sábado, 7 de enero de 2017

¡Paralelismo! Sasuke


-Sasuke.-

Él lo tenía todo, todo lo que cualquiera podría desear y a cuantas personas quiera pero también era cierto que parecía no tener corazón. Su nombre no era otro que Sasuke, miembro de la respetable familia Uchiha y novio de un rubio.

En estos momentos, se encontraba en su dormitorio completamente desnudo al igual que su acompañante. Acariciando con delicadeza la suave piel blanca de aquel chico de pelo castaño y largo. Al mismo tiempo que su boca devoraba la contraria.

Sin más sus labios abandonaron aquella boca agridulce para probar la piel de su mentón e ir descendiendo con besos, lametones y pequeñas succiones marcando cuanta piel se exponía frente a su boca.

Continuó disfrutando de aquel momento pecaminoso sin dejar de escuchar los placenteros gemidos de su amante, que solo le pedía más y que no se detuviera.

̶  Ponte a cuatro. ̶  Ordenó con su voz grave por el deseo.

El chico castaño lo obedeció sin rechistar y sintió la intromisión que lo preparaba para la continuación de aquel sofocante juego de adultos.

̶ Tranquilo, seré cuidadoso.  ̶  Le susurró al oído la promesa.

Sin embargo, cuando la molestia se volvió placer para el sumiso, este cesó y el gruñido en protesta hizo aflorar una divertida sonrisa en Sasuke. Pudo sentir como el de cabello castaño aguantó la respiración hasta que finalmente, todo volvió a ser placer para ambos.

Estaban a punto de llegar al clímax de la actividad, cuando sin previó avisó la puerta fue abierta de golpe. Hubo un silenció durante unos segundos que parecieron eternos pero el grito de dolor del recién llegado lo rompió.

̶  ¡CABRÓN! – El joven salió corriendo con los ojos inundados de lágrimas.

̶ Naruto, espera. ̶  Llamó al chico que se había ido corriendo, al mismo tiempo que salía del interior de su amante ocasional para vestirse y seguir a su novio. –Vístete y lárgate. Cuando vuelva, espero y no estés aquí. ̶  Le dijo al otro que seguía estático en la cama antes de perseguir a su novio.

Por fin pudo alcanzar al escurridizo muchacho.

̶  Espera, Naruto. ̶  Pidió cogiéndolo por el brazo y girándolo.

̶  ¡NO ME TOQUES!. ̶  Continuó chillando. ̶ ¡NO QUIERO VOLVER A VERTE! ¡NUNCA!.

̶  No hablas en serio Naru, solo relájate. Estás histérico y este no es lugar para montar una escenita.

̶ Yo no estoy histérico, bastardo. ̶  Se limpio la cara con el dorso de sus manos. –Olvídate de mi, aquí se acabó nuestro noviazgo, yo ya no puedo aguantarte más.

̶  Solo lo dices ahora pero sabes que no puedes vivir sin mí. ̶  Afirmó el moreno.

̶  ¡TE HE DICHO QUE NO!. ̶  Gritó el rubio, otra vez. –Aquí acaba todo Sasuke. ̶  Repitió.

̶ Naruto, sabes que tú no puedes dejarme. ̶  Habló de lo más calmado como había hecho las otras veces que el rubio había amenazado con dejarlo cuando lo había descubierto en una de sus aventuras. – Yo te amo. ̶  Pero la verdad es que no sabía lo que sentía hacia el rubio frente suyo.

̶ Amar, Amar… no me hagas reír Uchiha. ̶ Vociferó con dolor. ̶ Tú no me amas, si lo hicieras no te atreverías a hacerme esto. Tú… tú no amas a nadie…por eso espero que jamás lo hagas… para que no conozcas el daño que causa el amor, como lo he ido conociendo yo a tu lado. ̶  Acabó para salir corriendo con rumbo desconocido.

Sasuke se quedó ahí parado pensando en las palabras que había acabado de decir Naruto y aunque su mirada continuaba en la figura del rubio que se alejaba rápidamente. Suspiró desechando la estupidez de ese chico para sonreír y con tono burlón comentar en voz alta para sí mismo.

̶ Volverá, siempre vuelve ese dobe. ̶  Tras esas palabras se dio la vuelta en sentido contrario al rubio y emprender la marcha de vuelta a su casa pero su brazo izquierdo fue agarrado por un pelirrojo con un tatuaje en la frente.

̶  ¿Quién eres? ̶  Le preguntó con una ceja alzada, mostrando el desconcierto de tener a aquel desconocido apresando uno de sus brazos.

̶ Subaku no Gaara. ̶  Respondió con voz seductora pegando su cuerpo al de ojos negros.

El moreno sonrió, al menos podría divertirse en lo que esperaba a que Naruto volviese llorando y pidiéndole que lo perdonara.






Había pasado tres días y Naruto no había aparecido frente a él para pedirle volver. Sin saber el por qué, se sentía frustrado y no dejaba de pensar en el Uzumaki.

No le importó que al otro lado de la cama estuviese aquel pelirrojo cuando cogió el teléfono móvil y marco el número de su dobe rubio pero al parecer estaba fuera de servició. Con preocupación comenzó a mandar un mensaje de texto.



Ya hacía dos semanas que no había podido hablar con Naruto y aquello le preocupaba, ni siquiera lo había visto en la universidad o los lugares que frecuentaba visitar, era como si la tierra se lo hubiese tragado pero, para colmo de sus males, ya ni el sexo era tan agradable y apasionante. Ya no podía disfrutarlo porque en su cabeza solo estaba el rubio y la preocupación por Naruto.



Ha pasado un mes en que el azabache no ha dejado de marcar el número de teléfono móvil de Naruto. Incluso, había intentado ponerse en contacto con él a través de su correo electrónico, pero no consiguió ninguna  respuesta.

Ha pasado un mes que Sasuke solo ha podido pensar en el joven de cabellos dorados, añorando su presencia y necesitando todo el ser de Naruto, sin sentir su completa satisfacción en su intimidad junto a sus conquistas y amante, casi permanente, Gaara.

Dándose cuenta en ese tiempo lo importante que era el muchacho de ojos azules en su vida. Es por ese motivo que ha salido a mitad de la clase del profesor Orochimaru y se dirige al aula en la que se encuentra Naruto para contarle lo que siente, disculparse y implorar una nueva oportunidad pero con el propósito de cumplir su promesa con el rubio de ser un buen novio.

Por fin había llegado, se encontraba frente a la puerta de la clase y en la que  el chico rubio estaba dentro. Había tenido que recorrer de un extremo a otro el edificio para poder llegar al aula de la clase que en ese momento sabía debía estar Naruto.

Tomó aire reteniéndolo unos segundos en sus pulmones para soltarlo pausadamente. Estaba completamente nervioso, iba a confesar su amor por primera vez de forma literal y con verdaderos sentimiento, no una máscara o lo que las otras personas querían escuchar que le dijera.

El chico de pelo negro y mirada seria golpeó la puerta de madera. Un “adelante” procedente del interior del aula se pudo oír.

Sasuke abrió la puerta con el corazón encogido. Echó una rápida mirada a los alumnos y pudo distinguir la figura de Naruto en la tercera fila, su corazón tamborileo de alegría al verlo ahí sentado. Rápidamente, dirigió su vista al profesor de pelo naranja y extraños ojos.

̶  Buenos días, ¿podría salir un momento Uzumaki Naruto?. ̶  Le pidió ansioso al profesor.

̶  ¿Joven, no podría esperar hasta la hora del descanso?. ̶  Preguntó el tutor.

̶ Se trata de una urgencia. ̶ Insistió Sasuke, no podía esperar, se moría por abrazar a su dobe y decirle que ya había aprendido la lección.

̶ Está bien…Uzumaki puede ir. ̶  Dio permiso el profesor con molestia en su tono de voz.

El chico se levantó de su lugar y salió del aula seguido del moreno, que cerró la puerta tras de sí.

Una vez fuera, el de ojos azules apoyó su espalda en la pared.

̶ ¿Qué es lo que quieres? si se trata del por qué no te he respondido a los mensajes y llamadas, creo que eso quedó claro la última vez. ̶  El rubio fue directo al grano, provocando dolor en el interior en el otro joven, que no lo demostró exteriormente.

̶ Bueno… una parte era eso y otra es que quiero que me perdones, Naruto. Sé que he cometido errores y… lo siento tanto. ̶  Desvió su mirada al suelo con un leve rubor. ̶  Se que no he sido el mejor novio del mundo y te he hecho mucho daño. Pero… solo quiero pedirte una cosa. ̶  Levantó su rostro, cogió las manos del chico delante de él, al mismo tiempo que se ponía de rodillas. ̶  Por favor, por favor perdóname, y vuelve conmigo. Comencemos desde cero, te prometo que no te defraudaré está vez, me he dado cuenta de que te amo. Por favor… ̶  Terminó de hablar con los ojos cristalizados por volcar sus sentimientos a su persona amada, dejando su orgullo a un lado, como pocas veces lo había hecho.

̶ Sasuke… ¿cuántas veces me has dicho eso?, ¿cuántas veces te he perdonado?, ¿cuántas veces “hemos comenzado desde cero” y terminado de la misma manera?.  ̶  Cuestionó el rubio y el joven de pelo bruno bajo su cabeza con los ojos fuertemente apretados. No hubo respuesta y Naruto continuó. ̶  Si lo qué quieres es el perdón, ya lo tienes pero no me pidas que vuelva contigo, ya es muy tarde para eso porque si volviésemos a estar juntos solo sería malo para ambos, solo nos haríamos daño. Adiós, Sasuke. ̶ Se despidió el de ojos zafiros, soltando la mano del de ojos negros y besando su mejilla derecha para irse de nuevo a clase.

̶ Naruto… ̶  Susurró Sasuke con un nudo en la garganta que lo estaba ahogando al sentir por primera vez, aquel dolor en su pecho.

El azabache se levantó del suelo unos minutos después y no pudo evitar llorar. Su corazón lo sintió romperse en miles de millones de pedazos y como una presión inundaba todo su ser, encogiendo rápidamente su alma. Todo su cuerpo quedo completamente pesado. Era horrible lo que él sentía.

El moreno tuvo que observar como el amor de su vida lo abandonaba y el único responsable había sido él mismo. En ese momento que se daba cuenta de que estaba enamorado de Naruto y ahora tenía que aceptar el rechazo del rubio al que tantos desplantes le había hecho. Aceptar que había sido él el responsable de que el de orbes zafiros ya no lo amase.

En ese instante, le llegó el recuerdo de su última discusión con Naruto cuando lo había descubierto con uno de sus tantos amantes de quien no recordaba el nombre y no lo tomaba en cuenta al rubio. No consiguió evitar sonreír irónicamente, recordando esas palabras llenas de dolor y de las cuales se burló internamente del teatro que estaba presenciando. Esas palabras continuaron repitiéndose en su mente y sus lágrimas aumentaron junto a sus gimoteos.

̶Tu no me amas, si lo hicieras no te atreverías a hacerme esto. Tú… tú no amas a nadie…por eso espero que jamás lo hagas… para que no conozcas el daño que causa el amor, como lo he ido conociendo yo a tu lado.”



Había pasado una semana en la que había  intentado recuperarse por perder a lo más importante de su vida. También, había tomado una decisión y por eso fue en busca del pelirrojo, debía aclararle sus sentimientos.

Por eso había ido en busca de su amante para llevarlo a una cafetería y hablar con él seriamente. Ambos pidieron un café y se sumieron en un silencio un  poco incomodo.

̶ Gaara… ̶  Los llamó captando la atención de aquellas bonitas esmeraldas. – Se que lo que te voy a decir es… difícil y… doloroso.

̶ Entonces no lo digas, Sasuke. ̶  Contestó poniendo su mano sobre la del contrario.

̶ No, Gaara, lo he pensado mucho y tienes que saberlo. – Dio un cansado suspiro dándose el valor necesario para afrontar la reacción del chico pelirrojo.- Hace unos días fui a buscar a Naruto a su clase.- Se detuvo para dar un sorbo a su café en un intento de aclarar su garganta. ̶  Le pedí que volviera conmigo.  ̶  Continuó clavando sus pupilas sin vida en las contrarias.

̶ ¿Y él aceptó?. ̶  Preguntó.

̶ No, el me rechazó. ̶  Otro suspiro y sintió nuevamente ese dolor desgarrador. – Este tiempo que no ha estado cerca de mí, me he dado cuenta que lo amo. Lo amo de verdad pero ya lo perdí. ̶  Una solitaria lágrima rodó por la nacarada mejilla y un nudo se formaba en su garganta dificultándole la respiración y el habla.

El pelirrojo se levantó y limpió la pequeña gota que resbalaba por su mejilla.

̶  ¿Qué me quieres decir, Sasuke?.

̶ Ya te he causado mucho daño, Gaara. ̶  Quitó con delicadeza la mano de su acompañante. ̶  Y sé que no te podré amar como mereces, por eso será mejor que esta relación se acabé aquí. ̶  El Uchiha dejó el dinero de las consumiciones sobre la mesa. ̶  Espero que encuentres a alguien que realmente te merezca.- Besó la mejilla del pelirrojo. ̶  Hasta siempre… Gaara. ̶ Se despidió para salir de aquel lugar donde seguramente había dejado un alma quebrada.

Había llegado a su casa, se dirigió a su habitación donde lo esperaban unas maletas. Ese mismo día partía a la ciudad de la Roca, se quedaría en la casa de su hermano Itachi que vivía junto a su novio Deidara hasta que encontrara una vivienda propia. Había pedido su traslado y había sido aceptado, desde ese momento comenzaría una nueva vida.





*Un año y medio después.*

̶  ¡Sasuke! – Gritó un chico de ojos violetas, pelo azul y dientes de sierra. – Mira lo que he conseguido.

El moreno vio como le mostraba una revista.

̶

̶  ¿No dices nada?, aquí hay un artículo sobre la universidad en la que estudiabas y hay muchas fotografías de estudiantes puede que esté alguno de tus viejos amigos en ella. – Respondió mostrándole la página con el apartado al azabache.

̶  No me interesa, Suigetsu. ̶  Respondió recordando a un chico rubio al que aun seguía amando pero ya iba siendo hora de darse una nueva oportunidad.

El de pelo azul claro se le quedó mirando.

̶ ¿Por qué has puesto esa cara?. ̶  Le preguntó Suigetsu acercándose para poner una de sus manos en el hombro del Uchiha.

̶  No sé de qué me hablas. ̶  Contestó con tranquilidad. ̶  Y deja de mirarme así. ̶  Le ordenó.

̶  Entonces, dame un beso. ̶  Le susurró el de ojos púrpuras.

El moreno se acercó lentamente al otro y lo besó. Un besó corto que solo duró unos segundos.
Está vez no cometería los mismo errores.

̶  ¿Te gustaría ir al cine hoy? ̶   Le pregunto mientras entrelazaban sus dedos.

̶  Claro, sabes que estoy deseando ver esa película de la que todos hablan. ̶  Respondió Suigetsu con entusiasmó.


Todas las vidas transcurren paralelamente junto a otras y que de vez en cuando se cruzan en busca de un acompañante que puede dejarnos un sabor dulce o amargo pero al final, encontramos al compañero de travesía indicado.



2 comentarios:

  1. makdito sasuke deberia quedar solo por desgraciado

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    1. Sasuke en esta historia cometió muchos errores y se percató tarde de ello, ¡gracias por leer y el comentario!

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