometido errores y… lo
siento tanto. ̶ Desvió su mirada al suelo con un leve rubor. ̶ Se que no he sido el mejor novio del mundo y
te he hecho mucho daño. Pero… solo quiero pedirte una cosa. ̶ Levantó su rostro, cogió las manos del chico
delante de él, al mismo tiempo que se ponía de rodillas. ̶ Por favor, por favor perdóname, y vuelve
conmigo. Comencemos desde cero, te prometo que no te defraudaré está vez, me he
dado cuenta de que te amo. Por favor… ̶
Terminó de hablar con los ojos
cristalizados por volcar sus sentimientos a su persona amada, dejando su
orgullo a un lado, como pocas veces lo había hecho.
̶ Sasuke… ¿cuántas veces me
has dicho eso?, ¿cuántas veces te he perdonado?, ¿cuántas veces “hemos comenzado
desde cero” y terminado de la misma manera?.
̶ Cuestionó el rubio y el joven de pelo bruno
bajo su cabeza con los ojos fuertemente apretados. No hubo respuesta y Naruto
continuó. ̶ Si lo qué quieres es el perdón, ya lo tienes
pero no me pidas que vuelva contigo, ya es muy tarde para eso porque si
volviésemos a estar juntos solo sería malo para ambos, solo nos haríamos daño.
Adiós, Sasuke. ̶ Se
despidió el de ojos zafiros, soltando la mano del de ojos negros y besando su
mejilla derecha para irse de nuevo a clase.
̶ Naruto… ̶ Susurró Sasuke con un nudo en la garganta que
lo estaba ahogando al sentir por primera vez, aquel dolor en su pecho.
El
azabache se levantó del suelo unos minutos después y no pudo evitar llorar. Su
corazón lo sintió romperse en miles de millones de pedazos y como una presión
inundaba todo su ser, encogiendo rápidamente su alma. Todo su cuerpo quedo
completamente pesado. Era horrible lo que él sentía.
El
moreno tuvo que observar como el amor de su vida lo abandonaba y el único responsable
había sido él mismo. En ese momento que se daba cuenta de que estaba enamorado
de Naruto y ahora tenía que aceptar el rechazo del rubio al que tantos desplantes
le había hecho. Aceptar que había sido él el responsable de que el de orbes
zafiros ya no lo amase.
En ese
instante, le llegó el recuerdo de su última discusión con Naruto cuando lo
había descubierto con uno de sus tantos amantes de quien no recordaba el nombre
y no lo tomaba en cuenta al rubio. No consiguió evitar sonreír irónicamente,
recordando esas palabras llenas de dolor y de las cuales se burló internamente
del teatro que estaba presenciando. Esas palabras continuaron repitiéndose en
su mente y sus lágrimas aumentaron junto a sus gimoteos.
̶ “Tu no me amas, si lo
hicieras no te atreverías a hacerme esto. Tú… tú no amas a nadie…por eso espero
que jamás lo hagas… para que no conozcas el daño que causa el amor, como lo he
ido conociendo yo a tu lado.”
Había
pasado una semana en la que había intentado recuperarse por perder a lo más
importante de su vida. También, había tomado una decisión y por eso fue en
busca del pelirrojo, debía aclararle sus sentimientos.
Por
eso había ido en busca de su amante para llevarlo a una cafetería y hablar con
él seriamente. Ambos
pidieron un café y se sumieron en un silencio un poco incomodo.
̶ Gaara… ̶ Los llamó captando la atención de aquellas bonitas
esmeraldas. – Se que lo que te voy a decir es… difícil y… doloroso.
̶ Entonces no lo digas,
Sasuke. ̶ Contestó poniendo su mano sobre la del
contrario.
̶ No, Gaara, lo he pensado
mucho y tienes que saberlo. – Dio un cansado suspiro dándose el valor necesario
para afrontar la reacción del chico pelirrojo.- Hace unos días fui a buscar a
Naruto a su clase.- Se detuvo para dar un sorbo a su café en un intento de
aclarar su garganta. ̶ Le pedí que volviera
conmigo. ̶ Continuó clavando sus pupilas sin vida en las
contrarias.
̶ ¿Y él aceptó?. ̶ Preguntó.
̶ No, el me rechazó. ̶ Otro suspiro y sintió nuevamente ese dolor
desgarrador. – Este tiempo que no ha estado cerca de mí, me he dado cuenta que
lo amo. Lo amo de verdad pero ya lo perdí. ̶
Una solitaria lágrima rodó por la
nacarada mejilla y un nudo se formaba en su garganta dificultándole la
respiración y el habla.
El
pelirrojo se levantó y limpió la pequeña gota que resbalaba por su mejilla.
̶ ¿Qué me quieres decir,
Sasuke?.
̶ Ya te he causado mucho
daño, Gaara. ̶ Quitó con delicadeza la mano de su
acompañante. ̶ Y sé que no te podré amar como mereces, por
eso será mejor que esta relación se acabé aquí. ̶
El Uchiha dejó el dinero de las
consumiciones sobre la mesa. ̶
Espero que encuentres a alguien que
realmente te merezca.- Besó la mejilla del pelirrojo. ̶ Hasta siempre… Gaara. ̶ Se despidió para salir de aquel lugar donde
seguramente había dejado un alma quebrada.
Había
llegado a su casa, se dirigió a su habitación donde lo esperaban unas maletas.
Ese mismo día partía a la ciudad de la
Roca , se quedaría en la casa de su hermano Itachi que vivía
junto a su novio Deidara hasta que encontrara una vivienda propia. Había pedido
su traslado y había sido aceptado, desde ese momento comenzaría una nueva vida.
*Un año
y medio después.*
̶ ¡Sasuke! – Gritó un chico de ojos violetas,
pelo azul y dientes de sierra. – Mira lo que he conseguido.
El
moreno vio como le mostraba una revista.
̶ …
̶ ¿No dices nada?, aquí hay un artículo sobre la
universidad en la que estudiabas y hay muchas fotografías de estudiantes puede
que esté alguno de tus viejos amigos en ella. – Respondió mostrándole la página
con el apartado al azabache.
̶ No me interesa, Suigetsu. ̶ Respondió recordando a un chico rubio al que
aun seguía amando pero ya iba siendo hora de darse una nueva oportunidad.
El de pelo
azul claro se le quedó mirando.
̶ ¿Por qué has puesto esa
cara?. ̶ Le preguntó Suigetsu acercándose para poner una
de sus manos en el hombro del Uchiha.
̶ No sé de qué me hablas. ̶ Contestó con tranquilidad. ̶ Y deja de mirarme así. ̶ Le
ordenó.
̶ Entonces, dame un beso. ̶ Le
susurró el de ojos púrpuras.
El
moreno se acercó lentamente al otro y lo besó. Un besó corto que solo duró unos
segundos.
Está
vez no cometería los mismo errores.
̶ ¿Te gustaría ir al cine hoy?
̶ Le pregunto mientras entrelazaban sus dedos.
̶ Claro, sabes que estoy deseando ver esa
película de la que todos hablan. ̶
Respondió Suigetsu con entusiasmó.
☆Todas las vidas transcurren
paralelamente junto a otras y que de vez en cuando se cruzan en busca de un
acompañante que puede dejarnos un sabor dulce o amargo pero al final,
encontramos al compañero de travesía indicado.☆
makdito sasuke deberia quedar solo por desgraciado
ResponderEliminarSasuke en esta historia cometió muchos errores y se percató tarde de ello, ¡gracias por leer y el comentario!
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